El derruido centro de exterminio José Domingo Cañas |
La Corte de Apelaciones de Santiago y la Corte Suprema dictaron
sentencias en los casos de torturas aplicadas a prisioneras políticas en el
centro de exterminio José Domingo Cañas y en el caso de desaparecimiento de un
mirista dentro de la Operación Colombo (o listas de los 119), respectivamente
Condenan a 3 ex Dinos por Torturas en José Domingo Cañas
El recién pasado viernes 29 de julio, la Corte
de Apelaciones de Santiago ratificó la sentencia que condenó a tres ex agentes
de la asociación criminal denominada Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) como autores del delito de aplicación de
torturas a seis prisioneras políticas, ilícitos perpetrados en el centro de detención y exterminio de José Domingo Cañas.
En
fallo causa rol 1986-2015, unánime, la Séptima Sala del tribunal de alzada –integrada
por las ministras Pilar Aguayo, Ana María Hernández y el abogado (i) Jorge
Norambuena Hernández– condenó al tristemente célebre represor Miguel Krassnoff Martchenko a la pena de 7 años de presidio como autor del delito
de aplicación de tormentos. Además, los “valientes” agentes Francisco Ferrer Lima y Basclay Zapata Reyes deberán purgar cada uno 5 años y un día de presidio, por su
responsabilidad en las torturas aplicadas a las prisioneras: Gloria Laso
Lezaeta, Viviana Uribe Tamblay, Mónica Uribe Tamblay, María Virginia Hernández
Croquevielle, Amanda de Negri Quintana y María Reyes Noriega, quienes fueron
sometidas a vejámenes en distintos periodos, durante 1974.
En
la etapa de investigación, el ministro en visita Leopoldo Llanos logró
determinar los siguientes hechos:
"Que
José Domingo Cañas N° 1367, comuna de Ñuñoa, era un recinto de detención y
tortura clandestino [de
la DINA –nota del CAD]
que funcionó desde fines de agosto hasta noviembre de 1974; fue un local de
transición usado desde el fin del funcionamiento del cuartel de Londres 38 y hasta comienzos del acondicionamiento de "Villa Grimaldi". Era una casa de un piso, con jardín en la entrada y rodeado
de una reja; en el costado derecho había un garaje y en el interior un patio.
Allí se mantenía gran cantidad de detenidos a los que se interrogaba y
torturaba ininterrumpidamente; estaban vendados, amarrados o encadenados,
privados de alimentos de agua y sueño. Se practicaban interrogatorios a los
detenidos, los que consistían en aplicación de electricidad en diferentes
partes del cuerpo, con la técnica de "la parrilla", entre otros. Se
les mantenía en una pieza común relativamente amplia y en un lugar denominado
"El hoyo" que llegó a tener más de diez detenidos en condiciones de
extremo hacimiento, sin ventanas ni ventilación. Entre los detenidos sometidos
a torturas se encontraban Gloria Silvia Laso Lezaeta, detenida el 5 de
septiembre de 1974, Viviana Elena Uribe Tamblay y Mónica Isabel Uribe Tamblay,
detenidas entre el 19 y 29 de septiembre de 1974, María Virginia Hernández
Croquevielle, detenida el 3 de septiembre de 1974, Amanda Liliana de Negri
Quintana, detenida el 9 de octubre de 1974, y María Reyes Noriega, detenida el
17 de septiembre de 1974".
Ex Dinos Condenados por Desaparición de un Joven Mirista
Compañero Manuel Villalobos Díaz |
La
Corte Suprema, en tanto, ratificó el 22 de julio las condenas a prisión contra
tres esbirros de la policía secreta dictatorial, la misma DINA, por el
secuestro calificado (eufemismo por desaparición) de MANUEL VILLALOBOS DÍAZ, una de las 119 víctimas de la "Operación Colombo".
Los
condenados por la 2ª Sala penal del máximo tribunal son, otra vez, el contumaz
asesino Miguel Krassnoff Martchenko (8 años de presidio) y al ex suboficial Basclay
Zapata Reyes (7 años), así como el ex oficial de carabineros Ciro Torré Sáez (7 años), todos como autores del crimen.
El
alto tribunal fue débil y ratificó la absolución del ex general César Manríquez Bravo, al no haberse acreditado su participación, y el
sobreseimiento por muerte del asesino mayor, Manuel ‘Mamo’ Contreras Sepúlveda,
quien fue el jefe de la DINA y del coronel Marcelo Moren Brito.
Estos
últimos dos chacales fallecieron tras dictarse la sentencia de primera
instancia por parte del juez especial Leopoldo LLanos, que los condenó a 10
años de cárcel.
Manuel
Villalobos Díaz contaba con apenas 22 años al momento de su desaparición, era casado
y le sobrevive un hijo. Sostenía a su familia trabajando como vendedor de
libros, mientras continuaba sus labores clandestinas como resistente e integrante
del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR, organización que combatió con
las armas en la mano contra la dictadura cívico-militar encabezada por el
chacal Pinochet.
Manuel
fue detenido el 17 de septiembre de 1974, en horas de la madrugada, en su
domicilio de calle Morandé 882, Dpto. B de la capital, por 5 agentes de la DINA
comandados por Osvaldo Romo Mena, quienes irrumpieron violentamente en el
departamento preguntando por él -individualizándolo por su sobrenombre
familiar- para luego, golpear primero al cuñado de la víctima, y luego a este
último, a quien primero esposaron para después propinarle una feroz golpiza en
presencia de su cónyuge, de su hermana, de su cuñado y de su hijo de 8 meses de
edad.
Tras
ser golpeado e interrogado en su propio domicilio, Manuel Villalobos Díaz fue
introducido a una camioneta Chevrolet C-10, color rojo, con toldo obscuro, patente
de la Municipalidad de Las Condes, siendo trasladado con destino desconocido.
Los agentes retiraron del departamento toda clase de libros y documentos,
incluido el certificado de nacimiento del afectado. Posteriormente, en forma
accidental, su padre, don Manuel Villalobos Olivares, lo vio el 13 de octubre
de 1974, a la altura del paradero 9 1/2 de Gran Avenida, en una camioneta
Chevrolet C-10, en medio de dos individuos.
Díaz
más tarde, el 24 de octubre de 1974, su cónyuge, encontrándose frente al
Hospital Militar, se percató de la presencia en ese lugar de la camioneta
Chevrolet a la cual fue subido Manuel Jesús tras ser detenido, con dos de los
aprehensores en su interior: uno de alrededor de 23 años, alto, delgado,
moreno, pelo negro y liso, labios delgados, ojos café oscuro y vestido con
tenida deportiva; El otro de unos 35 años, alto, gordo, moreno, pelo negro
encrespado, ojos café y vestido con terno oscuro. Ella se acercó a ellos,
siendo reconocida por los agentes, quienes le dijeron que su "única misión
es detener a las personas, que después no se sabe del paradero del
arrestado", y "que ellos obedecían órdenes".
Siempre
en el mes de octubre, su madre acudió a las oficinas de la Comandancia de la
Guarnición Militar de Santiago. Allí le entregaron como respuesta un papel
escrito a mano que contenía las cifras: 35550-5416 y E-2; según el Oficial que
la atendió, estos significaban que la víctima estaba en poder de la DINA. Días
después, noticias provenientes de detenidos políticos, dicen que la víctima se
encontraba en 4 Alamos.
Su
hermana fue detenida en 14 de enero de
1975, también por agentes de la DINA, quienes le manifestaron amenazadoramente, "recuerda que tienes un hermano desaparecido". Fue trasladada a Villa
Grimaldi en donde fue interrogada sobre su hermano, pero nunca le preguntaron cómo
ubicarlo. También en ese recinto, pudo identificar a Osvaldo Romo Mena como el
jefe de los agentes que arrestaron a Manuel Jesús. El cuñado de la víctima, fue a su vez detenido
el 15 de septiembre de 1975 por agentes de la DINA, siendo trasladado a Villa
Grimaldi. Allí reconoció a Osvaldo Romo Mena como el jefe del grupo que allanó
su casa.
Su
familia efectuó innumerables diligencias y averiguaciones, con la angustia de
saber que la víctima sufría graves problemas de salud (epistaxis a repetición,
que en varias ocasiones le produjeron anemia). Aparte
de las respectivas gestiones judiciales, solicitó audiencia e información a los
miembros de la Junta de Gobierno, a los Ministros del Interior, Justicia y
Defensa. Muchas de estas gestiones recibieron respuestas, pero todas negativas.
Asimismo, envió los antecedentes del caso a diversos Jefes de Estado, y a
organismos internacionales. No dejaron puerta por tocar, pero aún desconocen la
suerte que corrió la víctima en manos de la DINA.
Su
cónyuge, es intensamente buscada por los
organismos de seguridad a partir de noviembre de 1975, por lo que debe
abandonar su búsqueda y se asila junto a su hijo. Hasta 1982 tiene prohibición
de ingreso al país.
Es
ella, su esposa, quien nos entrega una breve semblanza sobre su compañero de
lucha y amor: “Manuel entró a militar en el MIR con apenas 14 años y lo hizo hasta
su desaparición, en 1974. Su vida política comenzó en la secundaria, en
Santiago, a nivel estudiantil, campesino y poblacional. Posteriormente, en la
Universidad de Concepción siguió con labores similares y para el Golpe del
11/9/73 estaba a cargo del sector del carbón en Concepción y de la radio 'La
Voz del Carbón' que el mismo producía con una compañera. El día del golpe fue
arrestado y llevado a la isla Quiriquina. Cuando lo dejaron libre, Manuel se trasladó
a Santiago con su familia y trabajo clandestinamente tratando de reconstruir el
MIR. Estaba en la tarea de levantar la radio clandestina del MIR cuando fue
detenido por la DINA. Se destacó por su inteligencia, claridad política, analítica,
organizativa, critica, creativa, de oratoria, de lealtad, de entrega y de
entendimiento intrínseco de la necesidad de los más pobres y más necesitados de
Chile. Todas estas cualidades las puso al servicio de la visión policía que tenía,
que era la creación de un movimiento amplio desde la base que abarcara a todos
los sectores de la sociedad chilena, sin sectarismo políticos, que los puestos
fueran ocupados por los más aptos, con las mejores cualidades políticas y
humanas, ampliamente democrático y así luchar por la formación de una sociedad más
justa en Chile, que le diera oportunidades a todos. El hombre del siglo 21 del que
hablaba el Che era su visión de esta nueva sociedad.”
El
nombre del compañero Manuel Jesús Villalobos Díaz apareció al año siguiente entre las
víctimas de la Operación Colombo, que fue un montaje de la DINA para encubrir
la desaparición de 119 prisioneros políticos –en su mayor parte integrantes del
MIR-, que incluyó la creación y divulgación de dos publicaciones fantasmas, de
las que se editó sólo un número, sin editor responsable, y cuya dirección como
pie de imprenta resultó ser falsa: una revista en Argentina –Lea- y un periódico en Brasil –O’Dia-, en los que se señalaba a un
total de 119 chilenos muertos en purgas internas del MIR o en combates contra
fuerzas de seguridad de esos países, gobernados también por dictaduras
militares. La prensa chilena, cómplice y complaciente con la dictadura, se hizo
eco de esas publicaciones con titulares como "Exterminados como
ratones". La Operación es considerada el primer capítulo de la Operación
Cóndor, que fue una coordinación entre los regímenes del Cono Sur para eliminar
opositores.
Durante
la dictadura cívico-militar encabezada por el siniestro Augusto Pinochet
(1973-1990) y según cifras oficiales, unos 3.200 chilenos murieron a manos de
agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos.
¡Ni Olvido Ni Perdón: Verdad, Justicia y
Memoria!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
Colectivo Acción Directa CAD –Chile
Agosto 2 de 2016
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