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miércoles, 18 de enero de 2017

ITALIA: MAYORIA DE LOS GENOCIDAS DEL PLAN CONDOR QUEDARON SIN CONDENA


Se esperaba que las sentencias del tribunal italiano para los 27 acusados por crímenes de lesa humanidad, encuadrados estos en el Plan Cóndor, fueran más contundentes y para la totalidad de ellos. Si bien son penas simbólicas, una acción más enérgica hubiera resultado en un aliciente para los familiares y compañeros de las víctimas. Dos de los esbirros condenados son chilenos, mientras que otros 5 fueron –irracionalmente- absueltos

Tras nueve años de investigación en el juicio contra los hechores del Plan (u Operación) Cóndor, llevado a cabo en Italia por contarse entre las víctimas varios ciudadanos de ésta nación o de sus descendientes, este martes 17 llegó la hora de las sentencias. El juicio en primera instancia abierto en Italia contra 27 ex represores uniformados de Bolivia, Chile, Perú y Uruguay por la muerte de italianos entre las décadas de 1970 y 1980, acabó con la absolución de la mayoría de los imputados.

La Corte Penal III del Tribunal de Roma condenó a prisión perpetua a ocho ex altos mandos de dictaduras cívico-militares del Cono Sur por la muerte y la desaparición de ciudadanos itálicos a raíz del fatídico Plan Cóndor, en tanto que absolvió a 19 militares, en su mayoría uruguayos, imputados por su responsabilidad directa en esos delitos.

Fueron condenados a cadena perpetua los chilenos Hernán Jerónimo Ramírez y Rafael Ahumada Valderrama, el uruguayo Juan Carlos Blanco, los bolivianos Luis García Meza y Luis Arce Gómez y los peruanos Francisco Morales Bermúdez, Pedro Richter Prada y Germán Ruiz Figueroa. 


Lamentablemente, quedaron absueltos cinco de los siete militares chilenos imputados: Pedro Octavio Espinoza Bravo, Daniel Aguirre Mora, Carlos Luco Astroza, Orlando Moreno Vásquez y Manuel Abraham Vásquez Chauan, así como al peruano Martín Martínez Garay.

Asimismo, la corte italiana tomó la decisión de absolver a los uruguayos José Ricardo Arab Fernández, Nino José Horacio Gavazzo, Juan Carlos Larcebeau, Pedro Antonio Mato Narbondo, Luis Alfredo Maurente, Ricardo José Medina Blanco, Ernesto Avelino Ramas Pereira, José Sande Lima, Jorge Alberto Silveira, Ernesto Soca, Jorge Néstor Troccoli, Gilberto Vázquez Bissio y Ricardo Eliseo Chávez.
 
La Fiscalía de la capital italiana reclamaba a la III Corte Penal romana la cadena perpetua para todos los 27 militares bolivianos, chilenos, peruanos y uruguayos, imputados por la muerte y desaparición de italianos e ítalo-latinoamericanos en el marco del Plan Cóndor. El proceso que concluyó éste martes 17, se inició con una investigación del fiscal Giancarlo Capaldo ante una denuncia de familiares de víctimas, incluidos argentinos, en 1999, cuando todavía regían en el país transandino las leyes de impunidad. Sobre 146 represores acusados inicialmente por la fiscalía, entre ellos 61 argentinos, el tribunal llegó a imputar a 34 militares y civiles de Bolivia, Chile, Perú y Uruguay. El último acusado que murió fue el ex dictador uruguayo Gregorio Álvarez, a fines de diciembre.

Ante el exiguo número de sentenciados, el desaliento fue evidente entre las filas de los acusadores. “Hay mucho dolor y bronca. El Estado uruguayo dio los pasos necesarios en este proceso pero va a haber una apelación. Estamos defraudados por la decisión del Tribunal”, afirmó tras la sentencia el vicepresidente uruguayo Raúl Sendic, presente en la sala. En tanto, la subsecretaria del gobierno italiano María Elena Boschi señaló, “Haber conectado hechos trágicos ocurridos en países distintos de Sudamérica tiene una importancia histórica. Para el Estado italiano era fundamental que se hiciera Justicia, también por las víctimas de origen italiano”.

El siniestro Plan u Operación Cóndor

El Plan Cóndor fue creado en noviembre de 1975, en Chile, en tiempos de la dictadura cívico-militar encabezada por el chacal Augusto Pinochet, y se extendió hasta fines de los años 80. Se trató de un plan de represión contra opositores a los regímenes de excepción militar de Sudamérica y las víctimas totales se cuentan desde varios cientos hasta 60.000.

Se tiene la fecha exacta de su creación: 28 de noviembre 1975, en Chile, en el marco de una reunión de seguridad presidida por Manuel “Mamo” Contreras -jefe de la policía secreta chilena- y en la que participaron militares de Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay.

Según el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) de Argentina, de la parte acusadora en el juicio realizado allí en mayo 2016 en torno al pacto criminal, se trataba de "un sistema formal de coordinación represiva entre los países del Cono Sur que funcionó desde mediados de la década del 70 hasta fines de los años 80 para perseguir y eliminar a militantes políticos, sociales, sindicales y estudiantiles de nacionalidad argentina, uruguaya, chilena, paraguaya, boliviana y brasileña". De esta manera, personal de los servicios de seguridad de esos países cruzaron sin obstáculos las diferentes fronteras, cometiendo asesinatos, secuestros y torturas.

Según las investigaciones y denuncias, su accionar no se limitó a las seis naciones mencionadas: se extendió a Italia y Estados Unidos. Precisamente, el papel de EE.UU. ha sido muy controvertido, con diversas organizaciones de derechos humanos señalando que ese país -en especial la CIA- estuvieron en el montaje desde el principio.

El fallecido escritor inglés Christopher Hitchens, en su libro "Juicio a Henry Kissinger", habla de la responsabilidad no sólo del ex secretario de Estado de EE.UU., sino del involucramiento de agentes del FBI. Esto aún no ha sido demostrado en un juicio y los protagonistas lo niegan. Lo que es indudable es que un plan así sólo era posible en el marco de la guerra por la hegemonía mundial por parte de EE.UU. y el fervor anticomunista de los regímenes militares en América Latina.

Uno de los principales puntos de operación del Plan Cóndor fue un centro clandestino de detención y tortura situado en Buenos Aires y conocido como Automotores Orletti (el nombre que ostentaba a la entrada, entre los militares lo denominaban El Jardín). Allí torturaron y desaparecieron al menos a 200 personas, entre ellas el hijo del conocido poeta argentino Juan Gelman.

Dependiendo de la fuente, las muertes provocadas por el Plan Cóndor se cuentan desde varios cientos hasta 60.000 (algunos incluyen a la totalidad de los 30.000 desaparecidos durante la llamada "guerra sucia" en Argentina).

Entre los casos más conocidos que se atribuyen a esta operación está el asesinato con coche bomba en Washington de Orlando Letelier, ex ministro y principal del gobierno de Salvador Allende. También se incluye la desaparición y posterior asesinato del hijo y la nuera de Juan Gelman.

Mientras el joven Marcelo Ariel Gelman fue asesinado en Buenos Aires (sus restos fueron hallados en 1989), su esposa, María Claudia -quien estaba embarazada-, fue llevada a Uruguay. Allí, antes de que la mataran, dio a luz a una niña que fue entregada en adopción. En 2000, tras de años de búsqueda, Juan Gelman logró ubicar a su nieta.

Los 'Archivos de la Muerte'
Como parte del Plan Cóndor también se incluyen los llamados "vuelos de la muerte", en el que personas eran arrojadas vivas al mar o al río desde aeronaves.

Detalles del Plan fueron apareciendo a cuentagotas en medio de las democracias de baja intensidad que se impusieran ‘por arriba’ en Sudamérica. Pero, en 1992, se produjo un diluvio de información. En diciembre de ese año, un antiguo exiliado paraguayo -con la ayuda de un juez- descubrió en una estación de policía de un suburbio de Asunción los completísimos archivos que los militares de Paraguay habían acumulado sobre el plan, así como documentos de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Eran los ‘Archivos del Terror’.

Estos documentos no sólo sirvieron para conocer a fondo las entrañas del Plan Cóndor, sino para las numerosas causas judiciales que se llevaron -y llevan- a cabo contra los implicados.

¡Ni Olvido Ni Perdón: Verdad, Justicia y Memoria!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!


Colectivo Acción Directa CAD –Chile
Enero 18 de 2017

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