“En Honduras los periodistas estamos en la línea de fuego
de la dictadura”
- Entrevista con el periodista hondureño Ricardo Ellner
“Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será
otra cosa que mala.”
Albert Camus
Por Andrés Figueroa Cornejo
Nos hermanamos en la Ciudad de Buenos Aires. Ambos
migrantes, ambos periodistas, ambos puteando contra la injusticia. Más tarde
nos distanciaron los respectivos retornos a nuestros países de origen. Miles de
kilómetros existen entre Chile y Honduras. Pero el afecto combinado
astrofísicamente con la convicción de transformar las relaciones sociales de la
miseria y el crimen, vuelven relativo el tiempo y el espacio. Cuestiones de la
luz y de los átomos que estrechan el abrazo.
El periodista hondureño
Ricardo Ellner viene a acusar a la dictadura de Juan Hernández en nombre de
la libertad. Porque también para desmoronar el olvido y el silencio asesino
sirve el periodismo.
-¿Cómo se expresa la
concentración de los medios de comunicación en la tierra de Morazán?
“La propiedad de los medios está
distribuida entre varios empresarios. Es un oligopolio que representa los
mismos intereses oligárquicos. Los medios dominantes son el diario Tiempo, cuyos dueños son la familia
sionista Rosenthal. De hecho, según la revista Forbes, Jaime Rosenthal es uno
de los 100 empresarios más poderosos y millonarios de Centroamérica. Los
diarios La Prensa y El Heraldo pertenecen a Jorge Canahuati
Larach. Ambos grupos tienen acaparados el territorio de las radionoticias y las
televisoras. Rosenthal, además de banquero, posee el muy visto canal 11 de TV,
agencias de publicidad, agencias noticiosas y monopoliza la oferta de los
servicios digitales. Por su parte, Canahuati es dueño además de revistas, de
televisoras, radios, agencias de publicidad. Entre ellos compiten, pero en la
realidad quien les baja la línea, y viceversa, es el gobierno actual. Asimismo,
está el diario La Tribuna, que es del ex
presidente liberal Carlos Flores (para mayor información,
consultar).
Por otro lado, existe una emisora,
la radio Globo, y Globo TV, que crecieron y se
potenciaron durante el golpe de Estado del 28 de junio de 2009. Su director de
noticias es Gabriel Romero Ellner, quien ha sostenido una posición frontal
contra el gobierno. Es un comunicador ducho y con experiencia que ha develado
valientemente los actos de corrupción de la dictadura. Por esos medios, el
pueblo hondureño supo que el titular del Ejecutivo saqueó los ahorros
jubilatorios de los trabajadores/as para financiar su campaña electoral (USD350
millones). Como los periodistas que se desempeñan en esas casas mediales hacen
un periodismo de investigación y denuncia, son perseguidos políticamente.”
-¿Qué tipo de
persecuciones sufren?
“Gabriel Romero casi todos los
días es seguido por un automóvil sin placas. También intentaron asesinarlo a
través de una emboscada realizada mientras ingresaba a la radio a las cinco de
la mañana. Zafó milagrosamente de ese ataque. Y ahora el poder lo quiere encarcelar
porque denunció a la esposa del fiscal general de Honduras, la procuradora del
país, por abuso de autoridad y mantener componendas políticas a través de su
marido. El cargo contra Gabriel Romero es por difamación y las leyes usadas son
de la dictadura, por supuesto. En estos casos, según el código penal, el
proceso debe durar dos años. Sin embargo, el proceso contra Romero lo han
abreviado a cuatro meses.”
-¿Y dónde se emplean
los periodistas del país?
“En algunos de los grupos que te
mencioné o tienes que irte a una ONG, o a las relaciones públicas del gobierno.
Ahí termina el campo laboral. Por otra parte, los medios alternativos,
populares e independientes de información están desaparecidos, y cada vez que
emerge uno, la policía se encarga de reprimirlo y destruirlo.”
Libertad de expresión:
hacia la muerte o hacia la autocensura
-¿Cuál es la situación
de la libertad de expresión, de prensa, de opinión de la población hondureña?
“La libre emisión del pensamiento,
la libertad de expresión, la libertad de prensa, están sumamente condicionadas.
Yo las posibilito hacia dos caminos: hacia la muerte o hacia la autocensura.”
-Entonces…
“Hoy las redes sociales juegan un
papel preponderante. Porque, ¿de qué modo tú logras que tu voz no sea
completamente cercenada? Hasta ahora la dictadura no puede controlar las redes
sociales, pese a que en la actualidad los que mandan quieren imponer un decreto
para ‘regularlas’. Creemos que eso no podrán hacerlo. La única manera sería
sacando de Honduras a las empresas transnacionales dueñas de las redes
sociales.”
-¿Es el ejercicio del
periodismo la profesión de más alto riesgo en Honduras?
“Es de alto riesgo, efectivamente.
Aquí nuestra exposición a la muerte es directa. Estamos en la línea de fuego
del poder local, del intervencionismo imperialista y de la corrupción
institucionalizada. El Estado sólo garantiza la desprotección al periodismo. La
única forma de que el periodismo no sea una práctica peligrosa, es si trabajas
para el poder. En cambio, la tarea de los periodistas que no estamos con la
dictadura es reescribir cotidianamente la historia. La misma historia que han
borrado desde la academia hasta de los medios de comunicación. Entonces nos
encontramos con que la historia genuina de nuestro país está llena de sangre,
de violencia, de corrupción, de un juego político oligarca a costa de nuestro
pueblo.”
-¿Cuál es el escenario
que enmarca la lucha por la libertad de la voz?
“Hoy Honduras continúa siendo el
país más violento y peligroso del globo. De acuerdo al último reporte de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la prevención de la violencia
2014, por cada 100 mil habitantes hay 88.5 asesinatos. De 2013 a 2015, el
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos notificó 85 masacres. Una masacre
es cuando matan a cuatro o más personas en un mismo lugar. Ellas han dejado a
491 víctimas en total impunidad. No existe ningún caso judicializado. ¿Qué hace
el gobierno para bajar las cifras mentirosamente? Cuenta a una sola víctima por
masacre. En la realidad estamos hablando de una tasa de alrededor de 20
asesinatos diarios.”
-¿Y cuáles son las
causas principales de semejantes cifras?
“El 80% de los hondureños
sobrevive bajo la línea de la pobreza. Aquí nos enfrentamos con la ausencia de
trabajo; la desigualdad social ampliada; y la actividad del narcotráfico
es impresionante. El Partido Nacional en el gobierno es el principal gestor
del narcotráfico junto con la
DEA norteamericana. Nosotros sabemos que la DEA es la principal institución
que mueve la droga en América Latina, en el conocido paso de Colombia hasta
Estados Unidos. En estos momentos existe un buen número de funcionarios del
Estado hondureño que están ligados a la narco-actividad. Ese tipo de violencia
se refrenda por los medios de comunicación hegemónicos a través de las
narco-novelas.”
-¿Narco-novelas?
“Se trata de puras historias de narcotraficantes
por capítulo, en horario televisivo estelar y con los rating más altos. Por
ejemplo, tratan de cómo los narcotraficantes de Colombia se volvieron
poderosos, cómo pudieron trascender sus propias fronteras y se metieron a
territorios mexicanos, etc. Las traen envasadas de Estados Unidos y de
Colombia. Son una verdadera oda al narcotráfico lo que hacen estos
sinvergüenzas.”
-¿Y el exilio?
“La dictadura también expulsa a la
población del país. Nuestra población es de 8,5 millones de habitantes. Desde
su instauración, 35 mil niños/as se han ido del país solos/as, buscando el
sueño americano. ¿Y en qué se convierten? En víctimas de la trata de menores.
En México caen en redes de trata, de venta de órganos o de prostitución
infantil. En general, el exilio producto de la miseria y la persecución
política, es de más de dos millones de personas y en los últimos cinco años, de
medio millón. Pasa que vivimos en una sociedad donde el Estado tiene a todo el
territorio militarizado, tal cual como en la década de los 80 del siglo XX. Ya
no se ven policías, ni burócratas; en los hospitales públicos no son
trabajadores sanitarios los que entregan las medicinas; en el aeropuerto la
supervisión migratoria no la hacen agentes civiles de la aduana: todo ello lo realizan
directamente los militares. Y toda Honduras está en contra de la militarización
de la sociedad. El dictador Juan Hernández pretendió que los roles operativos
de seguridad los efectuaran militares y perdió su iniciativa en el congreso
nacional. Hasta los conservadores votaron en contra. Sin embargo, el Estado
narco-militar continúa desplegándose y asesinando diariamente.”
-¿Qué ha manifestado
el Colegio de Periodistas ante los crímenes?
“El Colegio de Periodistas de
Honduras no responde a los intereses de las y los periodistas. Es una cúpula
que siempre está en sintonía con el gobierno de turno y busca beneficiarse
económicamente. De los 58 asesinatos a periodistas entre el 2003 y lo que va
del 2015, el gremio nunca se ha pronunciado ni mediante un comunicado de prensa
sobre uno solo de ellos. En la actualidad, se dedica a apañar las fechorías del
dictador. El presidente del colegio es Eduin Romero, un hombre que tiene una
marcada trascendencia en los medios hegemónicos de comunicación del país.
El Día del Periodista en Honduras
se celebra los 25 de mayo. El ‘aprendiz’ de dictador, Juan Hernández, ese día
tuvo una presentación frente a muchos colegas y dijo que los periodista que
disienten su voz y critican abiertamente al gobierno son ‘pseudo-periodistas
incendiarios’. Allí estaba escuchando toda la directiva del gremio y se quedó
callada. Es inverosímil. El resultado de este tipo de comportamientos es que la
mayoría de los comunicadores sociales que nos graduamos de la universidad
pública no estamos colegiados.”
Del camino amarillo a
las calles de Tegucigalpa
-Sé que es una
pregunta difícil. ¿Cuáles consideras los crímenes de periodistas más
impactantes para el pueblo hondureño?
“Todos han sido horribles. Pero
ilustraré la situación con tres asesinatos. Alfredo Villatoro era el director
de noticias de HRN (Radio Nacional de Honduras) y fue asesinado por los
militares en 2012. Ello según investigaciones que no pudieron trascender. ¿Qué
es lo que dijo la prensa, plegándose al oficialismo? Que se trató de un ‘ajuste
de cuentas’. A Villatoro lo encontraron vestido de militar y con una banda
roja, para, manipulando los hechos, decir que fue un crimen cometido por la
izquierda, cuando fue la misma derecha quien lo asesinó. Era un hombre que no
pertenecía a la oposición y que tenía una fuerte incidencia en la población,
considerando que HRN llega a todo el territorio del país. Y sólo la Iglesia y
HRN cubren toda Honduras. Antes de ser muerto, Villatoro estaba sacando algunos
casos de corrupción fuertes.
Otro episodio terrible fue el
crimen de Aníbal Barrow. Él fue un periodista que trabajaba en Radio Globo y
denunciaba permanentemente todos los casos de corrupción del gobierno. El 2013,
Barrow apareció picado, descuartizado. Las partes de su cuerpo fueron diseminadas
en distintos lugares. Su asesinato sigue en la más absoluta impunidad.
Finalmente, puedo hablarte del
caso del periodista Erick Martínez, con quien fuimos compañeros en la
universidad, grandes amigos y grandes camaradas. Erick formó parte del Frente
Nacional de Resistencia. Fue asesinado por la dictadura, estrangulado y hallado
en la periferia de Tegucigalpa. Para Erick inventaron que su muerte fue
provocada por ‘una cuestión sentimental’. Él se desempeñaba como comunicador y
secretario del Colectivo Violeta que lucha por los derechos LGBT. También fue
comunicador en el Bloque Popular, la organización que antecedió al Frente Nacional de Resistencia
Popular, y después en las comunicaciones del FNRP. Antes de ser asesinado,
Erick escribió un artículo titulado ‘Del
camino amarillo a las calles de Tegucigalpa’. Su crimen también reposa en
la impunidad, que seguirá campeando en Honduras mientras no se cambie el
sistema político y económico del país.
Nosotros
sabemos que por la peligrosidad del periodismo en el país, el quehacer
comunicacional puede costarnos la vida. Ahora nosotros estamos hablando
tranquilamente, pero no sé qué puede ocurrir conmigo mañana. A muchos y a mí
nos vigilan. Tenemos los teléfonos intervenidos. Me acaban de despedir del
diario Tiempo por resistirme a la autocensura, a no llamar golpe de Estado al golpe
de Estado, a no mencionar al Partido Libre ni al FNRP. Que te echen de un medio
hegemónico es lo mínimo por escribir la verdad bajo un gobierno fascista, bajo
una dictadura en guerra contra el pueblo hondureño. Idiotas. Jamás podrán
amordazarnos.”
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