Evocación de un hecho histórico
acaecido hace ya 44 años, de cuando un sector de la oficialidad del ejército, los
neofachos de ‘Patria y Libertad’ y –by the way- la embajada Yanqui se lanzaron
a tentar mediante un ataque al palacio de La Moneda la capacidad de respuesta
popular a un verdadero golpe militar
Ese día era viernes; el viernes 29 de junio de 1973. Chile vivía momentos álgidos, de
franco y enconado enfrentamiento entre un extendido movimiento popular y
revolucionario y las fuerzas que apoyaban a la burguesía. Tras la derrota del
componente legalista de su estrategia subversiva en contra de Allende y la Unidad
Popular, al no lograr la mayoría necesaria en las urnas en las últimas
elecciones parlamentarias, de marzo de ese año, la derecha, la burguesía, los intereses imperialistas en el país y la
CIA habían optado por profundizar el componente militar para el derrocamiento
del gobierno popular: el golpe de Estado estaba a la orden del día entre los infames
conjurados.
En
la madrugada de aquel día, el teniente coronel Roberto Souper Onfray, a cargo
del regimiento blindado Nº2 de Santiago, dirige un intento de alzamiento militar,
el que pasaría a denominarse "tanquetazo" debido al uso de los tanques
estacionados en dicho cuartel. Estos rodearon el palacio de La Moneda, a la par
que se desplegaban tropas golpistas por todo el perímetro.
El
Comandante en Jefe del Ejército, General Carlos Prats, a riesgo de su propia vida, dirigió personalmente la respuesta
armada a la intentona golpista, obteniendo en pocas horas el retiro de los
tanques y la detención del líder golpista, mientras que sus cómplices civiles del
grupo derechista Patria y Libertad terminaron asilándose en la embajada de
Ecuador. La sublevación fracasó, en lo inmediato, por la decidida acción del líder
del ejército y porque tampoco se plegó el Regimiento de Infantería N° 1 Buin,
ubicado en el norte de la capital, al contrario de lo que estaba previsto por
los autores intelectuales y militares del levantamiento.
Prats
fue informado de la tentativa en los momentos en que se dirigía en automóvil a
su oficina y en el camino decidió recurrir a las tropas del Comando de
Institutos Militares, con sede en la Escuela Militar, que estaban a cargo del
general Guillermo Pickering, de su plena confianza, con quien trazó el plan
militar para contener a los facciosos. El Comando tenía bajos sus órdenes a las
tropas de las escuelas militares de oficiales y suboficiales. Luego de hablar
con Pickering, Prats se dirigió al regimiento Tacna, donde arengó a las tropas
y logró conducirlas al centro. De mala gana, lo secundó hasta los alrededores
de La Moneda el comandante de ésta unidad, el entonces coronel Julio Canessa Roberts, figura estelar del golpe del 11 de septiembre.
Prats
redujo personalmente a un tanque frente a La Moneda, haciendo valer su
autoridad, con gran valor y sólo armado con su pistola reglamentaria.
Curiosamente, la única acción bélica del Tacna desde la esquina de
Alameda/Teatinos, fueron disparos de grueso calibre contra un camión pequeño en
que huían algunos alzados, que dieron muerte a un miembro de la patrulla del
cabo Héctor Bustamante (del que nos referiremos más abajo), a la vez conductor
de la camioneta, quien resultó herido en una pierna y fue internado en el
hospital militar bajo arresto.
En
primera instancia, al regimiento Buin se le ordenó que no concurriera al centro
de la ciudad y una vez que se procedió a indicarle su salida, se dispuso que no
atravesara el río Mapocho, cuestión que los jefes de la tropa no obedecieron,
aunque no llegaron a actuar en apoyo del Blindado N° 2, que requería de sus
tropas para tomarse La Moneda, y tampoco reprimieron a los sublevados. Era en este regimiento que se encontraba, “al cateo de la laucha”, el general Augusto Pinochet, entonces jefe del Estado Mayor, quien ese día jugó a dos
bandas: no estuvo junto a su jefe, el comandante en jefe del ejército, como
ordena el reglamento, pero apareció en La Moneda al mediodía, en vestimenta de
combate y cuando los alzados habían decidido retirarse. Se cuadró frente a
Salvador Allende y José Tohá, el ministro de Defensa (PS), diciendo “Todo bajo control mi
Presidente”. Carlos Prats andaba vestido con ropa de oficina, la “gabardina
dos” de reglamento, porque obviamente no estaba al tanto del intento sedicioso.
La
tentativa facciosa de ese viernes 29 de junio costó la vida de 22 civiles, víctimas
de la balacera cruzada entre las fuerzas leales y sublevadas, y de una decena
de uniformados. Además, se contaron más de 100 heridos. Entre las víctimas fatales
se encuentra el camarógrafo argentino Leonardo Henrichsen, quien filmó su propia muerte en las cercanías de La
Moneda (en la calle Agustinas), cuando fuera asesinado por los disparos de una
patrulla de soldados golpistas liderados por el cabo Héctor Hernán Bustamante Gómez, quien dio el ejemplo al disparar él el primero (ver foto).
Los
líderes civiles que incitaron éste alzamiento militar fueron los miembros del grupo
terrorista Patria y Libertad Pablo Rodríguez Grez, Juan Schaeffer, Benjamín
Matte, Manuel Fuentes y Juan Hurtado, quienes corrieron a asilarse en la
embajada de Ecuador luego del fracaso de la operación subversiva. Desde la sede
diplomática, emitieron un comunicado reconociendo que habían promovido el
frustrado golpe.
Después
se sabría que el “Tanquetazo” formaba parte de una amplia estrategia ideada por
un grupo secreto de oficiales del ejército, apostados en el Regimiento de
Telecomunicaciones de Peñalolen. La intentona fue monitoreada paso a paso desde
la embajada de EE.UU. en Chile y representaba una oportunidad inigualable para
poder ver la real capacidad de respuesta del gobierno de la UP y de la
izquierda revolucionaria frente a un golpe militar en rigor, visualizar a los
mandos leales dentro de las FFAA y las debilidades al interior de las mismas.
Así lo reconoció tiempo después el propio chacal Pinochet.
Lo
más luctuoso del episodio, sin embargo, fue que la UP no respondió con fuerza
ante la arremetida de la entente opositora. Vacilaciones en el gobierno no
acompañaron la decidida contraofensiva del movimiento de masas, que pasó a
ocupar fábricas y fundos por todo el país, aceptando el gobierno una reforma impuesta por la reacción que obligó a devolver lo
ocupado. La UP no procedió a depurar las ramas de las FFAA y de orden de los
reconocidos elementos golpistas en su oficialidad, lo que dio mayor brío a la
estrategia golpista. El gobierno aceptó los chantajes de la coalición opositora
y accedió a aplicar medidas restrictivas al desarrollo del Poder Popular entre
las filas del pueblo y los trabajadores. Allende y el reformismo dieron
prioridad a un estéril diálogo con el PDC, a despecho de la necesidad de unirse
férreamente en esos momentos con la base social popular. Toda esa política de
concesiones y errores de la UP sólo sirvieron para que las fuerzas golpistas
reordenasen sus filas y tres meses después aplastarán al movimiento popular y
revolucionario con un contundente golpe de Estado.
¡Que la Historia Nos Aclare el Pensamiento!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
Colectivo Acción Directa – CHILE
Junio 29 de 2017
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LA
IZQUIERDA REVOLUCIONARIA ANTE EL TANQUETAZO DEL 29/6/73
“LAS
TAREAS DEL PUEBLO CONTRA LA OFENSIVA GOLPISTA”
Declaración
pública* - 29 de Junio 1973
En
el día de hoy un sector reaccionario de las Fuerzas Armadas, encabezado por el Comandante
del Regimiento Blindados 2, Roberto Souper, intentó un golpe de Estado ocupando
desde tempranas horas las calles cercanas a La Moneda.
LA
INTENTONA GOLPISTA FRACASO.
La
ultraderecha chilena, el Partido Nacional y sectores ultrarreaccionarios de la
Democracia Cristiana apoyaron este intento golpista llamando a los gorilas
criollos a llevar a cabo la acción golpista contra el pueblo y que costó la
vida a numerosos trabajadores inocentes.
Sin
embargo, el pueblo contestó con la movilización inmediata, ocupando las
fábricas, los fundos y lugares de trabajo e impulsando decididamente el Poder
Popular a través de la creación de los Comandos Comunales de Trabajadores.
Al
mismo tiempo, las Fuerzas Armadas y Carabineros leales al gobierno, se
movilizaron decididamente y aplastaron el intento de ocupación del Palacio de
la Moneda, controlando la situación.
Pero
el intento golpista tiene raíces y ramificaciones más amplias. En esta acción sediciosa
y golpista están comprometido políticos y parlamentarios de derecha y militares
ultrarreaccionarios. Están comprometidos el PN, la ultrarreacción democratacristiana,
la SOFOFA, la CUPROCH, la SNA y el imperialismo.
OFENSIVA
A FONDO CONTRA LOS REACCIONARIOS
La
clase obrera y el pueblo deben desencadenar ahora una ofensiva a fondo contra
la reacción y la ultrarreacción chilena. El pueblo tiene fuerza más que
suficiente para resolver la crisis planteada en su favor.
Solo
la movilización y organización independiente de los trabajadores y el combate decidido
e inmediato contra la reacción patronal e imperialista pueden derrotar definitivamente
esta intentona golpista y cualquiera intentona posterior. La clase obrera y el
pueblo tienen claro que la crisis actual, no la pueden resolver otras fuerzas que
no sean las fuerzas de la clase obrera y los trabajadores.
Es
la clase obrera y los trabajadores organizados en los Comando Comunales, los Comités
de Autodefensa de los Comandos Comunales los que deben tomar el control de las
comunas, barrios, ciudades y campos del país.
ALERTA Y PODER
POPULAR
Por
eso convocamos a la clase obrera, a los trabajadores y al pueblo a mantenerse
en estado de alerta y movilización. A mantener la ocupación de las fábricas y
fundos y lugares de trabajo, reforzando los Comités de Autodefensa y
desarrollando en formas masivas la organización de Brigadas de Vigilancia. No
devolver ninguna de las grandes empresas tomadas por los trabajadores y a
imponer el Control Obrero en el resto.
Por
eso el MIR llama a fortalecer los Comandos Comunales allí donde existen y a crearlos
de inmediato donde todavía no se han constituidos, integrando a todas las organizaciones
de masas existentes en la comuna: Sindicatos, Centros de Madres, JAP, Junta de
Vecinos, Centro de Estudiantes, etc.
IMPULSAR
LOS COMITES DE VIGILANCIA Y AUTODEFENSA
El
Comando Comunal debe asumir de inmediato el control y vigilancia de la comuna.
Llamamos
a que los Comités Directivos de los Comandos Comunales se declaren en sesión
permanente. A crear y hacer funcionar de inmediato un Comité de Defensa del Comando
Comunal, para que tome a su cargo el control del orden y la vigilancia en la comuna,
organizando el plan de defensa y creando brigadas de masas organizadas para la
vigilancia y la defensa.
A
organizar el Comité de Salud, el Comité de Abastecimiento, el Comité de
Agitación y Propaganda y todos los comités que sean necesarios para el
funcionamiento efectivo del Comando Comunal.
CARCEL
PARA LOS OFICIALES REACCIONARIOS Y GOLPISTAS
Llamamos
a la clase obrera y al pueblo a vigilar y encarcelar de inmediato a los oficiales
reaccionarios y golpistas y a luchar por la democratización de las Fuerzas Armadas
y Carabineros.
El
MIR llama a fortalecer la unidad de la clase obrera y el pueblo uniformado, con
los oficiales honestos, los suboficiales, soldados y carabineros.
A QUEBRAR
EL PODER DE LOS PATRONES
El
MIR llama a pasar de inmediato todas las fábricas de más de 14 millones de
escudos de capital a poder de los trabajadores, a pasar a manos de los
trabajadores los fundos de más de 40 HRB y a exigir su intervención.
A
expropiar CENADI y CONCI y todas las grandes distribuidoras y almacenes y que
el pueblo tome de inmediato en sus manos la distribución y el abastecimiento de
la población.
A
expropiar todos los bienes del imperialismo y a suspender el pago de la deuda externa.
A
cerrar, expropiar y pasar a manos y al control del pueblo todas las radios,
diarios y canales de televisión que hoy están al servicio del golpismo. A
expropiar de inmediato la cadena El Mercurio, Tribuna, Radio Agricultura y el
Canal 13.
UNIDAD DE
TODA LA IZQUIERDA Y LOS REVOLUCIONARIOS
El
MIR llama a toda la izquierda, a unir fuerzas para combatir frontalmente a la burguesía,
a la reacción y a la ultrarreacción nacional y extranjera para detener los planes
y proyectos golpistas y sediciosos, derrotándolos definitivamente mediante un
combate en que la clase obrera y el pueblo les arrebate sus fábricas y fundos y
los desaloje de sus trincheras de poder político: El Parlamento, la Contraloría
y la Corte Suprema.
El
MIR llama a la clase obrera y al pueblo a no dejarse engañar por los Jarpas y
los Frei, por los parlamentarios reaccionarios, por el PN y el PDC, por la
prensa reaccionaria, quienes intentarán esconder su responsabilidad en este
frustrado intento golpista, que costó la vida a decenas de trabajadores
inocentes.
Entre
los responsables hay instigadores, promotores, cómplices, organizadores y ejecutores
directos. Los trabajadores y el pueblo deben vigilar para exigir que los responsables,
cualquiera sea su grado de participación no queden impunes y paguen sus
crímenes. El pueblo exige cárcel y un castigo duro y ejemplar para los que han atentado
contra sus intereses.
El
MIR saluda a la clase obrera, a los trabajadores y al pueblo, a los oficiales
honestos, soldados y carabineros, al conjunto de la izquierda y a nuestros
militantes que supieron enfrentar a los golpistas, en los cuarteles, en la
calle, en las fábricas, en las poblaciones, en las ciudades y campos de Chile.
Al mismo tiempo, los llamamos a permanecer alertas y a seguir combatiendo a la
reacción y al golpismo, en la lucha diaria que libran los trabajadores y el
pueblo contra sus enemigos, a través de las tareas aquí planteadas.
A
DESENCADENAR UNA GRAN CONTRAOFENSIVA REVOLUCIONARIA Y POPULAR
El
MIR llama a desencadenar una vasta ofensiva revolucionaria y popular contra los
enemigos del pueblo, contra la reacción patronal y el golpismo.
El
MIR llama a luchar por el Programa Revolucionario del Pueblo, por la plataforma
inmediata destinada a resolver los problemas más urgentes de las masas.
A
crear y fortalecer el Poder Popular, creando los Comandos Comunales de Trabajadores
en todas las comunas del país, asumiendo el control y la vigilancia de la comuna
y la dirección de las luchas de la clase obrera y el pueblo. A luchar por la democratización
de las Fuerzas Armadas y Carabineros y por la vigilancia y encarcelamiento de
la oficialidad reaccionaria y golpista. A impulsar con más fuerza que nunca la
lucha por sustituir el Parlamento burgués por la Asamblea del Pueblo y por
imponer el establecimiento de un verdadero Gobierno de los Trabajadores.
SECRETARIADO NACIONAL
MOVIMIENTO DE
IZQUIERDA REVOLUCIONARIA. MIR.
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