"QUIÉN
HACE REVOLUCIONES A MEDIAS NO HACE SINO CAVAR SU PROPIA TUMBA"
(Conferencia de prensa realizada en octubre de
1973 a Miguel Enríquez, a pocas semanas del Golpe de Estado del 11 de
septiembre de ese año. La fuente es el CEDEMA)
Pregunta: A su
juicio ¿por qué cayó el gobierno de Chile?
Respuesta: La crisis del
sistema de dominación que hacía años venía desarrollándose en Chile, cristalizó
en el ascenso al gobierno de la Unidad Popular, agudizando la crisis
interburguesa y multiplicando el ascenso del movimiento de masas. Esto generó
condiciones que permitían, si se hubiera utilizado el gobierno como instrumento
de las luchas de los trabajadores, culminar en la conquista del poder por los
trabajadores y en una revolución proletaria. Pero el proyecto reformista que
ensayó la UP se encarceló en el orden burgués, no golpeó al conjunto de las
clases dominantes, con la esperanza de lograr una alianza con un sector
burgués, no se apoyó en la organización revolucionaria de los trabajadores, en
sus propios órganos de poder, rechazó la alianza con soldados y suboficiales, y
prefirió fortalecerse al interior del aparato del Estado capitalista y en el
cuerpo de oficiales de las FFAA buscando sellar una alianza con una fracción
burguesa.
La ilusión reformista, permitió a las clases dominantes fortalecerse en la superestructura del Estado y desde allí iniciar su contraofensiva reaccionaria, primero apoyándose en los gremios empresariales, luego en la pequeña burguesía y finalmente en el cuerpo de oficiales de las FFAA entonces derrocar sanguinariamente al gobierno y reprimir a los trabajadores. La ilusión reformista la pagaron y pagan hoy cruelmente los trabajadores, sus líderes y partidos, que trágica y heroicamente la defendieron hasta el último minuto, confirmando dramáticamente hoy, la frase del revolucionario francés del siglo XVIII Saint Just: "Quién hace revoluciones a medias no hace sino cavar su propia tumba".
La ilusión reformista, permitió a las clases dominantes fortalecerse en la superestructura del Estado y desde allí iniciar su contraofensiva reaccionaria, primero apoyándose en los gremios empresariales, luego en la pequeña burguesía y finalmente en el cuerpo de oficiales de las FFAA entonces derrocar sanguinariamente al gobierno y reprimir a los trabajadores. La ilusión reformista la pagaron y pagan hoy cruelmente los trabajadores, sus líderes y partidos, que trágica y heroicamente la defendieron hasta el último minuto, confirmando dramáticamente hoy, la frase del revolucionario francés del siglo XVIII Saint Just: "Quién hace revoluciones a medias no hace sino cavar su propia tumba".
P: ¿El fracaso de
la izquierda, en su opinión, cancela por un largo período la lucha por el
socialismo en Chile?
R: No nos parece el
momento de revivir antiguas diferencias en el seno de la izquierda, pero a la
vez, nos parece necesario que los trabajadores y la izquierda obtengan todas
las enseñanzas que la experiencia chilena entrega, para nunca más incurrir en
errores. Por ello preciso: en Chile no ha fracasado la izquierda, ni el
socialismo, ni la revolución, ni los trabajadores. En Chile, ha finalizado
trágicamente una ilusión reformista de modificar estructuras socioeconómicas y
hacer revoluciones con la pasividad y el consentimiento de los afectados: las
clases dominantes.
Ahora
bien, la lucha lejos de cancelarse, recién comienza. Será larga y dura. El
movimiento de masas y la izquierda no han sido aplastados. En las nuevas
condiciones, la fortaleza de los trabajadores, del conjunto de la izquierda y
de los revolucionarios, primero golpeados, recomponiéndose después, tiende otra
vez a acrecentarse, al sumarse ahora sectores de la pequeña burguesía a la
lucha contra la dictadura, ayer enardecidos en contra de la UP como reacción a
la sangrienta represión fascista de la Junta y frente a las medidas
antipopulares y regresivas impuestas por ella. Progresiva, pero sólidamente
ahora, irá desarrollándose cada vez más una vasta resistencia popular a la
dictadura fascista.
P: La Junta Militar
dice haber intervenido después de que dos poderes del Estado declararon
ilegítimo al gobierno de Allende, y en prevención a un "plan Z" con
el cual la izquierda se proponía exterminar a todos los sectores democráticos,
al cuerpo de oficiales e incluso a Allende. ¿Qué dice usted frente a ello?
R: En esas
afirmaciones de la Junta Militar está el carácter trágicamente ridículo y
bufonesco de la dictadura gorila.
Después
de haber bombardeado La Moneda, se preocupan de precisar que éste no es un
golpe militar, sino un "pronunciamiento militar" para enseguida
agregar que son "instituciones profesionales y no deliberantes".
Afirman haber "intervenido" porque así lo exigía un poder del Estado
fundamental, el parlamento, para inmediatamente clausurarlo, declaran como su
objetivo "restaurar la legalidad" y crean decenas de campos de
concentración a lo largo del país donde encarcelan a decenas de miles de
chilenos por marxistas. Que el movimiento militar fue para terminar con el
sectarismo que ahogaba a Chile, y acto seguido declaran ilegal y persiguen al
44% de la población, que era izquierdista. Que su objetivo es reconstruir la
economía del país y lo hacen ametrallando las fábricas y despidiendo a miles de
obreros por ser "marxistas".
Afirman
haber "intervenido" para prevenir un "plan Z" que quería
asesinar a Allende el 19 de septiembre y ellos lo asesinaron por adelantado el
11. Que su acción militar fue para defender los derechos humanos y han fusilado
por lo menos a un millar de personas, han causado la muerte de decenas de
miles. Que lo fundamental de su acción es defender "los valores nacionales"
y para ello hacen piras en las calles quemando libros, asaltan y saquean la
casa de Pablo Neruda, intervienen militarmente las universidades y allanan con
tropas la casa de Cardenales. Todo esto, según ellos, es por la defensa de los
trabajadores y sus conquistas, y primero disuelven sus organizaciones, luego
despiden a miles de ellos, suprimen el pago de horas extraordinarias, aumentan
el número de horas de trabajo, un verdadero sistema de trabajo forzado,
congelan los salarios, aumentan los precios, al menos en Linares devuelven
fundos a sus antiguos propietarios y nombran delegados de gobierno en las
fábricas del área social, a los antiguos dueños. Afirman buscar las armas de
los < extremistas» que hacen peligrar la vida de los ciudadanos y ellos
desataron el genocidio en las poblaciones, asentamientos, fábricas y
universidades.
Chile
es hoy, un país sometido por sus FFAA a un régimen similar al de un país
ocupado por Fuerzas Extranjeras. El país bajo "Estado de Sitio",
todas las ciudades bajo "toque de queda" Tribunales Militares sin
apelación, bajo el Código militar "en tiempo de guerra",
encarcelamiento masivo de la población, pogrom (*) contra los extranjeros, etc.
El cuerpo de oficiales de las FFAA de Chile ha declarado la guerra al pueblo de
Chile. Asistimos en plena década del 70 y en América Latina, a una versión más
grotesca y cavernaria aún del fascismo hitleriano.
La
diferencia entre estos gorilas fascistas y sus antecesores hitlerianos, si la
hay, es que los primeros no tienen el valor de asumir sus crímenes y buscan
encubrirlos detrás de falsedades y montajes publicitarios como el "plan
Z" o mascaradas histriónicas de legalidad.
P: ¿Cuál es, a su
juicio, la perspectiva de este gobierno?
R: No será duradera.
Chile no tiene una burguesía industrial pujante y expansionista como la alemana
de décadas pasadas, ni tiene el potencial económico del Brasil. Las condiciones
mundiales y latinoamericanas de esta década no son las mismas que las de
décadas pasadas; hoy está fortalecido el campo socialista, el pueblo indochino
ha infligido importantes derrotas al imperialismo en Vietnam, Laos y Camboya,
la Revolución Cubana se ha consolidado en América Latina, la crisis
interburguesa norteamericana y latinoamericana es cada vez mayor, el movimiento
de masas va en ascenso en América Latina y es aún poderoso en Chile. La
dictadura fascista chilena irá cada vez más manchando sus manos con sangre,
cada vez irá tomando medidas más represivas y antipopulares, aumentará sus ya
grandes contradicciones internas y de la Junta con otros sectores burgueses; a
la vez que se irá fortaleciendo la RESISTENCIA
POPULAR a la dictadura entre los trabajadores, lo que terminará por
derrumbar la dictadura. Entonces, habiendo pasado la clase obrera y el pueblo
por la más dramática escuela política: El conocimiento de la guerra de hierro
de la dictadura burguesa imperialista, serán restauradas las libertades
democráticas y se abrirá paso a un verdadero proceso revolucionario obrero y
campesino.
P: A su juicio y
según sus informaciones, ¿participaron o no los EE.UU. en este pronunciamiento
militar, como se afirma?
R: Un mes antes del
golpe de Estado denunciamos por cadena nacional de radios la participación de
un miembro de la embajada norteamericana en una reunión en un crucero de la Armada
en el puerto de Arica, el 20 de mayo de este año a la 1 A.M., con todo el Alto
Mando Naval y varios oficiales de alta graduación del Ejército de las
divisiones del Norte, y luego, en los meses de junio y julio en cada barco de
la Escuadra se embarcó un oficial de la inteligencia militar norteamericana, lo
que jamás fue desmentido por la Armada.
Cada
paso de la conspiración reaccionaria fue dirigido y planeado por la misión
militar brasileña y la inteligencia naval norteamericana.
P: ¿Qué tarea se
proponen ustedes en la actual situación?
R: Sólo en general:
Unir a toda la izquierda y a todo sector democrático dispuestos a impulsar la
lucha contra la dictadura, reorganizar el movimiento de masas en nuevas formas
y desarrollar la Resistencia Popular a la Dictadura en todas sus formas a lo
largo del país.
Quienes
declararon la guerra fueron los altos oficiales fascistas de las FFAA y no
nosotros. Ellos han puesto, las reglas del juego. Han llegado al extremo de
establecer una norma, la más sanguinaria y no establecida en ningún tipo de
guerra: todo el que resiste es ejecutado, que en otras palabras no es sino una
guerra a muerte, una guerra sin prisioneros. Será una lucha larga y difícil
pero con certeza la clase obrera y el pueblo, con sus vanguardias a la cabeza,
triunfarán. Muchos ya han caído y seguirán cayendo, pero han sido y serán
reemplazados, la lucha no terminará hasta no derribar la Junta fascista,
restaurar las libertades democráticas y abrir paso a un proceso revolucionario
obrero y campesino.
P: ¿Cuál es su
apreciación de la solidaridad internacional que ha recibido la izquierda
chilena y qué tareas ustedes le pedirían a los que fuera de Chile quisieran
ayudarles?
R: La solidaridad
internacional ha sido fundamental. El hecho de que distintos y numerosos países
hayan rechazado el golpe de Estado, que sectores democráticos y revolucionarios
de todo el mundo se hayan movilizado en contra del fascismo chileno, ha sido de
enorme ayuda. En especial ha sido importante la solidaridad del campo socialista
y de la Revolución Cubana. De sectores democráticos y revolucionarios europeos,
como de los distintos sectores latinoamericanos y particularmente el del
Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de Argentina, del Movimiento de
Liberación Tupamaros (M.L.N.T.) de Uruguay y del Ejército de Liberación
Nacional (ELN) Boliviano.
La
presión internacional, agudiza las contradicciones internas de la junta
fascista y de ella con otros sectores, a la vez que logra neutralizar al menos
algunas de sus aristas más sanguinarias y brutales. En cuanto a qué se puede
hacer en el exterior por la lucha antigorila y antifascista en Chile, todo es
útil: difundir al máximo los crímenes y las bestialidades del régimen, promover
el apoyo político y material para la Resistencia, extender los mítines de
protesta, multiplicar las campañas de solidaridad; en la medida de lo posible
impedir que más gobiernos reconozcan al fascismo chileno, y en la medida de lo
posible, impulsar el sabotaje exterior a la Junta fascista: no descargar en los
puertos barcos chilenos y otras medidas. Hoy, una de las tareas prioritarias es
exigir que no se ejecute y se libere de inmediato al Secretario General del PC
chileno Luis Corvalán, en este momento encarcelado, y exigir que se ponga fin a
las ejecuciones y torturas a los detenidos.
P: ¿Desea usted
agregar algo?
R: Sí; hoy, en el día
del guerrillero heroico, rendir un homenaje en primer lugar a Salvador Allende,
que entregó su vida defendiendo sus convicciones y a los miles de héroes y
mártires que en calles, plazas, fábricas, pobladores y campos de Chile, de
todas las organizaciones de izquierda y a los trabajadores que derraman su
sangre, combatiendo al fascismo, y a los que siguen cayendo o son hoy
torturados. En especial, rendir un homenaje al miembro del Comité Central y
fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Jefe del Comité
Regional de Valdivia, de 24 años Fernando Krauss y a nuestro militante y jefe
del Comité Local de Panguipulli, José Gregorio Liendo, fusilados hace unos días
por los gorilas fascistas en la Provincia de Valdivia, zona en la cual la
resistencia armada en el campo continúa.
(*)
POGROMO: (Del ruso pogrom, devastación, destrucción) m. Matanza y robo de gente
indefensa por una multitud enfurecida; en especial asalto a las juderías con
matanza de habitantes suyos. (dicc. RAE)
__________________________
¿QUÉ ES EL MIR?
(Corresponde a fragmentos de la versión original
del documento que hizo circular la Comisión Política del MIR en la
clandestinidad, al interior de Chile, en diciembre de 1974. En 1981, se
escribió una segunda versión de este documento y que fue elaborada por la
Escuela Central "Miguel Enríquez", bajo la conducción de la Comisión
Política. La fuente es el Centro de Estudios Miguel Enríquez)
I
EL MIR,
DESTACAMENTO DE VANGUARDIA EN LA LUCHA CONTRA LA DICTADURA GORILA
La
dictadura lleva ya más de 15 meses oprimiendo al pueblo trabajador chileno. Día
a día suma nuevos crímenes en contra del pueblo, aumenta sin pausa las ganancias
de los dueños del poder y la riqueza, hunde en la miseria a cientos de miles de
chilenos, llena los bolsillos de los altos oficiales y de todos los lacayos y
de la burguesía que participan del gobierno, miente y calumnia, explota y oprime,
tortura y asesina.
Frente
a ella el pueblo trabajador chileno, con la clase obrera a la cabeza, ha comenzado
a desarrollar una dura y prolongada lucha que sólo puede terminar con el
derrocamiento de la dictadura, el restablecimiento de los derechos humanos, la recuperación
de las conquistas de los trabajadores, el castigo de los criminales, y el establecimiento
de un nuevo gobierno que represente los intereses de todos los sectores
sociales y que luchen decididamente por derribar a esta dictadura criminal y
opresora.
Y
esa lucha del pueblo trabajador, de los explotados y oprimidos, ha tenido en la
primera línea de fuego a un puñado de hombres y mujeres surgidos del seno mismo
de la clase trabajadora chilena, fogueados en el combate cotidiano de las clases
y capas explotadas, a los miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria,
el MIR.
Día
a día la dictadura anuncia haber destruido al MIR, día a día miente y trata de engañar.
Día a día expresa que el MIR ya no tiene dirigentes, que todos han sido muertos
o apresados, que el resto huye dejando a las masas trabajadoras abandonadas a
su suerte.
Los
gorilas confunden sus deseos con la realidad y tratan de ocultar la realidad
con palabras. Es verdad que muchos y valiosos miembros del MIR han sido asesinados
por la dictadura; es verdad también que muchos otros han sido apresados y son cruelmente
torturados; también es verdad que unos pocos de nuestros miembros han sido
incapaces de soportar los riesgos y los rigores de la lucha clandestina y se han
convertido en desertores, se han asilado traicionando la causa de la clase obrera
y explotados chilenos. Pero a pesar de eso el MIR sigue existiendo e incluso sigue
creciendo; cientos y miles de trabajadores de vanguardia se han incorporado a
nuestro Partido después del golpe gorila; día a día la clase obrera entrega al Partido
sus mejores cuadros.
Así
es la historia de los partidos revolucionarios y de las luchas revolucionarias
del proletariado. Llevan momentos en que caen muchos de los valiosos cuadros del
Partido; pero si su labor ha sido efectiva, si su vida ha sido consagrada a
crear una organización verdaderamente revolucionaria, entonces, su muerte en
vez de producir el retroceso y el desánimo sirve de acicate a cientos y cientos
de trabajadores de vanguardia que toman la bandera del camarada caído
levantándola más en alto en un reto decidido a la burguesía y sus perros de
presa.
Mártires
y héroes de la clase obrera y del pueblo trabajador chileno, ejemplo glorioso
para los pueblos de América y del mundo; la sangre de los miembros del MIR
riega, junto a la sangre de miles de obreros, campesinos, empleados, mujeres, jóvenes
y niños, las calles y campos de Chile.
Cientos
de miles de hombres, mujeres y jóvenes de nuestro pueblo ven con claridad en el
MIR el camino más certero en la lucha por derribar el gorilaje y desean saber
cómo pueden ellos también incorporarse a la lucha y ocupar el lugar dejado por
los camaradas caídos en las filas de los revolucionarios.
(…)
II
DIEZ AÑOS
EN LAS LUCHAS DEL PUEBLO
El
MIR es una organización joven. Fue formada en agosto de 1965 como resumen de
una lucha iniciada desde 1962 por un grupo de camaradas jóvenes que buscaban
dar vida a una organización revolucionaria.
Encabezados
por el camarada Miguel Enríquez, un grupo de jóvenes en su mayoría estudiantes,
junto con una también pequeña organización formada por cuadros que habían
sostenido durante toda su vida posiciones revolucionarias en el seno de los
partidos de izquierda tradicional, dieron nacimiento al MIR el 15 de Agosto de 1965.
(…)
Pero
lo fundamental que aportó la nueva organización fue el hecho de que se concebía
como el núcleo revolucionario a partir del cual se podría desarrollar el Partido
revolucionario del proletariado chileno, herramienta indispensable para lograr
el éxito de las luchas de las masas trabajadoras.
Hasta
entonces todos los sectores que planteaban posiciones revolucionarias en la izquierda
chilena atribuían la política del PS a una supuesta mala intención o incapacidad
de los dirigentes de esos partidos; se negaban a comprender que la política del
reformismo y el centrismo y su incapacidad para ponerse al frente de las luchas
más decididas de las masas no obedecían a defectos personales de sus militantes
sino a una historia de casi cincuenta años de lucha legal e institucional de la
clase obrera y del pueblo de Chile, de subordinación del partido obrero a la política
internacional de la Unión Soviética.
El
MIR (y el mérito fundamental de esto corresponde al camarada Miguel Enríquez) supo
comprender que en esas condiciones la lucha en el interior de los partidos tradicionales
terminaba reduciéndose a estériles luchas personales y al surgimiento de
caudillismo que en nada ayudaban a la causa de la clase obrera. En Chile, como
en la mayoría de los lugares en que se ha conquistado el poder por el
proletariado, era preciso separar tajantemente las aguas entre los revolucionarios
y los no revolucionarios; constituir una organización revolucionaria de
vanguardia ligada a las masas, disciplinada, combativa, formada por cuadros escogidos
y de carácter internacional; y sólo a partir de allí buscar la unidad de acción
con los sectores no revolucionarios.
Comenzaba
así el largo camino de la construcción del Partido revolucionario del proletariado
chileno.
(…)
Durante
los tres años de gobierno de izquierda el MIR creció y se fortaleció en el seno
de las masas; prendió en la clase obrera, estuvo a la cabeza de las movilizaciones
campesinas, se constituyó en una organización revolucionaria presente en todo el
país a la cabeza de las movilizaciones más radicales de la clase obrera y el
pueblo; discutió y denunció todos los errores del Gobierno de la misma forma
como aplaudió y apoyó todas las medidas que beneficiaron a los trabajadores; se
preocupó preferentemente por mejorar la organización y combatividad del
proletariado y las masas trabajadoras no proletarias; levantó una plataforma de
lucha (El programa del pueblo) que representaba fielmente las aspiraciones y
reivindicaciones inmediatas de la clase obrera y de todo el pueblo y que fue un
instrumento poderoso para guiar la lucha y organización cada vez más adecuadas;
en fin, hizo todo lo que fue posible por aumentar la fuerza del pueblo, mejorar
su organización, desarrollar su conciencia de clase, multiplicar su capacidad
combativa.
Pero
la influencia del reformismo obrero (PC fundamentalmente) y el centrismo de izquierda
(especialmente el PS) en el seno de las masas populares chilenas era aún demasiado
grande, y a pesar de los esfuerzos del MIR y de los sectores de vanguardia del
proletariado y el pueblo, el gobierno del compañero Allende tuvo un sello
marcadamente reformista.
Así,
el gobierno de izquierda en lugar de impulsar en forma decidida la movilización
independiente de la clase obrera y el pueblo, hizo concesiones al enemigo,
frenó la actividad de las masas buscó una alianza con un sector de la burguesía
(el PDC), incorporó a las Fuerzas Armadas al Gobierno, e incluso reprimió en
ocasiones las movilizaciones populares.
La
política reformista del gobierno del compañero Allende no pudo, de este modo, lograr
la unidad del conjunto del pueblo. Primero, porque en la medida que buscaba la
alianza con sectores burgueses y frenaba la movilización independiente del
pueblo, estaba legitimando ante los sectores más atrasados de las masas a esas fracciones
burguesas que continuaron teniendo influencia en los medios populares más
atrasados (sectores campesinos, sectores de capas medias, sectores poblacionales,
mujeres, incluso algunos sectores obreros, que continuaron apoyando al PDC).
Segundo, porque en la misma medida en que se resistía a impulsar una ofensiva
decidida contra el conjunto de la reacción, la burguesía tuvo las manos libres
para el más descarado sabotaje económico, propiciar el mercado negro, etc. todo
lo cual impedía ganar para la causa del pueblo a extensos sectores de las capas
medias que se vieron afectados por esa situación económica.
De
este modo, el pueblo no pudo encontrar por completo su unidad en los tres años
de gobierno de izquierda y se encontraba en situación de debilidad frente a la reacción
burguesa que actuaba cada día más unida.
A
esto hay que sumar el hecho de que en el transcurso de esos años las masas populares
hicieron la triste experiencia de que sus direcciones tradicionales (los partidos
del gobierno) eran incapaces de ponerse a la cabeza de las movilizaciones más
radicales de la clase obrera y el pueblo; situación que quedó demostrada con creces
entre junio y agosto de 1973 cuando mientras en todo Chile el pueblo desarrollaba
una decidida movilización en contra de la ofensiva burguesa, generaba los
gérmenes de un poder alternativo y buscaba por todos los medios posibles pasar
a la contra ofensiva, sus direcciones nacionales buscaban la conciliación y el
compromiso, ofrecían garantía a la burguesía, incorporaban al gobierno a las
Fuerzas Armadas que ya estaban de lleno en los preparativos golpistas e incluso
estaban dispuestos a ofrecer la renuncia del compañero Presidente.
Estas
contradicciones entre el Gobierno y los partidos de Gobierno, por una parte, y
el proletariado y las masas populares por otra, debilitaron la fuerza del
pueblo y de la izquierda e impidieron resistir de mejor manera la ofensiva
reaccionaria y el golpe militar gorila. Y aunque el MIR desarrollaba una política
correcta que permitía entregar mayor fuerza a las masas para resistir la
ofensiva reaccionaria, era un partido pequeño e incapaz de asumir en todos los
frentes, en todas las fábricas, fundos, poblaciones, escuelas, oficinas,
empresas y regimientos de Chile, la tarea de reemplazar a las viejas
conducciones políticas que se habían demostrado incapaces de ponerse al frente
de las masas en sus batallas decisivas.
Triunfantes
las fuerzas reaccionarias y golpistas, el MIR demostró que había logrado convertirse
en una organización revolucionaria madura, con un buen grado de desarrollo en
el seno de las masas, con una política correcta, con una experiencia de combate
amplia y con miembros decididos a entregar cada minuto de su vida, e incluso
morir, por la causa del pueblo y de la clase obrera.
En
campos y ciudades, en poblaciones y fábricas, en todo Chile, los miembros del MIR
estuvieron días, semanas, e incluso meses a la cabeza de la resistencia armada
contra el establecimiento de la dictadura; fue la única organización de la izquierda
que siguió funcionando desde los primeros días del golpe y dirigiendo la retirada
de las fuerzas obreras y populares. Fue la única organización de izquierda que
tomó la decisión de quedarse en Chile para correr la suerte de las masas, ponerse
a la frente de su proceso de reorganización y reanimación, encabezar la lucha
contra la dictadura.
En
más de quince meses de dictadura el MIR ha recibido muchos y muy dolorosos golpes.
Nuestro fundador, forjador y Secretario general, camarada Miguel Enríquez, cayó
en combate contra las fuerzas represivas, varios miembros de la Comisión Política
de nuestro partido han sido apresados e incluso asesinados durante la tortura;
decenas de cuadros y militantes han sido muertos o apresados.
Y
también hay que contar con otras bajas; las de los desertores del partido y traidores
a la causa de la clase obrera; los que incapaces de soportar los riesgos y los
sacrificios de la lucha revolucionaria clandestina han huido o se han asilado; son
pocos en número y reciben el repudio unánime del partido y de la clase obrera chilena.
Pero
a pesar de los golpes y las deserciones, el MIR ha sido la organización de izquierda
que ha desarrollado bajo la dictadura el más amplio y efectivo trabajo de masas,
se ha fortalecido internamente, ha ganado para sus filas a los mejores cuadros
de la clase obrera y de la izquierda tradicional, ha encabezado y orientado el
proceso de reanimación y reorganización de la clase obrera y el pueblo, ha levantado
una Plataforma de Lucha para el período que es reconocida como propia por todo
el pueblo chileno, se ha convertido en las más sólida esperanza del proletariado
y las masas trabajadoras no proletarias, y en el enemigo implacable de la
dictadura y la reacción.
La
dictadura, como es lógico, oculta nuestros éxitos y nuestros avances, y da publicidad
a cada uno de los golpes que logra asestarnos e incluso se inventa éxitos en su
lucha contra el MIR. Pero los trabajadores saben por su propia experiencia que
el MIR sigue presente en los más diversos frentes, que puede crecer y desarrollarse
a pesar de los golpes recibidos precisamente porque cada camarada caído es
reemplazado por decenas y cientos de los mejores hijos de la clase obrera y el
pueblo, que se incorporan a nuestras filas y emprenden la tarea gloriosa de convertir
al MIR en el Partido revolucionario del proletariado chileno que podrá llevar
hasta el final la lucha por el derrocamiento de la dictadura, primero, y de toda
forma de dominación burguesa, después.
(…)
__________________________
PAUTA DEL MIR PARA UNIR FUERZAS
DISPUESTAS A IMPULSAR LA LUCHA CONTRA LA DICTADURA
(Comunicado del MIR. La fuente es el CEDEMA)
17 de febrero de
1974
Recientemente
entregamos a todas las fuerzas políticas susceptibles de llegar a una alianza,
un extracto de un documento interno nuestro, donde precisamos en general
nuestra apreciación acerca de la situación actual, sus causas y nuestra
táctica.
Hoy,
con el objetivo de acelerar el proceso de unidad de las fuerzas políticas, que
facilitará la unidad de la clase obrera y del pueblo contra la dictadura
gorila, resumimos y precisamos nuestra proposición de lo que nos parece
fundamental para una alianza del tipo que proponemos.
Estamos
ciertos que con lo planteado en nuestro documento interno, hay distintos
aspectos acerca de los cuales existen hoy diferencias de diverso calibre con
las fuerzas políticas, a las cuales hicimos entrega de él. Pero a la vez,
estamos seguros que por encima de ellas, existen suficientes puntos de acuerdo
para lograr la unidad entre nosotros, la que no sólo es posible si no además
imprescindible.
En
esta pauta precisamos los aspectos que nos parecen fundamentales en ella, y
sobre los cuales proponemos centrar la discusión y el acuerdo.
I. SITUACION.
1)
Vivimos un grado de contrarrevolución burguesa que asume la forma de dictadura
gorila, que expresando los intereses del imperialismo y la gran burguesía ha
abolido las libertades democráticas, ha instaurado en Chile un régimen de
superexplotación del trabajo y ha reiniciado un proceso de desnacionalización
de nuestra economía.
2)
La clase obrera y el pueblo, han sido golpeadas duramente y puestos en
repliegue. Han sido disueltas sus organizaciones y han sido arrancadas a sangre
y fuego la mayor parte de sus conquistas; en todos los terrenos, el movimiento
de masas y la izquierda, han sido y son brutalmente reprimidos.
3)
La tarea fundamental es generar un ancho bloque social que desarrolle la lucha
contra la dictadura gorila, hasta derrocarla. Para ello es necesario unir al
conjunto del pueblo en la lucha contra ella, y, a su vez, es necesario
estratégicamente alcanzar el máximo grado de unidad posible entre todas las
fuerzas políticas de la izquierda y progresistas dispuestas a impulsar la lucha
contra la dictadura gorila.
II. EL FRENTE
POLITICO DE LA RESISTENCIA.
1)
Lo entendemos como el máximo grado de unidad que hoy es posible concretar entre
los partidos de la UP, los sectores del PDC dispuestos a combatir la dictadura
gorila y el MIR.
2)
Si su necesidad estratégica es clara, sus ventajas inmediatas y concretas son:
la inmediata reanimación y cohesión del movimiento de masas que generaría su
fortalecimiento evidente, que aparejaría la conducción y unidad del trabajo de
las fuerzas políticas en los distintos terrenos en que éstas se concretarán; y
la multiplicación de la solidaridad internacional.
3)
La plataforma inmediata alrededor de la cual hoy es posible y necesario
constituir este frente, sería aquella que levantara como objetivos (cuyo
contenido detallado precisaríamos de conjunto más adelante):
a)
La unidad de todo el pueblo contra la dictadura gorila.
b)
La lucha por la restauración de las libertades democráticas.
c)
La defensa del nivel de vida de las masas.
4)
En las actuales condiciones este frente necesariamente debería constituirse a
nivel nacional, provincial y especialmente comunal y de base.
5)
Al interior del Frente Político de la Resistencia, las organizaciones políticas
conservarían su independencia orgánica y de propaganda; la libertad de crítica
en los niveles que la alianza por su carácter permita, y la posibilidad del
estrechamiento de las relaciones entre las distintas fuerzas en forma
bilateral.
III. EL MOVIMIENTO
DE RESISTENCIA POPULAR.
1)
En las condiciones actuales, a nivel de masas, no tendrá sentido un frente
político que no se sustente en un amplio movimiento de masas, que vaya más allá
de los partidos políticos.
2)
Nos parece imprescindible la formación "por abajo" de un amplio
movimiento, que abra cause a la incorporación en la base, de los cada vez más
numerosos contingentes de sectores del pueblo, que sin pertenecer a los
partidos políticos del frente, están e irán crecientemente transformando su
descontento e ira contenida contra la dictadura y su política, en disposición a
incorporarse a la lucha, sin por ello hacerlo a los partidos políticos.
Es
hoy una realidad la existencia de un ancho sector del pueblo, que sin
identificarse con los partidos que gobernaron Chile en el pasado reciente, ni
con sectores del PDC, ni con el MIR, crece cada vez más en magnitud y en
oposición a la dictadura y progresivamente desarrollará su disposición a
incorporarse a la lucha contra la dictadura gorila. No abrirles un cauce, o
encarcelarlos en la sola posibilidad de incorporarse a los partidos políticos,
será en la práctica marginarlos de la lucha.
3)
Para ello proponemos la constitución del Movimiento de Resistencia Popular, al
que pueden incorporarse todos los sectores del pueblo que sustenten su
plataforma (la misma del frente político) sean o no militantes de los partidos
del frente; que en la base, en cada fábrica, fundo, población, liceo,
universidad, oficina pública, etc. tome la forma de Comité de Resistencia
Popular (estructurándose de acuerdo a su desarrollo comunal, provincial y
nacionalmente).
4)
Por estos objetivos y bajo esta forma orgánica, no apreciamos elementos que
puedan impedir o postergar indefinidamente la unidad que todos decimos buscar,
cuestión que en los niveles posibles de alcanzar en el exterior se avanzó
enormemente, con el llamamiento unitario suscrito por toda la izquierda en
Roma, hace ya meses.
Con
el fin de alcanzar la unidad, que estamos convencidos es imprescindible para
combatir la dictadura gorila, estamos dispuestos a hacer todos los esfuerzos
necesarios.
COMISION
POLITICA
MOVIMIENTO
DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA, MIR.
_______________________
A CONVERTIR EL ODIO E INDIGNACION EN
ORGANIZACION DE LA RESISTENCIA
Comunicado del MIR, 10 de octubre de 1974 (*)
La
violenta represión de que hizo gala el golpe militar chileno —la más brutal de
que se tenga noticia en América Latina— se explica precisamente por la
capacidad de resistencia que le ofrece una clase obrera con un elevado grado de
conciencia y organización, un movimiento de masas en efervescencia y en pleno
desarrollo, una izquierda amplia y sólidamente implantada en el pueblo y, en el
seno de ésta, una vanguardia revolucionaria ya cristalizada: el MIR.
Los
errores y debilidades del reformismo influyeron considerablemente para impedir
que esa capacidad de resistencia se ejerciera en toda su plenitud y frustrara
la ofensiva reaccionaria que culminó el 11 de septiembre de 1973. Pero aun la
represión sin límites de los primeros meses, que convirtió a Chile en una
Indonesia, no fue capaz de quebrarla. Esa capacidad de resistencia seguirá
siendo una realidad y lo será hasta que se le rompa lo que constituye su espina
dorsal: la izquierda, y particularmente la izquierda revolucionaria.
Fue
esta la razón por la cual, en diciembre pasado, bajo la asesoría de la CIA y de
especialistas brasileños, la dictadura gorila se dotó de un aparato represivo
más eficaz, del cual es expresión la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA),
y se trazó un plan de acción para liquidar las fuerzas de izquierda (v. Correo
de la Resistencia Núm. l). Dicho plan contemplaba una primera fase de control
de la izquierda, hasta mediados de marzo, seguida de una fase de represión
masiva sobre la población, que incluía rastrillos en zonas urbanas, controles
callejeros, allanamientos, uso indiscriminado de la tortura, etc. De esta
manera, la Junta gorila esperaba llegar, entre julio y agosto, a una situación
de total liquidación de las fuerzas de izquierda y presentar, en su primer
aniversario, el 11 de septiembre, un país “saneado”, que le permitiera atenuar
las medidas masivas de represión y mantener exclusivamente aquéllas de orden
selectivo.
El MIR y la Resistencia
Este
plan se ha ido cumpliendo, con algunos éxitos parciales para la dictadura. Sin
embargo, ésta llega al periodo julio-agosto infinitamente lejos de los
objetivos que se había propuesto y no sólo tiene que seguir intensificando la
represión masiva, sino que, al conmemorar el primer aniversario del baño de
sangre a que sometió al país, no puede sino tomar una medida demagógica: el
levantamiento del “estado de guerra interno”, sustituyéndolo por el cuarto
grado del estado de sitio, es decir, el “estado de defensa interno”. Sigue el
toque de queda, siguen los allanamientos, la tortura, los rastrillos.
La
explicación de este hecho está en el mismo orden de ideas que explica la
violencia del golpe: la capacidad de resistencia de las masas chilenas no sólo
se ha mantenido sino que se ha expresado en nuevas formas de organización y de
lucha. Creados desde la base, han surgido los Comités de Resistencia, que
agrupan a los militantes de izquierda y a los trabajadores sin partido, y que
se multiplican en progresión geométrica, pasando de las poblaciones a las
fábricas e implantándose hoy día sólidamente en la gran industria. La clase
obrera y el pueblo han encontrado en ellos el instrumento que necesitaban para
desarrollar su disposición de lucha contra la dictadura y a esto se debe,
principalmente, el sabotaje, la propaganda a través de las estampillas, los
rayados, los mítines-relámpago, los paros de trabajo y demás formas de lucha
que aumentan día a día en todo Chile.
El
Movimiento de Resistencia Popular es ya una realidad y su gran impulsor ha sido
el MIR. Es natural por tanto que sobre el MIR se haya centrado la saña de la
represión, que sus militantes, cuando caen presos, sean torturados y
asesinados, que la dictadura se esfuerce desesperadamente por desarticularlo y
desarmarlo. Sin embargo, cada golpe recibido —el arresto y la tortura de
Bautista Van Schowen en diciembre, de Roberto Moreno y Arturo Villavela en
abril— no sólo han tensado las energías del MIR, sino que lo han hecho redoblar
sus actividades y lo han convertido definitivamente en el enemigo número uno
del régimen.
Muere un revolucionario
En
una operación rutinaria de rastrillo, la dictadura acaba de lograr un triunfo
inesperado: la muerte de Miguel Enríquez, Secretario General del Partido.
Los
gorilas y sus asesores norteamericanos y brasileños se dan cuenta de la importancia
de este hecho. Fundador y dirigente del MIR, Miguel Enríquez asume
definitivamente su dirección en 1969, al depurarse la organización de los
elementos que trababan su desarrollo. Es bajo su conducción que el MIR hace su
primera experiencia en clandestinidad, al constituirse en objeto de persecución
del gobierno pro-imperialista de Eduardo Frei, y es también por esa época
cuando inicia el desarrollo efectivo de sus aparatos armados, llevando a cabo
por primera vez en Chile, en forma sistemática, actos que introducían la
violencia revolucionaria en el sistema parlamentario burgués vigente.
Miguel
Enríquez no era tan sólo un organizador: dominaba también, como pocos
dirigentes revolucionarios latinoamericanos lo han hecho, el arte de la
estrategia y de la táctica. A él, más que a cualquier otro dirigente del MIR,
se debe el hecho de que éste haya sabido adaptarse con relativa rapidez a los
cambios que significaron para Chile el ascenso al gobierno de Salvador Allende,
sin que la organización pasara por ningún tipo de crisis. En el momento en que
las demás fuerzas de la izquierda revolucionaria se disolvían o entraban en
franca regresión, al no saber cómo enfrentar la situación creada por la
formación de un gobierno de izquierda, el MIR se lanza a su fase de pleno
desarrollo, que lo conduciría por la senda que Miguel Enríquez y sus camaradas
habían buscado desde un principio: su conversión en un verdadero partido,
enraizado en las masas y capaz de plantearse como objetivo la disputa del
movimiento obrero a la conducción reformista que pesaba sobre éste desde hacía
décadas.
El MIR como partido
La
idea del Partido no se confundía, a los ojos de Miguel Enríquez, con la de un
movimiento inorgánico, incapaz de constituirse en la verdadera vanguardia de la
clase obrera chilena. Marxista-leninista antes que nada, pero
marxista-leninista en la América Latina de los años setenta, su visión del
partido era, por un lado, la formación de una sólida estructura, desde el punto
de vista orgánico, político y militar, y, por el otro, la de una estrecha
vinculación entre esa estructura de revolucionarios profesionales y las amplias
masas trabajadoras de la ciudad y del campo.
Hubo
quien criticó al MIR durante el período de la Unidad Popular por el hecho de
que “no se abrió ampliamente a las masas”, adoptando una política de
reclutamiento indiscriminado, instalando comités locales por doquier,
funcionando, en suma, en plena legalidad. En efecto, bajo la conducción de
Miguel Enríquez, el MIR se ganó una base de masas significativa, pero no
renunció a la combinación de estructuras legales y clandestinas ni mucho menos
al desarrollo de sus aparatos armados.
Lo
que para los críticos de ayer (y lo deben de saber hoy, cuando han visto sus
estructuras legales derribarse como castillos de arena ante la furia gorila),
constituía un error, fue el mayor acierto que haya tenido una organización en
Chile. Ello fue —y lo fue precisamente porque el MIR disponía de una visión
estratégica y táctica que le imponía ese estilo de desarrollo orgánico— lo que
permitió al Partido constituirse desde el 11 de septiembre en el alma de la
Resistencia Popular, impulsar en ella las formas orgánicas y los métodos de
lucha adecuados para el periodo y lograr —hecho único en América Latina— que,
bajo una dictadura gorila, el movimiento de masas pudiera no sólo reorganizarse
sino avanzar en materia de conciencia. Para aquellos sectores sometidos a la
influencia del MIR, sectores que son cada vez más amplios y decisivos para la
lucha revolucionaria, esa conciencia apunta sin vacilaciones hacia el objetivo
que inspira todo movimiento de masas vanguardizado por una clase obrera
consciente: la revolución proletaria y socialista.
La obra de Miguel
Enríquez
Se
entiende, por lo tanto, la satisfacción de la represión gorila. Se entiende
también que, a través de comunicados sucesivos, en que anuncia asilos en masa
de militantes del MIR, trate de sacar provecho de esa victoria inesperada y
desarmar con ello al Partido.
Lo
que no entiende, lo que no sabe la dictadura gorila, es que la obra de Miguel
Enríquez ha avanzado mucho más que lo que ella supone. Lo que ignoran los
gorilas es que Miguel Enríquez y sus camaradas han logrado construir realmente
el Partido que querían y que un partido de esa naturaleza no sólo resiste a los
golpes que sufre, sino que saca de ellos más fuerza y disposición de lucha.
Esto es particularmente. válido en el caso de la muerte de Miguel Enríquez, de
esa muerte que era la única digna de él: la que se logra peleando, con las
armas en la mano, contra los opresores del pueblo.
Es
justamente porque era el líder máximo e indiscutido del Partido que su muerte
representa para éste un nuevo factor de fortalecimiento y de desarrollo.
Desaparecido aquel que encarnaba a los ojos de cada militante el Partido mismo,
que era su representación visible y palpable, la militancia del MIR se ve
forzada a dar un paso adelante y asirse al Partido en tanto que tal, a su
disciplina, a su estrategia y táctica, a su papel como vanguardia obrera
revolucionaria.
Y
no le es difícil dar ese paso. Porque, más allá de todos sus méritos: su
inteligencia y valentía, su dedicación incansable a la causa de la revolución
proletaria, su visión internacionalista que lo convirtió en el gran impulsor de
la Junta de Coordinación Revolucionaria del Cono Sur, más allá de su calidad
humana que hacía de él un dirigente pero también un verdadero compañero, más
allá de todo esto, el mérito mayor de Miguel Enríquez es el de dejar tras de sí
un partido. Es decir, cuadros dirigentes capaces de sucederle, cuadros medios y
de base templados en la ideología proletaria y en la práctica revolucionaria de
todos los días, una imagen de aciertos tácticos y estratégicos a los ojos de
las masas, un ejemplo de lucha que encuentra la más plena expresión en su
propia muerte.
¡Hasta la Victoria
Siempre!
El
MIR de Miguel Enríquez, el partido revolucionario del proletariado que él supo
crear, es hoy una realidad que va más allá de sí mismo, es un instrumento de
lucha —el instrumento de lucha— al cual no renunciará la clase obrera y el
pueblo de Chile.
Los
gorilas que se han adueñado del poder, el gran capital nacional y extranjero a
quien ellos sirven, no tienen en realidad ningún motivo para cantar victoria.
Todo lo contrario, han obligado al MIR a dar sin paso adelante, lo han forzado
a cerrar filas en torno a su ideal de Partido y a unirse aún más a las clases
explotadas, las mismas que, con el estandarte de guerra que les ha legado
Miguel Enríquez, tal como lo hizo el Che, los derribarán del poder, liquidarán
pieza por pieza el sistema que ellos han implantado, sobre la base de la
superexplotación de los trabajadores y del estrujamiento del consumidor, para
construir sobre sus ruinas la democracia proletaria por la cual luchó y murió
Miguel Enríquez.
¡LA
RESISTENCIA POPULAR VENCERA!
Miguel
Enríquez
Secretario General del
MIR
(*) Correo de
la Resistencia, órgano del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile en
el exterior, número 3-4, septiembre-octubre de 1974.
_________________________________________
JUNTA DE COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA:
ORÍGENES Y PERSPECTIVAS
Febrero de 1975 (*)
Importantes
experiencias iniciadas con una gran victoria: la revolución cubana, y jalonadas
por dolorosas derrotas, vivió la vanguardia revolucionaria latinoamericana en
la década del '60. Nuestros pueblos, vigorizados por el formidable éxito del
heroico pueblo cubano, iniciaron un proceso, general de auge antiimperialista y
revolucionario en busca de una solución definitiva para la crítica situación
económico-social, producto de la explotación imperialista. Heroicas vanguardias
no vacilaron en colocarse a la cabeza de esas luchas, no vacilaron en
sobrepasar las estériles concepciones reformistas, y se lanzaron decididamente
por el camino de la lucha armada. Pero nuestra juventud e inmadurez, graves
déficit ideológicos y clasistas, impidieron a esa vanguardia combatiente
encontrar el sendero de la guerra revolucionaria. Así, extraviados en la
maraña, no supimos dirigir correctamente a nuestros pueblos en la difícil tarea
revolucionaria. Pero no nos desanimamos. Los supervivientes de esas luchas y,
principalmente, las nuevas camadas de revolucionarios que acudieron a nuestras
trincheras afirmaron su determinación a combatir y vencer, galvanizados por el
ejemplo heroico de los precursores principalmente por la gloriosa epopeya del
comandante Guevara, reflexionaron autocríticamente sobre las experiencias, y
tomaron con avidez y seriedad el estudio de la experiencia del proletariado
internacional. Así se abrió el pensamiento revolucionario latinoamericano para
que se Filtrara a raudales la límpida luz marxista leninista, portada
principalmente por los textos de Lenin y de los revolucionarios vietnamitas.
De
esa manera, la continuidad del despertar revolucionario de la década del '60
cobra nuevo ímpetu y perspectivas con la maduración de su vanguardia, en el
marco de una situación económico-social extremadamente crítica para el
imperialismo, que sostiene sólidamente los avances revolucionarios.
Tal
es el marco en que nace la Junta de Coordinación Revolucionaria. A 1968 se
remontan los antecedentes de la colaboración mutua entre las cuatro
organizaciones que hoy integran la Junta de Coordinación Revolucionaria. Hasta
noviembre de 1972, que como veremos es la fecha en que comienza a concretarse
la idea de una coordinación orgánica permanente, se producen numerosos
contactos bilaterales entre el ELN, el MIR, el NILN(T) y el PRT-ERP- Recordamos
entre ellos la reunión entre un miembro de la dirección nacional del PRT y el
Inti Peredo, en 1969 en La Paz, la serie de reuniones entre un delegado del
NILN y Chato Peredo, en 1970 en La Paz, varios contactos entre compañeros del
MLN y del PRT-ERP en Buenos Aires y Montevideo en 1971 y 1972, varias reuniones
entre dirigentes del MIR y del PRT en Santiago de Chile desde Julio de 1971 en
adelante, etc.
Estos
contactos, de los que surgen actividades de colaboración, permiten iniciar un
conocimiento mutuo, que al tiempo que significan un valioso intercambio de
experiencias, constituyen los primeros lazos entre organizaciones
revolucionarias que libran una lucha similar en cuatro países sudamericanos.
NOVIEMBRE DE 1972
Los
primeros días de noviembre de 1972, se realiza en Santiago de Chile una reunión
trascendental. Participa la Comisión Política del MIR en Pleno, tres miembros
de la dirección nacional del MLN (T) y tres miembros del Buró Político del
PRT. Inicia la sesión Miguel Enríquez, Secretario General del MIR, y expone
lúcidamente la necesidad de una nueva organización internacionalista a partir
de nuestras tres organizaciones. Un "pequeño Zimmerwald" llama
Enríquez a la organización que propone construir, en referencia inequívoca al
antecedente leninista de 1915. Unir a la vanguardia revolucionaria que ha
emprendido con decisión el camino de la lucha armada contra la dominación
imperialista, por la implantación del socialismo, es un imperativo de la hora.
Para abrir a los pueblos latinoamericanos el camino de la victoria en la senda
emprendida por la gloriosa Revolución Cubana, frente a un enemigo bárbaro, el
imperialismo yanqui, y ante la actividad diversionista del populismo y del
reformismo. Miguel Enríquez argumenta con claridad examinando sintéticamente la
situación latinoamericana y mundial, análisis que refuerza la urgente necesidad
de coordinar las luchas revolucionarias en el cono sur de América Latina a
partir de la influencia adquirida por la lucha de las tres organizaciones.
La
propuesta de Miguel Enríquez es aceptada unánimemente sin observaciones y en
pocos minutos se pasa a discutir los pasos prácticos para concretar el objetivo
propuesto. Así, son adoptadas un conjunto de resoluciones (preparación de un
proyecto de declaración conjunta, preparación de un proyecto para la edición de
una revista política, organización de escuelas de cuadros conjuntas, proyectos
de funcionamiento, formas de funcionamiento orgánico, etc.) que abren una nueva
y más profunda etapa de colaboración, durante la cual se consolidan lazos, se
avanza en el conocimiento mutuo.
INCORPORACIÓN DEL ELN
Ya
en la reunión de noviembre se informó de conversaciones sostenidas por
dirigentes Tupamaros con dirigentes del ELN en las que se habló de la
posibilidad de que el ELN participara en el proyecto del "pequeño
Zimmerwad". Posteriormente, en conocimiento de las resoluciones de
noviembre, el ELN planteó formalmente su total coincidencia y su voluntad de
incorporarse a ese esfuerzo Internacionalista.
A
lo largo de 1973 se consolidaron los vínculos existentes, se organizó una
Escuela Internacional de Cuadros con la asistencia de compañeros de las cuatro
organizaciones y otras actividades comunes. Pero la crítica situación de Chile
absorbió todos los esfuerzos del MIR, en esos momentos la organización en
mejores condiciones para centralizar, por lo que recién se concretó la
constitución del organismo conjunto acordado a fines de ese año, llegándose a
un funcionamiento sistemático con una práctica de reuniones semanales y la
integración de distintos equipos de tareas comunes.
NACE LA JUNTA DE
COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA
A
principios de 1974 se prepara un proyecto de declaración conjunta que sirviera
de lanzamiento público a la nueva organización internacionalista del Cono Sur
Latinoamericano. Ella fue discutida por las cuatro organizaciones y aprobada
con aportes y modificaciones. Se hizo conocer a Latinoamérica y al mundo en el
año 1974 oficializándose así la existencia de la Junta de Coordinación
Revolucionaria.
Esta
importante declaración fue traducida a varios idiomas y circuló profusamente.
Fue reproducida por distintas revistas de izquierda en Argentina, Francia,
Italia, EE.UU., Suecia y RFA. En ella se define claramente el carácter y los
objetivos de la JCR al señalar que "nos une la comprensión de que no hay
otra estrategia viable en América Latina que la estrategia de la guerra
revolucionaria. Que esa guerra revolucionaria es un completo proceso de luchas
de masas, armado y no armado, pacífico y violento, donde todas las formas de
luchas se desarrollan armónicamente convergiendo en torno al eje de la lucha
armada. Que para el desarrollo victorioso de todo el proceso de guerra
revolucionaria es necesario movilizar a todo el pueblo bajo la dirección del
proletariado revolucionario. Que la dirección proletaria de la guerra
revolucionaria se ejercita por un partido de combate marxista-leninista, de
carácter proletario, capaz de centralizar y dirigir, uniendo en un solo y
potente haz todos los aspectos de la lucha popular, garantizando una dirección
estratégica justa... que bajo la dirección del partido proletario es necesario
estructurar un poderoso ejército Popular... Que es necesario construir asimismo
un poderoso frente obrero y Popular de masas que movilice a todo el pueblo
progresista y revolucionario... a las más amplias masas cuya lucha corre
paralela, convergiendo a cada momento y estratégicamente con el accionar
militar del Ejército Popular y el accionar político clandestino del partido
proletario". "Este importante paso es la concepción de Una de las
principales ideas estratégicas del Comandante Che Guevara, héroe, símbolo Y
precursor de la revolución socialista continental". Desde ese momento el
funcionamiento orgánico de la JCR no ha dejado de consolidarse y poco a poco
comienza a hacerse presente en los acontecimientos internacionales.
PERSPECTIVAS
La
unidad internacionalista de la vanguardia latinoamericana, razón de ser de la
JCR, es un elemento estratégico de la lucha liberacionista de los pueblos de
nuestro continente, que con la agudización del proceso revolucionario cobrará
más y más importancia. Así lo ven distintas organizaciones hermanas del Perú,
Venezuela, Guatemala, Brasil, Paraguay, México, Colombia, Nicaragua, Santo
Domingo y El Salvador, con las que hemos establecido relaciones con propósitos
unitarios.
El
poderoso auge popular que acompañará en los próximos años la crisis mundial del
capitalismo favorecerá el desarrollo de la JCR y su lucha internacionalista y
la encontrará en las primeras filas del combate revolucionario, siguiendo con
honor el luminoso ejemplo guevarista.
Declaración constitutiva de la JCR
(*) Revista de
la Junta de Coordinación Revolucionaria
__________________________
EL AVANCE DE LA RESISTENCIA EN CHILE
EXIGE EL TRABAJO DE LA RETAGUARDIA
Comunicado
(*)
El
año 1977, principalmente su trimestre último, cambia el rostro de la sociedad
chilena. El movimiento de masas y la Resistencia Popular emergen con fuerza
autónoma a la escena política chilena. La lucha ya no está restringida al
debate, a la pugna entre las distintas fracciones burguesas, por ubicarse en
las posiciones privilegiadas en la explotación y obtención de beneficios en la
nueva economía y en el control del nuevo estado monopólico. Los trabajadores y
el pueblo, con las banderas del lenguaje de la Resistencia Popular, resurgen
como fuerza independiente en la lucha contra la dictadura y por la democracia
política.
El
reflujo quedó atrás. Comienza un nuevo flujo, lento todavía, pero que demuestra
la capacidad de la lucha y las potencialidades de la Resistencia y la
revolución chilena.
Comienza un nuevo
flujo
Los
trabajadores chilenos vivieron un largo período de reflujo, que siguió a la
derrota de septiembre del 73. Sin embargo el movimiento de masas supo mantener
siempre un nivel de actividad de resistencia, aún en los momentos más
difíciles, la contrarrevolución jamás pudo aplastar plenamente a las masas y la
Resistencia.
El
segundo semestre del 77 y, principalmente el último trimestre del año marcaron
un punto de inflexión y señalan un cambio cualitativo en el comportamiento del
movimiento de masas y la lucha de Resistencia. En efecto, es a partir de esa
fecha cuando, en forma más o menos generalizada, se produce el choque del
movimiento sindical y de masas con la envoltura, y los límites legales y
semilegales y el liderazgo en que, hasta ese momento, se desenvolvía la lucha.
Ese
proceso se fue reflejando en los años anteriores, en el desprestigio de las
direcciones amarillas del aparato sindical de la dictadura y, en los meses
precedentes, en la creciente impotencia de los dirigentes sindicales ligados al
PDC y la oposición burguesa. La fuerza de la protesta obrera fue sobrepasando
los cauces tradicionales de la acción reivindicativa y de la lucha gremial,
haciendo emerger nuevas formas de organización y lucha y un nuevo liderazgo
desde las entrañas mismas de la Resistencia. Así lo muestra, sobre todo, la
huelga del Teniente la gran minería del cobre, pero también las luchas del
hierro, el carbón, la CAP, los portuarios, la industria de alimentos, las
organizaciones campesinas.
En
efecto, los obreros de vanguardia y avanzados, que conforman en Chile una capa
muy extensa y de antigua arraigada filiación izquierdista, han comenzado a
tomar el relevo en la dirección de la lucha sindical clandestina y abierta, por
donde se vierten la Resistencia Popular. Del mismo modo el sabotaje —a través
del trabajo lento, trabajo a desgano, trabajo mal realizado, trabajo a
tristeza, como lo denomina también la resistencia argentina— ha ganado fuerza
al tiempo que el sabotaje mayor ha dado pruebas de mayoría de edad, con la quema
en dos ocasiones de las bodegas de La Papelera, en la que se almacenaba papel
corrugado para la exportación, con las voladuras por medio de cargas de
dinamita de las vías férreas que unen Santiago-Valparaiso y Santiago-San
Antonio, en horas en que el FFCC transporta fruta, productos hortícolas, vinos
para la exportación, que el pueblo no puede consumir, y con el incendio del
frigorífico de Valparaiso, que sirve de centro de abastecimiento de productos
agrícolas y alimenticios destinados al mercado externo.
Por
otra parte, las formas primarias de la propaganda armada continúan
desarrollándose, llegando a tomar en los últimos meses un carácter más amplio,
tanto por la vía de colocación de bombas de hostigamiento y bombas de
propaganda, como por la intensificación de las acciones de guerra sicológica;
el desarme de policías para proveerse de armamento; pequeñas expropiaciones de
centros de abastecimiento y algunas acciones de reparto de alimentos en barrios
populares.
Estas
acciones de propaganda armada, inscritas en el proceso de recuperación de las
luchas obreras y populares, de inicio de un nuevo flujo de la actividad de las
masas, golpean personeros de la dictadura, instituciones del aparato estatal, y
el sector formado por altos mandos de las FFAA y agentes y representantes del
capital monopolista, señalando claramente a los enemigos del pueblo, mostrando
la vulnerabilidad de la represión, de las FFAA, sus aparatos y maquinarias de
represión. Al mismo tiempo, estas acciones van acrecentando la fuerza de la
Resistencia que se muestra cada vez más capaz de actuar en el terreno político
y en el campo de la lucha militar, mediante la propaganda armada.
La
resistencia clandestina se amplía, la organización de sectores significativos
de las masas en Comités de Resistencia, Centros de Fábricas, Grupos de
Resistencia crece y se extiende. La dictadura y sus aparatos de represión no se
enfrentan ya sólo a las organizaciones del Partido, sino a un auténtico
movimiento de resistencia popular.
Este
nuevo ascenso de las luchas obreras y populares en Chile, este fortalecimiento
de la actividad del movimiento de masas, genera inmejorables condiciones para
levantar y desarrollar una alternativa propia de lucha por la democracia
política y por el derrocamiento de la dictadura, apoyándose en el movimiento
real de la actividad y la iniciativa de las masas.
La
institucionalización de la contrarrevolución
El
capital monopolista criollo y el imperialismo, para afianzar su dominación
impulsan hoy la institucionalización del régimen de excepción, en el camino de
la institucionalización, legalización y legitimación del nuevo estado
monopólico que se esfuerzan en estructurar y consolidar. El tránsito hacia la
consolidación de un nuevo modelo de acumulación y del nuevo estado monopólico y
de la contrainsurgencia genera, al interior de las clases dominantes, y
principalmente de los grupos monopólicos, una lucha por ocupar las posiciones
más ventajosas en el aparato productivo (ramas más rentables) y por lograr el
control del aparato estatal. En ese contexto es donde hay que analizar las
pugnas interburguesas.
El
proceso de institucionalización, que implica la creación de un consenso mínimo
entre las fracciones burguesas y el propio imperialismo, así como el marco
permitido para la lucha interburguesa, conlleva de forma natural una cierta
limitación de las iniciativas de Pinochet y de su poder omnímodo. La
institucionalización implica dialécticamente, el debilitamiento de Pinochet y
el fortalecimiento de la contrarrevolución. Sin lugar a dudas, el “ideal”
burgués, tanto desde el punto de vista interno como internacional, sería llevar
adelante la fase de institucionalización sin la figura del desprestigiado y
odiado dictador. Pero ello no es posible. Y ha sido el propio Pinochet quien se
ha encargado de recordárselo a los miembros de la Junta y a la alta oficialidad
de las FFAA, al capital monopolista, a la oposición burguesa y al Departamento
de Estado norteamericano. Tal es la lógica interna del plebiscito, que,
mascarada y todo, ha mostrado la hegemonía indiscutida de Pinochet en la Junta,
la subordinación y hasta el aplauso del grueso del capital monopolista, y la
impotencia de la oposición burguesa, al menos en la arena de la política
doméstica.
Pero,
ahora, Pinochet sabe que cederá el poder político a mediano plazo, y que su
tiempo de duración política depende de su habilidad para conducir, desde
arriba, el proceso de institucionalización. Después del plebiscito, Pinochet se
abrirá a un nivel de mayores concesiones en el terreno de la institucionalización,
aunque manteniendo en lo esencial el control de la situación y fijando con mano
militar el marco y los límites permitidos al juego interburgués. Lo que
podríamos denominar el ala centro izquierda de la contrarrevolución: el freísmo
DC es hoy golpeado y reprimido sin contemplaciones.
La oposición
burguesa y el papel del freísmo
La
lucha interburguesa, hoy en Chile, se libra al interior de la
contrarrevolución; es una disputa entre los propios grupos monopólicos, que
pugnan por someter la economía y el Estado a sus intereses. Hay que comprender
que, en esta lucha, algunas fracciones del capital monopolista buscan su punto
de apoyo directa y exclusivamente en los militares, mientras otros tratan de
desarrollar un esquema que implica apoyarse también en un movimiento
policlasista, reclutar adeptos entre la pequeña burguesía y sectores populares.
En
este contexto, el freísmo DC se presenta y funciona como aparato político, como
partido político del gran capital, esforzándose por reganar la confianza de
éste, del Departamento de Estado, y al mismo tiempo, lograr apoyo popular.
Buscar la alianza hoy con el freísmo para derrocar a la dictadura es no
entender nada de lo que pasa en Chile, es en definitiva pretender aliarse con
un ala de la contrarrevolución para llevar al cabo la lucha en contra de ésta.
Pero,
en el seno del PDC, partido pluriclasista, se produce una vez más, como entre
septiembre de 1973 y marzo de 1974, un desplazamiento hacia la izquierda de la
pequeña burguesía democrática y su base popular. Esta situación crea
condiciones objetivas favorables para arrastrar a amplios sectores del PDC al
campo de la Resistencia Popular y evitar el reforzamiento de la oposición
burguesa freísta.
Una alternativa
democrática independiente
En
la fase que dure el proceso de institucionalización, en tanto que transición
hacia el nuevo estado monopólico, se abre un período favorable a una
acumulación de fuerzas más rápida, por parte de la clase obrera, el pueblo y la
Resistencia Popular. El movimiento de resistencia popular se perfila, hoy, como
la única alternativa real para las masas, frente a las disputas de los grupos
monopólicos por ocupar posiciones privilegiadas en el control y usufructo de la
economía y el Estado. La elaboración e implementación, a partir de la propia
experiencia de estos cuatro años de lucha, de una táctica correcta en la lucha
democrática independiente, es tarea urgente de la izquierda y la Resistencia.
Sólo
la unidad de la izquierda y la acción común con el PDC, deslindando aguas con
el freísmo y las alternativas del capital monopólico pueden contribuir a forjar
más rápidamente esta alternativa política autónoma. Estamos seguros que a este
proceso contribuirá poderosamente el fortalecimiento de la actividad del MIR en
Chile, la convergencia de las fuerzas revolucionarias, principalmente MAPU, PS ©
y MIR, y la unidad por la base que crece y se extiende entre los militantes del
MIR, PC, PS, MAPU, PS ©, IC, MOC, PR, DC e independientes.
Homenaje a los
combatientes caídos
En
el curso de los últimos meses, y en respuesta a la potente recuperación del
movimiento de masas, el rápido crecimiento de la actividad de los partidos de
izquierda, principalmente del MIR, y el desbordamiento del marco permitido al
juego interburgués, por la oposición burguesa democratacristiana, la dictadura
lanzó una feroz ofensiva, orientada a atemorizar a las masas y desarticular los
niveles de organización y lucha alcanzados por la resistencia y los partidos.
Del mismo modo, se buscaba fijar el límite permitido a la pugna interburguesa.
En
esta escalada represiva, ha encontrado la muerte en combate un contingente
destacado de cuadros, dirigentes y combatientes del MIR y la Resistencia.
Germán
Cortés, miembro del CC y de la Comisión Política del MIR, constructor
infatigable del partido en la clandestinidad, organizador de la resistencia,
propagandista, impulsor de la lucha legal, semilegal y clandestina, jefe de
acciones de propaganda armada, muerto en combate en las calles de Santiago.
Augusto Carmona miembro del CC del MIR y del Secretariado Interior, dirigente
clandestino del Partido y la Resistencia, periodista revolucionario, hábil
organizador del partido en la clandestinidad, paciente forjador de cuadros.
Enrique
López, militante destacado del MIR, propuesto a suplente del CC del partido,
combatiente internacionalista español, dirigente cristiano de la Resistencia
Popular, organizador y constructor del partido en Santiago y Valparaíso, que
murió defendiendo con las armas en la mano la libertad para seguir luchando.
Juan
Ramón Ramírez y Nelson Espejo, militantes del MIR, luchadores de la
Resistencia, que murieron al detonar un artefacto explosivo, que preparaban
para golpear a la dictadura y a los grupos monopólicos. Gabriel Rivera,
militante del MIR caído en combate, mientras cubría la retirada de sus
camaradas de lucha al ser cercados por las fuerzas represivas.
El
MIR chileno levanta sus banderas y cierra su puño de combate, para rendir
homenaje a los camaradas caídos en los recientes combates de la Resistencia.
En
las nuevas condiciones de lucha que se han abierto en Chile, se hace preciso
que nuestro Partido, el conjunto de la izquierda y la colonia chilena que están
en el exilio, ubicadas en los territorios de la retaguardia, hagamos un esfuerzo
más consistente para apoyar la lucha que se libra en el frente.
Desde
ya, resulta importante fortalecer la retaguardia estratégica, todo ese sistema
de alianzas y apoyo a la Resistencia y lucha del pueblo chileno, que se ha
venido forjando en estos años, en el campo internacional.
Redoblar
la lucha por la condena internacional a la Junta, por el boicot diplomático,
comercial, militar, continúa siendo una tarea importante.
Reforzar
y ampliar, coordinando frente y retaguardia, la lucha por la amnistía general,
por la libertad de todos los presos políticos y desaparecidos, es la tarea de
primer orden.
Pero,
más allá de eso, los militantes de la izquierda y del MIR en el exterior deben
trabajar seriamente por volver a luchar al frente, para que contingentes cada
vez más numerosos de cuadros de retaguardia engrosen las filas de los
combatientes del frente.
El
apoyo financiero y material deberá reforzarse considerablemente, producto de
las exigencias actuales y futuras de la lucha. En este terreno, la retaguardia
no brinda todavía el apoyo suficiente y adecuado a las necesidades de la
Resistencia en el frente.
La
propaganda de apoyo al frente, consistente en el rebote y reenvío de la
propaganda que se edita y circula en Chile, utilizando la vía postal, plantea
hoy la necesidad de su masificación.
En
fin, el año 1978 ofrece mejores perspectivas a la lucha de resistencia en Chile
y nos obliga a mejorar en cantidad y calidad, el trabajo de apoyo al frente,
desde la retaguardia.
(*) Correo de
la Resistencia, Nº 17. Órgano del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de
Chile en el Exterior. Enero-febrero de 1978
_________________________________________
LA GUERRILLA DE NELTUME
DECLARACION DEL MIR SOBRE NELTUME
El Rebelde, Nº 180, Noviembre de 1981
1.
La Dirección Nacional de Comunicación Social y otros medios de información de
la dictadura han estado informando de combates contra fuerzas guerrilleras
sostenidos en la zona de Neltume y, a consecuencia de ello, de la muerte de
siete camaradas de nuestro partido.
2.
El pueblo de Chile conoce que, en la perspectiva de lograr el derrocamiento de
la dictadura nuestro partido junto con incorporarse firme y consecuentemente a
todas las formas que asume la lucha ofensiva y directa de las masas populares,
ha encabezado la Resistencia Armada del pueblo en las principales ciudades del
país. En el necesario proceso de extensión de la Resistencia, el MIR ha
emprendido responsablemente las tareas políticas y organizativas para extender
la resistencia armada y de masas a las zonas rurales de nuestro país.
3.
A las tareas preparatorias para extender la lucha guerrillera de la ciudad al
campo han sido destacados valiosos hijos de nuestro pueblo, muchos de ellos
campesinos de la propia zona, militantes de nuestro partido, quienes la
desarrollan con especial dedicación y espíritu de sacrificio y una fe
inquebrantable en la Victoria. Muchos de ellos reingresados clandestinamente al
frente para vivir y luchar en su patria, derecho que ningún dictador podía
impedirles ejercitar.
4.
Ninguna de las dictaduras latinoamericanas podrá ser derrotada sino se le
enfrenta un pueblo organizado social, política y militarmente. Ninguna
dictadura podrá ser derrotada si el pueblo, junto a la lucha política, no
desarrolla sus propias fuerzas militares. Ninguna democracia real podrá ser
construida sino se apoya en un ejército de trabajadores armados. En este marco,
el desarrollo de la guerrilla rural es un punto insoslayable de cualquier
estrategia de victoria. Ni éste ni otros reveses podrán cuestionar la validez
de estos principios de la lucha de liberación, ni nuestra decisión de llevar
los a la práctica.
5.
No ignora ningún trabajador, no ignora el campesino Mapuche, el obrero
maderero, los trabajadores del campo y las ciudades, que han sido ferozmente
reprimidos por los esbirros pinochetistas en la gigantesca operación represiva
que el dictador ha organizado, que los que allí cayeron y los que siguen
luchando, defienden sus derechos y su dignidad mil veces atropellada. Los que
cayeron lo hicieron defendiendo el derecho del pueblo Mapuche a sus tierras
usurpadas, el derecho al trabajo y a un salario digno de los obreros madereros
y el de todos los hombres y mujeres de nuestra patria, atropellados y
avasallados por los sirvientes del capital monopólico y del imperialismo.
En
el duro precio de la libertad. Es el costo que se asume al pasar del anhelo a
la acción, de la voluntad a la realidad. El pueblo de Chile, los militantes del
MIR y su dirección rinden un emocionado y combativo homenaje a nuestros
queridos camaradas que cayeron en esta jornada. Heroicos compañeros, símbolo de
una nueva generación de combatientes chilenos que, cotidianamente, enfrentan al
enemigo en la patria, y de los que, venciendo todas las dificultades, abandonan
el exilio para reincorporarse a los lugares de vanguardia de esta lucha.
Gloria
a quienes permanecerán indeleblemente en el recuerdo del pueblo chileno y de
cada militante del MIR, compañeros:
MIGUEL CABRERA FERNANDEZ
(PAINE),
MIEMBRO DEL COMITE CENTRAL, 16/10/81.
PEDRO JUAN YAÑEZ
PALACIOS (JORGE),
MILITANTE, 17/09/81.
JULIO CESAR RIFFO
FIGUEROA (RIGO),
MILITANTE, 21/09/81.
PROSPERO DEL CARMEN
GUZMAN SOTO (VICTOR),
MILITANTE, 20/09/81.
PATRICIO ALEJANDRO
CALFUQUIR HERNANDEZ (PEDRO), MILITANTE, 20/09/81.
RAUL RODRIGO OBREGON
TORRES (PABLO),
MILITANTE, 13/09/81.
JOSE EULOGIO MONSALVE
SANDOVAL (CAMILO),
MILITANTE, 20/09/81.
RENE EDUARDO BRAVO
AGUILERA (JAVIER),
MILITANTE, 21/09/81.
¡Hasta La victoria Siempre!
Septiembre
1981
Comisión
Política MIR
_______________________
Coordinadora x 52 años del MIR - Chile
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