CLASE MEDIA CHILENA, EL MITO QUE NOS INFUNDIÓ EL BLOQUE EN EL PODER
UN 84% DE
LOS CHILENOS SE CREE DE CLASE MEDIA, PERO…
Mediante el presente trabajo pretendemos
dar cuenta de la imposibilidad de hablar de “Clase Media”, aún en los marcos
teóricos determinados por los estudiosos y medios oficiosos de los sectores
dominantes de Chile.
De hecho, la ciencia del materialismo
histórico y hasta la sociología tradicional nos aleccionan en el sentido de que
para definir la pertenencia a una determinada clase social se debe considerar
la relación directa de los individuos con la producción social, y se deja la
definición de ‘grupos sociales’, que pudieran ser homologables con lo que se
nos quiera dar entender como Clase Media, a aquellos integrados por quienes ocupan
un papel intermedio entre las clases principales de nuestras formaciones
capitalistas y cuya ligazón con la superestructura de las mismas vendría a ser
su sello bautismal, lo cual no corresponde con la definición de marras, pues si
bien los habitantes de nuestra formación no son meramente burgueses y proletarios,
debido a la existencia de clases y capas intermedias, los sectores dominantes incluyen
en esa grande y nebulosa Clase Media a capas y grupos de individuos sin ninguna
relación de fondo entre sí (más que unas arbitrarias categorías de ingreso); como,
por ejemplo, a pequeños y hasta medianos productores y comerciantes,
profesionales, funcionarios de cierto rango, técnicos, administradores, etc.
Con ello, meten en un mismo saco a sectores del proletariado, de la pequeña
burguesía y hasta a algunos burgueses, creando una entelequia heterogénea que
no tiene efectos pertinentes en ninguna realidad conocida.
Sólo queda claro que los sectores
dominantes efectúan el embuste de reunir en un mismo hatillo a representantes tan
diversos, ante la necesidad de contar con un sector que, en su amplitud teórica,
permita acortar la amplia brecha que han creado entre ellos y los ‘pobres’, coadyuvando
a la creación de las condiciones para mantener la paz en medio de tanta injusticia,
vendiendo también la ilusión de que, con todo, igualmente son posibles el
emprendimiento y la movilidad sociales. De tal modo, el caballito de Troya del
asunto consiste en instalar en vastos sectores populares la quimera del cambio
de su condición social mediante el simple artilugio del consumo, más bien
consumismo, facilitado éste por el dinero plástico y una amplia oferta crediticia.
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA-CHILE
Mayo
16 de 2014
EL ESTADO
CAPITALISTA, LA LUCHA DE CLASES Y EL BONAPARTISMO
(publicado en diciembre de 2010)
Así como un aprendiz de mago extrae un conejo
desde un viejo sombrero, en el último tiempo algunos aprendices de
intelectuales orgánicos han sacado nuevamente al tapete el término ‘bonapartismo’,
con el cual han bautizado/caracterizado al gobierno de Tatán Piraña. Decimos
‘nuevamente’, puesto que, en un despropósito anterior, el trotskismo vernáculo
caratuló como ‘bonapartista’ al sistema político implantado con el golpe
del “73 (al cual, en otro yerro, el reformismo calificara de ‘fascista’),
cuando la más adecuada definición de aquella forma de excepción del Estado
burgués era la de una ‘dictadura militar’, subordinada a la fracción burguesa
monopólico-financiera, fracción hegemónica al interior del Bloque en el Poder
ya por entonces.
La indiscriminada utilización del término ‘bonapartismo’,
con el que nuestros prestidigitadores de marras caracterizan cuanto régimen
político surja por ahí, expresa un claro bizantinismo teórico, por cuanto le
asignan a aquella expresión un valor con vida propia y desarraigado de todo
contexto, demostrando que algunos en la izquierda, contumazmente, siguen
formando parte de la recua que criticara el ‘Amauta’ José Carlos
Mariátegui, aquella que “sabe de un radicalismo teórico que no logra
condensarse en fórmulas concretas y precisas”.
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El CAD Frente a la Coyuntura Abierta en Chile con el Acceso de
la Derecha al Gobierno
(Publicado el 20 de enero de 2010)
Con la elección del candidato de la derecha, en la
2ª vuelta electoral (17 de enero de 2010), se cerraba en Chile el ciclo de los
gobiernos de los sectores y grupos mantenedores del sistema de dominación. Se
iniciaba entonces el gobierno de la derecha política con respaldo del conjunto
de la clase dominante y con ello se hacían de la dirección política de la
formación aquellos que fueron capaces de idear y plasmar el actual tipo de
‘democracia’ (más bien ‘democracia gorila’), formulada para dar direccionalidad
y sustentación política a la refundación capitalista sufrida por nuestro país
durante la dictadura militar, centralmente entre 1975 y comienzos de los “80.
En nuestro análisis de la coyuntura que se abría,
analizamos las razones inmediatas y las indirectas de la derrota electoral de
la candidatura de la Concertación, además de los factores de la fortaleza de la
derecha, que volvía al gobierno del país, mediante el voto, después de medio
siglo. A los sectores y grupos mantenedores, a los que se sumaron gustosos los reformistas, no les resultó esa vez el consabido
cuento del “mal menor”, ni tampoco la tímida campaña del terror que intentaron
a última hora con el fin de agitar las implicancias de la llegada de la derecha
a la Moneda.
Con todo y como explicación más de fondo, alertábamos
del avance de la derecha en nuestro país y que ello debía destacarse en
cualquier análisis que se hiciera de la coyuntura y más allá de la misma.
Indiscutiblemente que el discurso de ella ha calado hondo en vastos sectores
sociales e inclusive populares, incluyendo a algunos que otrora fueron
proclives a apoyar, con todos sus defectos, a la Concertación. Ello
no es casualidad y debe ser considerado en conjunto con la dinámica, más
general, del alto grado de desarrollo e integración capitalista actual de
nuestra formación, en su fuerte despliegue del capital monopólico dependiente
transnacionalizado.
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A Luchar por un Bicentenario Democrático-Popular para los
Pueblos y los Trabajadores de Chile
(Publicado en diciembre de 2009)
A fines de diciembre de 2009, ad portas de celebrar el país doscientos años del inicio de nuestra
independencia político-formal del imperio español, el Colectivo Acción Directa
dio a conocer a los Pueblos y a los Trabajadores una propuesta de plataforma por
la más completa soberanía y por la justicia social en Chile.
Aspirábamos (y lo hacemos aún) a hacer de este
Bicentenario el inicio de las batallas que nos lleven a destruir el sistema de explotación
y dominación capitalista, avanzando con ello decididamente en la construcción
de un mundo mejor para nosotros y nuestros hijos.
Sabemos que todas las demandas que inscribimos en
nuestra proclama, así como otras medidas democrático-populares que surjan y que
debamos incorporar, sólo serán conquistadas gracias a la más profunda unidad y
lucha de los sectores auténticamente anticapitalistas. En este sentido, nuestro
llamado va dirigido a tod@s l@s militantes y organizaciones de la izquierda
consecuente, así como a los hombres y mujeres dignos de Chile que se sientan
representadas por estas justas demandas.
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Contribución a la Búsqueda de la Convergencia de los
Revolucionarios
(publicado en noviembre de 2008)
Planteamos la práctica de la ‘política’ en una
conceptualización que debiera ser la corriente en la izquierda, como aquella que
designa una orientación y una práctica que acompaña, como servicio, a la
producción de poder alternativo del pueblo y no sólo a la aprobación o
constitución de la simple unidad. Combatimos en nuestro trabajo variados
desaguisados ideológicos, como el artefacto ‘neoliberal’ y sus elementos
derivados, cuando ellos carecen de arraigo en la realidad y por tanto no coadyuvan
al despliegue de ninguna práctica concreta –sea económica, política, cultural o
ideológica- y, consecuentemente, impiden elaborar tácticas y estrategias que
contribuyan efectiva y eficazmente en el combate contra nuestros enemigos de
clase.
La discusión siempre enriquece, más
todavía si ella se realiza en pos de las convergencias que permitan ir
generando las fuerzas que nos lleven a ganar esta antigua guerra. Sabemos que entre
los y las que luchan nos separan muchas visiones y prácticas, sin embargo tales
discrepancias debemos sopesarlas a la luz de una de las elaboraciones que el
CAD plantea desde sus inicios: PENSAMOS Y SOSTENEMOS QUE LA CRISTALIZACIÓN DE LA UNIDAD DE LOS
REVOLUCIONARIOS NO SÓLO ES UNA NECESIDAD RIGUROSAMENTE CIENTÍFICA, SINO QUE,
ANTE TODO, ES UNA NECESIDAD RIGUROSAMENTE HUMANA.
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¿GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL O NUEVA FASE DEL IMPERIALISMO?
(publicado en junio de 2003)

Las dos derrotas infligidas al movimiento popular y revolucionario en Chile, en 1973 y 1986 (ver “Las Dos Derrotas Recientes del Movimiento Popular Chileno, 1973 y 1986; Causas, Lecciones y Perspectivas”, CAD), abrieron el camino para la importación, así sin más, del vocabulario y ciertas categorías de análisis desde el campo de nuestros enemigos de clase.
Algunas de estas entelequias, de nítido origen capitalista y utilizadas a diestra y siniestra por la izquierda en su conjunto, son las del NEOLIBERALISMO y de la GLOBALIZACIÓN. Se cree, erradamente, que utilizando esos conceptos se conjuran todos los males o, mejor aún, se cree que ellos describen en forma rigurosa lo que está sucediendo.
Nuestra tesis, expuesta en el presente análisis de ¿GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL O NUEVA FASE DEL IMPERIALISMO?, se puede sintetizar en que constatamos una concentración y centralización de capitales como nunca antes había sucedido en la historia del capitalismo, capitales que son monopolizados por unas pocas corporaciones transnacionales, en un proceso ampliado al conjunto del sistema capitalista mundial y que está conduciendo a la creación de un poder supranacional; lo que denominamos el ‘Gobierno mundial’ de ese gran capital. La evidencia nos permite aseverar que nos encontraríamos, así, en los prolegómenos de una nueva fase imperialista, donde aquel poder supranacional se encontraría en la fase de la transición, fase que puede demorar años, décadas, expuesta a las vicisitudes de un par de leyes fundamentales dentro del desarrollo capitalista: la COMPETENCIA y la LUCHA DE CLASES.
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LAS DOS DERROTAS RECIENTES DEL MOVIMIENTO POPULAR CHILENO, 1973 Y 1986;
CAUSAS, LECCIONES Y PERSPECTIVAS
(publicado en julio de 2002)
“Podrá ser o no el momento actual el indicado para iniciar la lucha, pero no podemos hacernos ninguna ilusión, ni tenemos derecho a ello de lograr la libertad sin combatir. Y los combates no serán meras luchas callejeras de piedras contra gases lacrimógenos, ni de huelgas generales pacíficas; ni será la lucha de un pueblo enfurecido que destruya en dos o tres días el andamiaje represivo (…); será una lucha larga, cruenta”
-Ché, “Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental”
Se ha transformado en un lugar común asegurar que el movimiento popular chileno ha sufrido una sola y única derrota en las últimas décadas, la del 11 de septiembre de 1973, omitiéndose una segunda y más mortífera, la de 1986, la cual aún nos aprisiona en sus deletéreos efectos.
Nuestro colectivo elaboró, a mediados de 2002, un análisis que diera cuenta de los dos más recientes golpes infligidos por las clases dominantes al Movimiento Popular y Revolucionario Chileno, resultando el presente trabajo de “Las Dos Derrotas Recientes del Movimiento Popular Chileno, 1973 y 1986; Causas, Lecciones y Perspectivas”. En él, nos interesaba demostrar no la existencia en sí de dos derrotas, las cuales son más que evidentes, sino, antes bien, lograr explicar sus causas, las lecciones que nos dejan y las perspectivas que ellas abrieron en el enfrentamiento de clases. Nos movía el parecer, y aún, que de tales desastres no habían sido extraídas todas sus consecuencias y determinantes para las luchas populares del presente.
Sí intentamos dar algunas respuestas, con el producto que hoy volvemos a exponer a la discusión, era con el fin de aportar al avance por la senda de la Revolución en Chile, sin pretender dar por finiquitadas todas las implicancias del fenómeno, las que surgirán de un análisis y una discusión lo más amplias posibles.