El ex conscripto de la época del Golpe de Estado, 11/9/73,
luego de ser obligado a matar a inermes detenidos, siguió asesinando a gusto.
Él encarna al deshumanizado y maleable sujeto requerido para llevar a cabo la
guerra contra el pueblo
Muchos/as no podían dar crédito a lo que sus
oídos estaban escuchando esa tarde del miércoles 9, cuando
en el conocido programa radial “El
Chacotero Sentimental”, conducido por ‘El Rumpy’, un tal ‘Alberto’
contaba una sórdida historia sentimental y que tenía relación con un Detenido
Desaparecido.
Al
indagar más el famoso locutor sobre el entreverado asunto, el misterioso auditor
le contó que había estado en el campo de concentración de Pisagua,
inmediatamente luego del Golpe, estando adscrito al regimiento Carampangue de Iquique.
El tipo confesó, entre serio y bromista, que había participado en las
ejecuciones a sangre fría de unas 18 personas. Se entreabría un poco, sólo un
poco, el velo de los “pactos de silencio” de los asesinos de ayer.
El
individuo alardeó de haber integrado una sección especial de exterminio del
ejército, que llevaba a ciertos detenidos de izquierda a la pampa, los
ejecutaban a balazos y los hacían explosionar con dinamita, no quedando “ni la sombra”
de ellos. Cuestionado por su bestial proceder, el interlocutor se defendió
airado que si no lo mataban los milicos, por no obedecer, lo harían ‘ellos’,
los izquierdistas, Sin embargo, ‘Alberto’ omitió mencionar el crucial hecho que
estos últimos jamás estuvieron armados o en disposición de combate, antes bien
estaban vendados y amarrados o esposados.
Después
se sabría, y se confirmaría por la unidad de DDHH del ministerio del interior,
que el envalentonado ‘Alberto’ era en realidad Guillermo Rodrigo Reyes Rammsy, 62 años, quien en la actualidad se
las bate de colectivero en la ciudad de Viña del Mar, lejos de la gran vida que
se dan aquellos que le dieron la perentoria orden de exterminar a otro ser
humano sólo por el hecho de ser ‘upeliento’ o un supuesto ‘extremista’.
Fue
este viernes 11, que
personal de la brigada de DDHH de la PDI dio con el matón y lo detuvo, en
Valparaíso, gracias a que los detectives lograron ubicar el teléfono con el que
se comunicó con la emisora para ir en su búsqueda, sólo después de que el
ministro especial para causas de derechos humanos, Mario Carroza, emitiese una
orden para investigar la versión de Rammsy, la
cual recogió también en su blog. En primera instancia, el aplicado milico
represor ha sido imputado por dos delitos, el asesinato de los militantes
socialistas FREDDY
TABERNA GALLEGOS y GERMAN
PALOMINOS LAMAS, poco después del Golpe de 1973, pero recordemos que confesó
durante su conversación radial haber participado en una cadena de crímenes de
derechos humanos –18 en total– después del golpe militar. Finalmente, el
magistrado decretó su arresto domiciliario total y tomará en cuenta su
colaboración, si es que sigue tan locuaz como hasta ahora, al momento de las
penas.
Reyes
Rammsy se dio maña hasta de escribir un libro, “Desperdicio
Militar Obligatorio”, mismo nombre que le puso a un blog. En ambos, el
infeliz acusa y a la vez defiende la obra de la dictadura cívico-militar
(1973-1990), en un juego bipolar muy en línea con la mentalidad implantada en todos
aquellos que, sin ninguna preparación político-ideológica previa, tuvieron que efectuar
el ‘trabajo sucio’ y terminaron luego padeciendo esa enfermiza relación de amor/odio
con sus jefes golpistas. Estos condujeron a los ‘pelaos’ al abismo del irrespeto
por la dignidad de toda persona y les empujaron a ejercer y gozar del falaz placer
de tomar en sus manos las vidas de otros seres humanos. Además, les animaban todo
el tiempo con las pretendidamente heroicas historias de la guerra del Pacífico
y el valor a toda prueba del soldado chileno.
"La primera
vez, lloré, pero el teniente decía: 'Buen soldado, buen soldado, soldado
valiente'. Luego, 'pum, pum', otra vez. La segunda vez me gustó,
disfruté",
fueron las inicuas palabras utilizadas por Reyes Rammsy para referirse a su
plena adscripción a la infamia cometida por los uniformados en aquellos años de
la dictadura del chacal Pinochet.
La
hija de Reyes Rammsy, Maurín, aportó unas frases en que se mezclan la
verdad y la justificación para el proceder de su progenitor: “él se desahogó, son 40 años que el lleva
esto guardado, es la verdad que no quieren escuchar… Mi papá es una víctima de
la dictadura tal como son los presos políticos, los torturados y muchos
conscriptos que fueron utilizados”. Con todo, no hemos escuchado al ex
conscripto decir que está consciente del daño que ocasionó a seres humanos
desarmados, esposados y vendados y/o que se encuentra arrepentido de sus actos,
los que sólo explicitó merced a un estado alterado por las drogas o el alcohol.
Ahora bien, en honor a la verdad que el mismo Reyes declama, él voluntariamente
se hizo cómplice de los crímenes de casi dos decenas de chilenos y deberá pagar
por ello, pero también tienen que hacerlo quienes le dieron las órdenes del
caso, los que facilitaron los recursos materiales para el genocidio, los que
dieron la cobertura política-ideológica para el mismo, los que justificaron la
barbarie contra el pueblo y los que guardaron silencio sobre ello, además de
todos los que siguen hasta hoy amparando, silenciando y justificando los graves
atropellos a los Derechos Humanos cometidos en Chile durante la dictadura
cívico-militar.
No
resulta baladí recordar que no todos los ‘pelaos’ se compraron ese cuento de la
‘guerra interna’ y el combate contra un fantasmal ejército rojo, y que sabían
que las fuerzas armadas y de orden estaban dirigiendo su poder de fuego contra
el pueblo y los trabajadores. Un ejemplo valioso de quienes valientemente se opusieron
al Golpe y la represión posterior es el de MICHEL
NASH SAEZ, originario de Iquique, al igual que Reyes. El joven Nash también
cumplía con su servicio militar en 1973 y por oponerse al Golpe fue dado de
baja, detenido y trasladado al campo de prisioneros políticos de Pisagua. La
prensa local de Iquique informó, el 29 de septiembre de 1973, que seis “extremistas”
habían sido muertos en dicho campo al intentar huir: “La Patrulla Militar de
Seguridad, les ordenó alto en varias oportunidades y les disparó los primeros
tiros al aire, pero como continuaron en su fuga, fueron abatidos». Entre los
asesinados, se encontraba Michel Nash. Sus cuerpos sólo serían encontrados 17
años después, en 1990, en la fosa común descubierta en la fatídica Pisagua.
¡NI OLVIDO NI PERDON: VERDAD, JUSTICIA Y
MEMORIA!
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
Colectivo Acción Directa - CHILE
Diciembre 12 de 2015
Con argumentos como los expresados en este articulo ,no se estimula que los pelados del inicio de la dictadura civico militar ,que fueron obligados por la oficialidad a torturar y matar ,hoy puedan contar la verdad y ayudar a mas verdad y mas justicia.
ResponderEliminarCompañero, con Séneca diríamos: "Una buena conciencia no teme a ningún testigo". A 42 largos años del Golpe, quienes tengan conciencia del terrible daño infligido a otros/as -a tantos/as- hablarán, con o sin estímulo. En caso contrario, no lo harán jamás.
ResponderEliminarNosotros cumplimos con intentar mostrar los hechos e interpretarlos en un contexto determinado, para que hechos tan graves como estos nunca más se repitan en estas tierras.
Fraternalmente,
Muchos cumplimos con el servicio militar el 73, los regimientos establan llemos de conscriptos oriundos de pueblos pequeños y de sutiacion economica baja, por que los pudientes no eran jamas llamados, muchos cobran ahora una pension por daño sicologico, pero somos muchos mas los que hemos tratado de sobrevivir con nuestros traumas y secretos.
ResponderEliminarHemos formado familiad, educando a nuestros hijos ajemos a odios y recuerdos del pasado
Anónimo: históricamente, los 'pelaos' siempre han sido de origen humilde y casi todos de provincia, asumiéndose como algo normal que sean la carne de cañón utilizada por los dueños del país para lanzarlos contra sus hermanos cuando estos se alzan en pos de sus derechos. El Golpe no fue una excepción. El punto en cuestión es que todos, uniformados y civiles, frente a la injusticia, debemos tomar una posición y esa no puede ser otra que ponernos del lado de nuestro pueblo -de la mayoría nacional- llegado el caso. Hace 42 años no fueron los trabajadores y el pueblo los que actuaron con odio, no asesinaron, no fusilaron, no torturaron y un lago etcétera, sino que fueron los mandantes y la oficialidad de las FFAA los que si lo hicieron. Entre 1970-1973, el pueblo chileno simplemente intentó construir un país mejor para todos; ese fue su delito. Creemos que no es sano ocultar la verdad a nuestros hijos; en caso contrario, ese tiempo de terror que fue la dictadura puede volver a repetirse.
EliminarFraternalmente,
Colectivo Acción Directa, que fácil es hablar de tomar posiciones desde la comodidad de tu casa, seguro tu con 18, 19 años y un arma en la cabeza tu no hubieras matado a un "compañero" y dado tu vida.
ResponderEliminarEsteban: nosotros en el CAD -que por cierto está conformado por jóvenes de 18 y 19, hasta 'viejos' de cerca de 70 años-, hace rato que hacemos lo que pensamos. Debido a esa consecuencia y a nuestra convicción acerca de estar con el pueblo y no con sus enemigos, es que algunos de nosotros sufrimos la prisión política, la tortura y la persecución, mientras que a otros nos los arrebataron. Por tanto, el dilema que te parece afectar en lo personal, ni siquiera se nos ha pasado por la cabeza; jamás dispararíamos contra el pueblo, bajo ninguna circunstancia.
ResponderEliminarCiertamente es facil decirlo sin una pistola en la cabeza...
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