“Archivos de
Colonia Dignidad: piezas de un rompecabezas inconcluso”
¿Cuánto se ha avanzado en verdad y
justicia gracias a la apertura anticipada de archivos del Ministerio de
Relaciones Exteriores alemán sobre Colonia Dignidad? A casi un año del anuncio,
DW habló con expertos alemanes
En DW
–public. 26/1/17
La desclasificación de documentos del Ministerio de
Exteriores relativos a la secta alemana ubicada en el sur de Chile creó
expectativas entre las víctimas y organizaciones de derechos humanos. El
anuncio del ministro Frank-Walter Steinmeier señalaba que en vez de abrir archivos
de hasta 30 años de antigüedad, se rebajaría en una década la prohibición de
acceso. A diez meses de la apertura anticipada, expertos no ven avances
significativos en el caso.
"Estimo que hay entre 300 y 500 tomos con
Colonia Dignidad en el título. Hoy hay acceso a la documentación de lo fechado
hasta 1996", indica Jan Stehle, politólogo del Centro de Investigación y
Documentación Chile-América Latina.
"Ha habido mucha especulación porque nunca la
Justicia chilena o la alemana han esclarecido por completo este caso. Hoy se
sabe y el mismo Steinmeier dijo que personal del Ministerio cometió errores y
no protegió los derechos humanos, algo con lo que se especulaba por décadas.
Ahora es posible comprobar qué sabía realmente la diplomacia alemana sobre los crímenes cometidos en Colonia Dignidad y qué hizo al respecto", agrega el investigador, quien estudia los archivos desde hace siete años, para lo cual debió recurrir incluso a una querella judicial para obtener permiso.
Ahora es posible comprobar qué sabía realmente la diplomacia alemana sobre los crímenes cometidos en Colonia Dignidad y qué hizo al respecto", agrega el investigador, quien estudia los archivos desde hace siete años, para lo cual debió recurrir incluso a una querella judicial para obtener permiso.
Para él, la apertura anticipada no aportó gran
novedad. "No creo que los archivos puedan entregar pruebas para las
investigaciones actualmente en curso en Chile y Alemania, pero pueden darles un
contexto histórico", apunta. En ello concuerda Dieter Maier, investigador
y autor de libros sobre Colonia Dignidad: "Las actas recién
desclasificadas son de un período menos interesante -de 1986 a 1996-, hacia
fines de la dictadura y cuando ésta ya había terminado. Confirman lo conocido,
pero hay un par de documentos con información nueva, declaraciones de ex agentes
chilenos que incluyen nombres, contextos y hechos. Se toca por ejemplo el tema
de las armas".
Gritos de auxilio
¿Qué tipo de información se encuentra sobre lo que
ocurría en la colonia y la responsabilidad de la diplomacia alemana? Los
archivos permiten hacer una reconstrucción histórica desde que Paul Schäfer
emigró a Chile en 1961, llevando consigo a un grupo de alemanes, entre ellos
decenas de menores, algunos engañados o sin el debido permiso. Los registros
incluyen la fuga de Wolfgang Kneese en 1966 y sus denuncias de que los colonos
no podían salir, que se violaba a los niños, que tenían que tomar psicofármacos
y eran castigados brutalmente. "Ya en los años sesenta, desde antes de la
dictadura, el Ministerio reunía artículos de prensa y contaba con antecedentes
sobre denuncias públicas", agrega Jan Stehle.
El Ministro Frank-Walter Steinmeier |
"Todas estas piezas del puzle bastaban para
haber intervenido. A esto se agregan irregularidades de la embajada como
extender colectivamente pasaportes y certificados de sobrevivencia para el
cobro de pensiones, a pesar de que la ley consular dice que cada uno tiene que
presentarse individualmente", indica el investigador.
Lobby y complicidad
En los documentos se advierte que la secta hizo
lobby desde temprano frente a políticos en Alemania y construyó toda una red en
Chile, que incluía miembros del gobierno militar y jueces, advierte Jan Stehle.
Los colonos concedían favores y recibían muestras de apoyo. Así establecieron
una relación muy cercana con el personal diplomático, con prácticas como vender
sus productos en la embajada o invitar a funcionarios a visitar la colonia o
tratarse en el hospital del lugar. "Los colonos se mostraban solidarios y
generosos, y al mismo tiempo contaban que eran víctimas de denuncias infundadas
de comunistas y gente envidiosa", relata Stehle.
Se sabe de una complicidad muy directa con el
armamentista Gerhard Mertins, quien traficaba armas a través de la colonia y
también trabajaba para el servicio secreto alemán, BND. "Él estableció una
red de lobby en Alemania, defendía a Colonia Dignidad en la prensa, iba a la
fiscalía y al Ministerio de Exteriores a decir que las denuncias eran
infundadas", agrega el investigador.
"Ineficacia de la Justicia"
A pesar de investigaciones por décadas en la
fiscalía de Bonn, jamás se ha dictado en Alemania alguna acusación en contra de
un miembro de Colonia Dignidad. "En 1985, el Ministerio de Exteriores
envió por primera vez a la fiscalía informes de personas fugadas en 1984-85 que
relatan minuciosamente casos de torturas, administración de fármacos y fugas.
Se abrió una investigación penal, pero nunca se dictó acusación ni hubo orden
de detención, lo que demuestra la ineficacia de la Justicia alemana",
acusa Jan Stehle.
"Es una situación escandalosa. Hoy están todos
los crímenes prescritos, salvo asesinatos y algunos casos aislados de uso de
psicofármacos y abusos", agrega. Muchos de los que participaron o fueron
testigos, hoy viven en Alemania. En Chile, en cambio, crímenes de lesa
humanidad como torturas cometidas durante la dictadura no prescriben y siguen
siendo investigados.
"Después de años trabajando este material, me
sigue sorprendiendo la capacidad de esa gente de perpetrar sus crímenes durante
décadas, existiendo denuncias públicas y gran cantidad de información al
respecto. ¿Cómo no hubo una intervención más decidida de Alemania? Se
argumentaba que había que dejar a la Justicia hacer su trabajo, pero en el
contexto histórico de una dictadura que colaboraba con Colonia Dignidad era
ingenuo esperar que la Justicia chilena resolviera este caso", opina
Stehle.
Piezas para completar el puzle
Los investigadores esperan mayor compromiso de
Chile y Alemania. "Si el mea culpa que hizo Steinmeier cuando anunció la apertura
anticipada de archivos es sincero, debería facilitar que investigadores e
historiadores se ocupen de esa gran cantidad de material", indica Jan
Stehle. Restricciones como la prohibición de sacar copias o fotos del material
dificultan el proceso.
"Falta mucho por hacer -agrega Dieter Maier-.
La masa de información es tan grande que sería importante tener un fondo
estatal o particular para un equipo de investigadores que trabaje en forma
coordinada y analice las fuentes en Chile y Alemania. En estos momentos lo
hacen individuos en forma particular".
Este complejo puzle político no tiene explicaciones
fáciles, reconocen los expertos, quienes piden acceder también a otros
archivos. "En otros ministerios alemanes y en el Servicio de Inteligencia
(BND) también hay documentos sobre Colonia Dignidad que deberían ser
desclasificados", señala Maier, quien también espera la apertura de
archivos en Chile: "Allí la Justicia confiscó las fichas de Colonia
Dignidad, la Policía las revisó superficialmente, pero los investigadores no
tenemos acceso. Sólo conocemos en parte resúmenes, lo que ya es muy
interesante, pero falta saber más".
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