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viernes, 7 de agosto de 2015

LA FAMILIA BACHELET Y SU AMIGO ASESINO DE PATRIA Y LIBERTAD


Nos referimos a Sergio Bustos, el mismo que trabajaba en Caval y que, al no serle pagado su buen billete, destapó el caso que implicó al hijito que se hace el huevón y la nuera, barriendo de paso con lo poco de credibilidad que le quedaba a Bachelet

El pasado martes 4, el ministro de la Corte de Apelaciones de Chillán Claudio Arias determinó someter a proceso judicial a Sergio Bustos Baquedano, junto con otros 15 delincuentes de la dictadura cívico-militar, luego que su actuación fuera acreditada dentro de la investigación por el asesinato de tres militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria –MIR- en 1974, en la localidad de San Carlos.

De no ser por la querella por retribuciones ‘laborales’ de Sergio Bustos, el “caso Caval”, es cierto, nunca se hubiera destapado y no se habría dado paso a la investigación que afecta a esa empresa, propiedad de la nuera, Natalia Compagnon, y el hijito, Sebastián Dávalos, de Michelle Bachelet. Recordemos, asimismo, que en el ilícito se encuentra envuelto, como prestamista, il capo de tutti capi Andrónico Luksic, dueño del Banco de Chile y de la mitad de ídem. Bustos Baquedano presentó una abultada demanda laboral en el 2° Juzgado del Trabajo de Santiago aludiendo el no pago de ¡$ 200 millones! por las gestiones que realizó en favor de la empresita Caval, de los parientes de Bachelet.

Pero, resulta que el tipo éste Bustos es el mismo que debe enfrentarse a la justicia, como procesado, en una causa por violación de Derechos Humanos llevada adelante por la Corte de Chillán. Ahora bien, el ex integrante del terrorista y neofascista Frente Patria y Libertad (PYL) y amigo de la Colonia Dignidad, quien sigue viviendo por San Carlos, asegura que “no tenía conocimiento del procesamiento indicado por el ministro Arias”[1]. Seguramente, habrá que refrescarle la memoria.

El sujeto declaró ante la PDI en diciembre pasado[2], luego que su nombre apareciera en las fichas de la Colonia, como un colaborador de la inteligencia militar antes del golpe, después de la DINA y además de haber sido militante del reaccionario PYL. En su testimonio, Bustos lo reconoció directamente: “A su pregunta debo indicar que efectivamente era simpatizante de Patria y Libertad”. Digamos que a diferencia de otras ciudades de Chile donde operó la represión del régimen militar, San Carlos y Chillán tuvieron una diferencia: los militantes de PYL no sólo colaboraron con la inteligencia militar de la época, incluso prestaron sus domicilios para torturas y detenciones, según consta en la investigación judicial.

En su resolución[3], el magistrado Arias estableció que Bustos, al momento de los hechos, se desempeñaba en el Servicio de Inteligencia Civil (SIC) en San Carlos y gracias a la información que obtenía y que traspasaba a las autoridades militares, permitió que agentes de la DINA secuestraran, el 19/04/74, y asesinaran, el 28/04/74, a ROLANDO ANGULO MATAMALA. Rolando, de 26 años de edad, era casado. Militaba en el MIR y trabajaba en la Dirección de Asistencia Social del Ministerio del Interior, a cargo de la zona de Chillán. El 19 de abril de 1974 salió de su casa. Tiempo después, su cuerpo fue encontrado en una fosa junto a otros cadáveres, pudiendo determinarse que falleció producto de la acción de uniformados a causa de su actividad en la Resistencia Popular.

Junto a Sergio Bustos, fueron sometidos a proceso otros 14 sicarios de la dictadura cívico-militar: Osvaldo Ortega Echeverría, Mario Romero Godoy (ex fiscal militar), Fernando Gómez Segovia (jefe de la DINA en la VII y VIII regiones), Froilán Aguilera Domínguez, Luis Troncoso Verdugo, Pedro Vergara Mieres, Hugo Villamán Salazar, Patricio Marabolí Orellana, Lincoyán Lagos Tortella (otro PYL del SIC), Héctor Soto Hermosilla (también SIC), Luis Toledo Espinoza, Humberto Olmedo Álvarez, Arturo Alarcón Navarrete y Fanor Aguilera Pizarro.

En tanto, Gómez Segovia, Romero Godoy y Marabolí Orellana, también fueron encausados por el homicidio calificado de otro integrante de la resistencia mirista a la dictadura. Se trata de BARTOLOMÉ SALAZAR VÉLIZ, hecho ocurrido en San Carlos el día antes que asesinaran al compañero Rolando; es decir, el 27 de abril de 1974. Se sabe que Bartolomé, profesor del Liceo de Niñas de Chillán, de 31 años, fue detenido el 17 de abril del “74, y llevado al regimiento de Chillán. Fue vilmente ejecutado y sus restos aparecieron a las orillas de un río cercano a Quinchamalí.

Los represores mencionados antes, junto a Alarcón Navarrete, además, enfrentan el mismo cargo por la muerte y desaparición de OGAN LAGOS MARÍN, asesinado el 27 de abril de 1974. Ogan fue detenido en Chillán la madrugada del 15 de marzo de 1974. Es torturado en investigaciones (hoy PDI) y en el regimiento n°9 “Chillán”. Llevado a la cárcel pública, desde allí es retirado el 25 de abril por milicos para llevarlo, según aviso Ogan a otros presos, de vuelta al regimiento. Su madre acudió a verlo y le dijeron que habría quedado en libertad, pero la verdad es que había sido asesinado y su cuerpo apareció el 27, con 4 perforaciones de bala en un fundo cercano a Tanilvoro. El cadáver del compañero fue retirado como NN y sólo después de muchos meses pudo ser identificado como quien era, gracias a sus huellas dactilares, pero de los restos de Ogan ya se había perdido todo rastro.

En suma, en los casos de los tres compañeros se evidencia el accionar represivo delincuencial de un comando conjunto de miembros del ejército, carabineros, de investigaciones y civiles de PYL, en una razzia contra la base mirista de Chillán, que integraban los resistentes antidictatoriales.
    
Todos los sicarios de la dictadura cívico-militar mencionados han ido siendo detenidos estos días por la brigada investigadora de delitos contra los Derechos Humanos de la PDI, salvo el ex milico y también amigote de la colonia dignidad Gómez Segovia, quien purga condena en el Penal-Hostal de Punta Peuco por la desaparición en Parral del militante comunista PEDRO MERINO MOLINA, ocurrida en 1974.

La historia del obscuro Bustos Baquedano se cruzó con la de Natalia Compagnón, nuera de Bachelet, a raíz de la compra de terrenos en Machalí, hecho investigado por la Fiscalía de Rancagua bajo los delitos de cohecho y tráfico de influencias. Su trabajo, dijo ante el Ministerio Público, consistió en buscar el financiamiento para la compra de los paños en el Banco de Chile, logrando conseguir la reunión con el vicepresidente ejecutivo de la entidad Andrónico Luksic quien aprobó el empréstito por $ 6.500 millones.

Aun cuando Bustos Baquedano perdió la demanda-chantaje en el tribunal, lo cierto es que destapó una red de especulación inmobiliaria y cruces de relaciones que van desde la UDI, el PS y el mundo empresarial. Con todo, él debe pagar por su participación en los deleznables crímenes de los compañeros del MIR que recordamos y por quizás cuantas muertes más; bueno, no sólo Bustos, sino que todos los criminales de lesa humanidad que por tanto tiempo han gozado de impunidad.

Ver resolución del procesamiento en:

¡NI OLVIDO NI PERDON: VERDAD, JUSTICIA Y MEMORIA!
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!

Colectivo Acción Directa - CHILE
Agosto 7 de 2015

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