“Putin advierte de golpe de
Estado contra Trump”
Dos polémicos
rotativos del establishment titulan sin tapujos la intención
de Trump ya instalado como presidente 45 de EU.
Washington Post (WP)
titula “El presidente promete arrancar el poder de las élites de Washington, y
colocar a EU primero, además de liquidar la carnicería (sic)
estadunidense, en referencia al desempleo de la clase media desahuciada.
Más agobiado, New York Times (NYT)
titula Trump renuncia a la clase política del país y subtitula “El
presidente enloda al establishment
de impío y corrupto”. ¿Y a poco no es verdad?
Paul Craig Roberts –ex
asistente secretario del Tesoro de Reagan, editor asociado del Wall
Street Journal (WSJ) y autor de tres importantes libros: La
amenaza de los conservadores al orden mundial; Cómo se perdió EU y El
fracaso del capitalismo neoliberal– arremete en su portal contra los dos
portavoces del establishment WP y NYT, desilusionados con
el discurso de Trump y su “fuerte ataque al rapaz e inmoral establishment gobernante”.
Trump ha prometido
gobernar con los ciudadanos abandonados por el establishment, con
quienes conectará mediante sus letales tuits: ¡Mezcla insólita de
plutocracia con oclocracia!
El mismo Obama, antes de despedirse,
aconsejó no subestimar (sic) a este tipo (sic), quien conecta muy
bien con sus seguidores y representó el “candidato del cambio”.
Obama legó tanto el
caos global como un país fracturado donde se perfila una impensable guerra
de sexos entre los supremacistas blancos machos WASP, devotos
de Trump, y la marcha impactante de medio millón de mujeres en Washington, propulsadas por
Hollywood, al unísono de otras 600 marchas hermanadas en el resto de EU y el
mundo.
EU es un país
dividido, según The Hill.
Se queda corto: EU es un país severamente fracturado a todos los niveles.
Hasta tal punto teológico
se manifiesta la fractura tectónica de EU, en franca decadencia interna y
global: uno de los predicadores de la misa previa al juramento de Trump fue Robert Jeffres, bautista
sureño que ha condenado al Islam y al mormonismo (cuyos feligreses
abundan en la CIA), quien exclamó que “Dios no está contra la construcción de
muros”.
Para Paul Craig
Roberts, el advenimiento de Trump constituye una declaración de guerra,
mucho más peligrosa para él que si hubiese declarado la guerra contra
Rusia o China. Paul Craig Roberts comenta que no existe duda de que
Trump se ha vuelto un objeto de asesinato (sic) cuando la CIA no se va a
rendir y largarse.
Más allá de su
conocido presupuesto legal de más de 50 mil millones de dólares al año, Paul Craig Roberts, quien
conoció las entrañas financieras del Minotauro estadunidense, alega que la
CIA es una organización global. Sus lucrativos negocios le proveen ingresos
independientes del presupuesto de EU y es capaz de librar operaciones
en forma independiente del presidente y aun de su propio director, cuando “la
CIA lleva alrededor de 70 años de atrincherarse sin haber desaparecido”.
Se despliega una
guerra subterránea entre el Pentágono y la CIA, mientras Trump ha abierto
muchos frentes contra omnipotentes rivales: las dos dinastías liquidadas de los
Bush y los Clinton, además de Obama; la CIA; Hollywood; los multimedia,
específicamente CNN; el megaespeculador fomentador del caos global George
Soros, etcétera.
Ya había advertido
que Peligra la vida de Trump, como adujo después el parlamentario
británico George Galloway,
quien alerta que la “CIA prepara el asesinato de Trump.”
Antes de partir, el
ex director de la CIA John Brennan advirtió a Trump medir sus palabras, y lo criticó por no
entender la amenaza de Rusia a EU.
El nuevo líder de
la minoría (el Partido Demócrata), el polémico Charles Schumer, íntimo de los
Clinton y Soros, comentó que la comunidad de
espionaje tenía seis (sic) maneras de cobrarse” sus facturas
contra Trump.
La confrontación es
intensa y profunda, con entonaciones de guerra civil, que no se atreve a
pronunciar por su nombre.
En el desangelado
Foro Económico Mundial (controlado por Soros), el saliente secretario de
Estado, John Kerry,
vaticinó que Trump duraría a lo sumo “uno o dos años, lo que sea, mientras que
la administración (Trump) estará ahí”.
Zero Hedge aduce
que ningún presidente desde John F. Kennedy se ha atrevido a enfrentar a
la CIA, que puede optar por medidas de represalias.
El establishment busca
deslegitimar, al precio que fuere –como el sórdido libelo cocinado por el MI6 y
triangulado por los enemigos de Trump en el Partido Demócrata y en el sector
sorosiano del Partido Republicano con el superhalcón senador John McCain –, y levantará la
puja hasta conseguir defenestrar a Trump mediante el ominoso impeachment legislativo
o, de plano, con su liquidación física como reclamó un fascista con máscara
de ideólogo cultural, de la dupla desinformativa Televisa/Univisión.
El zar Vlady Putin
alertó de un golpe silencioso de Estado, como sucedió en Ucrania en la
plaza Maidan de Kiev, contra Trump que ha coaligado a tirios y troyanos del
omnipotente establishment objeto del desprecio y la ira
popular. No lo dice cualquiera, sino el mandamás ruso, quien goza de
información privilegiada.
A juicio de Putin,
toda la lasciva campaña rusófoba busca deslegitimar a Trump con los
mismos métodos al estilo Maidanusados en 2014 en Ucrania, donde fue
depuesto el presidente legítimamente electo Yanukovich, en un golpe
presuntamente orquestado por el espionaje estadunidense y su Departamento de
Estado.
Para Putin las
personas que fabrican falsas noticias contra Trump, que las confeccionan y las
usan en una batalla política, son peores que las prostitutas (sic) porque no
tienen ningún límite moral.
Otro objetivo, según Putin, de la viciosa
rusofobia, es atar las manos a Trump para que no puedan mejorar las relaciones
entre EU y Rusia cuando el cambio de paradigma daña intereses fosilizados.
Si no sucede nada
lamentable en los días que siguen, Putin se prepara a llamar a Trump.
La misma tarde de
la Marcha de las mujeres, Trump, el presidente más atípico de la historia
de EU, tenía programada una visita el cuartel de la CIA para enmendar equívocos
irreparables.
Trump nominó a Mike
Pompeo para dirigir a la indomable CIA.
El advenimiento de
la era Trump constituye un cambio tectónico de paradigma con repercusiones
regionales (México) y globales (China, Europa).
El conservador
católico Pat Buchanan,
prominente ex asesor de los ex presidentes Nixon, Ford y Reagan, sentencia que
con Trump llega el advenimiento de un nuevo mundo, cuya marca es
el patriotismo económico y el etnonacionalismo (sic), que
es ascendente en todos lados”.
Para PB el
verdadero peligro para EU viene del sur del planeta, donde abundan
los migrantes jóvenes.
La nueva
era es un enigma: ¿emprenderá su vuelo doméstico y geoestratégico o será
abruptamente detenida por el establishment de EU todavía
omnipotente e inimputable?
Artículo publicado
originalmente en La Jornada
Colectivo
Acción Directa Chile -Equipo Internacional
Enero 30 de 2017
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