“Solidaridad con los mineros de Curanilahue en lucha”
27 días cumplen ya 73 ex pirquineros
al interior de la Mina Santa Ana de Curanilahue, a 650 metros de profundidad. Si
bien suspendieron una larga huelga de hambre, de 14 días, ellos y sus familias prosiguen
la movilización exigiendo que las autoridades les den respuesta adecuada a sus demandas
Por Vicky
Torres
En Rebelión
–public. 2/1/17
En los años 90, con
el retorno a una “democracia tutelada”, los chilenos fuimos bombardeados con
una batería de palabras y conceptos engañosos propios del capital financiero,
capitalismo salvaje o simplemente Capitalismo. Los medios de comunicación, la
casta política que se alterna en el gobierno bajo las etiquetas publicitarias
de “derecha” y “centro-izquierda” (léase “centro-derecha”, PC incluido) y los
programas de estudio de 50 universidades privadas, popularizaron palabras como
“economía de mercado”, “competencia”, “eficacia de lo privado por sobre lo
público”, “auto emprendimiento”, “consumidores”, “individualismo”, en suma, la
terminología propia de Hayek y Friedman, de Margaret Tatcher socia de Pinochet
y de los Chicago Boys (1).
Como resultado
directo del sistema económico impuesto por 17 años de dictadura militar y el
consiguiente bombardeo mediático, en los últimos años los trabajadores chilenos
no visualizan perspectivas de cambio a corto plazo, quizás porque cuesta pensar
cuando se trabaja 12 horas diarias (somos “trabajólicos”, según el ex
presidente Ricardo Lagos quien, casi octogenario, se repostula a la presidencia
de la república), cuando se perciben salarios que nos sitúan en el límite de la
pobreza y en el segundo lugar de países con mayor nivel de desigualdad, presos
a perpetuidad y sin fianza de las tarjetas de crédito, sin derecho a formar
sindicatos ni a otras garantías laborales (gracias al código del trabajo
elaborado en dictadura por José Piñera, hermano de Sebastián, ex presidente y
también seguro candidato presidencial de la derecha).
“Bondades” del modelo
chileno que no se publicitan puertas afuera, pero que puertas adentro se
expresan en corrupción (2), financiamiento irregular de todos los partidos
políticos mediante boletas manipuladas (eufemísticamente bautizadas como
boletas “ideológicamente” falsas...), colusión de las farmacias, colusión de los
pañales, caradura de empresarios emparentados con políticos (el llamado caso
Caval), crisis económica, robo de las pensiones por la AFP, desempleo
creciente, despidos de profesores, tentativas de cierre de las pocas escuelas
artísticas que aún subsisten (casos LEA y LEA-Barroso), iniciativas para
excarcelar a criminales involucrados en violaciones a los derechos humanos,
continuidad del lucro en la educación, campañas anti-inmigrantes, negociados de
Lucía Hiriart de Pinochet con los bienes de CEMA... y un largo etcétera. Los
altos índice de abstención electoral demuestran que cunde la indignación e
impotencia, más aún cuando las causas contra los empresarios corruptos terminan
siendo sobreseídas una tras otra.
A todo lo anterior
se suma la total indiferencia, si no el desprecio por la vida de los
trabajadores que demuestra el gobierno de turno ante la huelga de los 183
trabajadores de la mina de carbón Santa Ana de Curanilahue (provincia de
Arauco, a unos 600 km de Santiago, región que se caracteriza por su pobreza,
opresión al pueblo mapuche y depredación de la naturaleza por las forestales).
Una mina que la empresa nacional del carbón (Enacar) y la Corfo prácticamente
le regalaron en 2008 a Paul Fontaine y Rodrigo Danús (3). Actualmente Danús
figura como único dueño de la mina -cabe recordar que en los 80 este miembro de
la farándula reconvertido a empresario, militaba en el grupo de ultraderecha
G-51.
El 17 de agosto los
trabajadores de Santa Ana paralizaron sus labores porque desde el mes de junio
no se les pagaban sus salarios ni sus cotizaciones previsionales y desde hace
un mes, 70 mineros se mantienen a 650 metros bajo tierra, después de que las
autoridades echaran pie atrás en el compromiso de adquirir el yacimiento de
carbón para mantener activa esta fuente laboral. Los 70 trabajadores de Santa
Ana pasaron la Navidad bajo tierra con sus esposas e hijos y hoy pasan el Año
Nuevo en las mismas condiciones.
No puedo dejar de
recordar que fueron trabajadores de Curanilahue los que en noviembre de 1973
acogieron a mi padre en su casa cuando después de torturarlo los militares lo
echaron a la calle minutos antes de que comenzara el toque de queda. Y que
fueron trabajadores de Curanilahue los que cada día enviaban anónimamente pan y
café a las decenas de dirigentes sociales y políticos detenidos a instancias de
los latifundistas locales y trasladados hasta la comisaría de Curanilahue desde
diversos puntos de la provincia, para ser torturados por militares chilenos,
asesorados por militares brasileños (4).
En medio del
jolgorio de las fiestas de fin de año apenas si se escucha la voz de los
mineros de Santa Ana exigiendo el pago de sus salarios y el cumplimiento de las
promesas de conservar su fuente de trabajo. Evidentemente, otros son los temas
que interesan a quienes nos gobiernan. La nominación del candidato
presidencial, por ejemplo, o la campaña que emprendió Jaime Campos, nuevo
ministro de la cartera de justicia, para entregar beneficios a condenados con
enfermedades terminales, incluidos quienes cumplen condena por crímenes de lesa
humanidad. Al respecto, cabe señalar que hace dos días la Corte Suprema otorgó
la libertad condicional a Claudio Salazar Fuentes, condenado a cadena perpetua
por el secuestro, asesinato y degollamiento de José Manuel Parada, Manuel
Guerrero y Santiago Nattino en 1985. Otro organismo del Estado, la Fiscalía
Nacional Económica (FNE), también dejó claramente establecidas sus simpatías,
porque no sólo no ha procesado a Rodrigo Danús por actividades fraudulentas en
el manejo de los traspasos de la mina Santa Ana y el cese de pagos a sus
trabajadores, sino que acaba de desistir de someter a proceso a las empresas
Kimberly Clark y CMPC del grupo Matte, que se coludieron para fijar los precios
de los pañales.
Frente a tan
sombrío panorama, en este año 2017 que acaba de comenzar sería necesario y
saludable cambiar la brújula que orienta la marcha de nuestro país, comenzando
por solidarizar con las justas reivindicaciones de los mineros de Santa Ana de
Curanilahue y con todas las luchas de trabajadores que se desarrollen a lo
largo de este año. Éste sería el primer paso para reabrir las puertas de la
esperanza, para revertir la actual situación de mediocridad y desesperanza
políticas y para poner coto a la sobreexplotación que nos agobia desde hace
tantas décadas. También el primer paso para abandonar el léxico capitalista y
recuperar el nuestro: solidaridad y organización de los trabajadores, lucha
sindical y social anticapitalista, unidad de los trabajadores frente a la
patronal, respeto por los derechos de los trabajadores, recuperación de los
derechos sociales conculcados (educación, salud, pensiones, vivienda).
Porque de nosotros,
de nuestra capacidad de organización y lucha, depende la posibilidad cierta de
cambiar el presente para construir un futuro digno para los trabajadores de
Chile.
Notas:
(1) Ver ilustrativo
documental:
(2) Ver:
(3) Para mayor
información sobre este último “regalo” del Estado a empresarios privados, ver: http://www.theclinic.cl/2015/08/27/como-el-estado-le-regalo-la-ultima-mina-de-carbon-en-curanilahue-a-la-dupla-danus-fontaine/
(4) Del testimonio “Para
que la impunidad no se imponga”, en Cien voces rompen el silencio: testimonios
de ex presos de la dictadura militar en Chile. (1973-1990) Kunstman, Wally.
& Torres, Victoria DIBAM, Santiago de Chile, 2008.
Vicky Torres, Activista de derechos humanos, Chile
Revisa: 80
mineros mantienen tomada mina Santa Ana, propiedad de Rodrigo Danús, por no
pago de sueldos
…
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