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miércoles, 31 de agosto de 2016

A 51 AÑOS DE LA FUNDACION DEL MIR: VIGENCIA DE LOS PRINCIPIOS Y DE SU PROGRAMA


"No aceptes lo habitual  como cosa natural, porque en tiempos de desorden, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural. Nada debe parecer imposible de cambiar”
-Bertold Brecht

El pasado 15 de agosto se cumplieron 51 años desde que un puñado de viejos y nuevos luchadores, en un local sindical de calle San Francisco, en Santiago, diera vida al proyecto revolucionario más importante de la historia reciente del movimiento popular chileno. En 51 años, muchos hechos han remecido su Declaración de Principios y su Programa; qué duda cabe. Pero, como persisten las condiciones político-sociales que llevaron a su elaboración, podemos decir que aquellos Principios y ese Programa siguen vigentes, ya que siguen siendo respuestas válidas ante la opresión y la discriminación   

Haremos la comparativa considerando los aportes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria –MIR- en estos 51 años de historia y el hoy por hoy.

1.- Hace 51 años: el MIR fue claro en señalar que nacía para constituirse en la vanguardia marxista de la clase obrera y las demás capas oprimidas, heredero de las luchas y tradiciones revolucionarias: Recabarren, Bilbao, Lautaro, etc. El MIR rompe con los partidos de la izquierda tradicional y sus prácticas políticas. Además, se declara independiente político-ideológicamente de los focos del socialismo históricamente construido por entonces: URSS y China.
Hoy: se requiere de la construcción de una fuerza de ese tipo, con la denominación que se quiera, pero teniendo un carácter de clase, de la clase de los trabajadores, los explotados y los discriminados. 


Una organización de la izquierda revolucionaria que nuevamente rompa con la izquierda reformista, la que ha claudicado en toda la línea (PC-PS-PPD-PRSD). 

Una vanguardia, la cual, hoy por hoy, debe hacerse continuadora de la lucha de todo@s l@s mencionados, pero que debe recoger también el ejemplo de tod@s aquell@s que resistieron a la Dictadura Cívico-Militar desde el mismo golpe. Urge reformular un análisis cabal y científico de nuestra realidad económico-social, de la esfera de lo político e impulsar con fuerza el debate y la discusión ideológica más extensos posibles, a fin de dar atajo a las deformaciones de nuestros enemigos y de los reformistas acerca de la lucha revolucionaria y para difundir las ideas sobre el cambio social y el socialismo;  

2.- 51 años: el MIR es enfático en afirmar que su finalidad es contribuir al derrocamiento del sistema capitalista y reemplazarlo por un gobierno de trabajadores y campesinos, dirigido por los órganos del Poder Popular, construyendo el socialismo y extinguiendo el Estado hasta llegar a la sociedad sin clases. El MIR no habla de etapas dentro de esa lucha por el poder para las clases oprimidas y explotadas
Hoy: carecemos, por ahora, de las fuerzas orgánicas articuladas al interior del Movimiento Popular (MP), las que cuenten con el nivel de decisión y convencimiento señalado respecto a las tareas por la liberación nacional y social, que desarrollen una estrategia de lucha conducente a derrocar el sistema capitalista de dominación y conquistar el poder, que desplieguen los esfuerzos para que en el seno del MP se vayan construyendo desde ya los gérmenes del contrapoder de los explotados, prefigurando la sociedad socialista a la que aspiramos. Asimismo, sigue vigente el hecho que serán los pueblos y los trabajadores de Chile, en un proceso revolucionario ininterrumpido, los que cumplan con esas tareas;

3.- 51 años: EL MIR declara que la destrucción del capitalismo implica un enfrentamiento revolucionario de las clases antagónicas.
Hoy: pululan los movimientos ‘asambleístas’, ‘ciudadanistas’, ‘constituyentes’, ‘electoreros’, ‘por una economía moral’, por etc., que sólo aspiran a reformar el capitalismo y escamotean el enfrentamiento de clases, al nivel de las relaciones sociales (o sea, hombre-hombre) por uno del hombre con las cosas. Es decir, se requiere retomar el concepto de la inevitabilidad del enfrentamiento de las clases antagónicas, y la consiguiente preparación frente a ello, para resolver la cuestión del poder;

4.- 51 años: El MIR fundamenta su accionar en el hecho histórico de la lucha de clases y rechaza categóricamente toda estrategia tendiente a amortiguar ésta lucha. No existe una fracción de la gran burguesía que tenga un carácter ‘nacional’ o ‘progresista’, posible aliada del pueblo y los trabajadores.
Hoy: como decíamos antes, se extienden movimientos reformadores del capitalismo y del sistema de dominación, cuando de lo que se requiere es de alentar el enfrentamiento en todos los aspectos de la lucha de clases: social, político, ideológico, cultural, material. La organización revolucionaria debe insertarse profunda y extensamente en los sectores más avanzados y conscientes del MP y de los frentes sociales: estudiantes, trabajadores urbanos y rurales, pobladores, y desde allí agitar su programa y estrategia e impulsar las acciones y la organización más radicales;

5.- Hace 51 años: El MIR reconocía al proletariado como la clase de vanguardia revolucionaria, la que debía ganar para su causa a todos los demás sectores explotados y empobrecidos.
Hoy: ese sujeto está desorganizado, confundido, atemorizado, esclavizado por las deudas. Aun así, él sigue siendo el portador de la nueva sociedad y un actor social estratégico en la lucha por su liberación si consideramos su rol fundamental en la producción. Por ello, sigue siendo vigente que todos los esfuerzos orgánicos, políticos e ideológicos de los revolucionarios deben orientarse a revertir tales desfavorables condiciones, fortaleciendo el papel de los trabajadores como transformadores de su propia realidad en cuanto sujeto social. La inserción entre los trabajadores urbanos y rurales, sigue siendo de una trascendental importancia;    

6.- Hace 51 años: El MIR tenía claro que el capitalismo, en su fase superior del imperialismo, ofrecía sólo dictaduras y guerras para resolver la lucha cada vez más extendida entre los de ‘arriba’ y los de ‘abajo’, ocultando en ciertos períodos su opresión bajo el manto de la dictadura democrática.
Hoy: Siguiendo ese predicamento, se hace de vital necesidad exponer a las mayorías nacionales, mediante la lucha político-ideológica, la esencia dictatorial de esta falsa democracia, la que ni siquiera, en rigor, se corresponde a una de tipo liberal, pues ha relativizado todos los derechos y libertades que se aseguraban antes del Golpe. Sigue siendo vigente, más que hace 51 años, que en el régimen capitalista la producción es social, pero la apropiación es individual;

7.- Hace 51 años: el MIR tenía por cierto que las luchas sociales eran nacionales, pero al mismo tiempo mundiales. No obstante, en lo que constituye una diferencia radical con lo que acontece en la actualidad, el imperialismo enfrentaba un período desfavorable. No caben las posibilidades para el Socialismo en un solo país y la competencia económica tras una política de ‘coexistencia pacífica’.
Hoy: las luchas sociales populares se han ido atomizando, haciéndose muy locales y separadas de las otras de los siguientes niveles (provinciales, regionales y más aún de las nacionales), así como circunscritas a unos pocos sectores o frentes sociales. Aún no se logran coordinar efectivas luchas antiimperialistas al nivel internacional. En estos tiempos, el imperialismo está en una posición hegemónica; ha logrado mundializar y transnacionalizar el capital financiero. Por ende, debemos ser humildes, llevando el sentido de las luchas desde lo simple a lo complejo; de las demandas inmediatas a las más políticas, politizando todas las luchas economicistas; de lo local a lo nacional y de ahí a lo internacional. No obstante, la misma transnacionalización nos ayuda para extender la lucha, pues todas las partes del sistema capitalista mundial han sido interrelacionadas a un grado extremo por los propios sectores dominantes mundiales;

8.- Hace 51 años: las revoluciones libradas por los movimientos populares por la liberación nacional y la reforma agraria (las llamadas ‘tareas democráticas’, que debían realizar unas supuestas burguesías progresistas) devenían en revoluciones sociales, por lo que se descartaban las alianzas con sectores reformistas de la burguesía.
Hoy: el PC y el PS se la juegan por esa alianza, a la espera que se puedan llevar a cabo hipotéticas reformas, las cuales posibiliten, en un plazo indefinido, los cambios más de fondo. Es decir, aún debemos combatir políticamente al reformismo y el entreguismo, y todas las políticas que desarman al pueblo, en vez de potenciar sus fuerzas. Sigue siendo válido hoy que sin el derrocamiento de la burguesía no hay posibilidades efectivas de liberación nacional y de expropiación de la riqueza social para la mayoría nacional, tareas democráticas que debe acometer el MP y su vanguardia, combinándolas con medidas socialistas. Asimismo, continúa siendo vigente el principio de que no es posible el Socialismo en un solo país y que el imperialismo será derrotado por la revolución en sus propios bastiones; 

9.- Hace 51 años: las condiciones objetivas estaban más que maduras para el derrocamiento del sistema capitalista, situación desconocida por el reformismo y el revisionismo. Ésta grave negligencia, generaba una crisis de dirección mundial del proletariado.
Hoy: aquellas condiciones objetivas se han agudizado aún más, pero la izquierda reformista y entreguista definitivamente claudicó. Será labor de l@s revolucionari@s, mediante una lucha político-ideológica intensa desde el MP y hacia el movimiento de masas, hacer luz sobre la necesidad del cambio social profundo y remontar esa crisis de dirección;

10.- Hace 51 años: Chile era un país semicolonial, de desarrollo capitalista atrasado, desigual y combinado. A pesar de su atraso, no era un país agrario, sino industrial y minero. En suma, no era una formación feudal o semi-feudal, en que cabía la concepción de la lucha por el poder por etapas, en espera de una etapa ‘democrático-burguesa’ para pasar luego a combatir por el Socialismo.
Hoy: Si bien Chile ha tenido un crecimiento capitalista relativo, con cierta preeminencia del sector económico terciario, lo anterior, en términos generales, sigue siendo vigente. Nuestro capitalismo persiste fuertemente dependiente y entrelazado con el capital monopólico-financiero transnacional. Sólo cabe la lucha ininterrumpida por la liberación nacional y el Socialismo, combatiendo las falsas ilusiones sobre una cierta burguesía ‘progresista’, la colaboración de clases y los supuestos atajos dentro del enfrentamiento clasista;  

11.- Hace 51 años: las direcciones burocráticas de los partidos de la izquierda tradicional se negaban a plantear el derrocamiento de la burguesía, limitándose a políticas de reforma al régimen capitalista, de colaboración de clase y de engaño a los pueblos y los trabajadores mediante la ilusión electoralista permanente; inclusive, con la “vía pacífica y parlamentaria”, la que será resistida por la burguesía mediante la dictadura totalitaria y la guerra civil.
Hoy: ese cuadro se ha intensificado, por lo que sólo cabe levantar una política que apunte a fortalecer todo el poder del pueblo y los trabajadores en su lucha contra los explotadores y los que les apoyan. Dicha estrategia de los de abajo, debe considerar la capacidad efectiva y ofensiva capaz de sostener la lucha hasta el final;

12.- Hace 51 años: el MIR se fundaba para unificar, por encima de todo sectarismo, a los revolucionarios dispuestos a emprender la preparación y organización de la Revolución Socialista Chilena. El MIR se define como una organización marxista-leninista y se rige por los principios del centralismo democrático.
Hoy: aquel desafío planteado por los fundadores del MIR, implica que la entrega por la causa de los explotados y oprimidos debe volver a ser total o nada de lo planteado hasta aquí será posible. Las concepciones del marxismo deben ser actualizadas con todos los aportes de estas cinco décadas y deben servirnos para censar la realidad de nuestra actual formación, sus contradicciones e interrelaciones, la composición  y el alineamiento clasista, los sujetos sociales relacionados dialécticamente, su relación con las otras formaciones capitalistas dependientes de América Latina, etc., a fin de elaborar la teoría para la praxis revolucionaria para éste y los futuros tiempos;

13.- Hace 51 años: el MIR apoyaba al campo socialista, por graves que fueran los errores en que solían incurrir, rechazando la idea de una posible neutralidad. El MIR practicaba el internacionalismo, como forma práctica de solidaridad con las luchas de los pueblos explotados y oprimidos del mundo, además de insistir en el respeto del derecho a la autodeterminación de los pueblos y su lucha contra la injerencia imperialista.
Hoy: el MP y su vanguardia deben apoyar a todos los movimientos que luchan por su liberación nacional y social en América y el resto del mundo. Siguen vigentes el internacionalismo, el respeto por la autodeterminación de los pueblos y la lucha contra la intervención imperialista;

14.- Hace 51 años: el MIR proclamaba la expulsión del imperialismo, nacionalizando sus intereses en Chile, rompiendo los pactos que ataban al país con él, desconociendo la deuda externa sustraída por los gobiernos burgueses con él, ampliando las relaciones diplomáticas y comerciales con todos los países.
Hoy: siguen siendo plenamente válidos todos esos puntos;

15.- Hace 51 años: el MIR planteaba una revolución agraria, en que consideraba la expropiación del latifundio y la entrega de las tierras a los campesinos, individual o colectivamente; 
Hoy: se requiere expropiar el latifundio forestal, el que daña a las comunidades mapuche y campesina chilena, a las que se debe dar preferencia para la distribución de los terrenos, sin perjuicio de considerar la necesidad nacional de contar con tierras suficientes para sostener las necesidades alimentarias, carácter que nunca debieron abandonar;

16.- Hace 51 años: junto con la aplicación de las medidas inscritas en los dos puntos anteriores, correspondientes a las llamadas “tareas de carácter democrático”, el MIR planteaba que ellas debían estar ligadas, de manera íntima e ininterrumpida, con los objetivos de carácter socialista, que eran: Socialización de los sectores vitales para la población y el país: la banca, los créditos, los seguros, los transportes, la Medicina y la Seguridad Social, la propiedad urbana y la educación en todos sus niveles; la Expropiación de las empresas de la burguesía interna y administración de las mismas por los Sindicatos y Consejos Obreros; Control estatal del comercio exterior e interior; Planificación y Administración de la economía por el gobierno Socialista y con participación de los órganos del Poder Popular.
Dicho programa debía ser realizado mediante la liquidación del aparato estatal burgués y reemplazado por la democracia directa proletaria;
Hoy: en perspectiva, todas estas medidas debieran aplicarse en un proceso hacia el socialismo, con algunas redefiniciones respecto de las formas más adecuadas para que las organizaciones de los pueblos y los trabajadores ejerzan efectivamente un poder desde la base; un poder que los vaya liberando de la explotación, el sometimiento y la enajenación;

17.- Hace 51 años y hasta los años “80s: el MIR no descubrió los métodos de la lucha de clases, tales como la huelga, la ocupación de tierras y las corridas de cerco, las tomas de fábricas y terrenos, los grupos de auto-defensa, la propaganda armada, la lucha guerrillera, urbana y rural, los choques callejeros con la reacción y la represión, etc., pero los alentaba e impulsaba;
Hoy: las nuevas generaciones vuelven a ‘descubrir’ esas formas de lucha y ojalá persistan y sigan profundizando ese proceso, en una especie de movimiento elíptico que gira sobre sí mismo;

18.- Siempre: el MIR planteó que la lucha por las reivindicaciones inmediatas no debe transformarse en una meta final, como lo plantean los reformistas y los sectores que intentan ‘abuenar’ el sistema capitalista, sino que debe servir para elevar a un plano político revolucionario a las masas que se movilizan y organizan por tales objetivos concretos;
Hoy: cómo podemos constatarlo, ello continúa siendo tan válido como siempre.


“La lucha será larga y difícil.
Recién comienza. Hemos recibido algunos golpes.
Los hemos superado. Más golpes vendrán.
Sabemos que en esta lucha se nos puede ir la Vida,
pero la continuaremos hasta la Victoria final”
-Miguel Enríquez

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