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sábado, 10 de octubre de 2015

ANDRES FIGUEROA: ENTREVISTA A PERIODISTA HONDUREÑO RICARDO ELLNER


Van 58 comunicadores asesinados:
“En Honduras los periodistas estamos en la línea de fuego de la dictadura”

- Entrevista con el periodista hondureño Ricardo Ellner

“Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala.”
Albert Camus

Por Andrés Figueroa Cornejo

Nos hermanamos en la Ciudad de Buenos Aires. Ambos migrantes, ambos periodistas, ambos puteando contra la injusticia. Más tarde nos distanciaron los respectivos retornos a nuestros países de origen. Miles de kilómetros existen entre Chile y Honduras. Pero el afecto combinado astrofísicamente con la convicción de transformar las relaciones sociales de la miseria y el crimen, vuelven relativo el tiempo y el espacio. Cuestiones de la luz y de los átomos que estrechan el abrazo.
El periodista hondureño Ricardo Ellner viene a acusar a la dictadura de Juan Hernández en nombre de la libertad. Porque también para desmoronar el olvido y el silencio asesino sirve el periodismo.

-¿Cómo se expresa la concentración de los medios de comunicación en la tierra de Morazán?

“La propiedad de los medios está distribuida entre varios empresarios. Es un oligopolio que representa los mismos intereses oligárquicos. Los medios dominantes son el diario Tiempo, cuyos dueños son la familia sionista Rosenthal. De hecho, según la revista Forbes, Jaime Rosenthal es uno de los 100 empresarios más poderosos y millonarios de Centroamérica. Los diarios La Prensa y El Heraldo pertenecen a Jorge Canahuati Larach. Ambos grupos tienen acaparados el territorio de las radionoticias y las televisoras. Rosenthal, además de banquero, posee el muy visto canal 11 de TV, agencias de publicidad, agencias noticiosas y monopoliza la oferta de los servicios digitales. Por su parte, Canahuati es dueño además de revistas, de televisoras, radios, agencias de publicidad. Entre ellos compiten, pero en la realidad quien les baja la línea, y viceversa, es el gobierno actual. Asimismo, está el diario La Tribuna, que es del ex presidente liberal Carlos Flores (para mayor información, consultar).

Por otro lado, existe una emisora, la radio Globo, y Globo TV, que crecieron y se potenciaron durante el golpe de Estado del 28 de junio de 2009. Su director de noticias es Gabriel Romero Ellner, quien ha sostenido una posición frontal contra el gobierno. Es un comunicador ducho y con experiencia que ha develado valientemente los actos de corrupción de la dictadura. Por esos medios, el pueblo hondureño supo que el titular del Ejecutivo saqueó los ahorros jubilatorios de los trabajadores/as para financiar su campaña electoral (USD350 millones). Como los periodistas que se desempeñan en esas casas mediales hacen un periodismo de investigación y denuncia, son perseguidos políticamente.”
 
-¿Qué tipo de persecuciones sufren?

“Gabriel Romero casi todos los días es seguido por un automóvil sin placas. También intentaron asesinarlo a través de una emboscada realizada mientras ingresaba a la radio a las cinco de la mañana. Zafó milagrosamente de ese ataque. Y ahora el poder lo quiere encarcelar porque denunció a la esposa del fiscal general de Honduras, la procuradora del país, por abuso de autoridad y mantener componendas políticas a través de su marido. El cargo contra Gabriel Romero es por difamación y las leyes usadas son de la dictadura, por supuesto. En estos casos, según el código penal, el proceso debe durar dos años. Sin embargo, el proceso contra Romero lo han abreviado a cuatro meses.”

-¿Y dónde se emplean los periodistas del país?

“En algunos de los grupos que te mencioné o tienes que irte a una ONG, o a las relaciones públicas del gobierno. Ahí termina el campo laboral. Por otra parte, los medios alternativos, populares e independientes de información están desaparecidos, y cada vez que emerge uno, la policía se encarga de reprimirlo y destruirlo.”

Libertad de expresión: hacia la muerte o hacia la autocensura

-¿Cuál es la situación de la libertad de expresión, de prensa, de opinión de la población hondureña?

“La libre emisión del pensamiento, la libertad de expresión, la libertad de prensa, están sumamente condicionadas. Yo las posibilito hacia dos caminos: hacia la muerte o hacia la autocensura.”

-Entonces…

“Hoy las redes sociales juegan un papel preponderante. Porque, ¿de qué modo tú logras que tu voz no sea completamente cercenada? Hasta ahora la dictadura no puede controlar las redes sociales, pese a que en la actualidad los que mandan quieren imponer un decreto para ‘regularlas’. Creemos que eso no podrán hacerlo. La única manera sería sacando de Honduras a las empresas transnacionales dueñas de las redes sociales.”

-¿Es el ejercicio del periodismo la profesión de más alto riesgo en Honduras?

“Es de alto riesgo, efectivamente. Aquí nuestra exposición a la muerte es directa. Estamos en la línea de fuego del poder local, del intervencionismo imperialista y de la corrupción institucionalizada. El Estado sólo garantiza la desprotección al periodismo. La única forma de que el periodismo no sea una práctica peligrosa, es si trabajas para el poder. En cambio, la tarea de los periodistas que no estamos con la dictadura es reescribir cotidianamente la historia. La misma historia que han borrado desde la academia hasta de los medios de comunicación. Entonces nos encontramos con que la historia genuina de nuestro país está llena de sangre, de violencia, de corrupción, de un juego político oligarca a costa de nuestro pueblo.”

-¿Cuál es el escenario que enmarca la lucha por la libertad de la voz?

“Hoy Honduras continúa siendo el país más violento y peligroso del globo. De acuerdo al último reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la prevención de la violencia 2014, por cada 100 mil habitantes hay 88.5 asesinatos. De 2013 a 2015, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos notificó 85 masacres. Una masacre es cuando matan a cuatro o más personas en un mismo lugar. Ellas han dejado a 491 víctimas en total impunidad. No existe ningún caso judicializado. ¿Qué hace el gobierno para bajar las cifras mentirosamente? Cuenta a una sola víctima por masacre. En la realidad estamos hablando de una tasa de alrededor de 20 asesinatos diarios.”

-¿Y cuáles son las causas principales de semejantes cifras?

“El 80% de los hondureños sobrevive bajo la línea de la pobreza. Aquí nos enfrentamos con la ausencia de trabajo; la desigualdad social ampliada; y la actividad del narcotráfico es impresionante. El Partido Nacional en el gobierno es el principal gestor del narcotráfico junto con la DEA norteamericana. Nosotros sabemos que la DEA es la principal institución que mueve la droga en América Latina, en el conocido paso de Colombia hasta Estados Unidos. En estos momentos existe un buen número de funcionarios del Estado hondureño que están ligados a la narco-actividad. Ese tipo de violencia se refrenda por los medios de comunicación hegemónicos a través de las narco-novelas.”

-¿Narco-novelas?

“Se trata de puras historias de narcotraficantes por capítulo, en horario televisivo estelar y con los rating más altos. Por ejemplo, tratan de cómo los narcotraficantes de Colombia se volvieron poderosos, cómo pudieron trascender sus propias fronteras y se metieron a territorios mexicanos, etc. Las traen envasadas de Estados Unidos y de Colombia. Son una verdadera oda al narcotráfico lo que hacen estos sinvergüenzas.”

-¿Y el exilio?

“La dictadura también expulsa a la población del país. Nuestra población es de 8,5 millones de habitantes. Desde su instauración, 35 mil niños/as se han ido del país solos/as, buscando el sueño americano. ¿Y en qué se convierten? En víctimas de la trata de menores. En México caen en redes de trata, de venta de órganos o de prostitución infantil. En general, el exilio producto de la miseria y la persecución política, es de más de dos millones de personas y en los últimos cinco años, de medio millón. Pasa que vivimos en una sociedad donde el Estado tiene a todo el territorio militarizado, tal cual como en la década de los 80 del siglo XX. Ya no se ven policías, ni burócratas; en los hospitales públicos no son trabajadores sanitarios los que entregan las medicinas; en el aeropuerto la supervisión migratoria no la hacen agentes civiles de la aduana: todo ello lo realizan directamente los militares. Y toda Honduras está en contra de la militarización de la sociedad. El dictador Juan Hernández pretendió que los roles operativos de seguridad los efectuaran militares y perdió su iniciativa en el congreso nacional. Hasta los conservadores votaron en contra. Sin embargo, el Estado narco-militar continúa desplegándose y asesinando diariamente.”

-¿Qué ha manifestado el Colegio de Periodistas ante los crímenes?

“El Colegio de Periodistas de Honduras no responde a los intereses de las y los periodistas. Es una cúpula que siempre está en sintonía con el gobierno de turno y busca beneficiarse económicamente. De los 58 asesinatos a periodistas entre el 2003 y lo que va del 2015, el gremio nunca se ha pronunciado ni mediante un comunicado de prensa sobre uno solo de ellos. En la actualidad, se dedica a apañar las fechorías del dictador. El presidente del colegio es Eduin Romero, un hombre que tiene una marcada trascendencia en los medios hegemónicos de comunicación del país.

El Día del Periodista en Honduras se celebra los 25 de mayo. El ‘aprendiz’ de dictador, Juan Hernández, ese día tuvo una presentación frente a muchos colegas y dijo que los periodista que disienten su voz y critican abiertamente al gobierno son ‘pseudo-periodistas incendiarios’. Allí estaba escuchando toda la directiva del gremio y se quedó callada. Es inverosímil. El resultado de este tipo de comportamientos es que la mayoría de los comunicadores sociales que nos graduamos de la universidad pública no estamos colegiados.”

Del camino amarillo a las calles de Tegucigalpa

-Sé que es una pregunta difícil. ¿Cuáles consideras los crímenes de periodistas más impactantes para el pueblo hondureño?

“Todos han sido horribles. Pero ilustraré la situación con tres asesinatos. Alfredo Villatoro era el director de noticias de HRN (Radio Nacional de Honduras) y fue asesinado por los militares en 2012. Ello según investigaciones que no pudieron trascender. ¿Qué es lo que dijo la prensa, plegándose al oficialismo? Que se trató de un ‘ajuste de cuentas’. A Villatoro lo encontraron vestido de militar y con una banda roja, para, manipulando los hechos, decir que fue un crimen cometido por la izquierda, cuando fue la misma derecha quien lo asesinó. Era un hombre que no pertenecía a la oposición y que tenía una fuerte incidencia en la población, considerando que HRN llega a todo el territorio del país. Y sólo la Iglesia y HRN cubren toda Honduras. Antes de ser muerto, Villatoro estaba sacando algunos casos de corrupción fuertes.

Otro episodio terrible fue el crimen de Aníbal Barrow. Él fue un periodista que trabajaba en Radio Globo y denunciaba permanentemente todos los casos de corrupción del gobierno. El 2013, Barrow apareció picado, descuartizado. Las partes de su cuerpo fueron diseminadas en distintos lugares. Su asesinato sigue en la más absoluta impunidad.

Finalmente, puedo hablarte del caso del periodista Erick Martínez, con quien fuimos compañeros en la universidad, grandes amigos y grandes camaradas. Erick formó parte del Frente Nacional de Resistencia. Fue asesinado por la dictadura, estrangulado y hallado en la periferia de Tegucigalpa. Para Erick inventaron que su muerte fue provocada por ‘una cuestión sentimental’. Él se desempeñaba como comunicador y secretario del Colectivo Violeta que lucha por los derechos LGBT. También fue comunicador en el Bloque Popular, la organización que antecedió al Frente Nacional de Resistencia Popular, y después en las comunicaciones del FNRP. Antes de ser asesinado, Erick escribió un artículo titulado ‘Del camino amarillo a las calles de Tegucigalpa’. Su crimen también reposa en la impunidad, que seguirá campeando en Honduras mientras no se cambie el sistema político y económico del país.

Nosotros sabemos que por la peligrosidad del periodismo en el país, el quehacer comunicacional puede costarnos la vida. Ahora nosotros estamos hablando tranquilamente, pero no sé qué puede ocurrir conmigo mañana. A muchos y a mí nos vigilan. Tenemos los teléfonos intervenidos. Me acaban de despedir del diario Tiempo por resistirme a la autocensura, a no llamar golpe de Estado al golpe de Estado, a no mencionar al Partido Libre ni al FNRP. Que te echen de un medio hegemónico es lo mínimo por escribir la verdad bajo un gobierno fascista, bajo una dictadura en guerra contra el pueblo hondureño. Idiotas. Jamás podrán amordazarnos.”

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