“TLC ECUADOR-UNIÓN EUROPEA: TRIUNFAN LAS
CORPORACIONES”
La firma del Acuerdo
Comercial entre Ecuador y la Unión Europea este 11 de noviembre cerrará un
capítulo de la historia del país andino que se había mantenido, hasta ahora,
fuera de las más rígidas ataduras pro monopolistas.
Lo
paradójico es que esto ocurre durante un gobierno que surgió de las revueltas
sociales en oposición al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y al TLC
bilateral con EE.UU., ocurridas hace más de una década, enarbolando la lucha
contra las transnacionales y la defensa de la soberanía nacional como
requisitos para la transformación del sistema político y económico.
El
camino seguido por el gobierno del Ecuador para llegar a la firma de este
tratado ha estado lleno de contradicciones. Las negociaciones incluyeron
inicialmente a Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, con planteamientos de éste
último en favor de un trato especial y diferenciado considerando las asimetrías
existentes; en 2009 Ecuador dejó de participar en las rondas argumentando su
desacuerdo en negociar un TLC, pero tiempo después reanudó las negociaciones.
Esto
dejó a Bolivia aislada, resquebrajó el proceso de integración subregional
dentro de la Comunidad Andina, y colocó al Ecuador a la cola de sus dos países
vecinos, ambos con larga trayectoria afin al gran capital y con un TLC vigente
con EE.UU. De hecho, la firma de Rafael Correa el 11 de noviembre no será más
que la adhesión al tratado firmado entre la UE, Colombia y Perú.
Otro
aspecto a tomar en cuenta es la incompatibilidad de este tratado con la
Constitución del Ecuador, reconocida por su carácter garantista de derechos y
por establecer los derechos de la naturaleza. Toda una corriente de
funcionarios pro-TLC al interior del gobierno se dedicaron a la búsqueda de
formas de “armonizar” el tratado con la Constitución. Más tarde se pudo ver la
aprobación de normas claramente anti-constitucionales que fueron preparando el
camino para la aplicación del acuerdo; por ejemplo, abrieron la posibilidad de
privatización del agua, lo cual va de la mano con uno de los compromisos
específicos del tratado en relación con el acceso a tierras y agua por parte de
inversionistas europeos.
Para
algunos Rafael Correa traicionó a los movimientos sociales del Ecuador, para
otros es un hábil estratega que asumió el papel de modernizar el desarrollo
capitalista utilizando un discurso de izquierda mientras divide y criminaliza a
las organizaciones que disienten de sus políticas. Es una cuestión de
perspectiva. Correa es un político que respaldado en un poderoso aparato de
propaganda tuvo la habilidad de seducir a la población con medidas
redistributivas sostenidas en la bonanza derivada del alto precio del petróleo
hasta su desplome, con lo que han reaparecido los índices de desempleo de años
anteriores al correísmo, al tiempo que se devela una enorme deuda externa -con
China como segundo mayor acreedor- y escandalosos casos de corrupción que
involucran a altos funcionarios del régimen.
Lamentablemente,
muchas de las alertas levantadas por líderes sociales históricos del Ecuador
fueron desoídas internacionalmente, incluso por sectores de la izquierda
europea, cerrando las posibilidades para un esfuerzo conjunto de lucha contra
el TLC y su lógica nefasta.
Las
estructuras de concentración de la riqueza han permanecido intocadas. La
“revolución agraria” comprometida desde el inicio del gobierno con las
organizaciones del campo ha sido reiteradamente postergada; las demandas de
frenar el extractivismo se han respondido con la criminalización de la
resistencia. Además, el objetivo señalado en la Constitución de garantizar la
soberanía alimentaria para toda la población ecuatoriana quedará cancelado a
causa del TLC con la UE.
La
UE es una potencia agrícola a nivel mundial a raíz de que su sistema agrícola
fue tomado por la gran agroindustria, actualmente beneficiaria del mayor
porcentaje de subsidios por producción y por exportación, principalmente en los
sectores de lácteos, azúcar, cárnicos, cereales, alimentos elaborados.
En
el Ecuador, un país de 16 millones de personas, el sector de los lácteos
involucra a entre 900.000 y 1’500.000 personas, con alta participación de
pequeños y medianos productores, y entre ellos una cantidad importante de
mujeres campesinas que son jefas de familia. Al ser forzadas a “competir” con
los productos lácteos europeos altamente subsidiados sin duda quedarán en
condición de inviabilidad económica.
La
investigación realizada por Acción Ecológica sobre los impactos del TLC
Ecuador-UE en el sector rural, advierte además sobre los impactos negativos en
las economías campesinas de las medidas sanitarias y fitosanitarias que la UE
pide a los países con los que negocia acuerdos comerciales que sean armonizadas
para que la circulación de sus bienes agrícolas y ganaderos no sean objetos de
control en las fronteras de los países de cada una de las regiones. Como alumno
que cumple la tarea antes de que se la pidan, en el Ecuador ya han empezado a
aplicarse medidas de este tipo que resultan imposibles de aplicar para los
pequeños productores de queso, por ejemplo.
Otra
preocupación tiene que ver con las semillas. La nueva ley de semillas que está
por ser aprobada exigiría que todas las semillas que circulen en el Ecuador
sean certificadas y cuenten con un registro, lo que excluirá a la mayoría de
semillas campesinas. No se descarta que esto responda a una exigencia de la UE.
Un
puñado de grandes empresas agroexportadoras serán las beneficiarias del
tratado, incluyendo a varias transnacionales que operan en el país, entre ellas
algunas europeas.
En
el caso del banano, de las diez principales empresas exportadoras, dos son de
EE.UU. (de los grupos Dole y Chiquita), dos son de Rusia, una es de Alemania, y
cinco son de Ecuador (pertenecientes a grupos económicos muy poderosos).
En
cuanto a las flores, una gran cantidad son enviadas a los Países Bajos, que
controla gran parte de las exportaciones a nivel mundial con flores producidas
en otros países. Controla además gran parte de los derechos de obtentor (una
forma de propiedad intelectual) lo que aumenta su poder en el mercado de las
flores.
En
relación con la pesca industrial, la subsidiaria de la empresa española Isabel
Conservas Garavilla es una de las cinco más grandes empresas pesqueras.
Estos
sectores, además del camaronero o del brócoli, también beneficiarios del
tratado, son responsables de importantes impactos socioambientales por la
destrucción de bosques, manglares, pesquerías y extensas áreas de cultivo de
alimentos, y por la contaminación provocada a causa de la utilización de
ingentes cantidades de agrotóxicos. Con el TLC esta situación se verá agravada.
Puede
decirse que no hay nada nuevo en todo esto. Pocos y poderosos ganadores,
muchísimos perdedores. El libre comercio destruye economías locales y somete a
países y territorios a sus reglas, como bien lo sabemos en América Latina
teniendo el claro retrato de México, país sacrificado en nombre del capitalismo
más duro. La diferencia está en que el Ecuador ha sido lanzado a este destino
por un gobierno que se autodefine de izquierda y que tiene como presidente a
quien fuera autor de varios libros que describen las falacias del libre
comercio. ¿Traición? no, sólo una capacidad casi infinita de engañar.
ACCIÓN
ECOLÓGICA
Quito, 8 de octubre de 2016
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“QUE SE SEPA”
Por Gustavo Duch*
Estudios de Acción Ecológica explican lo que pasará a partir de hoy, día de la firma
del Acuerdo de Libre Comercio entre Ecuador y La Unión Europea. Pasará,
1.
que más de 1 millón de personas, mayoritariamente pequeñas y medianas
productoras de leche, muchas de ellas mujeres campesinas, no podrán resistir la
competencia de los productos lácteos europeos altamente subsidiados.
2.
que si estas pequeñas empresas quieren exportar a Europa, ellas no podrán
cumplir con los requisitos sanitarios que se piden en frontera.
3.
que el nombre de las empresas que sí podrán exportar a Europa con más facilidad
son las reinas del banano Dole y Chiquita de capital de EE.UU. o la española
Conservas Garavilla y sus productos Isabel, una de las cinco empresas de pesca
industrial más grandes instalada en Ecuador.
4.
que el Tratado favorecerá a exportaciones como el brócoli, las flores o los
camarones, responsables de importantes impactos socioambientales por la
destrucción de bosques, manglares y áreas de cultivo de alimentos; además de
arruinar a las economías rurales locales que en Europa viven de productos
equivalentes.
Y
como pasará, que se sepa.
*Veterinario, investigador y escritor catalán, fundador y
director entre 1991-2009 de Veterinarios Sin Fronteras. Ha escrito varios
libros sobre ecología, agricultura sustentable y vivencias. Desde 2011 coordina
la revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas
Colectivo Acción Directa Chile -Equipo Internacional
Noviembre 16 de 2016
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