Por Nelson
Soto Aguilera
Es de público
conocimiento el impacto que está causando en la sociedad chilena el paro de los
trabajadores del registro civil , para que lleva más de treinta día sin
que se vea luces de una solución, más bien pareciera ser que el problema tiende
agravarse especialmente con el respaldo solidario de la Asociación de
Funcionarios Públicos agrupados en la Anef, con formado más de cien
instituciones del estado, tales como el Servicio Impuesto Interno, Contraloría
General de la República, la aduana, Fonasa, Fiscalías, Gendarmería, etc., etc.,
por nombrar algunos.
¿Pero cuál es el
fondo del conflicto?
Según mi opinión,
el fondo del conflicto está en lo expresado el día de ayer por el
Ministro del Interior, cuando indica: "Los gobiernos no están para
decirles a todos que sí. Si fuera tan fácil como decirles a todos que sí, sería
bastante fácil gobernar, finalizando diciendo, no podemos poner en
riesgo la economía del país".
Quizás estas
palabras reflejan claramente la defensa a un modelo económico implementado
durante la dictadura y administrado fielmente por los gobiernos de la
concertación, y actualmente por la denominada Nueva Mayoría, sin embargo, estas
mismas palabras no las escuchamos con vehemencia y fuerza, cuando el
empresariado amenazan y golpea mesa anunciando una catástrofe económica,
si el gobierno mantiene la idea de insistir en una reforma laboral, que
en ningún caso se visualiza como una gran oportunidad de escuchar realmente las
demandas más sentidas de los trabajadores, como por ejemplo: defender las
negociaciones colectivas, el termino del sistema de AFP, sistema que tiene a
miles y miles de trabajadores con pensiones indignas, situaciones que se le
agrava más aún, cuando el sistema de salud público no da respuesta a una
población que cada día se envejece más.
No se escucha la
misma respuesta a todos los hechos de corrupción que la ciudadanía se ha
enterado estos últimos doce meses, donde los recursos del estado han ido a
parar a un grupo de sinvergüenza donde se encuentran empresarios y
políticos, que solo bastaría hacer una contabilización de los montos
defraudados al fisco y quizás fácilmente podrían satisfacerse las demandas de
los trabajadores en paro y otras demandas de mejoras salariales del sector
público, cuyos trabajadores lamentablemente son vilipendiado e incluso
maltratados por sus propios hermanos de clase, especialmente cuando se
presentan situaciones como las del Registro Civil.
Si a estos montos se suman los más de US$ 4.600 millones de dólares por las pérdidas por ventas de cobre a mercado futuro, que aún la Fiscalía Nacional no investiga a pesar que está presentada la querella. Hace varios meses que bien podría nuestro país y sus conciudadanos no estar pasando situaciones como la ya comentada.
Si a estos montos se suman los más de US$ 4.600 millones de dólares por las pérdidas por ventas de cobre a mercado futuro, que aún la Fiscalía Nacional no investiga a pesar que está presentada la querella. Hace varios meses que bien podría nuestro país y sus conciudadanos no estar pasando situaciones como la ya comentada.
¿Pero qué pasa con
los trabajadores?
Hay un dicho que no
es culpa del chancho, si no el que le da afrecho, con esto quiero decir que los
trabajadores son los principales responsables de la situación que actualmente
atraviesan, debido a su falta de solidaridad con sus hermanos de clases,
y poco compromiso con su país al tener una actitud de indiferencia en
situaciones que aparentemente no le atañen y que finalmente le golpean en su
propia cara, ya que muchos se siente de otra clase, olvidándose que
vienen de una clase media baja o clase baja, y que hoy producto del sistema
actual, y en algunos casos por el endeudamiento, han podido tener acceso a
casa, auto, viajes, etc., llegando a plantearse que hoy pertenecen
a la clase media.
Mentira a la clase
trabajadora le hace falta conversar más internamente dentro de sus
núcleos familiares, para conocer sus orígenes y sus raíces, donde tengo la
certeza que se encontraran con esos valores perdidos y enseñados por sus
progenitores, dentro de ellos el valor de la solidaridad, compañerismo y
ponerse en el lugar del otro.
Pero pareciera ser
que ya se están dando algunas luces al respecto, con el apoyo de la ANEF,
al paro de los trabajadores del Servicio de Registro Civil, cosa que todavía no
se visualiza en otros sectores de la economía nacional, como lo fue el paro de
los trabajadores contratista en la minería del cobre, o la huelga de los
supervisores en la minera Radomiro Tomic, y quizás en muchas otras futuras
negociaciones, colectivas va a pasar lo mismo y para qué decir de las
negociaciones colectivas producidas en en las pequeñas y mediana empresas,
donde muchas veces los trabajadores deben aceptar las condiciones que le
imponen sus empleadores, sin derecho a pataleo.
Sobre la base de lo
anterior, se me viene al recuerdo lo que decía el Padre Hurtado: “hay
empleadores que ofenden al trabajador haciéndole sentir que él vive
porque la sociedad bondadosamente le procura empleo. Más cierto sería decir que
la sociedad vive por el trabajo de sus ciudadanos: sin trabajo no habría
riqueza ni sociedad. Esta idea podría ser mejor comprendida en una asociación
vocacional en la que el trabajador, dejando de ser un simple asalariado,
participará de la propiedad y aún de la dirección de la obra en que trabaja
para bien y servicio de la sociedad”.
En resumen, creo
que a los trabajadores no les queda más que unirse y para lograr esa unidad
cumplen un rol fundamental cuatro cosas:
* Los dirigentes
sindicales no deben abanderarse con ningún gobierno de turno, ni recibir
órdenes de partido que inhabilite su actuar como dirigente sindical.
* Los dirigentes
sindicales deben evitar recibir prebendas o favores personales de sus
empleadores, solo basta entender lo sucedido algunos políticos con los casos
Soquimich, Penta, Corpesca, etc., para entender el alcance que ello conlleva
* Buscar siempre
la unidad de la clase trabajadora y cuando me refiero a la clase trabajadora,
me refiero a trabajadores sin apellidos, vale decir, obreros, empleados y
supervisores; todos viven de un sueldo y un salario
* En aquellas
empresas que existen más de un sindicato, siempre es recomendable la
unidad de los trabajadores al menos en los procesos de negociación
colectiva, si dicha unidad no fuera factibles, deben ser los propios
trabajadores que presionen a sus dirigentes para lograr dicha unidad, solo de
esta manera los trabajadores día a día irán ganando espacio en las
mejora de sus condiciones laborales y sociales
Fraternalmente,
Nelson Aquiles Soto Aguilera
Ex – Consejero Nacional
Federación de Trabajadores del Cobre
Los
Andes, 29 de Octubre 2015
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