“Simón Bolívar: actualidad de su pensamiento”
Conmemoramos
un nuevo aniversario de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y
Palacios, quien nació en Caracas, Venezuela, el 24 de julio de 1783, y murió en
Santa Marta, Colombia, el 17 de diciembre de 1830.
Durante sus
veinte años de actividad revolucionaria, Bolívar desarrolló un complejo
pensamiento. En la primera fase (1810-1819) reflejó el despertar
hispanoamericano: condujo la “Campaña Admirable”, escribió la “Carta de Jamaica” (1815), promovió el Congreso de Angostura (1819), impulsó los triunfos en Apure, los Andes, Boyacá, Carabobo,
Bomboná, Pichincha, Junín y Ayacucho. Sostuvo: “No somos europeos, no somos indios,
sino una especie media entre los aborígenes y los españoles. Americanos por
nacimiento y europeos por derechos, nos hallamos en el conflicto de disputar a
los naturales los títulos de posesión y de mantenernos en el país que nos vio
nacer, contra la oposición de los invasores; así nuestro caso es el más
extraordinario y complicado”. Y advertía:
“Yo deseo... ver formar en América la más grande nación del mundo”.
En la segunda
fase (1819-1828), Bolívar fue un pensador institucional, centrado en el
gobierno de las nacientes repúblicas: Ejecutivo fuerte, constitucionalismo,
centralismo, cuestionamientos a las libertades y a la democracia, meramente
abstractas y débiles, así como a las simples instituciones republicanas, sin
que estén acompañadas de la liberación de los indios y los negros. Propuso
liquidar la esclavitud y la servidumbre indígena, y previó el reparto de
tierras. Debió ejercer su gobierno con autoridad y firmeza, lo cual provocó las
reacciones de las oligarquías regionales.
Se empeñó en
construir la “gran patria americana”, edificando la República de
Colombia (Venezuela; Colombia y Ecuador), y soñando con la unidad
hispanoamericana, de la que excluyó a los EE.UU., llegando a sostener: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la
América de miserias a nombre de la libertad”.
En la tercera
fase (1828-1830), Bolívar desarrolló la conciencia del desengaño. Escribió: “La situación de la América es tan singular y tan horrible, que no es
posible que ningún hombre se lisonjee conservar el orden largo tiempo ni en
siquiera una ciudad… La posteridad no vio jamás un cuadro tan espantoso como el
que ofrece la América, más para lo futuro que para lo presente… He arado en el
mar”. Es que, sin duda, la revolución
independentista y las transformaciones sociales habían sido abandonadas, porque
el poder de las nacientes repúblicas pasó a manos de las elites oligárquicas de
hacendados y comerciantes, que apartaron a los próceres y patriotas de la
independencia y arrasaron con cualquier proyecto revolucionario.
Del ascenso
emancipador, Bolívar pasó a ser el gran constructor republicano y cayó en
desgracia por intentar radicales reformas sociales. Eso explica la evolución de
su pensamiento. Sin embargo, al final de su vida, Bolívar al menos alcanzó a
clamar: “No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis
trabajar por el bien inestimable de la Unión”.
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Colectivo
Acción Directa Chile -Equipo Internacional
Julio 26 de 2017
Julio 26 de 2017
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