“Chile. Una línea política provisoria de las y los comunes”
“Ni calco ni copia, sino creación heroica”
José Carlos Mariátegui
Andrés
Figueroa Cornejo
1.
¿Por qué es preciso en Chile caminar hacia la formación de un Movimiento
Amplio por los Derechos Sociales?
2.
Pueblo es aquel conjunto de fuerzas sociales conscientes y organizadas de
acuerdo a sus intereses y derechos sociales y políticos históricos. El resto es
población.
3.
Personas comunes significa ‘en colaboración con otros’, común o ‘de muchos’,
bien común, comuna, soberanía, identidad, territorio, pertenencia,
auto-movimiento, independencia y comunidad. ‘De todos’, socialmente público.
Las y los sujetos comunes son la diversidad de individuos, comunidades y grupos
sociales oprimidos que sufren la dominación de unos pocos y que en su
desenvolvimiento del pensar-haciendo o hacer-pensando, adquieren consciencia de
sus intereses y derechos. Lo anterior se enmarca en la contradicción objetiva
de capital versus humanidad que signa la época en curso.
La
contradicción capital versus humanidad tiene carácter orgánico, que supera,
ampliando, la contradicción clásica de capital versus trabajo. De este modo, la
contradicción orgánica de la época adquiera una materialización actualizada en
la forma de Estado capitalista versus pueblos y ciudadanías. El Estado
capitalista es la dominación, y los pueblos y la ciudadanía son la promesa de
la superación de la dominación, o lo que es lo mismo, la promesa histórica de
la liberación humana.
4.
Línea política comporta aquel instrumento que caracteriza, interpreta y orienta
una práctica colectiva, y a un complejo multidimensional de intereses
estructuralmente similares y accidentalmente matizados y distintivos.
¿A quién
caracteriza, interpreta y orienta una línea política? A las realidades
particulares y específicas en sus relaciones con las realidades mayores a
escalas regionales, nacionales, continentales y mundiales. Se trata de un
conjunto de prácticas combinadas socialmente respecto del poder o de lo propio
de la política, desde los intereses y movimiento concreto de lo popular y
ciudadano (de las y los comunes) en un tiempo-espacio determinado, y que se
encuentra en contradicción o en pugna con los intereses de la minoría opresora
o bloque dominante que detenta el poder hasta ahora en Chile.
5.
¿Cuál es en términos orgánicos (o sea, en términos de aquello más permanente o
estructural) la composición del llamado ‘bloque dominante’? Los imperialismos o
Estados capitalistas centrales del planeta que son una misma realidad inestable
con el gran capital transnacional y con los grupos económicos nativos
combinados con éste y a él subordinados. El Estado capitalista antipopular y ‘tutelado’
chileno (‘antipopular’ porque su despliegue, dominio y privilegios sólo le
resultan posibles a costa de la opresión de los pueblos. Y ‘tutelado’ se
refiere al rol decisivo que juegan las Fuerzas Armadas y policías en su sostén,
reproducción y dominio). La alta oficialidad de las FFAA y policías. La alta
jerarquía de las iglesias cristianas. El régimen político bipartidista que
administra alternadamente el Estado. Y los medios masivos de comunicación.
Respecto
de los medios masivos de comunicación, sólo se menciona como el recurso más
visible y barato de formación de ‘sentido común’ u ‘opinión pública’ (que es
opinión pública y privada). En este sentido, los recursos de la colonización
subjetiva sobre las y los oprimidos y la alienación social e individual
(‘extrañamiento’, o todo aquello que corresponde a los efectos colaterales de
la dominación o que busca premeditadamente que las y los comunes posterguen la
consciencia de sus intereses históricos), se encuentran desde la educación
formal hasta el orden geopolítico y económico del territorio chileno y del
territorio propio de los pueblos indígenas.
6.
Por ‘lo económico’, se entiende la plataforma y organización concreta y
práctica producida históricamente por la humanidad y sus relaciones sociales.
Lo económico no es un mero factor o infraestructura. Sus aspectos
orgánicos son la producción, el intercambio y el consumo, como los momentos de
un todo creativo en movimiento. Siempre desde una perspectiva no determinista
ni mecánica. Comprendiendo que el orden económico en curso es posible de
transformar dinámicamente a través de la política, de las contradicciones y
crisis internas del capital, y de la voluntad colectiva y organizada de las y
los comunes.
7.
Ciudadanía significa ‘sujeto de derechos’, aunque esos derechos todavía no sean
conquistados.
8.
Lo que sigue corresponde a la tesis provisoria de una línea política de las y
los comunes (pueblos y ciudadanía consciente de sus derechos) sintetizada en un
Movimiento Amplio por los Derechos Sociales, independientemente de la
seguidilla de incidentes electorales que se avecinan (municipales,
parlamentarias, presidenciales). Se trata de una elaboración que depende del
desenvolvimiento del movimiento popular y de la ciudadanía real y que debe trascender
el mero accidente electoral e institucional. Tiene que ver con los brotes de
recomposición del movimiento popular y ciudadano de las y los comunes, de su
devenir, límites, condiciones y tendencias.
9.
¿Por qué se habla de Movimiento Amplio? La amplitud aquí está
determinada por los distintos momentos de las relaciones de fuerza entre
dominadores y dominados. Como el aspecto políticamente decisivo en el proceso
de recomposición del movimiento popular y ciudadano tiene que ver con sus
intereses objetivos e históricos y su acumulación incesante de fuerzas
sociales, la ‘amplitud’ o ‘lo amplio’ es la expresión comprensible de la
constitución de fuerzas necesarias y suficientes para llegar a transformarse en
poder soberano y beligerante respecto de su enemigo histórico y objetivo.
O
sea, de acuerdo a la dimensión y tonelaje político reales del bloque dominante,
no es posible que las y los comunes alcancen a cobrar el poder necesario y
suficiente para hacerle frente si su poder propio no se funda sobre
el ancho y profundidad más voluminosa, cuantitativa y cualitativamente, social
y políticamente. Entonces, ‘lo amplio’ corresponde al acumulado de poder y de
fuerzas que demandan sus propios desafíos.
10.
¿Pero quiénes son las y los comunes? Las y los que luchan, las y los
que resisten ante el sometimiento antipopular y anticiudadano del bloque
dominante en sus diversas expresiones, y que en su despliegue práctico chocan
con los intereses de la minoría opresora.
A
saber: fracciones del pueblo trabajador ligados al extractivismo (minería,
forestal, pesca, agro, etc.). Segmentos de pueblo trabajador subcontratados,
tercerizados, volcados al cuentapropismo y a la denominada flexibilidad
laboral. Franjas de pueblo trabajador inactivas (cesantes, semi-cesantes y jubilados/as).
Asalariados/as en edad de jubilar, pero que no pueden por los sistemas vigentes
de previsión, de salud, de vivienda, etc. Pueblo Mapuche y otras comunidades
indígenas. Estudiantes de secundaria y de la educación superior. Ambientalismo
consecuente. Comunidades territoriales y comunidades regionales. Comités de
usuarios/as. Comunidad de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB).
Antipatriarcado. Comunidad de discapacitados/as y de enfermos/as catastróficos.
Agrupaciones independientes de Derechos Humanos.
Asimismo,
pero de manera diferenciada respecto de las zonas sociales anteriores, y
denominadas vulgarmente ‘sectores o clases medias’, se encuentran: Pequeños
productores y comerciantes de mercancías y servicios, expuestos a las quiebras
latentes y afectados por los precios impuestos por el gran capital.
Profesionales de los mandos medios de la burocracia estatal y privada.
Unos
más y otros menos, las clases asalariadas chilenas e indígenas (grupos humanos
súper-explotados a través de la apropiación privada del excedente socialmente
producido y bajo la contradicción capital/trabajo), fracciones y capas sociales
numeradas antes, son objeto de la hegemonía mundial y chilena del momento
financiero sobre el conjunto de momentos de la reproducción de las relaciones
sociales del capital. ¿Cómo? Mediante la industria de la deuda (crédito)
y de la concentración oligopólica del gran capital.
11.
En materia de relaciones de fuerza sociales y políticas entre la dominación
(bloque en el poder) y las y los comunes, pueden distinguirse de manera
simplificada tres momentos que son una sola totalidad no lineal, que son
continuidad y ruptura, que son momentos inestables, dinámicos, sujetos de
variables complejas:
a. El movimiento real y concreto, popular y
ciudadano, se manifiesta en un primer momento de un modo
económico-corporativo (grupos de interés y sólo partes de una totalidad
social oprimida y objetivamente intervinculada). Las diversas demandas y
derechos sociales y políticos, cada una por su lado, desarticuladamente,
perciben la unidad homogénea propia de su demanda particular y el deber de
organizarse en torno a ella. En Chile y en su historia reciente, y desde
hace alrededor de poco más de dos décadas (mediados de los 90 del siglo XX),
las expresiones económico-corporativas de éste momento de recomposición del
movimiento popular y ciudadano se han notificado, por ejemplo, en las
resistencias del Pueblo Mapuche; en las grandes movilizaciones del
subcontratismo minero, forestal y pesquero; en el movimiento estudiantil y sus
cimas concentradas el 2006 y el 2011; en los levantamientos regionalistas; en
las luchas del ambientalismo consecuente; en las luchas territoriales por el
agua; en las luchas territoriales por la vivienda y el suelo; últimamente, en
las grandes movilizaciones en contra del sistema previsional de cotización
individual, AFP; en los movimientos culturales independientes; etc. Se trata de
luchas concretas, pero parciales y disgregadas. La superación de éste
momento y del momento que le sigue depende de la actuación de las iniciativas
de suscripción revolucionaria, camino a convertirse no linealmente, en el
instrumento de la emancipación humana de los pueblos y la ciudadanía en Chile.
b. Un momento superior corresponde al
movimiento popular y ciudadano de signo político y económico. Él se
caracteriza por la conquista de la consciencia de la unión y solidaridad de
intereses del movimiento popular y ciudadano, aunque meramente económico.
Esto es, se provoca la reunión de las luchas disgregadas en un nivel
estrictamente economicista, o como si las reivindicaciones de carácter
económico no tuvieran que ver con la política y el poder, salvo a modo de
interpelación al Estado. Por ejemplo, se entiende en la acción y reflexión,
que la resistencia del Pueblo Mapuche no es orgánicamente distinta a la demanda
por la sustitución del sistema de AFP, o a la demanda de una salud pública de
excelencia e integral, o de la demanda de una vivienda social digna y del suelo
que la soporta, etc. Se advierte que las causas estructurales, en última
instancia, de las carencias objetivas trasmutadas en demandas y acción directa
y colectiva, son las mismas. Se postula el problema del Estado, pero acotado
simplemente a la igualdad en los ámbitos jurídico-políticos respecto del bloque
dominante y siempre dentro de los marcos establecidos por el Estado
capitalista. Dicho momento, en la actualidad chilena, sólo es una promesa
del desenvolvimiento del movimiento popular y ciudadano.
c. Siempre en materia de las relaciones
de fuerza entre el bloque en el poder versus las y los comunes, deviene el
momento político entre estos últimos. O sea, que las demandas dispersas
del movimiento popular y ciudadano (momento económico-corporativo), ya se
encuentran sintetizadas mediante su reunión virtuosa, y que, por convicción
social y solidaria políticamente, no basta el carácter restrictivamente
económico de su desenvolvimiento para la conquista del conjunto articulado de
los derechos sociales. Así, de manera dinámica y compleja, en medio de
reyertas y pugnas internas, emerge como un resultado de la acumulación
histórica y concreta del hacer-pensando de la totalidad del movimiento de las y
los comunes, la voluntad política y de poder de que ahora el combate es por la
apropiación y transformación colectiva del Estado.
En
éste momento, en el movimiento de las y los comunes hegemoniza un compuesto o
grupo social capaz de coordinar concretamente los intereses generales de los
demás grupos sociales del movimiento popular y ciudadano. Así aparece de manera
lógica y política, y a causa de los golpes represivos propinados en su contra
por el bloque dominante, la necesidad de su blindaje y armadura material.
12.
Si se conviene que el movimiento popular y ciudadano chileno se sitúa en el
primer momento detallado arriba, entonces, hasta el instante en que se
imprenta la presente línea política de las y los comunes, es posible
proponer algunas tendencias condicionadas de su devenir:
i. Considerando sólo el movimiento
estudiantil de Chile como ejemplo, se advierte que las grandes asambleas y
movilizaciones de secundarios y estudiantes de la educación superior, con
vocerías revocatorias y el ejercicio de la democracia radical y participativa,
devino paulatinamente en la delegación representativa de la soberanía de su
poder legítimo originario. ¿Cuáles fueron las formas y estrategias que empleó
el bloque dominante y su régimen político para contener, fragmentar, coaccionar
y volver funcional a sus intereses al movimiento estudiantil? Antes que
todo, la incorporación de la demanda de educación gratuita, universal y de
excelencia a su propio programa político, retornándolo licuado,
desnaturalizado, despotenciado de sus formas y contenidos que inicialmente
fueron disfuncionales al sistema dominante. Al mismo tiempo, la judicialización
y criminalización de la protesta juvenil, con el fin de aislarla socialmente.
La cooptación e institucionalización, mediante la corrupción, de los rostros
más visibles del movimiento, integrándolos a su régimen político a través de
cupos parlamentarios. Podrían mencionarse otras maneras más sofisticadas que
abarcarían varios tomos. Ahora bien, el caso del movimiento estudiantil chileno
(hoy en situación de latencia precaria), puede extrapolarse a los procesos de
las luchas regionalistas, como las de Magallanes, Aysén, Chiloé. Otro tanto
ocurrió con las luchas del pueblo trabajador ligado al extractivismo pesquero.
O sea, se está frente a una batería de medios empleados por el bloque en el
poder que, hasta ahora, ha conseguido sus objetivos. ¿Por qué? Debido a la todavía
escasa consistencia orgánica y política del movimiento popular y ciudadano.
ii. En este sentido, de no superarse el
momento económico-corporativo de la paulatina recomposición del movimiento
popular y ciudadano, su máxima proyección sólo puede aspirar, en el mejor
de los casos, a reformas sistémicas que terminan por subsumir las demandas
originales y originarias.
iii. ¿Cómo el movimiento de las y los
comunes supera el momento económico-corporativo? ¿Qué ocurre con los activos
de suscripción revolucionaria que se desenvuelven en medio del actual momento?
Más allá de su condición de minoría, las iniciativas de suscripción
revolucionaria no han jugado un rol preponderante capaz de disputar
todavía la hegemonía en la orientación del movimiento de las y los comunes.
¿Por qué? Porque, en general, carecen hasta hoy, de un proyecto político
post-capitalista y socialista de acuerdo a las condiciones nacionales,
regionales y mundiales del actual estadio de la humanidad; carecen de un
análisis concreto de la realidad concreta; de una estrategia de poder acorde
con lo anterior; y de tácticas según esa estrategia. Ahora bien, aunque
en Chile todavía no exista el partido de la emancipación humana (porque la
necesidad de su aparición no ha llegado a ser perentoria), sí se requiere del
conjunto de personas, mujeres y hombres, dispuestas por voluntad y sentido, a
desarrollar las tareas políticas y orgánicas que inicien su construcción. Esto
es, las iniciativas de suscripción revolucionaria tienen el desafío de
colocarse a la altura del movimiento real de las y los comunes, conforme a las
condiciones señaladas.
iv. En cambio, es posible observar que
las direcciones políticas de otras formaciones de carácter progresivo, pero que
no persiguen la superación del modo de producción capitalista
(independientemente de que en su interior existan grupos de personas que sí
abrazan la superación del capitalismo), efectivamente avanzan a niveles de
coordinaciones políticas fabricadas para terciar en medio del duopolio del
régimen político del bloque en el poder, tras la representación de los
intereses de la ciudadanía. Se trata de sectores y fracciones sociales que
alcanzan horizontes mayores de acuerdos políticos. En Chile y el mundo, tal
cual como en otros momentos de la historia, los compuestos políticos
progresivos se preparan para la constitución de alianzas del tipo ‘frentes amplios’
(como Podemos en España y Syriza en Grecia).
¿Qué
son los ‘frentes amplios’ (FA)? Complejos de organizaciones políticas cuyos
programas electorales contemplan reformas tendientes a mejorar las condiciones
de vida de las y los comunes, sin transformar su condición de oprimidos.
¿Cuál
es la diferencia estratégica entre la política de los ‘frentes amplios’
respecto del ‘Movimiento Amplio’ aquí postulado? Que los FA son compuestos
puramente institucionales cuyas fuerzas están subordinadas a proyectos inmediatos
en el campo de la lucha electoral y política al interior de la normativa
jurídica y de fuerzas del bloque en el poder. En cambio, un ‘Movimiento
Amplio’, estratégicamente, es la forma que adopta, en sus distintos momentos,
la lucha de las fuerzas sociales y políticas concretas y reales que buscan
hacerse de todo el poder, modificando de manera orgánica y estructural la
totalidad del orden establecido se acuerdo a sus propios intereses históricos y
objetivos.
En
Chile, actualmente los FA convocan a diversas corrientes de pensamiento. Sus
liderazgos provienen de las movilizaciones universitarias institucionalizadas;
otros, de las luchas sindicales recientes; de demandas regionalistas; y de los
denominados ‘políticos díscolos’ o críticos progresivos de la Nueva Mayoría.
Dentro de los marcos establecidos por el régimen político del bloque en el
poder, los FA buscan renovar la política, reformar aspectos problemáticos del
presente orden de cosas y concursar en la hegemonía del descontento ciudadano.
Si alcanzan una sintonía representativa de las demandas sociales, y una
conducción colectiva integradora que logre sustraerse de la política del
duopolio, los FA pueden entrar a competir desde ahora a cinco o diez años, en
la alternancia, cohabitación y repartición de los espacios
político-electorales, siempre encuadrados por el régimen político dominante.
13.
¿Por qué la presente línea política de las y los comunes postula la
formación de un Movimiento Amplio de Derechos Sociales?
La
voluntad colectiva radicalmente transformadora de las y los comunes y sus
tareas inmediatas entienden el movimiento popular y ciudadano como uno y lo
mismo que el Movimiento Amplio por los Derechos Sociales pendiente. Esto es,
comprenden y trabajan en la articulación y unión de las demandas populares y
ciudadanas de las y los comunes, a nivel local, provincial, regional y
nacional. Establecen coordinaciones colectivas participativas, revocables y
radicalmente democráticas. Aspiran a la construcción de una red nacional e
internacional de medios de comunicación independiente y en todos formatos, y
donde tengan existencia real. Dedican una porción significativa de su accionar
a la alfabetización política bajo la orientación irrestricta de los intereses
históricos de las y los oprimidos, acentuando su quehacer en todas y cada una
de las partes que hacen las fuerzas sociales concretas y específicas que
componen el movimiento popular y ciudadano chileno actual (resumidas en el
punto 10).
Las
iniciativas de suscripción revolucionaria se vuelcan a las tareas del
instrumento de la emancipación humana, social y política, desde el propio
Movimiento Amplio de los Derechos Sociales. Pero ni como vanguardia
autoproclamada, ni como retaguardia estratégica. En consecuencia, actúan
según los modos y los tiempos determinados por el propio desenvolvimiento
interno del movimiento popular y ciudadano en su proceso de constitución
autónoma en contradicción con el bloque en el poder y mediante la forma del
Movimiento Amplio por los Derechos Sociales.
Hasta
septiembre de 2016, no es posible que las formaciones de suscripción
revolucionaria salgan del testimonio marginal y lleguen a jugar algún
papel preponderante en el movimiento popular y ciudadano en curso, si no se
colocan sobre sus hombros, realizan las labores teóricas y prácticas (que
corresponden a un momento único) arriba descritas. Y marginalidad no es la
imposibilidad de participar necesariamente en los incidentes electorales
establecidos por el régimen político del bloque dominante, sino que la no presencia
prevalente en el movimiento concreto de las y los comunes.
Los
deseos jamás orientan el movimiento real de las y los comunes. En cambio, las
voluntades reunidas de quienes persisten en transformar radicalmente la
sociedad, sí.
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