Tarde, pero finalmente
comienzan a ser condenados algunos de los esbirros de uniforme que se ensañaron
y finalmente asesinaron al compañero José Tohá González, quien fuera ministro
de Interior y Defensa del gobierno de la Unidad Popular. Como en Chile la
justicia sólo es en “la medida de lo posible”, sus verdugos podrían ser beneficiados
con una pena remitida; es decir, aquí no ha pasado nada
Por su responsabilidad en el delito de torturas (“aplicación de tormentos”)
reiteradas en la persona del ex ministro del Interior y Defensa JOSÉ TOHÁ GONZÁLEZ, ilícito perpetrado entre el 2 de febrero y el 15 de
marzo de 1974, la Corte de Apelaciones de Santiago confirmó la sentencia que
condenó a dos oficiales en retiro de la Fuerza Aérea de Chile (FACH).
En fallo unánime (causa rol 2.274-2015), la Segunda Sala del tribunal de alzada –integrada por los
ministros Mario Rojas, Viviana Toro y Juan Opazo– ratificó la resolución
dictada el 24 de noviembre de 2015, por el ministro en visita extraordinaria
Jorge Zepeda, que condenó a Ramón Cáceres Jorquera y Sergio Contreras Mejías a 3 años de presidio, pero que –de manera indignante- los
hizo acreedores del beneficio de la remisión condicional de la pena y que ahora
recoge la CAP capitalina.
Resulta indignante que tales bestias no lleguen a
pagar con cárcel efectiva todo el daño que ocasionaron al querido compañero
Tohá, así como a tant@s otr@s pres@s polític@s –civiles y miembros de la misma
FACH- luego del golpe de Estado de 1973.
De hecho, ha sido condenado y se sabe que Ramón Cáceres es autor de torturas, causando lesiones graves, en las personas de Bernardo Pizarro Meniconi, Ignacio Puelma Olave, Gastón Muñoz Briones, María Marchi Badilla, María Padilla Contreras, Margarita Iglesias Saldaña, Sergio Castillo Ibarra, Carmen Díaz Rodríguez, Liliana Mason Padilla, Patricio Rivas Herrera, Sergio Santos Señoret, Ricardo Parvex Alfaro, Cecilia Olmos Cortés, Belarmino Constanzo Merino, José Carrasco Oviedo, Manuel López Oyanedel y Gustavo Lastra Saavedra, cometidos entre el 11 de septiembre de 1973 y enero de 1975.
De hecho, ha sido condenado y se sabe que Ramón Cáceres es autor de torturas, causando lesiones graves, en las personas de Bernardo Pizarro Meniconi, Ignacio Puelma Olave, Gastón Muñoz Briones, María Marchi Badilla, María Padilla Contreras, Margarita Iglesias Saldaña, Sergio Castillo Ibarra, Carmen Díaz Rodríguez, Liliana Mason Padilla, Patricio Rivas Herrera, Sergio Santos Señoret, Ricardo Parvex Alfaro, Cecilia Olmos Cortés, Belarmino Constanzo Merino, José Carrasco Oviedo, Manuel López Oyanedel y Gustavo Lastra Saavedra, cometidos entre el 11 de septiembre de 1973 y enero de 1975.
Además, Cáceres, junto con Contreras Mejías (alias
‘Loquillo’), Juan Bautista González Figueroa, Orlando Gutiérrez Bravo, Omar
Arturo Insunza Melo, Juan Luis Fernando López López, Víctor Manuel Mattig
Guzmán, Roberto Francisco Serón Cárdenas y Luis Campos Poblete, han sido
procesados por integrar una asociación ilícita genocida y terrorista, el “Comando Conjunto”, una excrecencia del Servicio de ‘Inteligencia' de la Fuerza Aérea SIFA.
En la etapa de investigación, el ministro Zepeda
logró establecer que el secretario de Estado del Presidente Salvador Allende
fue sometido a múltiples torturas y malos tratos durante su reclusión en Isla
Dawson (poco después del golpe de Estado del 11/9/73 –el 15- y hasta febrero
del año siguiente) y su permanencia en el Hospital Militar de Santiago (entre
el 2/2 y el 15/3/74).
En su resolución, se lee:
"a) Que el día 15 de marzo de 1974, aproximadamente
a las 13.00 horas, en circunstancias que don José Tohá González, ex Ministro
del Interior y de Defensa, se encontraba detenido e incomunicado en el Hospital
Militar de la ciudad de Santiago, éste fue encontrado muerto, en suspensión
incompleta, apoyado sobre una de las repisas del closet de la habitación, con
sus pies flectados sobre el piso y su cuello unido por un cinturón a un
soporte, consistente en una cañería del agua potable que pasaba por el interior
del maletero del closet;
b) Que el proceso tramitado por la Segunda Fiscalía
de Ejército y Carabineros, en el cual se investigaban las causas de la muerte
de don José Tohá González, no fue encontrado;
c) Que, don José Tohá González, estuvo privado de
libertad por decisión de la autoridad militar, desde el 11 de septiembre de
1973, hasta el día de su muerte, el 15 de marzo de 1974, y no obstante haber
sido interrogado en relación con la causa Rol N° 1 – 73, caratulada
"Bachelet y otros", de la Fiscalía de Aviación de la Fuerza Aérea de
Chile en Tiempo de Guerra, no se le formularon cargos;
d) Que don José Tohá González, durante su privación
de la libertad y no obstante el delicado estado de salud en que se encontraba
en reiteradas oportunidades fue víctima, por parte de agentes del Servicio de
Inteligencia de la Fuerza Aérea de Chile, de tratos crueles y degradantes,
ejecutados con el propósito de dañar su integridad física y psíquica, con
afectación de su honra y dignidad.
Que dicho maltrato de los agentes para con la
víctima se dio en el contexto de un patrón común, de recabar información e
infundir miedo a ella y a un sector determinado de la población civil, que en
ese tiempo fue perseguida por razones políticas;
e) En efecto, al retornar don José Tohá González,
desde Isla Dawson, el día 2 de febrero de 1974, estuvo directamente bajo el
dominio de agentes de la Fuerza Aérea, quienes con el propósito de doblegar su
voluntad le dan un trato indigno a su condición de persona, pues, lo interrogan
duramente no obstante el delicado estado de salud, empleando en su contra
presiones físicas y psíquicas, entre otras, mantenerlo por largo tiempo en
esperas al interrogatorio con la vista vendada, suspenderlo y luego continuarlo
en reiteradas oportunidades con el solo objeto de infundirle temor, y, atribuirle
imputaciones falsas respecto de hechos que afectaban su honra y dignidad.
Posteriormente, una vez internado don José Tohá González en el Hospital
Militar, en diversas oportunidades, no obstante encontrarse enfermo, es
trasladado nuevamente desde su lecho en dicho hospital al recinto de la
Academia de Guerra de la Fuerza Aérea, conocida como AGA, sita en la comuna de
Las Condes, donde es vuelto a interrogar en forma degradante, dejándole tales
rigores secuelas notorias en él; malos tratos que los agentes repiten, sin
consideración al estado de salud, en el mismo Hospital Militar, como lo
comprueban los papeles manuscritos que la víctima escribió a requerimiento
escrito de los agentes", consigna la sentencia de primera instancia.
A José Tohá los milicos lo asesinaron
El 15 de marzo de 1974 el médico cirujano y perito
criminalista de la Brigada de Homicidios (BH) de Investigaciones, Alfonso Chelén Araya, tomó el cuerpo sin vida de José Tohá y lo regresó a la cama
de la pieza 303 del Hospital Militar. Había tantas cosas extrañas que se
convenció de que no se ahorcó voluntariamente sino que fue estrangulado.
Incluso verificó torturas por quemaduras de cigarrillos en los brazos. La
pérdida de los medios de prueba le confirmó su certeza. Por ello, aunque
arriesgaba la vida, se negó a firmar un informe falso.
El cro. Tohá, como Ministro, antes del Golpe |
Como prisionero político, en Dawson |
-¿Por qué se convenció de que el ministro Tohá no se suicidó?
-Él estaba en un estado de desnutrición en grado
máximo y no tenía fuerza para levantarse. Permanecía en cama. Incluso trató de
levantarse un par de días antes y cayó al suelo. Tuvieron que recogerlo. Una
persona en esas condiciones no tiene la capacidad física para suicidarse
colgándose.
-¿Qué vio cuando concurrió al Hospital Militar a
estudiar el sitio del suceso?
-Un cuerpo acomodado en un closet, sin tocar el suelo,
con las piernas y pies flectados, apoyándose en el piso. Era claro que el
cuerpo había sido instalado por alguien, para simular un suicidio.
-¿Qué elementos le llamaron la atención?
-El nudo con que el cinturón estaba atado a la
cañería que pasaba al interior del closet, era tan frágil que cuando le di un
leve tirón se desató. Era imposible que el señor Tohá se hubiese ahorcado con
ese corto cinturón porque - a pesar que pesaba 45 ó 47 kilos- el nudo no habría
resistido.
-La ex agente Luz Arce, que estuvo internada en la
misma pieza, dijo en el proceso que esa cañería a ella, con una estatura media,
le llegaba a los ojos...
-Y el señor Tohá medía más de un metro noventa
centímetros, por eso era imposible que el cuerpo hubiese podido colgar sin
apoyo en el suelo.
-¿Cómo quedó marcado el cinturón en el cuello del
ministro?
-En medicina legal se sabe que en el cuello de
quien se ahorca queda un surco incompleto, pues la soga o cinturón nunca puede
marcarse totalmente alrededor del cuello. Y él tenía un surco completo. Además,
me llamó la atención que un quiste sebáceo en la región cervical estaba roto. Y
jamás pudo romperse si él se hubiese colgando. El quiste se rompió porque una
fuerza lo reventó.
-¿Notó algo más?
-Que tenía quemaduras de cigarrillos en los brazos.
-¿No pudo ser otro tipo de marcas?
-No, eran quemaduras de cigarrillos. Él fue
torturado, física y sicológicamente.
-¿De qué forma fijó esos detalles para complementar
el informe que se esperaba que redactara?
-Pedí al fotógrafo de Investigaciones que tomara
todos esos detalles que le relato, pero las fotos se perdieron. Esperé diez
días que me llegaran para hacer el informe, pero nunca me las entregaron.
Incluso desapareció el dibujo que hizo el planimetrista para fijar el lugar y
los detalles del cuerpo. Entonces no tenía nada para acompañar al fiscal.
-¿Cómo hizo el informe?
- Después de unos quince días apareció una hoja con
cuatro fotos del lugar en general que no decían nada. Fotos anodinas, sin
lectura explicativa. En la hoja estaba escrito: conclusión suicidio. Al pie
estaba mi nombre para que yo firmara. No firmé.
-¿Quién redactó ese informe?
-Nunca lo supe.
-¿Quiénes eran sus jefes en la BH?
-Un señor Cancino y el segundo un señor Araya.
-¿El nuevo director de Investigaciones, el general
Ernesto Baeza, pudo ordenar falsear el informe?
-No sé. Pero además había un coronel de Ejército
que era el interventor de Investigaciones, pero no recuerdo su nombre.
-¿Es imposible que el ministro Tohá se ahorcara?
-Imposible. Hay muchos elementos que impiden un
suicidio de esa manera. Si no hubiese tenido ese convencimiento, nunca me
habría arriesgado a no aceptar la idea del suicidio y a no firmar el informe
que ya venía hecho. Estábamos en 1974 y ese día no sabía si iba a salir del
hospital.
-¿Está convencido de que lo estrangularon?
-Absolutamente, por todo lo que pude examinar. Si
no, no habrían ocultado tantas pruebas, incluyendo el propio expediente del
proceso que instruyó el fiscal (de Ejército de la Segunda Fiscalía, Rolando
Melo Silva). Ocultaron verdades fundamentales y medios de prueba muy
importantes.
-¿Por qué estima que lo mataron?
-Porque creían que se transformaría en un peligro.
Como sucedió con Orlando Letelier, Bernardo Leighton, el general Prats y
después el mismo ex Presidente Eduardo Frei Montalva. Un peligro para lo que
podía suceder más adelante.
-¿Cuál fue la consecuencia de no firmar el informe?
-A los pocos días me echaron. Un decreto firmado
por la Junta Militar estableció que yo no era un hombre de confianza.
¡Ni Olvido Ni Perdón: Verdad, Justicia y
Memoria!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
Colectivo
Acción Directa CAD –Chile
Enero 18 de 2017
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