“LAS
SUSPICACIAS QUE GENERAN LAS REUNIONES DE LA PRESIDENTA Y EL GRAN EMPRESARIADO”
Octubre 20 de 2015
Desde el mundo académico y sindical critican la “ambigüedad” con la que el
Gobierno estaría actuando para sacar adelante sus reformas, ya que mientras se
llama a la participación ciudadana y laboral, las señales hacia el
empresariado, darían a entender una "reedición de la política de la
Concertación".
La forma en la que el Gobierno está llevando
adelante algunas de sus reformas estructurales, como es el caso del llamado
proceso constituyente o la Agenda Laboral, ha levantado críticas y
cuestionamientos de parte del mundo académico y sindical, quienes ponen el
acento en la ambigüedad con la que el oficialismo se ha enfrentado a ellas.
Uno de los puntos principales se relaciona con la
serie de reuniones que la Presidenta Michelle Bachelet ha sostenido con el
mundo empresarial, la semana pasada en el CEP, hoy con el presidente de la CPC,
Alberto Salas, y mañana en la noche en la cena anual de la Sofofa.
Nolberto Díaz sostuvo que esta administración “tiene
dos almas”, una que durante 25 años se ha preocupado más de agradar a los
empresarios en desmedro de los trabajadores, mientras que la otra está bregando
por devolverle derechos conculcados durante la Dictadura a los trabajadores.
Y sobre estas reuniones que la Presidenta ha
sostenido con la dirigencia empresarial, Díaz aseguró que la multigremial no
espera ningún beneficio de ellos ya que desde siempre se han manifestado
críticos y refractarios a realizar cualquier cambio a la legislación.
“Lo que sí esperamos es que el jueves, cuando la
Presidenta se reúna con la CUT, ratifique la línea del Programa de Gobierno que
era la de hacer un proyecto para devolver derechos a los trabajadores, y no
para garantizarle facilidades a los empresarios, como son hoy día, por ejemplo,
los pactos de adaptabilidad que pese a la oposición de la CUT, igual se van a
incorporar en este proyecto de reforma”.
Carlos Ruiz, director del departamento de Sociología
de la Universidad de Chile, expresó su preocupación por la manera en que el
Gobierno está actuando, por ejemplo en el caso del proceso constituyente, en el
cual se convoca a una participación de la ciudadanía para generar una nueva
Constitución, pero al mismo tiempo, y antes de que comience ese proceso, se les
dé garantías a los empresarios de que ciertos elementos no van a ser tocados,
como es el caso del derecho de propiedad, “significa que estás prescribiendo
aquello que va a ser llamado a consulta”, señaló el profesor Ruiz.
El académico de la Facultad de Ciencias Sociales se
preguntó también por la capacidad real que tiene la sociedad de incidir e
intervenir en la formulación de este nuevo orden constitucional, y según su
punto de vista, esta participación está focalizada sólo en aspectos
procedimentales, “que es típico de la Concertación y de cómo prefiguró las
negociaciones de la Transición”.
“Una Constitución es para prefigurar un modelo de
desarrollo, para poner en discusión el tipo de Estado que tenemos, el tipo de
Derecho que tenemos, etc. Entonces si esas cuestiones desde antes están siendo
comprometidas como inalterables, intocables frente, justamente, a los sectores
sociales que tienen un nivel de colonización sobre el aparato estatal muy
grande, como es el gran empresariado, entonces a mí me llama a profundas dudas,
e incluso a desconfianza, de cuál es la voluntad política real que hay en La
Moneda de impulsar un cambio constitucional sustantivo”.
Finalmente, Carlos Ruiz enfatizó en que en esta
administración se está asistiendo al regreso de la “Política de los 90” en la
que se da prioridad a generar una “gobernabilidad democrática” a través de
gestualidades y formalismos, pero que no van al fondo de los temas, lo que
demuestra que la Nueva Mayoría no estaría entendiendo las dinámicas sociales de
hoy: “Se requiere de verdad, la voluntad de ciertas discusiones sustantivas que
conduzcan a cambios que tienen que ser sostenidos por consensos sociales más
amplios”
Patricio Vallespín, diputado de la DC y miembro de
la Comisión de Trabajo de la Cámara, desestimó que las reuniones de la
Presidenta con los representantes del empresariado puedan traducirse en que las
reformas, como la Laboral, se puedan modificar accediendo a sus peticiones, o
que represente una exposición innecesaria de la Mandataria frente a un grupo
históricamente refractario a las reformas.
“Sabemos lo que quiere el empresariado: que todo
siga igual, que no exista ninguna modificación en temas laborales porque saben
que tienen ventaja respecto a los trabajadores y a sus organizaciones
sindicales, por tanto no creo que es exponerse, simplemente es el debate
legítimo que debe existir, pero no para cambiar de posición, más allá de lo que
piense el empresariado va a haber reforma laboral, y esto ya está en sede parlamentaria
y sacaremos adelante la reforma que el país necesita, que tiene que equilibrar
las relaciones entre empleador y trabajador”.
En la misma cuerda opinó el diputado del PS, Osvaldo
Andrade, para quien la reunión de la Presidenta con la CPC y la Sofofa es parte
de la normalidad democrática.
La abogada laboralista y redactora del informe de
Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, Karla Varas, coincidió con
la CUT sobre que el proyecto de Reforma Laboral no ataca los temas de fondo,
como es el caso de la negociación ramal, una de las más efectivas maneras de
lograr la redistribución de la riqueza, y sólo se trata de un retoque al Plan
Laboral de José Piñera.
En este sentido, la jurista sostuvo que es
sintomático que el Gobierno realice tantas reuniones con el empresariado, lo
que se relacionaría con la “cooptación de la política por parte de los grupos
económicos”, y por ende la Agenda Laboral responde a este escenario: “La
Reforma y la redacción de los artículos, puntualmente las indicaciones que se
están debatiendo, responde a eso, efectivamente aquí es una reforma que se
trata de hacer a la medida de la clase empresarial, que está tomando poco o
nada la opinión de los trabajadores, y los políticos van más en linea con
quienes lo están financiando”.
No obstante, la abogada acotó que es necesario la
construcción de un movimiento sindical que se haga escuchar, y que logre
sacudirse de la histórica cooptación que han hecho de ellos los partidos
gobernantes.
Desde el mundo de la oposición, el ex ministro de
Sebastián Piñera y ex candidato presidencial, Joaquín Lavín, en entrevista con
La Segunda, sostuvo que la Presidenta ha sido “exitosa” en una supuesta
estrategia de “neutralizar” a los empresarios, ya que mientras el ministro del
Interior, Jorge Burgos, es quien se enfrenta a los distintos gremios
empresariales, aprovechando “que genera simpatías, porque es moderado”, la
Mandataria estaría en la estrategia “de la sonrisa, del chiste en el CEP en
inglés, de una persona grata pero que no enfrenta los temas de fondo”, aseguró
Lavín.
Finalmente, tanto la Presidenta como el líder de la
CPC calificaron como “grata” la reunión que sostuvieron, durante la cual
abordaron cuatro temas relevantes para la multigremial como es el caso de la
reformas laboral, el proceso constituyente, la gratuidad de la educación y
finalmente sobre la de violencia en La Araucanía.
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