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viernes, 14 de agosto de 2015

DEMOCRACIA EN CHILE, ¡¿CUAL DEMOCRACIA?!


“(La burguesía) En lo sucesivo, está condenada a mantener formas dictatoriales de gobierno y a imposibilitar la instauración de un régimen democrático que permita la libre competencia para retener o alcanzar el poder político…”
Joan Garcés, uno de los principales asesores de Salvador Allende, luego del golpe

Lo acaecido en el plano de la política en lo que va recorrido desde 1990, pero con especial atención desde fines de 2010, pone de manifiesto que el sistema político en curso no es democrático ni representativo de la soberanía popular, y que los diversos gobiernos a lo largo de ésta supuesta democracia ‘recuperada’ no tienen interés en resolver dicha impasse, ni siquiera en los marcos de una limitada democracia liberal.

Decíamos, en junio pasado, que nos enfrentábamos a una especie de empate político entre los pueblos y los trabajadores, de una parte, y el bloque político de Estado (BPE)[1], de la otra. Empate en términos de las concretas y virtuales prácticas políticas de clase, pero no al nivel de la ética, los principios y la moral sustentados por ambos campos, donde los primeros superan con creces a los últimos. Aclarábamos que una gran parte de los pueblos y trabajadores ya no se tragaban el cuento de una democracia que nunca termina por concretarse o que lo hará el día que los milicos dicten cátedra en DDHH. Esta no es una ‘transición a la democracia’; es, ni más ni menos, que la democracia de baja intensidad inherente a un régimen político que avala y vela por la mantención de un sistema de explotación y dominación extremadamente injusto, desigual y discriminador.   

Pero, ¿qué es lo que ha permitido a la gran mayoría nacional darse cuenta que ésta democracia no vale un peso, lo que se demuestra en las movilizaciones sociales contrarias a diversos aspectos y reformas del sistema de dominación, en los resultados de las encuestas de opinión y en la conversación diaria?; sencillo, el movimiento y el sonido de las cadenas que portábamos cuando el movimiento de masas comenzó a agitarse.

Los Movimientos Sociales

La calmada convivencia seudodemocrática de éste país vino a romperse gracias a la gran movilización de los trabajadores del sector público, a fines de 2010[2] (bajo el gobierno del derechista político-empresarial Piñera), en que a su tradicional petición de aumento salarial unieron también demandas político-sociales[3]. Durante dos meses, el aparato público se vio remecido por un ilegal, aunque legítimo y descomunal paro de funcionari@s y multitudinarias marchas coparon las calles de las principales ciudades, logrando concitar ell@s un amplio apoyo social para su movimiento reivindicatorio.

Luego vendrían los movimientos sociales territoriales. Estos se abrieron con la arremetida de la población de Punta Arenas, a mediados de enero de 2011[4], la cual protestó durante toda una semana ante el anuncio de una exagerada alza en el precio del gas (16,8%) y en contra del centralismo.
 
Un año después, en febrero de 2012, saltaría a la palestra la multitudinaria protesta de la comunidad de la región de Aysén[5], donde son los pescadores artesanales[6] los que encienden la mecha con dos reivindicaciones claves: rechazo a la nueva ley de pesca (‘Longueira’) y la eliminación del impuesto específico a los combustibles; luego, estas se fundirían con otras demandas[7], en que también se incluía una descentralización efectiva.

Desde enero de 2012, se harían conocidos los habitantes de la zona sur de la III Región, en especial los de Freirina, por tener problemas con el abastecimiento de agua potable[8], la instalación de una termoeléctrica en Punta Alcalde, y lo más apremiante vino con la instalación de una mega-planta de cerdos de Agrosuper, que transformó todo literalmente en un mierdal, situaciones que hicieron escalar una movilización popular que logró suspender los dos últimos ‘emprendimientos’[9].

Durante el segundo semestre de 2011 se realizarían dos paros locales en Calama, pero sería a partir de marzo de 2012[10] que se desplegaría una movilización más constante en pro que parte de las ganancias mineras se quedasen para mejorar las condiciones de la región (Fondenor[11]). A los loínos se les unirían, al poco andar, los atacameños[12], también por mayores recursos para las comunas mineras y por la descentralización[13].  

Y hasta no hace mucho[14], tuvimos a la totalidad de la población de la comuna semi-rural de Caimanes (IV Región) dando una batalla vital en contra de los desechos de una minera propiedad de uno de los dueños del país, el grupo Luksic. Ello les ha significado casi una década de lucha, la que muchas veces ha sido pervertida por los millones entregados por el grupo monopólico a los pobladores más inescrupulosos. Con todo, gracias a la presión social sobre las autoridades civiles y políticas hasta ahora han logrado detener legalmente la virtual aspersión del lugar con ácido y metales pesados de los relaves. Claro que Luksic no se cansa, y si nos es ahora, será después.                 

El quiebre más intenso de la pervertida y militarizada paz social vino a darse con la tremenda acometida del movimiento estudiantil nacional, de mediados de 2011, el cual aún pervive, aunque con algo menos de masividad y rupturismo. Claro que no debemos olvidar que éste tuvo su prolegómeno, en 2006, cuando se movilizaron especialmente los estudiantes secundarios de todo el país: era la “Revolución Pingüina”, que demostró que vastos sectores de la juventud no estaban ni apolitizados ni cooptados por el sistema imperante, sirviendo sin duda de simiente para lo que ocurriría en el sector un lustro más tarde.  

Pero, como dicen los filósofos que saben, todo contiene su contrario.

El Camino de Vuelta

La primera en caer en medio de sus contradicciones, carencia de perspectivas conscientes de clase y debilidad en las posiciones de sus componentes más consecuentes fue la Revolución Pingüina, que culminó con el binomio en el poder con sus manos tomadas y en alto, junto a unos cariacontecidos dirigentes secundarios; fue un buen ‘cambiazo’.

Así fue también como aquel inmenso movimiento reivindicatorio de los funcionarios públicos, al final resultó ser un canto de cisne muy bien entonado. Desde entonces, tanto el gobierno de Tatán Piraña como el actual de la Nueva Mayoría (NM), han sabido cooptarlo e intimidarlo a piacere, mediante ofrecimientos diferenciados y hartas promesas o bien, por la simple aplicación de castigos[15]. Asimismo, las coaliciones gobernantes han contado para todo ello con la infame labor de dirigentes partidarios de la NM y de la derecha, quienes creen meritorio vender su movilización sectorial a cambio de mantener la paz social (y algunas prebendas para sus personas, como viajes al extranjeros, pagos de campañas electorales[16], becas y escalar en la jerarquía de sus respectivas tiendas políticas).

Para el caso de los movimientos sociales territoriales, llama la atención que todos se organizan en torno a las llamadas ‘Asambleas Ciudadanas de NN’, con lo que se quiere dar a entender que son ajenas a un sustento e intencionalidad políticas más de fondo; se reconocen en lo que se ha dado a conocer como “ciudadanismo”[17]. Este modelo, intenta proponer y gestionar soluciones a los problemas comunes, pero no pretende organizarse como un poder político autónomo de las instancias estatales y del empresariado, el que se despliegue como una herramienta que si dé cuenta de las cuestiones más estructurales y que encarne el poder político desde la base. Pero, ojo con ello. Si bien es cierto que el “ciudadanismo” no busca una alternativa al capitalismo[18], también es cierto que no carecen los cabecillas "ciudadanistas" de ciertas perspectivas conscientes políticas, las más de las veces con concepciones estrechas, inmediatistas y, cuando no, interesadas en la componenda personal o sectaria (caso Iván Fuentes). También se pierden los sectores con una orientación más proclive al avance y la ruptura popular cuando el movimiento se inunda de ‘asambleísmo’, y no de una democrática-popular forma de poder asambleario[19], el que diluye las responsabilidades y los principios del mismo, haciendo más fácil la iniciativa de los líderes reformistas, muy asociados a las fuerzas políticas-empresariales y reconocidos como interlocutores válidos.

La Asamblea de Freirina fue la excepción, eso sí, respecto de ir más allá de la simple petición frente a las autoridades y movilizarse limitadamente frente a sus aspiraciones, llegando a constituirse en un cuasi-poder político autónomo, el que aún hace frente a los embates del capital[20] y del poder político que lo ampara, pero sin lograr la masividad de hace un par de años.

Lo indicado en el penúltimo párrafo, derivó en un declive de los potentes movimientos sociales territoriales. En ellos, primaron las perspectivas políticas interesadas de ciertos dirigentes ‘Asambleístas’ y ‘Ciudadanistas’, que lograron posicionarse bien en desmedro de los líderes más rupturistas y que se oponían al acuerdo reformista de las demandas. Los primeros, en acuerdo con los poderes estatales y empresariales, lograron derivar los procesos de protesta social por la vía de la contradicción “hombre-cosa”[21], antes que encauzarlo desde un punto de vista de las relaciones sociales; es decir, de una contradicción “hombre-hombre”. Al mismo tiempo, dichos movimientos fueron intermediados y finalmente cooptados por las instancias estatales y empresariales mediante subsidios[22], morigerando el alza de algunos precios de alimentos y/o servicios, con la instalación de sempiternas mesas de dialogo ‘ciudadano’, etc.    

En tanto, al movimiento estudiantil en curso, el cual inquieta la formación desde 2011, lo han reprimido, engatusado con invitaciones a diversos e insulsos diálogos, sometido al fuego amigo de parte de los dirigentes pro-Concertación y ahora NM, etc.; en suma, le han dado con todo, pero no lo han podido doblegar, pues subyace allí un nodo reconocido a lo largo de toda la formación: el sagrado derecho a la Educación como tal y como herramienta de cambio social, al mismo tiempo que muchos de sus dirigentes, tanto secundarios (sobre todo la ACES) como universitarios (de la izquierda anticapitalista), han logrado remontar los embates del BPE. No obstante, siendo sinceros, últimamente ha decaído bastante el ánimo del estudiantado movilizado, en general, y ciertas fuerzas políticas, que antaño eran más ofensivas, han comenzado a caer en el juego del dialogo con la autoridad y han ido bajando las banderas históricas del movimiento. 

Actualidad y Perspectivas

En Chile existe un remedo de democracia, qué duda cabe. Cuando se trata de negocios, finalmente la Alianza de derecha y la NM siempre encuentran puntos de acuerdo, al que se vienen a sumar, gustosos, los grandes empresarios. Ahora bien, siendo verdad que esa unidad en el discurso y la acción les ha funcionado de maravillas a los integrantes del BPE a fin de sacar de en medio a los molestos movimientos sociales, tal contubernio anti-popular tiene su talón de Aquiles: es demasiado evidente y se ha visto resquebrajado luego que, desde fines del año pasado, quedarán nítidamente expuestas a la luz pública toda esa extendida corrupción; el financiamiento de carreras políticas por parte del capital para, después, recibir las correspondientes retribuciones desde el nivel de lo político; los conflictos de intereses; el tráfico de influencias; el robo gangsteril más descarado, etc.     

Y sigue creciendo el descrédito del remedo de democracia hoy vigente, expresándose ello en el cuestionamiento intermitente a las formas del sistema por parte de diversos movimientos y frentes sociales; en los resultados de las múltiples encuestas de opinión; en la amplia crítica colectiva suscitada frente a la contundente evidencia legal sobre los ilícitos cometidos por el capital y los politicastros; y en la no correspondencia entre lo obrado (o no obrado) por el gobierno y las aspiraciones, al menos, de los que votaron por él. Este conjunto de elementos adversos para el BPE, lo llevó a perder la iniciativa política, en términos relativos, hasta junio pasado, pero desde entonces sus componentes han logrado remontar las dificultades mediante un discurso ciudadanista y ‘realista’, abierto a temas de bajo compromiso político, como el antitabaquismo, legalización de la marihuana, de las uniones legales de parejas no tradicionales, etc., pero sobre todo centrado en la delincuencia; cuando no aplicando el cuento del lobo, respecto de la crisis económica que amenaza acabar con nuestra civilización si no morigeramos las reformas, centralmente de la tributaria y la laboral, con lo que logran concitar apoyos más bien emotivos de la población.   

Es más que evidente que hoy en día existen variados y extendidos sectores sociales activados y movilizados en pos de concretar sus postergadas demandas. Estos son los estudiantes, secundarios y universitarios; franjas radicalizadas de pobladores y deudores habitacionales; importantes segmentos de trabajadores, públicos y privados; y las comunidades Mapuche en resistencia, desde el Biobío hasta la región de Los Lagos. Es sobre esta franja más avanzada, en términos políticos, que las fuerzas que propician la liberación nacional y social deben insertarse profundamente, difundiendo desde allí las ideas y las prácticas más consecuentes hacia el conjunto de las clases y capas oprimidas.

Y tenemos buenos precedentes para avanzar por esa senda. Hace sólo dos meses[23], se movilizaron por las calles del país más de 150 mil estudiantes, profesores y trabajadores, a la cuales se sumaron diversas organizaciones sociales y políticas de izquierda, lo que vino a demostrar que el movimiento popular chileno continúa firme en la lucha.

Pero no será dentro de los esquemas de la democracia de baja intensidad vigente, propia de un régimen político que coadyuva a la mantención y reproducción de un sistema de explotación y dominación extremadamente injusto y desigual, que los pueblos y los trabajadores podrán ver resueltas sus demandas y aspiraciones. Así, condenadas a dar golpes en el aire, sin afectar las bases del poder que les coarta, se verán los movimientos ciudadanistas, asambleístas, constituyentes, moralizadores de la economía y otras hierbas. Para los “ciudadanistas” la clase trabajadora se ha ido diluyendo con el progreso cultural y tecnológico, perdiendo su sitial como gestor y motor de la historia universal. El ciudadanismo ha ido tomando diversos rótulos y formas, entre los más “de moda” están los mencionados, y además las “ONGs” y las “clases medias”. Estos grupos auto organizados en lo local son la fuerza motriz que dirige la emancipación de la sociedad adaptándola de este modo a la lógica democrática, entendida ésta como un sucedáneo de lo que verdaderamente debiera ser.

El concepto ciudadanía y ciudadanización de la política es uno de los ejes de la ofensiva teórica e ideológica de la burguesía en las formaciones capitalistas, escamoteando con ello la comprensión de la historia y la sociedad en términos de la lucha de clases. En este sentido, la ciudadanía vendría a ser un valor democrático que trasciende las diferencias sociales y que permite la “integración” a partir de “la diversidad”. Una “ciudadanía movilizada” puede presionar sin mayor costo social y comúnmente sin violencia a los dueños del poder para que le conceda mayores espacios de participación y libertad, sin que sean avizorados los verdaderos centros de gravedad del sistema.

Con todo, existe una problemática ideológica más de fondo. Ello tiene que ver con las formas de la opresión al nivel de la conciencia de los explotados, resultando evidentes las semejanzas existentes hoy entre la lógica de los campos de concentración y las políticas de austeridad que se nos imponen[24]. Los fundamentos son los mismos: minimizar los costos del trabajo y eliminar el derroche de recursos que significa mantener a quienes no están en condiciones de producir. La reducción de los costos salariales se ha conseguido con una medida genial, la “flexibilización del empleo”, que al dejar los trabajadores indefensos ante el paro, ahorra a los empresarios las molestias que antes causaban las disputas por el salario justo. Eliminar a los que ya no son productivos se realiza discretamente con la rebaja de las pensiones. Es un procedimiento más lento, que seguramente será más eficaz en el futuro (con el copago de los medicamentos, por ejemplo), pero mucho más limpio que quemar en un horno.

De todo lo anterior, podemos colegir que en la actual coyuntura de la lucha de clases es fundamental que los agentes del cambio radical desplieguen una tenaz, amplia y profunda lucha político-ideológica para enfrentar las posiciones de los enemigos del pueblo trabajador y a los que lo traicionan. Se hace perentorio reforzar el instrumental teórico de los transformadores de esta realidad mediante el análisis sustentando en la ciencia marxista, a su vez asentada en los materialismos dialéctico e histórico, con vistas a ser cada día más certeros en el plano estratégico y táctico de la lucha interclasista.  

Finalmente, seamos realistas y sinceros. Aún resta bastante a los luchadores sociales para superar una serie de debilidades y falencias, así como para lograr que cristalice la unidad política. Falta mucho por politizar todas las luchas; darles mayor contenido y alcance, sumando en la acción a aquellos menos conscientes y organizados. En una palabra, la construcción de la verdadera Democracia, ese concepto/valor que sirve de sendero y meta para la liberación del sujeto portador de la nueva sociedad en tanto sujeto social, no está hoy a la vuelta de la esquina.

¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!

Colectivo Acción Directa – CHILE
Agosto 14 de 2015





[1] La Nueva Mayoría y la derecha política, conjuntamente con el bloque en el poder, éste último expresión de las clases y fracciones de clase dominantes, constituyen lo que en las sociedades capitalistas, y por ende divididas en clases, se conoce como el bloque político de Estado (BPE).
[9] Agrosuper, de Gonzalo Vial, es uno de los 3 monopolios que dominan la agroindustria nacional; ver: http://freirinaconciente.blogspot.cl/2012/01/la-construccion-de-un-monopolio.html En el caso de la planta de cerdos de Freirina, por ella se la jugaron a fondo el DC Jaime Mulet y el PRSD Alberto Robles; ver: http://freirinaconciente.blogspot.cl/2012/01/cronica-de-una-peste-anunciada.html    
[16] Caso de Esteban Maturana, presidente de los trabajadores de consultorios; ver: http://www.24horas.cl/politica/sqm-ex-tesorero-del-partido-socialista-declara-ante-la-fiscalia-nacional-1622397

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