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viernes, 27 de enero de 2017

EL GENOCIDA CEVALLOS JONES NO ESTA LOCO, ASI QUE SE VA A PUNTA PEUCO

El criminal Cevallos Jones

Este criminal, acaecido el Golpe, comenzó torturando a sus propios colegas, entre los que se incluyó el general Bachelet, a quien indujeron un mortal infarto cardíaco. Luego, a cargo del aparato político-represivo de la FACh (SIFA), seguiría maltratando y asesinando a civiles, con especial saña en contra de l@s integrantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR

El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los DD.HH. de la CAP de Santiago, Mario Carroza, quien se destaca por lo liviano de su mano cuando de criminales de lesa humanidad se trata, dejó sin efecto la resolución de octubre de 2016 y ordenó el ingreso inmediato del genocida Edgar Cevallos Jones al hostal-penal Punta Peuco, condenado por el delito de aplicación de torturas con resultado de muerte del general de la Fuerza Aérea (FACh) Alberto Bachelet Martínez, ilícito perpetrado entre el 11 de septiembre de 1973 y el 12 de marzo de 1974.

El 28 de septiembre pasado, la Corte Suprema había ratificado la sentencia dictada previamente por el mencionado ministro, de 4 años de prisión en contra de los coroneles (r) de la FACh, Cevallos y Ramón Cáceres Jorquera como autores de las torturas en contra del general Alberto Bachelet -padre de la actual presidenta-, al interior de la Academia de Guerra Aérea (AGA). La justicia determinó que ambos ex uniformados fueron, “coautores del delito de aplicación de tormentos al general de la FACh Alberto Bachelet”, y descartó los recursos de casación presentados por las defensas de Cevallos y Cáceres, que buscaban revertir un fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago.

Sin embargo, resulta que en octubre pasado el ministro Carroza había determinado -causa rol 495-2010- que Cevallos Jones estaba algo demente y que podía cumplir por tanto condena en su domicilio, ubicado en la comuna de Las Condes. Ordenando en paralelo al Servicio Médico Legal elaborar un "informe psiquiátrico que deberá contener las conclusiones referentes a su salud mental, indicando concretamente si éste debe o no ser considerado un enajenado mental, si la enfermedad es o no curable, si su libertad representa un peligro en los términos del artículo 688 del código de procedimiento penal y, en general, la modalidades del tratamiento a que debe ser sometido".

Tras recibir dichos peritajes médicos, el magistrado se pudo percatar que el tal esbirro no estaba loco y procedió a dejar sin efecto su decisión anterior, ordenando el ingreso inmediato de Cevallos al hostal de Punta Peuco –donde le espera su criminal colega Cáceres Jorquera- hasta que cumpla los años que le faltan purgar de su exigua pena. Peor es mascar lauchas, dirán algunos.

Al General Alberto Bachelet lo mataron sus propios colegas

El general Bachelet tenía un alto rango en la FACh, llevaba 40 años en la institución y en enero de 1973 fue nombrado por el presidente Salvador Allende como encargado de la Dirección Nacional de Abastecimiento y Comercialización (DINAC), un cargo político del Gobierno de la Unidad Popular cuya función era luchar contra el mercado negro y el acaparamiento de productos promovidos por la derecha política y económica. Era un hombre de izquierda, pero se consideraba antes un republicano. Fue la razón por lo que en los meses siguientes sus compañeros que conspiraban contra Allende lo mantuvieron al margen de las conversaciones donde se planificó la conjura.

El 11 de septiembre de 1973, Bachelet fue detenido y maltratado por sus subalternos, aunque por la noche lo dejaron en libertad. Tres días después, sin embargo, nuevamente lo apresaron en su domicilio, donde residía con su esposa y la segunda de sus dos hijos, Michelle, que en ese tiempo estudiaba Medicina en la Universidad de Chile y militaba en la Juventud Socialista. Desde ese momento, comenzó una etapa de prisión que mantuvo al general Bachelet entre la Cárcel Pública, su casa y el centro de detención de la AGA, donde fue objeto de “apremios ilegítimos”, lo que en buen castizo son torturas.

De acuerdo a diferentes investigaciones, entre ellas el libro Hijas de general, de Nancy Castillo y Rocío Montes, Bachelet hasta el último momento esperó que sus compañeros de la institución tuvieran algún gesto con él y restituyeran su honor de militar, pero nadie hizo nada. El comandante en jefe de la Fuerza Aérea e integrante de la Junta Militar de Pinochet, Gustavo Leight, había sido uno de sus mejores amigos desde la adolescencia, pero se mantuvo implacable respecto del general allendista y promovió los Consejos de Guerra para los oficiales de sus filas, entre ellos Bachelet. En una entrevista concedida a revista Análisis en febrero de 1988, Leigh se justificó: “Yo no podía hacer nada. Yo estaba preocupado de mil cosas que me abstraían completamente”.

En el marco de la investigación del juez Carroza, tanto Michelle Bachelet como su madre entregaron numerosos antecedentes sobre las torturas que le provocaron al general un paro cardiorrespiratorio en la Cárcel Pública, el 12 de marzo de 1974, hace casi 43 años. La primera señaló, en 2011, que “los apremios físicos consistían en estar de pie muchas horas, amarrado de manos en su espalda, no recibir ni agua ni comida, ni permitírsele ir al baño, no obstante hacer correr una llave de agua, además de ponerla una capucha en su cabeza”. La viuda agregó ante la Justicia chilena que “una de las cosas que más le angustiaba era cuando lo tenían en la Academia de Guerra durante muchas horas de pie y encapuchado y con las manos amarradas en la espalda. Y, como no podía respirar de manera normal, porque la capucha se le metía entre la boca y la nariz, buscaba alguna pared para apoyar la frente y trababa que la capucha colgara sin que le impidiera respirar”, según se señala en Hijas de general.

¡Ni Olvido Ni Perdón: Verdad, Justicia y Memoria!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!


Colectivo Acción Directa CAD –Chile
Enero 27 de 2017

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