Durante el Gobierno popular,
1970-1973, los sectores revolucionarios, entre ellos el Movimiento de Izquierda
Revolucionaria MIR, impulsaron la creación y el desarrollo de gérmenes de Poder
Popular, del contrapoder de los explotados y oprimidos y cuyo grado de avance
quedó demostrado por la necesidad de los sectores dominantes de responder con
el golpe militar
_____________________
EL M.I.R.
A LOS OBREROS, ESTUDIANTES Y SOLDADOS
Declaración
Pública. 16 junio 1971.
1.- LA SEDICION DE
LA DERECHA Y EL FREISMO DEMOCRATACRISTIANO.
A
partir del atentado que ultimó a Edmundo Pérez Zujovic, la captura y muerte de
los hermanos Rivera y el asalto suicida de Heriberto Salazar al Cuartel de
Investigaciones, que costó la vida de tres funcionarios de esa institución, la
derecha y el freísmo democratacristiano más que lamentar esas muertes las han
utilizado para abrir a gritos una contraofensiva reaccionaria y sediciosa en
contra de la izquierda y el movimiento de masas.
Han
intentado desautorizar al gobierno, de implicar a toda la izquierda en el
atentado, crear una imagen de caos y desorden en el país; han hecho llamados
abiertamente sediciosos a las FF.AA., etc.
Más
aún, han buscado responsabilizar a la izquierda y al gobierno del clima de
"odios y violencias” que ellos abrieron con el asesinato de Schneider y
con las "campañas del terror" de las elecciones de septiembre y
abril.
Por
último, han hecho descarado obstruccionismo en el Parlamento; coludidos derribaron
la Mesa de la Cámara y abruman a la prensa con declaraciones, denuncias y
comentarios en contra del gobierno, de la izquierda y del movimiento de masas.
2.- PRETENDEN
FRENAR EL AVANCE DE LOS TRABAJADORES.
Esta
contraofensiva política la abren en los precisos momentos en que la izquierda y
el movimiento de masas avanzan por el camino que hará propiedad de todo el
pueblo el cobre, los bancos, las fábricas y la tierra; o sea, cuando el avance
del pueblo hiere los intereses de los yanquis y de los dueños de los fundos y
de las fábricas.
El
griterío y la alharaca sediciosa de los patrones y sus partidos es solo un
pretexto. Pretenden así detener la marcha de los trabajadores, poner a la
izquierda a la defensiva, separar a la UP de la Izquierda Revolucionaria,
impedir a los chilenos ser dueños del cobre, que los campesinos y los obreros
hagan suyas las fábricas y los fundos, que los bancos sean de todo el pueblo.
3. - LA JUSTICIA DE LOS PATRONES.
Escondido
detrás de la bandera de la justicia y el orden, la derecha y el freísmo
democratacristiano han exigido "eficiencia y rigor" en la pesquisa
policial sobre la VOP (Vanguardia Organizada del Pueblo).
Hemos
sido categóricos en condenar las acciones de la VOP, pues éstos han utilizado
el atentado personal como método, hoy en Chile. Pero ésta condena y el griterío
de la derecha y el freísmo no pueden impedirnos precisar algunas cuestiones.
Los
mismos que asesinaron a Schneider, los mismos que organizaron grupos armados y
terroristas de derecha, los mismos que traen metralletas en barcos
subrepticiamente, los mismos que asesinan campesinos en Linares, Cautín y otras
provincias, etc., son los que hoy aparentan una novedosa y sorprendente sed de
justicia.
¿Por
qué no reclamaron e hicieron justicia también cuando Frei, desde su escritorio,
mandaba asesinar trabajadores y estudiantes inocentes en El Salvador, Puerto
Montt, en las calles y campos de Chile?
¿Por
qué no exigen "castigo ejemplar" a los asesinos de Schneider que
militan en sus propias filas, que ellos mismos protegen y que hoy están libres?
¿Por
qué no exigen la "disolución de los grupos armados" de terratenientes
que hoy asesinan campesinos en defensa del privilegio y la riqueza en los
campos de Chile?
4.- LA V.O.P.
Cuando
los freístas y la derecha festejan la muerte de Ronald Rivera, su hermano y la
de Heriberto Salazar, y no satisfechos aún piden por la prensa más persecución,
ahora apuntando al MIR, es necesario delimitar responsabilidades.
Repudian
a los Rivera y a Salazar. Es que los dueños del poder y la riqueza rechazan
horrorizados lo que ellos mismos han creado, en odios y violencias, a través de
siglos de explotación y miseria a la que han sometido al pueblo.
Los
que se han enriquecido a costa del trabajo ajeno, por décadas han explotado, masacrado
y sumido en la miseria al pueblo. Así han originado hombres como Ronald Rivera
que, animados por un odio instintivo de clase, llegan a realizar acciones que
sobrepasan la racionalidad política y que, desgraciadamente, ter¬minan dañando
la causa del pueblo.
Los
Rivera y los Salazar, acicateados por las masacres y asesinatos de los
anteriores gobernantes, instrumentalizados por sus enemigos de clases, sus
organizaciones posiblemente infiltradas por la reacción, en un proceso político
tan complejo como el chileno, objetivamente entregaron el pretexto para la
contraofensiva reaccionaria y sediciosa. Así su muerte tiene que ser agregada a
la de centenares de víctimas del sistema que enriquece a unos a costa del
trabajo de otros, cargada la responsabilidad de ella sobre quienes originaron
esto como forma de defender sus privilegios: las clases dominantes.
Ellos,
por encima de su arrojo personal, no entendieron la importancia de la táctica y
la racionalidad política. Expresaron en su accionar el odio elemental de una
clase esclavizada contra los patrones y asesinos de gobiernos anteriores. No
comprendieron que la situación había cambiado del 4 de septiembre en adelante.
Que el gobierno de Allende era distinto al de Frei, que los enemigos de clase
eran los mismos, pero ya no estaban en el gobierno, y por eso, formas de lucha
distintas tenían que guiar a los trabajadores y a los revolucionarios.
Objetivamente,
más allá de sus sentimientos, entregaron el pretexto que la derecha y el
freísmo necesitaban para abrir su ofensiva reaccionaria y sediciosa, y por ello
hemos condenado su accionar públicamente.
Para
nosotros el camino de los revolucionarios pasa hoy en Chile por la elevación de
la conciencia de los trabajadores, su organización y su movilización en todas
sus formas, incluso las tomas de tierra y fábricas, sometidas a la correlación
de fuerzas, a plano nacional y a los niveles políticos necesarios en cada
frente.
5.- UNA NUEVA
SITUACIÓN; UN UNICO CAMINO.
Esta
contraofensiva reaccionaria ha llevado a una nueva situación política. Está
definida por la alianza del freísmo -fuerza hoy predominante en la DC- con la
derecha tradicional, cerrando así objetivamente las posibilidades de
colaboración parlamentaria entre la UP y la DC para el cumplimiento del programa.
Juntos, el freísmo y la derecha, han legitimado el campo sedicioso y
antipopular. No es posible equivocarse. No es el momento de lamentar que el PDC
se desplace a la derecha, ni de intentar infructuosamente sujetarlo, cuando en
los hechos se despeña abiertamente por la pendiente de una política
reaccionaria y sediciosa.
Antes
esta nueva situación política a la izquierda no le queda más que un solo
camino: cerrar filas frente al ataque enemigo, seguir avanzando, apoyarse
resueltamente en las masas y desde allí quebrarle la mano al freísmo.
Lamentablemente
cuando los patrones vociferando atacan, una de las fuerzas de la UP -la misma
que anteriormente ha tenido una evolución de sus políticas que en general
valoramos como positivas-hoy tiende a equivocarse de enemigo, elude responder,
o responde débilmente a las incursiones sediciosas del freísmo
democratacristiano y trata de dividir a la izquierda, atacando torpe y
artificialmente al MIR, cuando más que nunca es necesaria la unidad de la
izquierda y los trabajadores.
6.- EL MIR LLAMA A
LA MOVILIZACION DE MASAS.
-
Mantenerse férreamente unidos frente a la ofensiva reaccionaria.
-
A denunciar y responder a los intentos sediciosos de la derecha y del freísmo
democratacristiano. Volantes, palomas, rayados, etc., deben explicar lo que
sucede al pueblo.
-
A sacar ésta lucha del ámbito exclusivo del Parlamento y llevarla
fundamentalmente a las fábricas, fundos, poblaciones, liceos y universidades.
-
A organizar allí Comités de Defensa y Vigilancia.
-
A estrechar en los barrios los lazos entre el pueblo y los soldados.
-
A seguir avanzando, hoy con más fuerza que nunca, por el camino que hará del
cobre, los bancos, las fábricas y los fundos, propiedad de todo el pueblo.
¡CONTRA LA OFENSIVA
SEDICIOSA MAS FABRICAS Y FUNDOS PARA EL PUEBLO! ¡QUE LA OFENSIVA SEDICIOSA NO
NOS DETENGA, TRABAJADORES ADELANTE!
¡GOLPEAR MÁS FUERTE
SOBRE LOS DUEÑOS DE FUNDOS Y FABRICAS ES PARAR LA SEDICION!
SECRETARIADO
NACIONAL,
MOVIMIENTO
DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA, MIR
Santiago,
16 de junio de 1971.
Publicado en PUNTO FINAL. Nro. 133.
Junio 1971, pág. 6-7.
________________________
EL REFORMISMO Y EL MIR
☆ DECLARACION DE LA
COMISION POLITICA DEL MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA (MIR) A TODO EL
PUEBLO:
1.-
Dos hechos de gran importancia han ocurrido durante las últimas semanas: el
llamado cónclave de la UP y las conversaciones DC-UP. Ambos hechos están
íntimamente vinculados; se complementan recíprocamente.
Concretadas las principales consecuencias a
que, necesariamente, debían conducir las acciones de los que confunden la
realidad con sus propias ilusiones, los trabajadores están en óptimas
condiciones para sacar las conclusiones debidas.
Ha llegado el momento de que los dirigentes
reformistas del PC y de algunos sectores de la UP, le den las correspondientes
explicaciones al pueblo. Aquellos que hicieron todo lo posible por delegar en
los sirvientes políticos de los patrones y del imperialismo la determinación respecto
de cuánto deben hoy avanzar los trabajadores, le deben una explicación a los
trabajadores.
Los que con su gestión han fortalecido la
institucionalidad de los patrones, delegando la decisión fundamental del
momento en el Parlamento que constituye el principal freno del avance, deben
dar las explicaciones de esto y de su fracaso.
Soñaron estos reformistas con obtener de
los patrones, de su parlamento, el consentimiento para que los trabajadores
continuaran avanzando sobre las fábricas y los bancos de los propios patrones.
En aras de esa ilusión, los “maduros”
dirigentes reformistas del PC y de sectores de la UP desmovilizaron, una vez
más, a las masas, manteniéndolas desinformadas del contenido real de las
negociaciones y sumidas en la pasividad.
En su grave confusión respecto de la
naturaleza de clase del Parlamento, de la DC y del PIR, desarmaron ideológicamente
una vez más a los trabajadores, presentando publicitariamente a la DC, al PIR y
al Parlamento como demócratas partidarios del cambio.
Los vendedores de ilusiones, los que sueñan
con el entendimiento con los dueños de las fábricas y de los fundos han cosechado,
una vez más, solo reveses: ha sido desaforado el intendente de Santiago,
acusado constitucionalmente el segundo ministro del Interior y han sido rechazados
los vetos. Se han cubierto de oprobio los reformistas, corriendo por los pasillos
del Congreso en busca de inexistentes partidarios de los cambios, mientras en
la sala de sesiones de la Cámara los diputados de la DC, del PN, de la DR y del
PIR desaforaban a Joignant y acusaban constitucionalmente a Del Canto, mientras
en el Senado los parlamentarios de esos mismos partidos rechazaban alegremente,
entre risas y pantomimas vergonzosas cada uno de los vetos del Presidente de la
República a la Reforma Constitucional fraguada por Fuentealba y por Hamilton.
2.-
¿Pueden sorprender estos resultados a los trabajadores? Nosotros pensamos que
no.
La UP no llegó a estas conversaciones —por
haber renunciado a ello—, en la cima de un incontenible avance de las masas, a
la cabeza de un movimiento trabajador fuerte, organizado, unido nacionalmente y
con un gran desarrollo de su conciencia política. Este renunciamiento ha sido
su más grave error, más aún si se considera que todavía subsisten intactas las condiciones
para lograrlo.
No llegó la UP a imponer sus condiciones a
un adversario a la defensiva, debilitado y desmoralizado, que sólo tuviera como
alternativa aceptar las condiciones que el proletariado, a la vanguardia de las
fuerzas de todo el pueblo, le imponía o, bien, a reasignarse a ser derrotado
sin contemplaciones.
Por el contrario. Producto de una
conducción que se ha caracterizado por su renuencia a golpear al conjunto de la
gran burguesía, limitándose a herir ciertos intereses, que se ha caracterizado
por su persistencia en tratar de proteger a inmensos sectores de los dueños de
las fábricas y de los fundos, la UP y el Gobierno se han puesto en
contradicción con importantes sectores de las masas y han provocado la dispersión
del movimiento obrero y campesino.
Por otra parte, la insistencia en
permanecer en el camino único del acuerdo parlamentario con la DC, ha llevado a
la desmoralización de las masas, a la pérdida de la visión y la confianza de
éstas en sus propias y enormes fuerzas.
Esta misma estrategia de avance, a través
de acuerdos parlamentarios, le ha impedido a la conducción reformista
desenmascarar ante los ojos del pueblo a los irreconciliables enemigos de éste:
la DC y el PIR, y no sólo el PN, la institucionalidad de los patrones, el
Parlamento y la legalidad que les sirven.
Frutos de estos errores han sido todos los anteriores
reveses, en el terreno electoral y político. Frutos de estas concepciones
profundamente equivocadas son los actuales fracasos.
En estos errores, los dueños de fábricas y
fundos, y el imperialismo que les apoya, han encontrado el terreno abonado que
les ha permitido, como cuestión más importante, conservar intacto su dominio
sobre la Justicia, el aparato estatal-burocrático y el Parlamento, a pesar de
haber sido golpeados, principalmente en el terreno económico.
Desde allí, han ido acumulando importante
fuerza de masas, con la que hoy son capaces de amenazar seriamente la
estabilidad del Gobierno y, aun, la continuidad del proceso.
Este es el marco político general, el
estado de la correlación de fuerzas entre la UP y la Derecha, que condicionaría
el inicio, el desarrollo y las conclusiones del entendimiento UP-DC.
3.- Por
lo demás y como lo saben los trabajadores, no fue la clase dominante la que
buscara anhelante estas conversaciones.
Fue necesario para que se produjeran, que
la dirección del PC y algunos otros dirigentes de la UP buscaran imponer dentro
de esta última un viraje hacia la derecha, un golpe de timón en la conducción
económica y política que permitiera, a los “negociadores” de la DC poder venir
a cumplir dignamente su papel de amarre y de freno.
Volodia Teitelboim y luego Orlando Millas,
fueron los encargados de crear el marco adecuado. El primero, en el terreno
político, creó la ficción, profundamente mentirosa, de dos extremos buscando la
guerra civil y el baño de sangre y, por otra parte, un amplio frente de centro
y de izquierda, partidario del mantenimiento de la democracia y de los cambios sociales
y económicos. Había entonces, según esta descripción burda y falsa de la
realidad política, condiciones más que suficientes para un entendimiento entre
la UC y la UP.
El antagonismo real, que atraviesa este
país de arriba a abajo, es el que existe entre el conjunto del proletariado y
todo el pueblo, que lucha por conquistar sus reivindicaciones de décadas, y la
resistencia implacable de una minoría explotadora, que se resiste por todos los
medios a su alcance a abandonar sus mezquinos privilegios. Esta, que es la verdadera
y única línea demarcatoria, fue mañosamente ocultada.
Orlando Millas se encargó de la parte
material, concreta, ofreciendo en su artículo del 5 de junio garantías a la
burguesía agraria e industrial, no solo de permanencia sino, además, de progreso
económico, de enriquecimiento, para que acumulara sus ganancias en paz y tranquilidad.
El combate al “mirismo” fuera y en el interior de la Unidad Popular, la lucha por
impedir que continuaran produciéndose “trasgresiones al programa de la Unidad
Popular” era el complemento, en lo político, de las garantías económicas ofrecidas.
El empuje de los sectores de las masas
abandonados progresivamente por las concesiones anteriores, cuyo aprovechamiento
para fortalecer las propias fuerzas es imprescindible, es así deslegitimado y
recibe el tratamiento de “ultra”, “termocéfalo”, acompañante de la derecha.
Millas, además, establecía que la reforma
agraria debía finalizar ahora mismo y pasadas algunas empresas al área social,
y devueltas a sus “legítimos dueños” las que habían sino requisadas o
intervenidas indebidamente el grueso de la burguesía agraria y la inmensa
mayoría de la gran burguesía industrial podrían dedicarse a cumplir, sin
sobresaltos, su rol histórico de explotadores de la clase obrera.
Ambos planteamientos pavimentaron el camino
del inicio de las conversaciones, a pesar que dentro de la propia UP no estaba
resuelta, y aún no lo esta, la controversia entre esta línea reformista y otra
que, apoyándose en las corrientes revolucionarias de dentro y fuera de la UP,
busca desatar la energía de las masas para profundizar y empujar hacia adelante
el proceso.
La favorable acogida que este modelo de
concesión y freno encontrara inicialmente en el ala reformista burguesa de la
DC, zanjó transitoriamente la controversia dentro de la UP en favor de los reformistas.
Estos encontraron en el sector burgués reformista de la DC la fuerza de que habían
carecido hasta ese momento, para lograr imponer temporalmente la conciliación y
el freno al conjunto de la UP.
La debilidad permanente e insuperable del
ala reformista burguesa de la DC impidió, igual que en innumerables ocasiones anteriores,
que el entendimiento UP-DC se concretizara. El sector mayoritario de la DC hizo
valer, una vez más y con la oportunidad de siempre, los intereses de la gran
burguesía y del imperialismo que representa y sirve, provocando el fracaso del
entendimiento UP-DC.
Los grandes derrotados de esta jornada son
el reformismo pequeñoburgués de la UP (Teitelboim, Millas, etc.) y el ala
reformista burguesa de la DC (Fuentealba, Leighton, etc.).
Su éxito habría significado, en todo caso,
peores retrocesos pues se habría impuesto el freno a la reforma agraria, las
garantías e impunidad a la mayoría de los dueños de las industrias, la
concreción de una política de salarios y precios contraria al interés de las
grandes masas, a la vez que se habrían hecho irresistibles las tentaciones de
renunciar a la estatización completa de los bancos, de la Papelera y un número
no conocido aún de grandes monopolios, al mismo tiempo que se habría impuesto
el financiamiento, con el dinero de los trabajadores, a la prensa y radio desde
los que se les calumnia y ataca diariamente. En suma: el co-gobierno desde el
Parlamento de los patrones nacionales y extranjeros.
Se habría legitimado, además, una forma y
estilo de conducción que se funda en las negociaciones a espaldas de la masa,
en el combate a sus movilizaciones, en la represión política y puntualmente
física a sectores de las masas que no se resignan al inmovilismo y la pasividad.
Se habría legitimado una política de
CONCESIONES a la burguesía y al imperialismo, de FRENO al avance de los trabajadores
sobre las fábricas y fundos y sobre la institucionalidad de los patrones, de REPRESIÓN
al movimiento de masas y a los revolucionarios; política que se habría disfrazado
de avance, de consolidación, de revolución.
Sin embargo, pese a este fracaso, el
capítulo de la conciliación, el freno y la represión no se ha cerrado
definitivamente. Aún los Millas y los Fuentealba, cada uno desde su propia
posición, insisten y reiteran que el entendimiento UP-DC no ha fracasado.
Detrás de la insistencia de Fuentealba está
el intento del amarre definitivo, del debilitamiento máximo del gobierno de la
Unidad Popular. El intento de perseverar en la láctica doble que la DC ha
empleado con pleno éxito hasta hoy; mientras unos amarran, otros golpean,
acumulando fuerzas la Derecha en su conjunto.
Detrás de la insistencia de Millas, está el
propósito de conseguir a cualquier precio, aunque sea ciaudi- canuo, el triunfo
de la política que se disfraza ue avance, ue consolidación y ae revolución.
4.-
Por todo lo anterior, el MIR reitera que la alternativa reformismo o revolución
en el seno de la izquierda persiste como la disyuntiva fundamental del período.
'
El combate en el seno de la izquierda por
aislar y derrotar el reformismo encuentra, en este momento, su mejor terreno,
su mejor oportunidad y su mayor urgencia.
Los enormes sectores de la UP —cuadros
medios, militantes y dirigentes—, que rechazaron el entendimiento con la DC,
que se marginaron de las conversaciones y que descartan hoy todo intento de
proseguirlas, junto a los que han denunciado permanentemente el entendimiento
con los sirvientes DC de los patrones nacionales y extranjeros, encontrarán en
esta lucha las mejores condiciones sociales y políticas para alcanzar sus
objetivos.
Es que no sólo las corrientes
revolucionarias, de dentro y fuera de la UP, han combatido en esta jornada los
intentos del reformismo de los dirigentes del PC y de algunos dirigentes de la
UP.
Los trabajadores de Santiago y Concepción,
los mineros, los campesinos y los obreros del campo y la ciudad continuaron sus
luchas y movilizaciones en defensa de su salario, de la salud, contra la
burocracia y la justicia de los patrones.
En el transcurso de estos combates, formas superiores
de organización de masas y nuevas alianzas políticas que cuentan con el apoyo
mayoritario de los trabajadores, han aparecido. Elementos componentes primarios
de los Consejos Comunales de Trabajadores, como fórmula alternativa al
Parlamento, a la Justicia y a todas las restantes instituciones de los patrones
comienzan a aparecer.
Sin duda, las vanguardias de la clase
obrera rural y urbana, de los pobladores, de los campesinos y de los
estudiantes han hecho caso omiso de la política de la conciliación, del freno y
la represión que, a espaldas del conjunto del pueblo, algunos pretenden
imponer.
5.- Las
enseñanzas que de todo esto debemos recoger son claras. Sólo la fortaleza de un
movimiento de masas vertebrado orgánicamente, que golpee nacionalmente a los
grandes patrones del campo y la ciudad, que sea conducido por un programa revolucionario,
puede garantizar el curso del proceso hacia el socialismo.
Sólo
una nueva alianza política que una a todos los revolucionarios, de dentro y
fuera de la UP, puede formular un programa que, por reflejar nítida y precisamente
los intereses de los pobres del campo y la ciudad y los de la pequeña burguesía
propietaria y asalariada, sea capaz de proporcionar la fuerza suficiente para
continuar el avance en el terreno económico y comenzar a golpear la
institucionalidad de los patrones, principal freno del momento actual.
Una
nueva institucionalidad debe comenzar a crearse, simultáneamente. Las masas
deben comenzar a dotarse, ellas mismas, de formas orgánicas propias que les
posibiliten el ejercicio directo y creciente del poder político, en todos sus
aspectos. Ellas son los Consejos Comunales de Trabajadores, en la ciudad y el
campo.
Si la
energía de las masas, movilizada tras sus intereses inmediatos, debe encauzarse
y adquirir la perspectiva de transformación revolucionaria de la sociedad, al
mismo tiempo, en el combate contra el actual orden de los patrones, las masas
deben poder resolver, ahora mismo, sus problemas de salario, salud, justicia y
defensa general de sus intereses.
La
única alternativa posible y concreta capaz de realizar esa síntesis son los
Consejos Comunales de Trabajadores.
Toda expresión de lucha de las masas contra
el Parlamento, la Justicia de los patrones o la burocracia, debe darse unida a
la perspectiva de crear y fortalecer éstos, sus propios órganos de poder.
Toda lucha de masas de carácter reivindicativo
debe vincularse a la creación y fortalecimiento de éstos, sus propios órganos
de poder económico.
6.-
El programa revolucionario que se levante debe contener, a lo menos, los
siguientes puntos:
- Expropiación de todas las empresas de la
gran burguesía industrial, comercial y financiera. Inmediato traspaso al área social
de todas las empresas con un capital igual o mayor de 14 millones de escudos. Defensa
irrestricta de las industrias requisadas, intervenidas o pasadas al área
social.
- Expropiación sin indemnización, al más
corto plazo, del capital norteamericano en la industria, las finanzas o pasadas
al área social.
- Expropiación sin indemnización de la
tierra, sin reserva y a puertas cerradas de todos los fundos de la gran
burguesía agraria.
- Establecimiento
del control obrero en la gran industria privada, en la mediana y pequeña
industria y en los fundos de la mediana y pequeña burguesía agraria.
- Dirección y control obrero en las
empresas estatales, servicios públicos y en el conjunto de la economía.
- Apoyo de todo tipo, bajo condiciones de
control obrero, a la pequeña y mediana burguesía del campo y la ciudad, y del
comercio.
- Creación de los Consejos Comunales de Trabajadores
en el campo y en la ciudad.
- Disolución del Parlamento y creación, en
su lugar, de una Asamblea del Pueblo.
- Reajuste automático de los sueldos y
salarios, semestralmente o cada vez que el costo de la vida sube más de un 5%,
a través de un bono compensatorio. Pago inmediato del reajuste hasta hoy
acumulado.
- Adopción de las medidas que permitan
eliminar, de inmediato, la cesantía y la desocupación disfrazada en el campo y
la ciudad.
7.—
El rechazo de los vetos a la Reforma Constitucional de Fuentealba y Hamilton y
el ataque iniciado en contra de los más altos funcionados del Gobierno UP son
indicativos de la escalada con que la gran burguesía inicia y prepara sus
futuras agresiones al movimiento de masas y al Gobierno.
Sus sirvientes políticos, la DC, el PN, el
PIR y la DR persisten en la utilización de su estrategia combinada que busca la
devolución de las fábricas y fundos a los antiguos explotadores y del cobre y
otras riquezas básicas al imperialismo norteamericano, la represión brutal del
movimiento de masas, la aniquilación de sus organizaciones gremiales y
políticas y el derrocamiento del Gobierno.
La defensa de la estabilidad del Gobierno
constituye una tarea fundamental en la medida en que su mantenimiento
posibilita el más amplio desarrollo de las luchas de las masas, su organización
y su conciencia política.
Al mismo tiempo, en función de asegurar la victoria
definitiva de los trabajadores, la lucha por aislar y derrotar al reformismo no
puede sufrir, bajo ningún concepto ni condiciones, menoscabos que signifiquen
la menor confusión entre las masas respecto de los objetivos de la revolución,
del carácter de las alianzas de clase y de los métodos de lucha que permiten
lograrlos.
COMISION POLITICA
MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA
SANTIAGO, 11 de julio de 1972.
________________________
EL M.I.R. FRENTE MASACRE EN LA POBLACION ''LO HERMIDA''.
Declaración.
5 agosto de 1972*
A los pobres del campo y la ciudad,
A los militantes de toda la izquierda,
A los gobernantes de Chile.
1.- Hoy en la
madrugada fueron asaltados por 400 policías de Investigaciones y Carabineros,
campamentos de “Sin casas” en “Lo Hermida”. Después de cercar el área, las
fuerzas represivas comenzaron a disparar con metralletas y revólveres, bombas
lacrimógenas y tanquetas. Centenares de detenidos, decenas de heridos, una
cantidad indeterminada de pobladores muertos, mujeres, ancianos y niños golpeados
fue el resultado.
Un hecho de esta naturaleza pareciera
corresponder más bien a gobiernos reaccionarios del pueblo. Pero esto, ocurrió
hoy en Chile, en pleno gobierno de la Unidad Popular, en pleno curso de la “vía
chilena al socialismo”.
2.- El Subsecretario
del Interior y personeros policiales aducen como excusa el cumplimiento de una
pesquisa policial para detener a un militante del ELN.
Una vez más la falta de entereza moral los
empuja a deformar los hechos: en primer lugar, el dirigente del ELN había sido
detenido la noche anterior y, en segundo lugar, no existe pesquisa policial
alguna que justifique lanzar tanquetas y centenares de policías armados de
metralletas en contra de mujeres y niños. La pesquisa policial no es excusa
para reprimir al pueblo.
Mienten también quienes aseguran que los
pobladores agredieron primero a la policía. Fueron las fuerzas policiales las
que llegaron disparando, arrojando bombas lacrimógenas, arrasando casas, etc.
Si no, ¿por qué la presencia de tanquetas, 8 micros del Grupo Móvil y una
decena de camionetas de Investigaciones?
3.- Ayer fue el
desalojo de la gobernación de San Bernardo, apaleando y deteniendo pobladores,
hoy los campamentos de Lo Hermida.
Más bien todo esto es la persistencia de la
política represiva de sectores reformista del gobierno, que sueñan inútilmente
con ofrecer "garantías de orden y legalidad” al PDC. Lo más triste es que
reprimiendo pobladores el gobierno se aísla del pueblo, no satisface las
exigencias represivas del PDC y del PN, y es justamente la prensa de estos
partidos la que después denuncia la represión policial o acusa al gobierno de
totalitarismo.
4.- ¿Por qué
dirigentes del gobierno llaman al diálogo al PDC y sin dialogar disparan contra
los pobladores? ¿Por qué se puede negociar con los norteamericanos y sin
dialogar se reprime al pueblo? ¿Por qué se reprime a los pobres de Chile y se
permite la impunidad a las bandas armadas de la derecha cuando retoman fundos a
balazos o cuando queman locales de partidos de izquierda en Puerto Montt,
asesinando tres personas? ¿Es que el gobierno modificó su criterio que recién
ayer proclamaba de jamás aceptar las acciones represivas de la reacción, y hoy
comienza a someterse a ellas?
El Gobierno debe aclarar su
responsabilidad: o denuncia y castiga ejemplarmente a los funcionarios civiles
o uniformados responsables, sean de la jerarquía que sean, o se compromete
históricamente con el derramamiento de sangre del pueblo.
Los caminos están claros: o se reprime al
pueblo para dialogar con el PDC, como proponen los reformistas de la izquierda,
o el gobierno se apoya en el pueblo para combatir al PDC como exigen los
revolucionarios de dentro y de fuera de la UP.
5.- La gravedad de
los hechos, el desarrollo de tendencias represivas en el gobierno, exigen una
definición de este, de todos los partidos y militantes de la izquierda, de los
sindicatos, de los Consejos Comunales Campesinos, de las organizaciones
estudiantiles y de pobladores.
6.- Nosotros, por
nuestra parte:
- Entregamos nuestras condolencias a los
familiares de los mártires de Lo Hermida.
- Repudiamos la represión y solidarizamos
con los pobladores.
- Llamamos a todo el pueblo, a todas las
organizaciones de masas a realizar asambleas, a discutir lo ocurrido y a emitir
pronunciamientos de rechazo a las tendencias represivas de los sectores
reformistas del gobierno y a asistir masivamente a los funerales de los
mártires de Lo Hermida.
- Todo el pueblo y toda la izquierda deben
exigir sanciones a los culpables y señalarles a los reformistas que los pobres
del campo y la ciudad rechazan la represión.
SECRETARIADO NACIONAL
MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA. MIR.
Santiago, 5 de agosto de 1972.
* Transcrito de
Documentos Internos, 1972. Págs. 51-52.
_______________________
PODER POPULAR: UNIÓN Y LUCHA DEL PUEBLO
Entrevista
al dirigente mirista Víctor Toro, con respecto al MIR y el poder popular*
Esta entrevista es hecha debido al
desarrollo de Comandos Comunales de Trabajadores en múltiples puntos del país
(Constitución, Talcahuano, Concepción, Santiago, Antofagasta, Cautín) que
motivó la idea del PS de hacer un encuentro de CCT y Cordones Industriales. El
MIR abrió la polémica al declarar [1] que
“solamente una discusión amplia en la base puede garantizar una verdadera
democracia. De nada sirven hoy organismos burocráticos que no representen a
nadie o que sólo integren a los sectores más avanzados de la clase. Es problema
es crear poder popular.”
El poder popular nace de la base misma de
las organizaciones de masas” (El Rebelde Nº 82). Con eso propuso comenzar una
serie de reuniones comunales primero, que discutieran un Programa del Pueblo
para superar las falencias del programa de la UP. Creemos que en ella hay
importantes elementos para comprender algunos procesos de toma de conciencia que
se desarrollaban en el seno del pueblo durante el período de la UP, que no
estaban necesariamente enmarcados en la táctica del reformismo y que expresaban
esas tendencias libertarias latentes en el proletariado, aún en ausencia de
referentes claramente libertarios.
Esta entrevista debe leerse así, como el
relato de un dirigente político, de un partido cuyas bases oscilaban entre una
concepción estratégica y una concepción táctica del Poder Popular. Pese a los
méritos que explícitamente se reconocen al gobierno de la UP, y a algunas
declaraciones estatistas [2],
implícitamente se puede leer una superación de esa forma de concebir y llevar a
efecto la política, y una independencia con respecto a la línea seguida por
éste. En este sentido esta entrevista es una importante muestra de cómo
sectores populares intentaban abrir una brecha propia en medio de la hegemonía
del reformismo.
HyS
PF: ¿Cómo define el MIR el poder popular?
VT: Para definir el
problema del poder popular en Chile, es fundamental caracterizar el viejo
Estado burgués como instrumento de dominación de clase que trata de mantener a
una mayoría explotada dominada por una minoría explotadora. El Estado mantiene
su dominación bajo la forma de la represión (...) y con su ideología de
dominación (...)
El viejo Estado cuenta con el aparato
ejecutivo, las Fuerzas Armadas (...), la burocracia estatal, el Parlamento, las
cárceles, la policía y el poder judicial, todos los que cumplen distintas
funciones de opresión y explotación. Frente a este Estado capitalista está
surgiendo el poder popular, los Comandos Comunales de Trabajadores, que es y
debe ser absolutamente contradictorio y alternativo como base de un nuevo
orden, al poder burgués: y no cabe ninguna posibilidad de subordinarlo, por el
contrario, los Comandos Comunales se forman en una lucha abierta con el aparato
estatal burgués. En segundo lugar, concebimos el poder popular como un poder
independiente del gobierno actual (de Allende, N. de HyS), como un poder
autónomo que unifica al conjunto de los sectores sociales (obreros,
estudiantes, campesinos, empleados, pequeños comerciantes) de una determinada
comuna, tomando a esta como la organización celular de toda ciudad o región. Un
poder popular que desarrolle una dirección revolucionaria, coordinando las
luchas del conjunto del pueblo, una dirección capaz de gestar el futuro poder
local que creará las condiciones para la Asamblea del Pueblo.
Este poder no puede estar separado de las
organizaciones gremiales tradicionales del pueblo. La CUT, por ejemplo, no
puede excluirse de él, ya que es la organización de la primera escuela del
proletariado y juega en la actualidad un papel muy importante. Las juntas de
vecinos, las federaciones sindicales, en fin, todas las organizaciones de masas
y gremiales deben unirse bajo la conducción única de los Comandos Comunales de
Trabajadores.
PF:
¿Este poder popular es antagónico al gobierno de la UP?
VT: Hemos dicho más
de una vez, que el problema no puede plantearse en el choque entre el pueblo y
el gobierno. Nosotros valoramos la existencia de este gobierno, pues a pesar de
sus debilidades e inconsecuencias, a pesar de sus conciliaciones de clase, ha
permitido terminar lo que llamamos la “rutina represiva” del Estado burgués.
Con Frei o Alessandri, lo rutinario, lo normal, es que se respondiera a los
trabajadores con la represión, con la violencia física desatada. Nadie puede
decir, en cambio, que eso sea lo normal en este gobierno, a pesar de algunas
incursiones represivas cono en Lo Hermida (...). Valoramos el gobierno, si,
pero no amarrar el movimiento de masas como un apéndice de su política.
De lo contrario no habríamos podido
denunciar las vacilaciones en la Reforma Agraria, en el proyecto de las tres
áreas de la economía o en el problema del abastecimiento. El gobierno muchas
veces ha actuado en forma contradictoria con las masas y éstas tuvieron que
obligarlo a cumplir ciertas tareas, sobrepasándolo en sus objetivos, en
especial para ganar más poder dentro de la sociedad. Esto no significa -y lo decimos
claramente- que el dilema sea entre poder popular y gobierno.
Ese es un dilema falso. Nosotros no
planteamos la oposición entre pueblo y gobierno, sino entre pueblo y Estado
burgués. El Estado burgués no ha sido tocado, no ha sido destruido y permanece
por tanto como instrumento de dominación en contra de los trabajadores. La
tarea de la clase obrera es destruir el Estado capitalista y para ello debe
desarrollar el poder popular, que progresivamente deberá enfrentar al poder de
los patrones. Estos organismos del pueblo deben ser independientes del
gobierno. Si el gobierno quiere mantener las luchas de los trabajadores dentro
de la ley patronal habrá problemas entre los trabajadores y el gobierno, pero
si -por el contrario- el gobierno se apoya en las luchas del pueblo, se
encontrará una importante unidad, donde el instrumento gobierno podría servir
como palanca de apoyo a la lucha por el poder.
PF:
¿Hay poder popular en Chile? ¿Dónde está?
VT: (...) la clase
obrera ha logrado una gran fuerza de masa, organización y conciencia que se
expresa en nuevas organizaciones del proletariado. Estas son los Cordones
Industriales, los Comandos Comunales, etc., que surgen en todas partes como
gérmenes de un poder popular paralelo al Estado burgués.
En el presente, los Comandos Comunales de
Trabajadores sólo constituyen organismos de coordinación e impulso de las
luchas del pueblo. Pero son capaces, en los momentos más agudos de los
enfrentamientos, de asumir tareas concretas de poder popular y reemplazar a los
viejos organismos burocráticos del poder estatal. Un ejemplo reciente es el
caso de constitución, donde el Comando Comunal de Trabajadores mantuvo bajo su
control la ciudad, gobernándola sin problemas, en una clara demostración de
poder popular. Respecto a dónde está el poder popular, seguro que no se
encuentra ni el Parlamento, ni en las oficinas de ningún burócrata. El poder
popular, es para nosotros el que nace en las fábricas, en los fundos; el poder
popular está en los Comandos Comunales de Trabajadores.
Este es el poder que temen los patrones,
porque saben que unifica al pueblo y cuando se lo propongan los barrerán de la
faz de la tierra. Hoy en Chile existen solamente embriones de poder popular,
que toman cada vez más tareas propias de la burocracia estatal. Junto a estas
organizaciones embrionarias, y como garantía de su maduración, está la
conciencia de la clase obrera de que sólo su acción combativa genera más poder
y más fuerza. Esta conciencia es el punto de partida para que esta conciencia
se desarrolle, se amplíe, y sea capaz de ir enfrentando progresivamente al
Estado capitalista. Así será capaz de impulsar las tareas que conduzcan a
generar una crisis revolucionaria, donde se plantee en definitiva el asalto al
poder total.
El poder popular no se crea por gusto de
nadie. Nace y se fortalece al calor de la lucha. Por el control obrero de la
pequeña y mediana industria, por la dirección obrera en las empresas del área
social, por el control popular del abastecimiento para responder al mercado negro
de la burguesía, por la formación de los comités de autodefensa para hacer
frente a la sedición fascista. Se crea incorporando todos los organismos de
base a los Comandos Comunales de Trabajadores, sean estos Comandos de
Abastecimiento, JAP, Cordones Industriales, etc. (...)
PF:
¿Cuál es el balance del MIR sobre el desarrollo y crecimiento de los CCT y qué
opinión tiene sobre el papel que juegan los Cordones Industriales como
organismos de poder popular?
VT: A juicio del MIR,
los Cordones Industriales tienen una debilidad como órgano de poder popular.
Agrupan sólo a un sector de los trabajadores y se limitan a cumplir un papel
que muy bien puede corresponder a una CUT provincial o departamental, si su
dirección no estuviera controlada por reformistas o demócrata cristianos. Por
ejemplo, asesorar y coordinar las luchas de los obreros industriales de un
sector, pero sin hacer participar a las demás capas del pueblo, como los
campesinos, pobladores, estudiantes. No negamos su importancia en las ofensivas
de los patrones, en el desenmascaramiento del reformismo cuando quería devolver
industrias, y ha sido el MIR el más activo dentro de los Cordones Industriales.
Pero no debemos caer en lo que los patrones
siempre han querido, en la división de los trabajadores, para derrotarlos en
mejor forma. Nosotros planteamos transformar los Cordones Industriales en
verdaderos organismos de poder de la clase obrera, donde participen al lado de
los trabajadores industriales, los campesinos, pobladores, estudiantes, etc.,
con sus respectivas organizaciones de masas y con una plataforma común. Este
papel sólo le cabe y puede hacerlo el Comando Comunal de Trabajadores formado
por la base. (...)
PF:
¿Qué razones justifican en Chile la existencia de un poder popular, si hay un
gobierno donde participan los partidos de la clase obrera?
VT: Primero, porque
son sectores reformistas los que tienen la fuerza en los partidos obreros, y
hacen depender la revolución de sus vacilaciones e insuficiencias
programáticas. Hay cuestiones del programa de la UP que no se han cumplido, y
otras que sencillamente no aparecen. Por eso nosotros pensamos que el Programa
del Pueblo expresa mucho mejor las aspiraciones de los trabajadores para este
período.
Una segunda razón es el problema de acumular
fuerzas. Un período prerrevolucionario implica una forma particular de sumar
fuerzas, a través de la unidad de todas las capas del pueblo, agrupadas en
torno a los obreros en organismos de poder popular. Estos irán forjando una
alianza de clase maciza a lo largo de los enfrentamientos sociales, y de allí
hará madurar la situación a una situación revolucionaria que permita a la clase
obrera tomar el poder.
La lucha por el poder para los reformistas
que dominan a los partidos obreros, está postergada, y la tarea más importante
para ellos, como dice Luis Corvalán (secretario general del PC en aquel
entonces, N de HyS), es ganar las elecciones en 1976. Por eso sólo les interesa
democratizar el aparato estatal y darle cierto grado de participación a la clase
obrera y al pueblo.
De manera que por razones de programa, como
por tareas de acumulación de fuerzas, se hace necesario el poder popular
independiente del gobierno y alternativo al Estado burgués. Es el propio
reformismo obrero el que obliga a levantar políticas revolucionarias que
desarrollen la fuerza de las masas.
*Esta entrevista se
encuentra casi completa y fue originalmente reproducida en la revista Punto
Final nº185, del 5 de junio de 1973
_________________________
A CONSTRUIR MÁS PODER POPULAR
Declaración
del 19 de junio de 1973
El Movimiento
Campesino Revolucionarlo de Ñuble llama a los compañeros campesinos a ocupar
todos los fundos mayores de 40 H.R.B. [3] y exigir
su intervención masiva a cargo de las organizaciones campesinas, hasta su
expropiación definitiva, en razón de la nueva ley de la Reforma Agraria.
El M.C.R. de Nuble está apoyando
decididamente la lucha por pasar Cholguán al Área Social y la creación de un
Complejo Maderero, expropiando además todos los fundos forestales y principales
barracas de la provincia.
Nuestras Federaciones Provinciales
Campesinas han levantado una plataforma de lucha para el actual movimiento. El
M.C.R. llama a apoyar decididamente esa plataforma, ya que participó en su
elaboración y porque en gran medida refleja las posiciones revolucionarias del
campesinado chileno.
El M.C.R. llama a los compañeros campesinos
a constituir Centros de Producción en los fundos que se expropien y a impulsar
la Dirección Obrera en todo el sector reformado; es decir que seamos nosotros
mismos los que administremos y mandemos en los predios del Área Social.
Llamamos a nuestros compañeros campesinos a
luchar por:
—El derecho a voto para soldados y
suboficiales.
—El respeto a la jornada de ocho horas y/o
el pago de las horas extraordinarias para Carabineros; ya que esos compañeros
trabajan por lo general de 11 a 14 horas diarias.
El M.C.R. llama a formar los Comandos
Comunales de trabajadores para combatir como se debe al momiaje; para pararles
el carro a los burócratas y reformistas.
A construir el Poder Popular, independiente
del gobierno, para luchar contra los patrones.
Los Campesinos Revolucionarios saludamos al
Comando Provincial de Pobladores de Nuble, que actualmente se encuentra
ocupando las oficinas y bodegas de CENADI, exigiendo la expropiación de esta
distribuidora que no quiere trabajar con las JAP ni con los almacenes
populares.
El MCR saluda también a los compañeros
estudiantes que se encuentran luchando por más matrículas para los hijos de
trabajadores en la Universidad de Chile. Los Campesinos Revolucionarios
apoyamos la toma de la “U” y les decimos que al igual que nosotros, deben darle
duro al momiaje y a la burocracia.
Esta actitud criminal, es muy propia de
quienes han despreciado a los trabajadores y que han hecho de la libertad y la
Democracia todo un negociado para seguir explotándonos y humillándonos.
El MCR llama a seguir dándoles duro a los
patrones y a desenmascarar a los reformistas que andan tratando de conciliar
con la Democracia Cristiana a espaldas del pueblo y en nombre de la revolución.
¡A construir el Poder Popular!
¡A formar los Comandos Comunales!
¡A luchar por un verdadero gobierno de los
trabajadores!
MOVIMIENTO CAMPESINO REVOLUCIONARIO
ÑUBLE
[1]
“Capitalismo de Estado, una etapa del proceso” JVH, Revista Punto Final Nº 147.
21 de diciembre de 1971.
[2]
“Reflexiones sobre el desarrollo industrial exportador chileno”, en Reflexiones
Socialistas sobre Chile. Ed. La Liebre Ilustrada. Chile 1996.
[3]
Hectáreas de Riego Básico –nota de COMITÉ DE INICIATIVA 50 AÑOS DE LA FUNDACIÓN
DEL MIR
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