Trabajadores
de Gendarmería, en sólo tres días, radicalizaron y extendieron su movimiento
reivindicatorio, el que recrudeció ante declaraciones de autoridades públicas.
Ante su fuerza, la institución y el gobierno bien pronto se allanaron al
diálogo
El sistema de dominación actual, impuesto a la mala
durante la dictadura cívico-militar, y luego adoptado y adornado por los
gobiernos de la democracia gorila, requiere crecientemente de un mayor número
de cárceles y carceleros, tanto porque se incrementa el número de sus enemigos,
como por la presión político-ideológica de sus defensores y cómplices, quienes
centran su discurso ‘ciudadano’ en la seguridad y la delincuencia (léase
protección de la sacra propiedad privada). Pero, a ninguno de los de arriba les
molesta la realidad de los carceleros, de los gendarmes, quienes desde hace
rato venían expresando su malestar por las pésimas condiciones laborales que
les toca en suerte. Y todo tiene un límite.
Desde el lunes 5,
los funcionarios de Gendarmería de Chile comenzaron una movilización nacional
en pos de la recuperación de sus derechos. Al principio sólo fueron
declaraciones y carteles colgados en frente de los recintos carcelarios. No
obstante, las desgraciadas frases que sobre el movimiento realizó su
‘encargada’, la
ministra de justicia Javiera Blanco, donde les motejó de desleales, se cerró a cualquier diálogo y les
amenazó con las penas del infierno, les instó a levantar la bandera del Paro Nacional, el que anunciaron la mañana
de éste miércoles 7. A esas críticas de la ministra se sumaron las del
director de la institución, el coronel Tulio Arce, quien afirmó, en línea con
lo sostenido con la susodicha, que “[los gendarmes] son personas que están
velando por sus intereses personales, más que por los intereses colectivos de
la institución”.
Cuatro
organizaciones gremiales, aunadas en la Asociación Nacional de Suboficiales de
Gendarmería (Ansog), decidieron iniciar un paro a nivel nacional indefinido
hasta que se concretaran sus demandas laborales. Jorge
Pinochet (¡vaya apellido!), dirigente de la Ansog, explicaba hasta el mediodía
de éste miércoles que, “son 16 los centros que están paralizados desde Arica,
Iquique, La Serena, Antofagasta, Valparaíso, Rancagua y así hacia al sur en
otras unidades penales”. Agregó que, “La situación es bastante tensa y confusa.
Nosotros creemos que Carabineros, en algún momento, tendrá la orden de desalojar
pero la verdad es que también lo vemos muy complicado porque generaría una
situación de conflicto permanente”.
El
dirigente calificó de lamentables las declaraciones de Javiera Blanco, quien
aseguró que el diálogo con los gendarmes se acabó. “Es lamentable (...).
Gendarmería está acostumbrada a ser el patio trasero de la seguridad, se
implementan más carabineros, se implementan más PDI y por lo tanto dan mayor eficiencia policial, redunda en
sobrepoblaciones en las cárceles. Nos sentimos postergados eternamente”.
Pero,
como la cosa alcanzaba ribetes de sublevación en los diferentes recintos
carcelarios del país (incluyendo hasta la simbólica Cárcel de Alta Seguridad), el
gobierno y Gendarmería decidieron ceder y anunciaron en horas de la tarde
del miércoles 7 que estaban dispuestos a conversar con los sublevados.
Surgió
un protocolo de acuerdo que ahora debe ser consultado, democráticamente, con
las bases. Así lo informó un destacado vocero de la Ansog, Joe González. Mas
éste dirigente aclaró que la respuesta de los trabajadores va a tomar todo el
tiempo que sea necesario y añadió que ve compleja la resolución de la
movilización, puesto que el paro se ha extendido a todo el país y no está
focalizado en Santiago, como en un comienzo.
Un
capítulo tenebroso se abrió durante el transcurso de la movilización de los
carceleros: la amistad del actual director de Gendarmería, Tulio Arce, con el
genocida de la CNI Álvaro
Corbalán Castilla. Esta acusación, surgida desde los mismos gendarmes, forma
parte de los puntos por los cuales estos exigen la salida de su cargo de Arce,
junto a problemas en la gestión del servicio. Para demostrar esto, los funcionarios exhibieron a los medios una postal
conmemorativa del 11 de septiembre que Corbalán envió a Arce. “Es bueno
conocer la Historia desde las diferentes veredas que la escriben… Tú la has
vivido junto a nosotros y en primera fila”, reza la misiva. “La única relación
que pudiera tener [con procesados por causas de derechos humanos] es que fui
por muchos años jefe del penal Punta Peuco y Cordillera”, señaló el coronel Arce.
Puede
ser que éste paro se resuelva en las próximas horas y que sólo se les entreguen
aspirinas a los movilizados. Empero, los gendarmes han aprendido que juntos pueden
ser una fuerza importante y que son una pieza clave en la maquinaria represiva
del poder estatal. ¿Lo habrá entendido así el bloque político de Estado? Si la
respuesta es negativa, lo que indicaría que dicho bloque ve a los gendarmes
como a simples y desechables trabajadores, no estarán nunca sus integrantes tranquilos,
pues quienes deben hacerse cargo de los infractores del orden, al no ver satisfechas
sus necesidades mínimas, seguirán siendo una parte floja del sistema.
¡Toda
una contradicción vital para los sostenedores y mantenedores del sistema de
explotación!
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
Colectivo Acción Directa – CHILE
Octubre 7 de 2015
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