A 51 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DEL MIR: LA LUCHA SIGUE Al paso de Luciano, Miguel, Luis Alberto, Bautista, Paine, Rafael, Aracely, Lumi, Pablo, Eduardo, Juan, José y todo el Partido
A toda la Cultura y Pueblo
Mirista, a los que siguen siendo MIR
El MIR no sólo fue valentía, coraje y
audacia. Fue eso y mucho más. Supo realizar un valioso aporte en el campo
de las ideas, generando bajo un marxismo dinámico una nueva mirada sobre la
formación social chilena. El MIR no se
limitó a repetir las formulas o conceptualizaciones que existían sobre el
desarrollo de la lucha de clases en Chile.
No fue calco ni copia. Calificó
como capitalista la conquista de América y no feudal como lo pretende el
reformismo, tipificó el golpe militar como una dictadura militar del capital
monopólico-financiero y no como una dictadura fascista. Esa capacidad debe ser recogida para no
seguir caracterizando el estado actual del capitalismo como un capitalismo de
librecompetencia, de libremercado, con precios de equilibrio, con mercados con “manos
invisibles”, cuando en la realidad, bien concreta, podemos constatar un
capitalismo cada vez más monopólico, concentrador y centralizador de los
capitales.
El MIR no inventó las tomas de fundos, las tomas de
fábricas, las huelgas ilegales, las expropiaciones (el mismísimo Buenaventura
Durruti ya había hecho una, el 16 de julio de 1925, a la sucursal del Banco de
Chile), tampoco inventó las corridas de cercos. El MIR supo remontarse sobre esas acciones directas de lucha y
encaminarlas hacia una estrategia global de Revolución Social. El MIR, en una época en donde todos y todas
votaban con afán, con mucha esperanza, en donde predominaba en el Campo Popular
el dicho “el domingo es de Dios y el voto es para Allende”, supo expresar la
existencia de otra vía, de otro camino y ya desde 1967 dio impulso a embriones de fuerza propia del pueblo y los trabajadores, los cuales, lamentablemente y por diversas causas, no llegaron a cristalizar.
El MIR, en conjunto con otras expresiones políticas de
los explotados, enfrentó el golpe militar y luego contribuyó con decisión a la Resistencia antidictatorial; fue el período del "MIR No se Asila". Sin embargo, el
MIR no fue la excepción a la hora de la crisis del Campo Popular, la cual se
comienza a hacer sentir desde 1984 y que madura después del llamado “año
decisivo”: 1986. La diáspora del MIR, desde
1987 y después de 1990, es bien conocida y documentada.
Con todo, el peso histórico y la influencia del proyecto revolucionario encarnado en el MIR se dejan sentir, hasta hoy, en muchos Colectivos, Organizaciones políticas, estudiantiles, de pobladores, de trabajadores, de la cultura.
Sabemos que desde 1986 se profundizó la Refundación Social burguesa en Chile, la que se venía perfilando desde 1975 (y no hablamos de Contrarrevolución burguesa, pues los tres años de la Unidad Popular no significaron una Revolución Social en sí, pese a todos los avances logrados, que mirados desde el Chile actual parecen portentosos). Esa Refundación capitalista ha tenido éxito, pleno éxito; bueno, hasta hace poco. Desde 2011 se viene percibiendo, sobre todo gracias al Movimiento Estudiantil, el despertar de miles y miles que ya no quieren seguir viviendo como lo hacían hasta el minuto. La lucha en contra de las AFP confirma este hecho y se comienza a instalar una 'crisis social por abajo'.
Otro aspecto de la crisis por abajo es la plena desconfianza existente en millones con relación a las representaciones políticas de la Nueva Mayoría y la Derecha, la que alcanza al prostituido sistema político y electoral. Por ello, no es válido ofrecer como posible salida a la impasse político-social actual, entre los pueblos/trabajadores de Chile y los integrantes del bloque político de Estado, el camino electoral que alguna izquierda ilusa ofrece a los de abajo.
Ha llegado el instante en que se deben unir todas las demandas sociales y populares, levantar como eje de lucha la defensa del nivel de vida de millones y caminar, presionando, al sistema, para avanzar a fases superiores de lucha. En esta caminata se debe ir construyendo, articulando, el Poder de los explotados y una medida posible para el actual período es la constitución de Comités por el Paro Nacional que permitan dar carne, sangre y sustento al llamado a paralizar el próximo 4 de octubre o en una fecha posterior. Es decir, llegó la hora de transformar la indignación, la rabia, la impotencia, en organización desde la base y en esa tarea deben participar todas las Organizaciones del anticapitalismo, de la Izquierda Revolucionaria, de la Izquierda extraparlamentaria, de la Izquierda “inquieta”, desconfiada.
Sabemos que en esa hermosa tarea de volver a despertar y organizar a las masas, de construir un Proyecto Político de verdadera emancipación Humana y Social, estarán, por cierto, el Pueblo Mirista y tod@s aquell@s que siguen siendo MIR.
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
¡A 51 Años de su Fundación, la Lucha Sigue!
¡Pueblo, Conciencia, Fusil!
Colectivo Acción
Directa
Porque en cada
agosto renace la Esperanza
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