Un
juez yanqui pretende que la asediada y empobrecida Palestina pague al imperio
por unos estadounidenses que resultaron muertos en acciones de resistencia del
pueblo palestino ante el terrorismo genocida de Israel, verdadero matón de
EE.UU. en Medio Oriente
Un juez
de Nueva York ordenó éste lunes 24 a la Autoridad Palestina y a la
Organización para la Liberación Palestina (OLP) pagar una fianza de US$ 10
millones, mientras que aún estas apelan una condena por US$ 655.5 millones por
seis ataques cometidos entre 2002 y 2004 en Israel en los que hubo muertos y
heridos estadunidenses. En efecto, ya el pasado 23
de febrero un jurado popular había impuesto una condena por US$ 218.5
millones a la Autoridad Palestina y la OLP, monto que se triplicó
automáticamente en el marco de las leyes antiterroristas estadunidenses, hasta alcanzar
los US$ 655.5 millones mencionados.
Ahora,
éste lunes, el magistrado federal de Nueva York George Daniels señaló en su
orden que la suma debe ser depositada en su juzgado antes del 23 de septiembre.
Los condenados deberán agregar un millón de dólares cada treinta días hasta que
haya una decisión de parte de la cámara de apelaciones.
La
corte yanqui estimó, sin más, que la Autoridad Palestina y la OLP “fueron
responsables por apoyar seis ataques que dejaron 33 muertos y 390 heridos.”
Dichas acciones, desplegadas como forma de resistencia ante el asedio y el
expansionismo terrorista de Israel, fueron ejecutadas por militantes de Hamas y
de las Brigadas de Mártires de Aqsa, el brazo militar del movimiento político
Fatah del presidente Mahmud Abas y la principal fuerza en el seno de la OLP. La
justicia estadounidense no olvidó que ambos grupos figuran en el listado
imperial de organizaciones terroristas. En lo específico, la instancia judicial
concedió entre 1 a 25 millones de dólares a cada estadounidense herido o que
haya perdido un familiar en los atentados.
Y agradezcamos que
el juez Daniels fue benévolo. Eso, si atendemos a que para fijar el monto de la
fianza él asegura que le habría dado muchas vueltas a una moción presentada
este mes por el Departamento de Estado de los EE.UU., que intervino en el caso
para discutir que una alta cifra podría amenazar la estabilidad de la región (lo
cual le resulta estratégico) mediante la presión ejercida por la escasez de
efectivo de los palestinos, así como el magistrado dice haberse atenido a la
cantidad propuesta por el abogado de la Organización para la Liberación de
Palestina y la Autoridad Palestina, quien sostuvo que el hecho de obligar a los
palestinos a enfrentar el pago de unas costosas multas tendría terribles costos
humanos para las personas que viven en los territorios palestinos.
"Respetuosamente,
un millón significa mucho para la Autoridad Palestina", dijo Berger
Mitchell el juez, señalando que el monto podría cubrir bienestar de 9.500
familias o construir una escuela en Gaza.
¿Qué tiene de moral y de legal que EE.UU.
ejerza justicia dentro del conflicto Palestino-Israelí?
Para nadie es un
secreto que la Roma imperial de nuestros días se arroga el papel de gendarme
mundial. Tampoco es una novedad que donde haya ciudadanos estadounidenses que
resulten afectados por algún conflicto, donde siempre está presente su mefítica
influencia, sean los tribunales estadounidenses los que definan el supuestamente
merecido castigo, a desprecio del derecho internacional, de la no injerencia en
asuntos externos y de la libre determinación de los pueblos.
En concordancia
con lo expuesto, vemos que en el caso de la onerosa multa aplicada al pueblo
palestino se obvia que EE.UU. es parte interesada en el largo conflicto entre
los palestinos y el poder sionista de Israel, al mismo tiempo que sus
tribunales están contraviniendo lo estipulado por la ONU y el derecho
internacional, lo cuales rechazan la extraterritorialidad de las acciones
judiciales de terceros en los conflictos entre Estados.
Ahora bien,
decimos que EE.UU. es parte interesada en aquel enfrentamiento, pues la
potencia imperial es el principal apoyo material y militar de una de las
partes: Israel, lo cual la coloca como parte contendiente y expuesta a los
rigores que se puedan derivar de tan evidente injerencia.
Una pequeña
muestra del soporte prestado por EE.UU. a su punta de lanza en Medio Oriente la
podemos
constatar en los siguientes datos:
- En total,
EE.UU. le ha entregado a Israel US$ 121.000 millones en asistencia acumulada.
Es el principal receptor desde la Segunda Guerra Mundial;
- En 2007, EE.UU.
e Israel acordaron una ayuda militar de US$ 30.000 millones durante una década,
entre 2009 y 2018;
- Hasta abril de
2014, EE.UU. había entregado US$ 704 millones a Israel para baterías,
interceptores, costos de coproducción y mantenimiento de su Domo de Hierro[1]:
- Para el año
fiscal 2015, el gobierno de EE.UU. pidió al Congreso US$ 3.100 millones en
financiamiento militar para Israel, US$ 10 millones para asistencia a
refugiados y US$ 175,9 millones para el Domo de Hierro.
Demás está decir
que semejante nivel de suministros a Israel excede con creces lo que pudiera
llamarse un apoyo para que los sionistas se ‘defiendan’ de Palestina, un país empobrecido
y prácticamente desarmado, lo que demuestra dos cosas: EE.UU. arma descaradamente
a Israel para hacer la guerra y el terrorismo a sus vecinos, sirviendo a sus
intereses imperiales en la zona, y que los esporádicos y enclenques ataques por
parte de Palestina representan antes bien una desesperada resistencia ante la
embestida de los sionistas.
“Les guardamos
las espaldas”, les asegura
Obama a los israelíes, mientras que la segura próxima presidenta imperial, Hillary
Clinton, afirma que “Israel es una vibrante democracia, en una región
dominada por la autocracia”.
¿Quiénes son los verdaderos terroristas?
Los
representantes del sionismo y la judicatura imperial parecen olvidar la real
situación que se vive entre Palestina e Israel; entre el país agredido y el
país agresor.
Sólo en atención
a hechos recientes, digamos que al día siguiente de la desmesurada multa
aplicada por el tribunal yanqui la
prensa informaba que los ataques israelíes a Gaza, entre julio y agosto del
año pasado, dejaron más de 1000 niños discapacitados.
Mediante un
informe, la ONG Defensa para los Niños
Internacional precisó que más de mil niños palestinos habían quedado
discapacitados para siempre debido a los ataques israelíes contra el enclave
costero.
Además y no menor,
2.220 palestinos murieron y otros 11.000 resultaron heridos en las más de siete
semanas de incesantes bombardeos israelíes contra los gazatíes, donde además
resultaron destruidas unas
108.000 casas. La mencionada ONG, emitió
su informe en el marco del primer aniversario del fin de la ofensiva israelí
contra Gaza, el 26 de agosto de 2014.
Si hasta los
judíos que viven en EE.UU. han protestado para condenar las políticas anti-palestinas del régimen
de Tel Aviv. Ellos corresponden a los grupos la Voz Judía por la Paz (JVP,
por sus siglas en inglés) y Code Pink (Código rosa), quienes
se movilizaron en julio pasado frente al centro donde se
desarrollaba la conferencia anual de la asociación Cristianos
Unidos por Israel.
Según
los medios, los palestinos portaban banderas palestinas y pancartas con
lemas como: “Palestina Libre”, “Pongan fin a la ocupación de Palestina” y “Netanyahu
(primer ministro israelí) es un criminal de la guerra”. Durante la
manifestación, hubo un minuto de silencio en honor de las víctimas
palestinas abatidas en la última agresión israelí contra la Franja de Gaza,
de 2014. Por su parte, el vocero de la protesta denunció que el régimen
israelí comete crímenes de guerra contra los palestinos en la Franja de Gaza,
además de mantener esta zona bajo asedio.
En
tanto, el pasado 8 de julio, la reconocida ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), coincidiendo con lo notificado por Defensa para los
Niños Internacional, informó que cientos de palestinos aún sufren terribles heridas,
a pesar de haber transcurrido un año de la brutal ofensiva del régimen israelí
contra la Franja de Gaza.
Equipo
Internacional –CAD CHILE
Agosto 27 de 2015
No hay comentarios :
Publicar un comentario