Hidalgamente, sólo quedan dando la pelea los trabajadores de la ANEF (SII, IFOP, JUNAEB, Poder Judicial, Registro Civil, etc.); los consecuentes funcionarios y dirigentes hospitalarios de la FENATS Bío-Bío; la CONFENATS, también de los hospitalarios; y la Confederación Nacional de Funcionarios Municipales (ASEMUCH)
Éste martes 25 despertamos con una palpitante
noticia: tipo 3 de las madrugada, la mayoría de la Mesa del Sector Público
(MSP) y la CUT habían firmado, intempestivamente, un acuerdo[1] mediante
el cual ponían fin al deslucido proceso de ‘negociación’ de reajuste 2014-2015
y cuyos efectos tienen implicancias para los más de 375 mil trabajadores del
sector público, centralizado y descentralizado. El resultado fue muy magro: apenas
un 6% de reajuste nominal; en realidad, apenas un 0,3% relativamente real (con
un IPC a diciembre de 5,7%) y decimos que ello es relativamente, por cuanto tampoco
se agregó esta vez la diferencia de la inflación entre lo considerado al
negociar el año pasado y el IPC que realmente se acumuló hasta diciembre de
2013 (1,1%).[2]
Menos consideró dicho mini-reajuste el crecimiento económico del próximo
período, de 3,6%, con lo que los trabajadores públicos, por enésima vez,
tampoco disfrutaremos del excedente económico que los mismos trabajadores
producimos y que por enésima vez se lo llevarán los ricos y sus mantenidos.
Hubo un atisbo de
round previo, el domingo 23, cuando el empleador estatal había subido su
burlesco y miserable ofrecimiento inicial, de sólo un 3%, a un 5,3%. Los
representantes de los trabajadores contraatacaron con un 7,5% y entonces se
fueron a dormir, para verse nuevamente al día siguiente. Ocurrió que la Nueva
Pillería, por boca de sus oficiosos de los ministerios de hacienda y trabajo,
dijo 6% la madrugada de éste martes y un poco de bluff con el bono de fin de conflicto
y hasta ahí no más llegamos. Rápidamente, 12 de las 15 federaciones de la MSP firmaron,
apremiados por la verdadera quinta columna que representa la obtusa presidenta
de la CUT, Bárbara Figueroa.
Recordemos, ahora
ya con nostalgia, que la MSP y la CUT consideraban en su propuesta de pedida que
el IPC en 2015 sería de 4,9% y que la proyección de crecimiento del período alcanzaría
un 3,6%; por tanto, 4,9+3,6 = 8,5%, esto era el verdadero piso sobre el cual se
debiera negociar cualquier AUMENTO REAL de remuneraciones, pero ellos, en cambio
y en lo que representó un claro desacierto, solicitaron un incremento de sólo 7%
para los ingresos líquidos menores a $801 mil y de apenas 5% para los que excedían
tal cifra.
En
2013, con el patrón Piñera al mando del gobierno, las organizaciones de los
públicos fueron capaces de pedirle un reajuste de 8,8% (claro que lo alcanzado finalmente
fue de 5%). Pero ahora, con la Nueva Pillería al timón, en cuyos partidos reconocen
filas la amplia mayoría de los sempiternos dirigentes federativos, nuestros
próceres se los bajarían por un monto menor, de 7 y 5%, para sueldos bajo $800
mil y sobre éste monto, respectivamente. Al final, sólo fue necesario darles
ese 6% nominal para que rápidamente corrieran a contener la postergada demanda de
sus bases.
Insistimos
en que con este reajuste pichiruche, primero, no se recupera el poder
adquisitivo perdido por efecto inflación, tanto en el período 2013-2014, como
2014-2015, antes bien, se pierde parte de dicho poder; luego, al no sumarse el
alza de la productividad calculada para 2015, de 0,51%,[3] y el incremento de
la productividad para entonces, de 3,6%, ambos componentes se los embolsicarán nuevamente
los patrones; finalmente, lo alcanzado por los trabajadores públicos en esta
negociación nunca ha sido un aumento real de salarios y, por ende, podemos afirmar
que no existe ninguna intención de apuntar a ninguna democracia económica por
parte del nuevo gobierno de los grupos y capas mantenedoras del sistema monopolista
hoy vigente en Chile.
Nada
se dice en éste cagón acuerdo gobierno-MSP-CUT respecto de las AFP, punto
grave, pues seguramente continuarán los dirigentes pro-NM, encabezados por la retorcida
Figueroa, vendiendo la pomada con lo de la AFP estatal. Con más razón, los
trabajadores y sus organizaciones de base debemos seguir luchando por la derogación del DL 3500 y que se cree un sistema
público previsional, de reparto, solidario, universal e integral y de
financiamiento tripartito, donde los trabajadores tengamos participación en la
administración de los fondos y poder de decisión sobre la inversión de ellos.
Hasta
esta hora, hidalgamente, sólo quedan dando la pelea los trabajadores públicos
bajo las banderas de la ANEF, que agrupa a los trabajadores de los servicios centralizados
y descentralizados (SII, IFOP, JUNAEB, Poder Judicial, Registro Civil, etc.);
los consecuentes funcionarios y dirigentes hospitalarios de la FENATS Bío-Bío;
la CONFENATS, también de los hospitalarios; y la Confederación Nacional de
Funcionarios Municipales (ASEMUCH). Ellos fueron capaces de actuar con la mayor
rapidez y energía en éste caso, en circunstancias que las demás organizaciones
se mostraron dóciles y entreguistas frente a la miserable oferta del gobierno.
Con todo, aún
contamos con un valiente ejemplo sobre el poder de l@s trabajador@s para pedir
cuentas a sus dirigentes en lo obrado por las bases del Colegio de Profesores,
quienes no han aceptado los acuerdos mulas que Gajardo y Cía les han querido
pasar de contrabando. Por ahí va la cosa.
¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
¡NINGÚN ACUERDO O REFORMA A ESPALDAS
DE LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES!
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA –Equipo Sindical
Noviembre 25 de 2014
[2] http://www.emol.com/economia/indicadores/ipc.asp
Si agregáramos esta última diferencia,
el “aumento” obtenido sólo se reduce a un -0,8%.
[3] Fuente: Universidad Adolfo Ibáñez, Comité Consultivo
del PIB Tendencial. En: http://www.latercera.com/noticia/negocios/2014/09/655-595230-9-productividad-en-chile-completara-25-anos-con-alza-inferior-al-1.shtml
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