En éste país, donde la (in)justicia oficial es tuerta ya que mira para la pura izquierda y se hace la huevona con la derecha, de pronto existen ocasionales progresos en causas relacionadas con atropellos a los DD.HH. cometidos durante la dictadura cívico-militar. Esto ocurrió en el caso del ex milico Rosauro, alias “Mosquetón”
Por el delito de homicidio calificado de cuatro militantes del Movimiento
de Izquierda Revolucionaria MIR en 1981 (plena dictadura cívico-militar), hechos
ocurridos en el sector cordillerano de Neltume, comuna de Panguipulli, la Corte
de Apelaciones de Valdivia acogió éste jueves 5 la solicitud de ampliación de
desafuero del diputadillo y ex oficial de ejército Rosauro Martínez Labbé. Éste sujeto, aún percibe su dieta como representante por Chillán
de la derechista Renovación Nacional, lo que debiera molestarnos grandemente,
pero no extrañarnos, puesto que ello forma parte de la normalidad de esta democracia
gorila.
En fallo unánime, el pleno del tribunal de alzada estimó que, "de acuerdo a lo
razonado en los fundamentos anteriores, y habiéndose verificado en la presente
gestión la concurrencia de los presupuestos exigidos por el artículo 612 del
Código de Procedimiento Penal para dar a lugar a la formación de causa respecto
del diputado (…) Rosauro Martínez Labbé, se accederá a la petición de desafuero
formulada por los querellantes (…)".
"Lo anterior (los testimonios) deja en
evidencia que efectivamente existió
alguna vinculación entre la compañía de Comandos y los efectivos de la CNI en
las actividades de antiguerrilla, la que se materializaba precisamente por
intermedio del aforado.
Ahora bien, determinar los términos precisos en que dicha relación se verificó, si la potestad de mando era ejercida por ambos capitanes de manera coordinada o no, constituyen circunstancias que deben indagarse en la correspondiente investigación, pues se trata precisamente de cuestiones que en esta etapa de ante juicio al menos quedan controvertidas, pues orientan en uno u otro sentido, empero que aun permite sostener una fundada sospecha de participación respecto de Rosauro Martínez Labbé en los dichos investigados" agrega la sentencia (negritas nuestras).
Ahora bien, determinar los términos precisos en que dicha relación se verificó, si la potestad de mando era ejercida por ambos capitanes de manera coordinada o no, constituyen circunstancias que deben indagarse en la correspondiente investigación, pues se trata precisamente de cuestiones que en esta etapa de ante juicio al menos quedan controvertidas, pues orientan en uno u otro sentido, empero que aun permite sostener una fundada sospecha de participación respecto de Rosauro Martínez Labbé en los dichos investigados" agrega la sentencia (negritas nuestras).
En tal sentido, la resolución de alzada señala que corresponde la formación de causa contra el “Mosquetón” por los hechos en que se investigan los crímenes de los compañeros del MIR RENÉ BRAVO AGUILERA, Oscar; JULIO CESAR RIFFO FIGUEROA, Rigo; RAÚL OBREGÓN TORRES, Pablo; y PEDRO YÁÑEZ PALACIOS, Jorge.
Cabe
recordar que el congresista ya había sido desaforado en 2014, por los homicidios calificados de otros tres
guerrilleros en Remeco Alto. Los compañeros asesinados allí son PATRICIO ALEJANDRO CALFUQUIR HENRIQUEZ, Pedro; PRÓSPERO DEL CARMEN GUZMAN SOTO, Víctor; y JOSÉ EUGENIO MONSALVE SANDOVAL, Camilo.
La
masacre del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro
Cro. René Bravo Aguilera |
A
raíz de aquella información se inició un inmenso operativo, con agentes de la
CNI enviados desde Santiago y fuerzas de carabineros y FFAA provenientes de
varias regiones aledañas. Era la operación ‘Machete’, dirigida por el ex
comandante de la compañía de comandos n°8 del batallón Llancahue, dependiente
de la IV división del ejército y hoy principal acusado, Rosauro Martínez, el
cual se lanzó con feroz violencia y uso de grandes recursos a reducir el foco
guerrillero. Algunos agentes de la Unidad Antiterrorista (UAT) de la CNI,
colaboraban con los hombres del comandante Rosauro al mando de “El Monje Loco”.
Así nombraron, en 1973, los prisioneros del campo de Pisagua al entonces
teniente de Ejército Conrado García Gaier.
Junto
a los mentados asesinos actuaba en la zona “Pete el Negro”. El ahora capitán de
ejército Enrique Sandoval Arancibia, era el jefe de la Brigada Rojo de la CNI
en el cuartel Borgoño de Santiago, grupo a cargo de exterminar al MIR. Pero
Pete tenía otra historia. En octubre de 1973, al poniente de Santiago, siendo
un teniente del Regimiento Yungay de San Felipe, le dio cuatro tiros en la
cabeza con su pistola Steier al niño de 13 años Carlos Fariña Oyarce. Después
roció su cuerpo con gasolina y lanzó un fósforo, según consta en la
investigación judicial.
En
julio de 1981 fue descubierto el campamento por parte de las fuerzas represivas,
un tatoo, el que se encontraba en etapa de construcción. En esa oportunidad fue
incautada gran cantidad de material y documentación.
El
grupo se dividió en dos y sus integrantes huyeron hacia zonas más altas, siendo
seguido por los esbirros. En el mes de agosto, los militantes del MIR
decidieron enviar a dos de sus miembros a las ciudades del llano con el fin de
buscar alimentos y reanudar los contactos partidarios: eran los compañeros EDUARDO
BRAVO AGUILERA y JULIO RIFFO FIGUEROA. Sin embargo, el 20 de ese mes, ellos
fueron detenidos por agentes de la CNI y conducidos a la principal guarida de
ésta organización terrorista, al tenebroso Cuartel Borgoño, en Santiago. Allí fueron torturados salvajemente, hasta que, casi
agónicos, revelaron el lugar en que debían juntarse con sus compañeros.
Cro. Raúl Obregón Torres |
El
17 de septiembre, fue también ejecutado por las fuerzas de seguridad el
compañero PEDRO YAÑEZ PALACIOS, quien se había separado del grupo debido a que
se encontraba en muy malas condiciones físicas, dadas las adversidades
climáticas que debían soportar, habiéndole sido amputado por sus compañeros un
pie que se le había congelado y gangrenado. Esto dificulta el hecho de que haya
opuesto resistencia.
Por
esa fecha, uno de los grupos se volvió a dividir y tres compañeros de uno de
estos últimos se dirigieron al sector de Remeco Alto, a casa de una pariente –la
madrina- de JOSE MONSALVE SANDOVAL, con el fin de obtener alimentos y poder
descansar. Los militares fueron alertados de la presencia de los abatidos guerrilleros
por la misma familiar y los sorprendieron mientras dormían, dándoles muerte sin
más. Era la mañana del 20 de septiembre de 1981. Esa mañana de septiembre, a
una señal de Rosauro los comandos y agentes de la UAT abrieron fuego con
fusiles automáticos y una ametralladora punto 30 instalada en lugar
estratégico. La rancha quedó totalmente destruida por el nutrido fuego de
grueso calibre. Los camaradas Patricio Calfuquir y Próspero Guzmán murieron en
pocos minutos, atravesados por las balas. El cadáver de Guzmán quedó con 28
heridas de proyectiles de acuerdo al informe de autopsia.
El
compañero Monsalve, herido y todo, alcanzó a huir por una ventana posterior. Rosauro
y un puñado de sus hombres lo encontraron a pocos metros de distancia, aún con
vida, oculto entre unos coligües. Le dispararon directo a la cabeza y lo terminaron
de matar. Un helicóptero Puma, enviado desde la IV División del Ejército en
Valdivia por su comandante el general Rolando Figueroa Quezada, recogió los
tres cadáveres y los condujo a esa ciudad entregándolos en la morgue local.
Como
se puede constatar, en ninguna de estas muertes hubo resistencia previa por
parte de los disminuidos integrantes de la Resistencia.
Al
día siguiente, el 21 de septiembre, fueron ejecutados los dos miembros del
grupo que habían sido detenidos en Malalhue, el 20 de agosto anterior y luego torturados
horriblemente: RENÉ BRAVO AGUILERA y JULIO RIFFO FIGUEROA. Ambos compañeros son
llevados a la zona y ejecutados. En el comunicado que sobre el particular
distribuyó DINACOS entonces, no señaló la forma en que murieron y no se
reconocía el que habían sido previamente detenidos. Otras informaciones,
provenientes de la siniestra CNI, la cual coordinaba las acciones militares
dictatoriales, dan cuenta de su detención, pero señalan que habrían sido
muertos al intentar fugarse, lo que resulta del todo imposible.
Finalmente,
el 28 de noviembre de 1981, en Quebrada Honda, fue ejecutado por efectivos del ejército,
el compañero JUAN OJEDA AGUAYO. El relato de un testigo presencial de los
hechos da fe que tampoco hubo realmente un enfrentamiento en esta oportunidad.
Desde
luego, no podíamos esperar que la dictadura cívico-militar renunciara a
combatir la insurgencia. Incluso más, tampoco podríamos aguardar a que la combatiera
con medios poco eficaces. Pero sí cabe exigir el cumplimiento, en todo momento y
bajo toda circunstancia, de ciertas normas que regulan el empleo de la fuerza
contra la población por parte de las fuerzas represivas del Estado. Teniendo
esto en cuenta, podemos considerar que en los hechos de Neltume las autoridades
militares, que ya habían detenido a dos de ellos, estuvieron en posición de
aprehender a los restantes, en todos menos en uno de los casos, en lugar de masacrarlos.
Neltume, lamentablemente para las fuerzas antidictatoriales, en vez de
constituirse en el comienzo de una guerrilla, fue, en la práctica, dado el
fracaso y lamentable estado al que se vieron reducidos los combatientes del MIR
y la enorme superioridad de las fuerzas represivas del Estado, una operación propiamente
militar y de verdadero exterminio. Existiendo racionalmente la alternativa de
una aprehensión, en cada una de las situaciones descritas, nunca fue lícito
optar por ejecutar a los combatientes miristas, menos aún a quienes estaban
físicamente en poder de sus captores. Esto es lo que acusa, claramente, al Mosquetón
y toda su tropa de gorilas.
El
único enfrentamiento real en estos hechos tuvo lugar entre MIGUEL ANGEL CABRERA FERNANDEZ, el querido compañero PAINE, encargado del
destacamento guerrillero, quien cayó el 16 de octubre de 1981 en la localidad
de Choshuenco, en un tiroteo con carabineros del pueblo para cubrir la retirada
–exitosa por lo demás- de dos de sus camaradas.
En
todos los demás casos, y dado lo que se ha expuesto, la Comisión Rettig consideró
que se trató de meras ejecuciones, en violación de los derechos humanos de los
afectados y sin que hubieran llegado a producirse a causa de enfrentamiento
alguno.
Con
todo, los valientes combatientes de la guerrilla de Neltume, a pesar de haber
sido reducidos a la calidad de seres hambrientos y errantes por los gélidos
parajes de la precordillera, perseguidos hasta ser asesinados con saña, exhibieron
una dignidad que ninguno de sus ofensores podrá alcanzar jamás y fueron capaces
de ofrendar su propia vida por una digna causa, cual era la libertad y la
emancipación social de nuestro pueblo y comenzar a construir una sociedad de
verdad mejor para las grandes mayorías.
Felicitaciones
para un criminal
Por
su ominoso cometido en Neltume, a cargo de la C. C. N°8, el comandante Rosauro,
alias “Mosquetón”, recibió felicitaciones del ejército estampadas en su hoja de
vida. El 11 de noviembre de 1981, se escribió: “Extraordinario desempeño al
mando de la Compañía de Comandos N°8 durante las acciones de combate
contrasubversivas en la zona de Neltume, donde resultaron siete extremistas
muertos sin bajas del ejército”.
¡Ni Olvido Ni Perdón: Verdad, Justicia y
Memoria!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
Colectivo
Acción Directa CAD –Chile
Enero 6 de 2017
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