“La bandera de Estados Unidos ondea sobre los tres mares de Europa”
Mientras
que la Unión Europea se debate sin hallar respuesta a sus problemas internos,
Estados Unidos inicia una gran reorganización del centro y el este de Europa
bajo la denominación de «Iniciativa de los Tres Mares». Es un amplio proyecto,
concebido en tiempos de la administración Obama pero cuya aplicación
corresponderá a la administración Trump, y su objetivo es crean un bloque
anti-ruso para proteger Europa Occidental
Para el
presidente Trump es un triunfo haber llegado el de julio en visita a
Varsovia. Polonia, asegura la Casa Blanca, es un «fiel miembro de
la OTAN y uno de los más cercanos amigos de América» (léase
Estados Unidos).
Polonia es,
en efecto, la punta de lanza de la estrategia Estados Unidos/OTAN que ha
arrastrado Europa a una nueva guerra fría contra Rusia.
En Polonia, país al que se trasladó en enero la 3ª Brigada
Blindada de Estados Unidos, está acantonado –con fines anti-rusos y bajo
la autoridad de un mando estadounidense– uno de los cuatro grupos de
batalla de la OTAN «con presencia avanzada reforzada».
Polonia tiene
también el mérito de ser uno de los 4 miembros europeos de
la OTAN que ha alcanzado el objetivo, requerido por Estados Unidos
en 2014, de dedicar al sector militar más de un 2% de su PIB. Como
compensación, anuncia Varsovia, Polonia no tendrá que contribuir al «Fondo
para la Defensa» que la Unión Europea inició el 22 de junio.
O sea que,
para washington, la Polonia del presidente Andrzej Duda reúne las características
necesarias para asumir otro importante papel, el de iniciar y dirigir la «Iniciativa
de los Tres Mares», un nuevo proyecto en el que participan
12 países situados entre el Mar Báltico, el Mar Negro y el Adriático:
Polonia, Lituania, Letonia, Estonia, Hungría, Chequia, Austria, Bulgaria,
Rumania, Croacia, Eslovaquia y Eslovenia. Todos esos países son también
miembros de la Unión Europea, y por esa razón el presidente polaco Duda
define la Iniciativa como «un nuevo concepto para promover la unidad
europea».
Pero todos
esos países –con excepción de Austria– son también miembros de la OTAN,
que responde a un mando estadounidense, por lo cual están más vinculados a
Washington que a la Unión Europea.
La «Iniciativa
de los Tres Mares» tuvo como padrino al presidente Trump, durante la
conferencia que se realizó el 6 de julio en Varsovia, pero fue
concebida por la administración Obama. Se anunció el 25 de agosto
de 2016, con la Declaración Conjunta de Dubrovnik, que la presentaba
como una iniciativa tendiente a «conectar las economías y las
infraestructuras en los sectores de la energía, los transportes, las
comunicaciones digitales y, en general, la economía». Objetivo
oficial: «hacer que el centro y el este de Europa sean más seguros
y competitivos». ¡Estados Unidos se ocupará de eso!
Antes del
encuentro, se anunció que en su discurso ante la Conferencia de los
Tres Mares Donald Trump «se concentrará en el desarrollo de las
infraestructuras y en la seguridad energética, poniendo de relieve
sobre todo los primeros envíos de LNG (gas natural licuado) estadounidense
a Polonia rápidamente en el próximo mes». Una terminal construida en
el puerto báltico de Swinoujscie, con un costo de 1 000 millones de
dólares, permitirá a Polonia importar anualmente de 5 000 millones
metros cúbicos de gas licuado estadounidense, volumen que podría elevarse a
7 500 millones de metros cúbicos.
A través de
esa terminal y otras, como la prevista para su apertura en Croacia,
el gas proveniente de Estados Unidos, o de otros países pero siempre
a través de compañías estadounidenses, se distribuirá mediante
gasoductos creados para ello en toda la «región de los Tres Mares».
El objetivo
no puede ser más evidente: afectar a Rusia provocando una disminución de las
compras europeas de gas ruso –objetivo realizable únicamente si la
exportación de gas estadounidense, más caro que el gas ruso, goza de
fuertes subvenciones estatales–; amarrar aún más Europa Central y Europa
Oriental a Estados Unidos no sólo en el plano militar sino económicamente,
creando en ese sentido una competencia con Alemania y con otras potencias
europeas; crear en Europa una macro-región (la de los «Tres Mares»)
de soberanía limitada, bajo la influencia directa de Estados Unidos, que
de hecho quebraría la Unión Europea y se extendería hacia Ucrania y
más allá de esta.
El mapa de
Europa está a punto de cambiar, pero la bandera de las barras y las
estrellas sigue clavada en suelo europeo.
Fuente: Il Manifesto (Italia)
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Colectivo
Acción Directa Chile -Equipo Internacional
Julio 27 de 2017
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