“El Estado implementa un
escenario de guerra contra la Resistencia Mapuche” / Héctor Llaitul, vocero de
la CAM”
“Ha tardado el fin de la noche” –Patricio
Manns
Andrés Figueroa
Cornejo
La
represión vieja y rabiosa del Estado chileno en contra de la lucha Mapuche
reinventa fórmulas para desintegrar a un pueblo entero. Ahora es el turno de la
Comisión Asesora Presidencial o “mesa de diálogo” aventurada por la
administración de la Nueva Mayoría.
Para
conocer la opinión al respecto de una de las fuerzas que encara mediante la
acción directa y un proyecto político anticapitalista en formación propiamente
mapuche, nos entrevistamos con el vocero de la Coordinadora Arauco Malleco
(CAM), Héctor Llaitul.
-¿Cuál es la
opinión de la CAM respecto de la llamada Comisión Asesora Presidencial o
“mesa de diálogo” que levantó la administración de la Nueva Mayoría en el territorio
Mapuche?
“Para nosotros se
trata de una apuesta más de las autoridades de turno con la intención de
enfrentar el conflicto entre nuestro Pueblo Nación y el Estado chileno. Para
nosotros es “más de lo mismo” simplemente. Existe una situación que no es
nueva. Se realizó un llamado para conformar una mesa asesora presidencial con
el fin de establecer algunas medidas para frenar el conflicto, pero a la larga
consideramos que no habrá ninguna respuesta concreta a la confrontación.”
-¿Por qué?
“Porque pareciera
que son las voces más conservadoras del sector empresarial que encabeza el
régimen de ocupación colonial en La Araucanía, sobre todo la industria forestal
y el latifundio que han usurpado el territorio del Wallmapu, el que tiene mayor
preeminencia en esta “mesa de diálogo”. En consecuencia, la propuesta y sus
resultados fueron previamente definidos en el sentido de mantener el actual
estado de cosas y el capitalismo neoliberal a través de la política
extractivista que está causando estragos en nuestros territorios. Ella tiene
que ver con la depredación y el saqueo de nuestros recursos, principalmente de
la tierra y el agua. Por lo tanto, la “mesa de diálogo” sólo le ofrece mayores
garantías a este sistema, el cual está erigido sobre el principio fundamental
del desarrollo capitalista de salvaguardar a toda costa la propiedad privada.”
-¿Por qué estimas
que la “mesa de diálogo” emerge ahora y no antes?
“Por el nivel de
antagonismo irreconciliable que ha alcanzado la lucha entre las comunidades
movilizadas y sus representaciones (entre las cuales nos contamos), y el
sistema de propiedad privada usurpador, principalmente de la industria
forestal. Este combate se ha ampliado y profundizado. Y lo que existe
concretamente es una desestabilización de la reproducción del capital y sus
relaciones. Ese es el escenario que marca la confrontación. Y en ello nos cabe
una responsabilidad política real. En el Wallmapuche, el capital y sus
representaciones políticas institucionales ya no pueden gobernar como lo
hicieron antes. Hoy hay un conflicto de características estratégicas.”
-¿Qué significa esa
estrategia?
“Con los resultados
del informe que se entregó al ejecutivo se pretende el continuismo y con ello
lapidar las aspiraciones de autodeterminación que gran parte del Pueblo Mapuche
ha asumido en el último tiempo, más allá de la CAM. El movimiento Mapuche en
general, y el autonomista en particular, se han propuesto con mucha fuerza la
lucha por la reconstrucción nacional Mapuche.”
-¿Cuáles son las características
lapidarias para la causa liberadora Mapuche que comporta la “mesa de diálogo”?
“Hay un diagnóstico
y hay propuestas que en el fondo preparan al gobierno de turno para que ni
siquiera se establezca el reconocimiento constitucional o la posibilidad
de un Estado plurinacional dentro de los marcos legales y reformistas de su
propia arquitectura política. Por ello, muchos sectores mapuche distintos a
nosotros y que están comprometidos con una aspiración autonomista, también
critican esa Comisión Asesora Presidencial – “mesa de diálogo””.
-El “caramelo” de
la “mesa de diálogo”, al menos en el papel, considera cupos parlamentarios para
mapuche. Más allá de esa clásica forma de cooptación sistémica que ha empleado
el poder históricamente, ¿qué es lo de fondo para ustedes?
“Lo trascendente es
que, al no existir un reconocimiento constitucional de nuestra condición de
Pueblo Nación, el Estado chileno se niega a declararse plurinacional y con ello
coarta toda posibilidad autodeterminista, que es la aspiración y demanda
que más nos representa a los mapuche. O sea, aquí la unidad monolítica del
Estado de Chile no permite su debate democrático. Ello expresa una posición
extraordinariamente conservadora, derechista y hasta fascista. Por tanto, nos
encontramos, una vez más en la historia, con una concepción que rechaza de
plano el conjunto de derechos que componen y son condición de la reconstrucción
de la Nación Mapuche. En el fondo, el Estado chileno y su administración se
niegan una vez más a reconocer la diferencia respecto de los sujetos colectivos
que presentan formas de vida distintas y que por cierto poseemos demandas
propias. ¿Por qué? Porque no se ajustan a sus intereses.
Lo anterior es
altamente grave para la Nación Mapuche y explica por qué nuestro proyecto
emancipatorio se basa en la realidad incuestionable de que somos un pueblo
ocupado, sometido. ¿Cuál es la diferencia con la militarmente criminal
“pacificación de La Araucanía” en nuestra contra impuesta por el Estado de
Chile hacia la última parte del siglo XIX? Hasta hoy persiste ese mismo régimen
de ocupación colonial, de “integración” y chilenización forzada, en donde no
tiene cabida nuestra concepción de autodeterminación y soberanía. Y esa
opresión no sólo ocurre en contra de nosotros. Está presente en la base de las
resistencias de los pueblos palestino, kurdo, saharaui, de los pueblos
indígenas de todo el Continente, del pueblo vasco, de los movimientos de
liberación africanos, asiáticos, en Norteamérica, en Australia, etc.”
-¿Qué ha cambiado
respecto de otros momentos históricos para el Pueblo Mapuche que pueda explicar
por qué se lanza esta Comisión Asesora Presidencial - “mesa de diálogo”?
“Los múltiples
esfuerzos del movimiento Mapuche (con muertos, prisioneros, procesos de lucha,
persecución política sistemática) han ido creando una correlación y condiciones
de fuerzas distinta con el objetivo de viabilizar un proyecto autonomista. La
lectura es que, la lucha mapuche autonomista se ha intensificado y el Estado
tiene que hacer algo frente a ello. Y dentro de su repertorio habitual,
la respuesta del Estado chileno es utilizar una aparente estrategia de
“diálogo”. Claro que aquí hubo definiciones políticas y presiones de
empresariado. El uso de ese medio no sólo es un “portazo”, una clausura
unilateral a nuestra causa de autodeterminación, sino que atenta contra todas
las causas de autodeterminación de los pueblos y comunidades no Mapuche
sojuzgadas por el Estado chileno, y que trasciende con creces el paradigma
dominante de lo que territorialmente se denomina “país chileno”. Se trata de
una bofetada brutal en contra de todos los pueblos del mundo que pugnan por su
autodeterminación.”
-¿Qué significa
“autodeterminación” para el conjunto de la Resistencia Mapuche?
“La existencia
etno-política de las condiciones y capacidades de autogobernarnos y definir
nuestro propio destino. De seguir siendo mapuche. De reconstruirnos, en el
mapuche kimun, el mapuche rakiduam, el ad mapu, el itrofil mongen. Todo."
“Siempre hemos sufrido dictadura”
-¿Qué diferencias
hay entre el trato de la dictadura pinochetista en relación a los gobiernos
civiles, con el mundo Mapuche?
“Para el Pueblo
Nación Mapuche no hay variaciones sustantivas al respecto. Siempre hemos
sufrido dictadura, independientemente de las formas que ha adoptado el régimen
político chileno.”
-¿Qué es la
dictadura para ustedes?
“Nosotros seguimos
padeciendo la dictadura del capital monopólico financiero. Ella es la que ha
regido el orden del racismo y la intolerancia hacia nuestros derechos. Por eso,
ante la presente contingencia, por arriba, no habrá más que “soluciones” en la
línea de la “integración”. Integración como asimilación y subordinación a la
totalidad del Estado nación chileno. E incluso del intento de aniquilamiento
concreto frente a nuestras posiciones de lucha por territorio y
autonomía. Ello acrecentará la represión y la persecución política hacia los
sectores más consecuentes con estas aspiraciones.”
-¿Qué pasa si luego
del informe de la Comisión Asesora Presidencial - “mesa de diálogo”, como se ha
publicado por los medios, la Nueva Mayoría ofrece una bancada parlamentaria
mapuche?
"Ciertamente
que el gobierno ofrecerá representación política, pero no a los legítimos
dirigentes mapuche que sostienen coherentes convicciones autonomistas, sino que
a individuos mapuche que son funcionales a sus intereses. Esto es, funcionales
al proyecto desarrollista, productivista, consumista y extractivista que está
en el ADN de la acumulación capitalista.”
-Sin embargo,
existen grupos mapuche que no miran con malos ojos esa “oferta”…
“En efecto, existe
una cosecha en curso ligada a un quehacer político que es parte de la
institucionalización de ciertas franjas de la lucha mapuche. Y se expresa con
personas de apellido mapuche que son absolutamente funcionales a los poderes
establecidos por arriba. ¿Cuál es el problema principal en este ámbito? Que
dadas las actuales condiciones de resistencia, organización y lucha autonomista
consecuente de amplios sectores del Pueblo Mapuche, de producirse la
institucionalización vía parlamentaria de individuos mapuche, se agudizarán las
contradicciones en el movimiento general.”
-¿Qué pasaría?
“El movimiento se
polarizaría. Por un lado, quienes estamos por la autonomía, incluso por la
autonomía revolucionaria como lo plantea la CAM; y aquellos que están por
institucionalizar la lucha mapuche. Bajo esas circunstancias se provocaría un
quiebre. Desde nuestra perspectiva, no deja de resultar un ejercicio doloroso,
pero sano. Para nosotros un virtual quiebre representa un desafío y una
transparentación de las posiciones. En todo caso, lo cierto es que no existe
ninguna garantía de que haya diputaciones o senaturías reservadas para mapuche
que no pertenezcan a algún partido de la propia clase política dominante que,
por lo demás, se encuentra en medio de una crisis feroz de su democracia
representativa que no tiene por donde remontar.
Asimismo, “la
oferta” de la gobernanza agrega las típicas “ayudas” focalizadas y clientelares
que bien conoce el propio pueblo chileno.”
La
doctrina del enemigo interno y el conflicto de baja intensidad
-¿Cuáles son las
condiciones de la resistencia del movimiento autonomista Mapuche?
“Respecto del
accionar del Estado chileno, nosotros decimos que los hechos tienen más fuerza
que las palabras. Lo que observamos es que la institucionalidad está
implementando un verdadero escenario para la guerra, en la lógica de la
doctrina del enemigo interno y el conflicto de baja intensidad. Hablamos de una
maquinaria política y militar para la guerra por parte del Estado en la zona.
Quien quiera ver, ahí está la creciente militarización de última generación (se
trata de armamento comprado a Israel), criminalización y represión en el
Wallmapu; la prisión política, los montajes, la persecución sistemática, los
controles de identidad. O sea, vivimos la violación permanente de los derechos
civiles y humanos de nuestra gente.
A ello sumamos que
la totalidad del personal militarizado estatal apostado en el territorio está
allí para cautelar los intereses empresariales. Operan como la “guardia
pretoriana” del capital forestal. Asimismo, enfrentamos la prórroga del Decreto
701 que tiene que ver con la certificación de la expoliación forestal.”
“¿Qué
piensa la izquierda de la resistencia de nuestro pueblo?”
-¿Y qué ocurre con
las bocas de la denominada “clase política”?
“En ese sentido,
nosotros emplazamos no sólo al sistema político dominante, sino que también a
las llamadas “izquierdas tradicionales” y a las “izquierdas revolucionarias”.
¿Cuál es su posición en relación a nuestra lucha?”
-Ya se conocen las
posiciones de la “derecha tradicional” (UDI, RN, etc.) y de otras tiendas
sistémicas…
“Que no haya un
reconocimiento constitucional de nuestro Pueblo Nación es el resultado de que
se impuso la derecha económica en la institucionalidad. Y la Nueva Mayoría se
subordinó a esa imposición. Sin embargo, lo que nos llama poderosamente la
atención es que sectores de la Nueva Mayoría que se autoproclaman “progresistas”,
no tengan una posición clara al respecto.
Porque, ¿qué hay
detrás de la “mesa de diálogo”? Una continuidad a un proceso de explotación de
los recursos de basamento capitalista en su forma extractivista, junto al
exterminio del Pueblo Nación Mapuche.
¿Qué piensa la
izquierda de la resistencia de nuestro pueblo? Para nosotros no se trata
simplemente de apoyar a una machi o a un lonko en particular. Queremos conocer
su pensamiento práctico respecto de la opresión y saqueo total que sufrimos.
Necesitamos definiciones concretas respecto del modelo de desarrollo que nos
está destruyendo en el territorio. No nos interesan los “saludos a la bandera”.
Si nuestra decisión
ante la integración forzada y el avasallamiento del Estado y su sistema
político es la resistencia organizada y la autodefensa como ejes dinamizadores
de nuestras luchas, ¿cuál es la posición que adoptará la izquierda? ¿Qué dirá
la izquierda y el progresismo si hacemos el legítimo uso de las armas, fundado
en el Derecho a Rebelión de los Pueblos del mundo frente a la tiranía? El
Estado ejercita a diario y a discreción el monopolio de la violencia política
en nuestra contra. Nosotros ya no lo podemos aguantar. Es la violencia del
Estado la que nos violenta y no al revés.”
“No
transamos con las políticas estatales e institucionales”
-¿Cuál es el
proyecto político de la CAM?
“El ejercicio de
reconstrucción nacionalitario (que no tiene nada que ver con el nacionalismo
patriotero del fascismo), la autonomía sobre la base de la lucha por el
territorio ancestral, y la autodefensa. Y la autonomía también es independencia
política de los poderes que nos someten, adquieran la forma que adquieran (el
capital, el Estado, las religiones, los partidos, las ong’s, etc.). Nosotros
hablamos de la construcción en proceso de un nuevo proyecto y pensamiento
mapuche, desde, con y para el Pueblo Nación Mapuche, UN NUEVO RAKIDUAM.
Se trata de definiciones colectivas y desde abajo, que hemos encontrado a través
del devenir de nuestra propia lucha y que tienen las categorías del
anticapitalismo, antioligarquía, antiimperialismo. No provienen de la academia
ni de las elites. Ahora bien, nosotros estamos empeñados en construir nuevas
condiciones, superando las actuales, mediante la lucha misma. Nuevas
condiciones políticas, culturales, cosmovisionarias, y, sobre todo, valóricas y
éticas propias mapuche. Nosotros hablamos mucho de la ética de la acción
política, no sólo respecto de la accion directa, sino de la conducta y actitud
en la lucha. Por eso no transamos con las políticas estatales e
institucionales. Y el control territorial se vuelve nuestra plataforma concreta
para hacer frente a todo el andamiaje de poder que persigue que perezcamos.”
-¿Cuál es la
diferencia entre el “nacionalismo” y lo “nacionalitario”?
“Aquí nosotros
combinamos dos modos mundialmente conocidos respecto de lo que entendemos por
liberación. Por un lado, está la emancipación de las clases oprimidas por las
clases opresoras, y por otra parte, está la liberación de un pueblo cuando es
sojuzgado por otro pueblo. Ambas luchas son absolutamente legítimas. Nuestra
resistencia conjuga ambos momentos en un solo movimiento liberador. Nosotros
hacemos converger la lucha anticapitalista con la lucha de liberación
nacional.”
-¿A qué sociedad
aspiran?
“Postulamos la
liberación de la humanidad de toda opresión. Y en particular, por nuestro lugar
en el mundo, la liberación como mapuche. Nuestro pueblo conformó históricamente
una concepción colectiva de pueblo y de nación. Con autogobierno,
autodeterminación, autonomía. Los mapuche somos una formación histórica y
cultural común, con un idioma propio, con una concepción del mundo y una
espiritualidad propias; con un sentido de pertenencia e identidad distintivo.
En este contexto reivindicamos el concepto de nación. La nación y las
relaciones sociales y materiales que buscamos recuperar de nuestros
antepasados, de su legado, es un tipo de sociedad que entra inmediatamente en
contradicción con la sociedad capitalista. Estamos en contra de la ideología de
la modernidad capitalista, del desarrollismo productivista, del falso progreso
infinito a costa de acabar autodestructivamente con la propia naturaleza de la
que hacemos parte; estamos en contra del beneficio individual y privado por
sobre el bien común y colectivo. Los mapuche siempre fuimos de mirada
comunitaria y de reciprocidad con la naturaleza. Entonces ahí queda clarísimo
el choque entre dos modos concretos y culturales irreconciliables. El
desenvolvimiento de la reconstrucción del mundo mapuche se torna
anticapitalista. Y esta contradicción insalvable entre el proyecto de
desarrollo capitalista y la cosmovisión mapuche, la conocen muy bien los dueños
del capital y de ahí su objetivo de destruirnos.
Aquí debería
existir una reflexión profunda de aquellos que se dicen cercanos a la causa
mapuche o pro-causa mapuche, en el sentido de entendernos a nosotros como
sujetos revolucionarios.”
-¿Algunos los
acusan de “nacionalistas y sectarios”?
“Eso debe ser
aclarado y que no haya equívoco. La viabilidad de la liberación mapuche tiene
que ver también con la liberación de la sociedad chilena de la totalidad
capitalista predominante. Por eso le pedimos a esos sectores comprensión y
autocrítica. No somos “proletariado rural, ni campesinado”. Buscamos el
acompañamiento y la solidaridad de las izquierdas.”
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