Dolmestch expresó su opinión favorable a la entrega de beneficios carcelarios a los criminales de lesa humanidad de la dictadura cívico-militar, asegurando que no deberían existir excepciones para su entrega, prestándose -en los hechos- para cohonestar la campaña reaccionaria que pretende que tales asesinos salgan en libertad
En una entrevista concedida a uno de los dos periódicos del duopolio informativo chileno, La Tercera, el
presidente de la Corte Suprema se mostró llano a abordar positivamente el tema
de los beneficios carcelarios a condenados por crímenes contra los Derechos Humanos
ocurridos durante la dictadura cívico-militar (1973-1990).
En sus dichos al periódico del multimillonario Álvaro Saieh, Dolmestch se atrevió a situar en un mismo nivel a delincuentes comunes y a criminales de lesa humanidad, asegurando que estos últimos igual que los otros deben acceder a la obtención de la libertad condicional: “Para nosotros, creo, se está concibiendo que este beneficio es un derecho del condenado y no una dádiva que le otorga el Estado. ¿Esto se debe aplicar a estos sentenciados?”, se preguntó.
El
magistrado tomó descaradamente partido en el bando de los que, injustificada e ilegítimamente,
pretenden que no existan excepciones para el cumplimiento de esta medida, al
mismo tiempo que criticó el proyecto de ley que busca limitar la entrega del
beneficio de la libertad condicional a los violadores de DD.HH.
Para
Dolmestch, basta con la simple condena a los criminales de lesa humanidad para
que estemos todos tranquilos. “El derecho humano de las víctimas se cumplió,
fueron sentenciados, y ahora viene el derecho humano de los condenados”, dijo,
desconociendo que el cumplimiento de cárcel efectiva, como lo asegura la jurisprudencia
internacional en la materia, forma parte inalienable de la pena y de la realización
del derecho a la justicia de las víctimas y del conjunto de la sociedad.
El
presidente del máximo tribunal manifestó ser partidario de otorgar indultos
humanitarios a los agentes del Estado que cometieron crímenes de lesa humanidad
durante la dictadura cívico-militar: “El Poder Ejecutivo tiene la facultad de
perdonar, porque es tan humano perdonar y el perdón tiene que tener un efecto”,
concluyó. Con esto, el hombre olvida que hasta su misma muerte han sido
encarcelados los criminales nazis, los que cometieron genocidio en la ex
Yugoslavia, en las guerras civiles y étnicas del África central, etc.
Por
cierto que todos los condenados por crímenes atroces contra los DD.HH., los
cuales repugnan la conciencia social: autores materiales e intelectuales, cómplices
y encubridores, deben cumplir la totalidad de sus penas en prisión, así sin
más. Esto, máxime cuando la cuasi totalidad de ellos ni siquiera ha manifestado
una pizca de arrepentimiento o de conciencia del mal que les causaron a miles
de chilen@s y a la sociedad toda.
Sólo
los asesinos por razones políticas y la derecha pueden estar de acuerdo con los falaces
y errados planteamientos de Dolmestch. Pero la verdad pura y simple es que, con
tales dichos, el pretendido jurista está contribuyendo a que otros que quieran
emular a los subhumanos que él pretende enviar a las calles vuelvan, en condiciones
similares, a cometer crímenes tanto o más atroces que los consignados en los
informes Rettig y Valech.
Estas
extremadamente graves e insoportables frases de quien preside el máximo
tribunal del país vienen a demostrar su absoluto desconocimiento del derecho
internacional humanitario. Por la gravedad de sus expresiones y las
implicancias que tienen para que de verdad se respeten los derechos
fundamentales en Chile, el actual presidente de la Corte Suprema Hugo Dolmestch
debe renunciar al cargo de inmediato; no puede haber otra posibilidad.
¡Ni Olvido Ni Perdón: Verdad, Justicia y
Memoria!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
Colectivo Acción Directa CAD –Chile
Noviembre 13 de 2016
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