TPP, TISA Y TTIP Cristalizarían Una Nueva Fase Imperialista
Nuestro
mediocre gobierno y algunos del corrupto congreso siguen negociando los
‘acuerdos’ TPP y el TISA a escondidas
Estados Unidos, Australia, Brunei, Chile,
Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam, México, Japón y Canadá están
negociando a puertas cerradas y a ritmo intenso la firma de un Acuerdo de
Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés) de “libre comercio”.
Pero, éste es sólo una de las cabezas de la Hidra.
Son
al menos tres los acuerdos más grandes en curso: TPP, TTIP y TISA. Las negociaciones de estas
alianzas multilaterales, instigadas y cruzadas por el todopoderoso capital financiero transnacional, monopólico en esencia, significan una
negación de la democracia, pues excluyen a la inmensa mayoría de la humanidad
de las más importantes decisiones sobre el desarrollo de las próximas décadas.
Son tratados que, en la práctica, intentan regular todos los aspectos centrales
para el progreso de un país y que se discuten de manera cerrada y oculta. No
existe acceso al texto de la negociación, sino que nos hemos enterado por
filtraciones de unos pocos capítulos que hacen imposible conocer el detalle de
los compromisos adoptados.
EL TPP:
ESCUDO DE EE.UU. CONTRA CHINA Y RUSIA
Todos
los países con costas sobre el Pacífico, desde Chile a Australia, podrían
llegar a formar parte de éste acuerdo[1], del que
han sido excluidas, en todo caso, Rusia y China. Las grandes empresas
farmacéuticas, de agronegocios, y la banca transnacional con base en EE.UU.
ansían la concreción del TPP a fin de obtener aún más poder y control sobre
nuestras vidas, más que el que ya nos arrancaron a través de los Tratados de
Libre Comercio (TLCs) entre la potencia imperial y varios países de la región.
Un
ejemplo del daño causado por la aplicación de esos TLC, donde podemos constatar
que, a despecho del discurso oficial, los únicos verdaderos beneficiados han sido
las grandes economías y sus corporaciones transnacionales, lo tenemos en el
TLCAN (NAFTA, en inglés) entre EE.UU., Canadá y México, en vigencia desde 1994,
con grandes perjuicios no sólo para la economía mexicana sino para su
estructura productiva, social y modos de vida[2]. Lo
mismo ha sucedido con el TLC que Chile suscribió con EE.UU. en 2003. A más de
diez años de vigencia de este acuerdo si bien ha cuadruplicado el comercio
bilateral, éste ha favorecido a la economía estadounidense. Si las
exportaciones chilenas a EE.UU. aumentaron en este periodo 157%, las
exportaciones norteamericanas hacia Chile lo hicieron en ¡483%! Del mismo modo,
la Roma imperial contemporánea se consolidó durante este periodo como la principal
inversionista extranjera[3] en Chile,
con el 16,7%.
Existen
borradores de 29 capítulos del TPP, la
mayoría de los cuales no tienen nada que ver con el comercio. Se trata más
bien de disposiciones que imponen restricciones a las políticas de desarrollo
nacional, de uso del suelo, salud, energía, medioambiente y otras. Los
gobiernos se niegan a darle difusión pública a estos textos. Pero hay 600
“asesores de comercio” de los gremios empresariales de EE.UU. que sí tienen
pleno acceso a ellos. Las organizaciones sindicales, ecologistas y de defensa
de los consumidores y el interés público hace tiempo que vienen reclamando
transparencia en el proceso y han dedicado varios años a luchar por “Un Acuerdo
Justo, o si no que no haya acuerdo”.
Hace
algún tiempo se filtraron algunos textos del TPP[4], y la
oposición a ese acuerdo está creciendo. En lugar de aprender la lección de las
equivocaciones de los TLCs, el TPP se está convirtiendo en un ‘TLC recargado’
con el mundo. EE.UU. impulsa propuestas que no sólo reproducen lo peor de los TLCs,
sino que está promoviendo indignantes nuevos términos de intercambio que
favorecen ampliamente a las empresas y que incrementarían los precios de los
medicamentos, socavarían la estabilidad financiera y reducirían la libertad en
Internet. EE.UU. pretende, además, extender el sistema infame de solución de diferencias
“inversionista-Estado” bajo cuyo régimen de tribunales extraterritoriales a los
gobiernos ya les ordenaron que pagaran cientos de millones de dólares de los
contribuyentes nacionales por concepto de indemnizaciones a empresas extranjeras,
según las disposiciones de los TLCs.
Medicamentos
más costosos, menos libertad de Internet, etc.:
-
Los negociadores estadounidenses están usando el TPP para tratar de imponer los
planes extremos del grupo de presión de las marcas farmacéuticas de EE.UU.,
PhRMA[5]. En
clara contradicción con la teoría del libre comercio, las propuestas de Estados
Unidos les proporcionarían a las empresas farmacéuticas nuevos derechos monopólicos
extremos que redundarían en incrementos de precios en los países desarrollados
y restringirían el acceso a medicinas que pueden salvar vidas en los países en
desarrollo. Estados Unidos también propone incrementar desmesuradamente la
protección de la propiedad intelectual, poniendo en peligro el acceso libre a
la información de Internet. Podría obligar la adopción de leyes que, a su vez, obligan
a las empresas de telecomunicaciones e internet a colaborar en la persecución
de las infracciones menores de la propiedad intelectual, afectado la libertad y
los derechos de los usuarios, incrementando los costos sociales de acceso a
Internet, y obstruyendo la innovación tecnológica.
-
Empresas extranjeras atacan a los gobiernos en tribunales extraterritoriales y
obtienen indemnizaciones a cuenta de los contribuyentes: Un borrador que se
filtró revela que el TPP ampliaría los privilegios extremos que les da los TLCs
a los inversionistas extranjeros, y extendería sus mecanismos privados de
imposición. Este sistema les permite a las empresas extranjeras obtener indemnizaciones
por cualquier acción gubernamental –ya sean nuevas políticas de salud,
medioambiente, ordenamiento territorial, empleo u otras— que, según ellas, haya
afectado sus “ganancias futuras esperadas”. Bajo este régimen, las empresas
extranjeras pueden eludir los tribunales y leyes nacionales y demandar
directamente a los gobiernos exigiéndoles indemnizaciones monetarias (es decir,
dinero de los contribuyentes) por supuestas violaciones de sus flamantes
derechos del inversionista. Estas demandas se presentan ante tribunales de la
ONU o el Banco Mundial constituidos por juristas del sector privado que pueden
oficiar algunas veces como “jueces” y otras como abogados de las empresas
demandantes.
-
Sólo contando lo que se ha pagado conforme a los términos de los tratados de Estados
Unidos con otros países, más de 2.500 millones de dólares de los contribuyentes
se han utilizado para indemnizar a los inversionistas por decisión de estos
tribunales privados extraterritoriales, por demandas empresariales asociadas a
la expedición de permisos para la instalación de vertederos de desechos tóxicos,
normas relacionadas con la tala de bosques, prohibiciones de sustancias
tóxicas, etc.
-
Bajo el TLC con EE.UU., Perú está siendo atacado por Renco Group Inc.[6], una
empresa de uno de los hombres más ricos de los EE.UU. Renco está utilizando el
sistema inversionista-Estado simultáneamente para exigir 800 millones de
dólares de los contribuyentes peruanos y descarrillar un juicio en los EE.UU.
que busca compensación para los niños en La Oroya sufriendo por una
contaminación tóxica del horno de fundición en su comunidad.
-
Philip Morris International está atacando actualmente las políticas de
empaquetado para las cajillas de cigarrillos y tabaco implementadas por
Australia y Uruguay, amparándose en normas similares a las de los TLCs y el TPP
incluidas en otros tratados.
-
Chevron se presentó ante uno de estos tribunales privados empresariales para
tratar de invalidar los dictámenes de tribunales de EEUU y del Ecuador que tras
18 años de litigio le ordenaron a la empresa pagar para la limpieza de su
terrible contaminación tóxica en la Amazonía ecuatoriana
En
lugar de aprender las lecciones derivadas de la explosión de abusos asociados a
la aplicación del sistema inversionista-Estado, las empresas estadounidenses
están presionando ahora para ampliar este sistema en el TPP, exponiendo a los
países a más ataques judiciales de este tipo de manos de empresas en toda la costa
del Pacífico. Son muchas las políticas nacionales que podrían ser blancos de esos
ataques, entre ellas las políticas de salud y de uso del suelo, las decisiones
sobre compras gubernamentales y contratación pública, los permisos
reglamentarios, los derechos de propiedad intelectual, la reglamentación de los
instrumentos financieros tales como los derivados, y más. Australia se niega a
someterse a este sistema demencial en el contexto del TPP. Muchos congresistas
de Estados Unidos se oponen al sistema de solución de diferencias
inversionista-Estado
Beneficios
para los mafiosos del sistema bancario:
–
Wall Street quiere usar el TPP para revertir las nuevas salvaguardas que
aprobaron muchos países con el fin de controlar a los bancos y las empresas de
valores y recuperar la estabilidad financiera. Los convenios comerciales del
pasado, tipo TLC, aseguraron una desregulación extrema que dio como resultado
la devastadora crisis financiera. ¡Y estos convenios prohíben el uso de
controles de capital! O sea, la OMC para la casa, además que habrá una debacle
de dimensiones nunca antes conocidas.
Como
será de seria la cosa, que a mediados del año pasado[7], los
honorables Navarro, Tuma y Gómez presentaron un proyecto de acuerdo solicitándole
a Bachelet la apertura de un debate
público, de carácter político y técnico, respecto de
las implicaciones estratégicas del Acuerdo
Estratégico Trans-Pacífico
de Asociación Económica en
los procesos de integración regional (y también para las relaciones
comerciales con la República Popular China). Hasta la hora,
nunca más se supo de alguna respuesta frente a la inquietud.
EL TISA:
LA ABLACIÓN UNIVERSAL DEL ESTADO-NACIÓN
Empezar
diciendo que éste súper-transacuerdo imperial no tiene nada de ‘Neoliberal’, al
decir de Paul Walder, en la última edición de Punto Final[8].
Afirmamos esto, pues no es nuevo y jamás ha sido liberal: la actual etapa de
transición imperialista arranca en los años “70-“80 en el centro del sistema
capitalista mundial (luego se nos impondría a la periferia) y es más congruente
con la realidad conceptualizarlo como un Capitalismo Monopólico-Financiero,
formando el TISA y los demás pactos parte de la dinámica lógica en el devenir
del gran capital financiero transnacional camino del establecimiento de su
gobierno mundial (remitimos a nuestro lectores a ver un par de trabajos sobre
el particular en nuestra
página).
El
acuerdo internacional sobre el comercio de servicios (TISA, por sus siglas en
inglés), que se está ’cocinando’ entre medio centenar de países, ha quedado en
evidencia gracias a WikiLeaks[9] como un
arma de las multinacionales para reforzar el control financiero a nivel global,
como hasta 2007, antes de la conmoción subprime.
Gracias
a las filtraciones conocidas[10],
podemos afirmar que las 10 principales amenazas que el TISA plantea para el
conjunto de los pueblos y los trabajadores del ya desigual y excluyente sistema
capitalista mundial, son las siguientes:
1.
Restringir las medidas equitativas para minimizar riesgos financieros: Las
reglas de "total acceso al mercado" que impone el TISA se contraponen
a todas las regulaciones financieras de sentido común que se aplican de manera
simétrica a empresas nacionales y extranjeras. Una de esas reglas deja a los
gobiernos vulnerables ante demandas de las corporaciones ante tribunales de
arbitraje extrajudiciales, simplemente por intentar limitar los arriesgadísimos
derivados que, precisamente, generaron la anterior crisis global.
2.
Permitir el tráfico de datos sensibles de los consumidores: Aunque los
gobiernos se preocupan cada vez más por la sustracción y el mal uso de datos
personales, como en el caso de los escándalos del espionaje político e
industrial de comunicaciones por parte de la NSA estadounidense, el TISA
permitirá a las corporaciones financieras exportar todos los datos personales
de los consumidores más allá de sus países, dándoles la opción de almacenarlos
en paraísos fiscales para evadir las inspecciones tributarias o situarlos en
países donde no se respeta la confidencialidad ni la protección de datos.
Estas
cláusulas del TISA estarían también violando y contraviniendo las actuales
leyes de protección de datos de la Unión Europea y de muchos otros países
firmantes del tratado, como recuerda el diario Público.es.
3.
Forzar a los gobiernos a anticipar todas sus futuras regulaciones: El TISA
incluso prohíbe las reglamentaciones equitativas si "inadvertidamente
modifican las condiciones de competencia" en detrimento de los intereses
de las grandes multinacionales, y obliga a los gobiernos a cumplir la casi
imposible tarea de predecir todas las posibles regulaciones financieras.
4.
Prohibir indefinidamente cualquier nueva regulación financiera: Los gobiernos
firmantes se comprometen a no aplicar nuevas medidas de política financiera
que, de alguna forma, limiten la desregulación absoluta establecida por el
TISA. Todas las excepciones contempladas en el acuerdo afectan exclusivamente a
las normas que ya están en vigor, de forma que se crea un efecto llamado de
’trinquete’ (’ratchet’, en inglés) por el que ya no se puede dar marcha atrás a
la liberalización de productos financieros.
5.
Prohibir los controles de capital dirigidos a paliar la crisis: Tras el colapso
de 2008 surgió un consenso internacional entre los economistas acerca de la
necesidad de mitigar la crisis con controles de capital, que no son otra cosa
que regulaciones para limitar los flujos masivos de dinero especulativo de alto
flujo hacia o desde un país, a fin de impedir la especulación a gran escala. Hasta
el FMI, que en los años 90 instaba a todos los gobiernos a eliminar los
controles de capital, reconoció en 2012 que la Recesión Global había demostrado
que son necesarios para evitar las crisis financieras mundiales.
6.
Exigir la implementación de productos financieros aun no existentes: Los
estados suscritos al TISA sólo podrán limitar la creación de nuevos y complejos
productos financieros, como los CDS o CDO, cuya falta de regulación hasta 2008
hizo estallar la crisis en EE.UU., si demuestran previamente su peligrosidad,
algo prácticamente imposible. Todos esos inventos financieros, desarrollados
para maximizar y acelerar los beneficios especulativos, solo demuestran ser
dañinos cuando ya han estado operando sin control y han generado graves pérdidas
públicas y privadas.
7.
Aceptar las reglas financieras vigentes en otros países: El TISA pretende que
las multinacionales financieras queden exentas de cumplir las normativas de un
país en el que entren a operar si sus actividades están permitidas en su país
de origen (por ejemplo, EE.UU.), un proceso conocido como ’recognition’ o
reconocimiento.
8.
Permitir a las corporaciones el bloqueo de nuevas regulaciones: El Anexo de
Servicios Financieros del TISA contiene una cláusula que prevé que los
gobiernos publiquen de antemano los borradores de las normativas o reglamentos,
obligándolos a aceptar un debate legal previo a su entrada en vigor, dando pie
a las multinacionales a desplegar su arsenal de lobbies y burós de abogados
para evitar su aplicación.
9.
Prohibir las preferencias bancarias nacionales para los contribuyentes: Los
gobiernos firmantes no podrán establecer preferencias para instituciones
bancarias o compañías de sus propios países, ni siquiera con la intención de
garantizar los fondos de pensiones o de estabilidad de sus contribuyentes, para
asegurar su disponibilidad y rentabilidad.
10.
Dejar a los gobiernos sin defensa legal para sus regulaciones: El lenguaje
adoptado por el TISA en cuanto a las "medidas prudenciales" adoptadas
por los gobiernos para proteger la estabilidad financiera de sus mercados
reproduce casi palabra por palabra el empleado en el acuerdo GATS, a pesar de
que los juristas llevan años denunciando que deja a las administraciones
públicas sin herramientas legales para defender sus regulaciones.
En
resumidas cuentas, estas cláusulas harían que los Estados queden desarmados e
impotentes frente al poder ilimitado de las compañías financieras
internacionales. Agreguemos que el TISA, que las autoridades de Chile también
negocian muy en privado, hay cláusulas para mantener el secreto hasta por cinco
años después de firmado el acuerdo.
EL TTIP: SE
CORPORIZA EL IMPERIO
El
acuerdo de Asociación Comercial y de Inversiones Transatlántico (TTIP, en
inglés), que establecerá (si no dice otra cosa el movimiento socio-político
anticapitalista europeo) un mega-acuerdo en todas las áreas posibles del
intercambio entre EE.UU. y la Unión Europea, representa una seria amenaza para los
trabajadores. Ese TTIP[11]
supondrá, por ejemplo, una violación sistemática de derechos de los explotados,
porque EE.UU. no acepta las pautas de derechos laborales de la Organización
Internacional del Trabajo y la armonización de normas negociada en el TTIP será
a la baja. Se impondrá la ausencia estadounidense de derechos laborales. Será
así porque quienes negocian el tratado consideran los derechos de los
trabajadores “barreras” para el libre comercio.
Además,
el TTIP prevé crear un “consejo de cooperación reglamentaria” que podrá
determinar si los proyectos de ley de los gobiernos perjudican intereses de
empresas transnacionales. Y hacerlos retirar. Además crean unos pretendidos
tribunales internacionales para conflictos de inversores (grandes empresas,
corporaciones transnacionales) y gobiernos. Pero hay trampa. Únicamente pueden
demandar las empresas y esos ‘tribunales’ solo son tríos de abogados privados
carísimos sin ningún mandato ni legalidad democráticos. Una mafia cerrada.
Por
otros tratados bilaterales (que también establecen esos equívocos medios de
resolución de conflictos), tenemos un amplio conocimiento de cómo actúan esos
falsos tribunales: dictando sentencias mil millonarias de indemnizaciones
contra los Estados por pretendidos perjuicios a los beneficios de las empresas.
Por informar en Uruguay, por ejemplo, que el tabaco perjudica la salud.
Pero,
como si el Tratado no fuera bastante amenaza, la Comisión Europea crea una
Unión de Mercados de Capitales. Para financiar empresas, dicen. Mercados de
capitales no son bancos ni tienen oficinas o sucursales en pueblos y ciudades.
Son fondos de inversión, fondos buitre, fondos de pensiones, mercados de
divisas, mercados de acciones, de bonos, aseguradoras… ¿Que pretende la
Comisión?
Según
un Libro Verde donde expone su plan, lo prioritario es “detectar y suprimir las
barreras y obstáculos que dificultan la financiación de la inversión en la
Unión”. ¡Alarma! Porque cuando la Comisión Europea suprime lo que cree
impedimentos económicos, al final lo paga la ciudadanía. Solo hay que repasar
los últimos años de historia europea para comprobarlo.
Esa
Unión de Mercados de Capitales significaría la completa financiarización de
Europa. Es decir, que todo (tangible o intangible, con valor presente o futuro)
se puede comprar y vender como producto financiero. Productos del trabajo y
servicios transformados en activos financieros. Para especular. No olvidemos
que el aumento del hambre en 2008 (con las muertes consiguientes) fue por la
especulación de los precios de alimentos básicos.
La
historia reciente demuestra cuán destructora ha sido la financiarización de la
economía, porque va acompañada de la desregulación. Claro que en esto no hay
‘mano invisible’, sino que las reglas las manejan unos pocos. Por cierto, en el
Libro Verde de la Comisión, la regulación de la actividad financiera y el
control de los mercados de capitales… no se proponen en lugar alguno regular y
controlar capitales y transacciones financieras. Esta crisis es consecuencia
directa de la financiarización desregulada.
Para
los olvidadizos, empezó con una masiva titulación de activos (agrupación de
activos financieros en un nuevo producto). Se les llamó títulos ‘tóxicos’
porque contenían préstamos hipotecarios incobrables, camuflados hábilmente en
los títulos con otras deudas. ¿Resultado? La mayor crisis de la historia del
capitalismo. Billones de euros de los estados y pretexto para una austeridad
criminal que ha empobrecido a más de medio mundo. Por eso saltan las alarmas al
saber que la Comisión tiene como objetivo prioritario “fomentar la titulación
de alta calidad” con esa Unión de Mercados de Capitales. ¿Qué otras burbujas no
estallarán?
Si
se crea la Unión de Mercados de Capitales, y no se impide la firma del TTIP,
Europa retrocederá a la Edad Media política. Porque las soberanías nacionales
se irán por el desagüe y la ciudadanía y los Parlamentos no pintarán nada. Los
mercados decidirán más que nunca y la democracia se convertirá en ritual,
liturgia. Atados de pies y manos Parlamentos y Gobiernos por el TTIP y la
libérrima actuación de los mercados, unos pocos decidirán lo que a todos atañe
en función de ‘sus’ intereses. Porque el poder económico-financiero no quiere
que la ciudadanía haga valer sus derechos con los medios que la democracia
proporciona. Porque va contra sus beneficios. Ya no recurren a golpes de Estado
violentos ni a dictaduras militares. De momento. Pero asaltan la democracia con
el rodeo de los tratados y la financiarización total.
Equipo Internacional –CAD CHILE
Julio 12 de 2015
[8]
Edición N° 832, 10/07/15, recogido por El Clarín: http://www.elclarin.cl/web/opinion/16251-tpp-y-tisa-hacia-el-gobierno-mundial-de-las-transnacionales.html
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