“El MIR rechaza la teoría de la ‘vía
pacífica’ porque desarma políticamente al proletariado y por resultar
inaplicable, ya que la propia burguesía es la que resistirá, incluso con la
dictadura totalitaria y la guerra civil, antes de entregar pacíficamente el
poder.”
Declaración de Principios
del MIR, 15/8/1965
El
pasado 15 de agosto se cumplieron 52 años desde que un puñado de viejos y
nuevos luchadores, en un local sindical de calle San Francisco, en Santiago,
diera vida al proyecto revolucionario más importante de la historia reciente
del movimiento popular chileno. En 52 años, muchos hechos, sus interacciones y
devenires, han estremecido su Declaración de Principios y su Programa; qué duda
cabe. Pero, como persisten las condiciones político-sociales que llevaron a su
creación, podemos decir que aquellos Principios y ese Programa siguen vigentes,
ya que siguen siendo respuestas válidas ante la opresión, la injusticia y la
discriminación actuales
La Presente comparativa considera los aportes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR en estos 52 años de
historia y la realidad presente.
1.-
Hace 52 años: el MIR fue claro en
señalar que nacía para constituirse en la vanguardia marxista de la clase
obrera y las demás capas oprimidas, heredero de las luchas y tradiciones
revolucionarias: Recabarren, Bilbao, Lautaro, etc. El MIR rompe con los
partidos de la izquierda tradicional y sus prácticas políticas. Además, se
declara independiente político-ideológicamente de los focos del socialismo
históricamente construido por entonces: URSS y China.
Hoy: se requiere de la
construcción de una fuerza de ese tipo, con la denominación que se quiera, pero
teniendo un carácter de clase, de la clase de los trabajadores, los explotados y
los discriminados. Una organización de la izquierda revolucionaria que
nuevamente rompa con la izquierda reformista, la que ha claudicado en toda la
línea (PC-PS-PPD-PRSD). Una vanguardia, la cual, hoy por hoy, debe hacerse
continuadora de la lucha de todo@s l@s mencionados, pero que debe recoger
también el ejemplo de tod@s aquell@s que resistieron a la Dictadura
Cívico-Militar desde el mismo golpe. Urge reformular un análisis cabal y
científico de nuestra realidad económico-social, de la esfera de lo político e
impulsar con fuerza el debate y la discusión ideológica más extensos posibles, a
fin de dar atajo a las deformaciones de nuestros enemigos y de los reformistas
acerca de la lucha revolucionaria y para difundir las ideas sobre el cambio
social y el socialismo;
2.-
52 años: el MIR es enfático en
afirmar que su finalidad es contribuir al derrocamiento del sistema capitalista
y reemplazarlo por un gobierno de trabajadores y campesinos, dirigido por los
órganos del Poder Popular, construyendo el socialismo y extinguiendo el Estado
hasta llegar a la sociedad sin clases. El MIR no habla de etapas dentro de esa
lucha por el poder para las clases oprimidas y explotadas
Hoy: carecemos, por
ahora, de las fuerzas orgánicas articuladas al interior del Movimiento Popular
(MP), las que cuenten con el nivel de decisión y convencimiento señalado respecto
a las tareas por la liberación nacional y social, que desarrollen una
estrategia de lucha conducente a derrocar el sistema capitalista de dominación
y conquistar el poder, que desplieguen los esfuerzos para que en el seno del MP
se vayan construyendo desde ya los gérmenes del contrapoder de los explotados,
prefigurando la sociedad socialista a la que aspiramos. Asimismo, sigue vigente
el hecho que serán los pueblos y los trabajadores de Chile, en un proceso
revolucionario ininterrumpido, los que cumplan con esas tareas;
3.-
52 años: EL MIR declara que la
destrucción del capitalismo implica un enfrentamiento revolucionario de las
clases antagónicas.
Hoy: pululan los
movimientos ‘asambleístas’, ‘ciudadanistas’, ‘constituyentes’, ‘electoreros’, ‘por
una economía moral’, por lo que sea, que sólo aspiran a reformar el capitalismo
y escamotean el enfrentamiento de clases, al nivel de las relaciones sociales
(o sea, hombre-hombre) por uno del hombre con las cosas. Es decir, se requiere
retomar el concepto de la inevitabilidad del enfrentamiento de las clases antagónicas,
y la consiguiente preparación frente a ello, para resolver la cuestión del
poder;
4.-
52 años: El MIR fundamenta su
accionar en el hecho histórico de la lucha de clases y rechaza categóricamente
toda estrategia tendiente a amortiguar ésta lucha. No existe una fracción de la
gran burguesía que tenga un carácter ‘nacional’ o ‘progresista’, posible aliada
del pueblo y los trabajadores.
Hoy: como decíamos
antes, se extienden movimientos reformadores del capitalismo y del sistema de
dominación, cuando de lo que se requiere es de alentar el enfrentamiento en
todos los aspectos de la lucha de clases: social, político, ideológico,
cultural, material. La organización revolucionaria debe insertarse profunda y
extensamente en los sectores más avanzados y conscientes del MP y de los
frentes sociales: estudiantes, trabajadores urbanos y rurales, pobladores, y
desde allí agitar su programa y estrategia e impulsar las acciones y la
organización más radicales;
5.-
Hace 52 años: El MIR reconocía al
proletariado como la clase de vanguardia revolucionaria, la que debía ganar
para su causa a todos los demás sectores explotados y empobrecidos.
Hoy: ese sujeto está desorganizado,
confundido, atemorizado, esclavizado por las deudas. Aun así, él sigue siendo
el portador de la nueva sociedad y un actor social estratégico en la lucha por
su liberación si consideramos su rol fundamental en la producción. Por ello,
sigue siendo vigente que todos los esfuerzos orgánicos, políticos e ideológicos
de los revolucionarios deben orientarse a revertir tales desfavorables
condiciones, fortaleciendo el papel de los trabajadores como transformadores de
su propia realidad en cuanto sujeto social. La inserción entre los trabajadores
urbanos y rurales, sigue siendo de una trascendental importancia;
6.-
Hace 52 años: El MIR tenía claro que
el capitalismo, en su fase superior del imperialismo, ofrecía sólo dictaduras y
guerras para resolver la lucha cada vez más extendida entre los de ‘arriba’ y
los de ‘abajo’, ocultando en ciertos períodos su opresión bajo el manto de la
dictadura democrática.
Hoy: Siguiendo ese
predicamento, se hace de vital necesidad exponer a las mayorías nacionales,
mediante la lucha político-ideológica, la esencia dictatorial de esta falsa
democracia, la que ni siquiera, en rigor, se corresponde a una de tipo liberal,
pues ha relativizado todos los derechos y libertades que se aseguraban antes
del Golpe. Sigue siendo vigente, más que hace 52 años, que en el régimen
capitalista la producción es social, pero la apropiación es individual;
7.-
Hace 52 años: el MIR tenía por
cierto que las luchas sociales eran nacionales, pero al mismo tiempo mundiales.
No obstante, en lo que constituye una diferencia radical con lo que acontece en
la actualidad, el imperialismo enfrentaba un período desfavorable. No caben las
posibilidades para el Socialismo en un solo país y la competencia económica
tras una política de ‘coexistencia pacífica’.
Hoy: las luchas
sociales populares se han ido atomizando, haciéndose muy locales y separadas de
las otras de los siguientes niveles (provinciales, regionales y más aún de las nacionales),
así como circunscritas a unos pocos sectores o frentes sociales. Aún no se
logran coordinar efectivas luchas antiimperialistas al nivel internacional. En
estos tiempos, el imperialismo está en una posición hegemónica; ha logrado
mundializar y transnacionalizar el capital financiero. Por ende, debemos ser
humildes, llevando el sentido de las luchas desde lo simple a lo complejo; de
las demandas inmediatas a las más políticas, politizando todas las luchas economicistas;
de lo local a lo nacional y de ahí a lo internacional. No obstante, la misma
transnacionalización nos ayuda para extender la lucha, pues todas las partes del
sistema capitalista mundial han sido interrelacionadas a un grado extremo por
los propios sectores dominantes mundiales;
8.-
Hace 52 años: las revoluciones
libradas por los movimientos populares por la liberación nacional y la reforma
agraria (las llamadas ‘tareas democráticas’, que debían realizar unas supuestas
burguesías progresistas) devenían en revoluciones sociales, por lo que se
descartaban las alianzas con sectores reformistas de la burguesía.
Hoy: el PC y el PS se
la juegan por esa alianza, a la espera que se puedan llevar a cabo hipotéticas
reformas, las cuales posibiliten, en un plazo indefinido, los cambios más de
fondo. Es decir, aún debemos combatir políticamente al reformismo y el
entreguismo, y todas las políticas que desarman al pueblo, en vez de potenciar
sus fuerzas. Sigue siendo válido hoy que sin el derrocamiento de la burguesía no
hay posibilidades efectivas de liberación nacional y de expropiación de la
riqueza social para la mayoría nacional, tareas democráticas que debe acometer
el MP y su vanguardia, combinándolas con medidas socialistas. Asimismo,
continúa siendo vigente el principio de que no es posible el Socialismo en un
solo país y que el imperialismo será derrotado por la revolución en sus propios
bastiones;
9.-
Hace 52 años: las condiciones
objetivas estaban más que maduras para el derrocamiento del sistema
capitalista, situación desconocida por el reformismo y el revisionismo. Ésta grave
negligencia, generaba una crisis de dirección mundial del proletariado.
Hoy: aquellas condiciones
objetivas se han agudizado aún más, pero la izquierda reformista y entreguista
definitivamente claudicó. Será labor de l@s revolucionari@s, mediante una lucha
político-ideológica intensa desde el MP y hacia el movimiento de masas, hacer
luz sobre la necesidad del cambio social profundo y remontar esa crisis de
dirección;
10.-
Hace 52 años: Chile era un país
semicolonial, de desarrollo capitalista atrasado, desigual y combinado. A pesar
de su atraso, no era un país agrario, sino industrial y minero. En suma, no era
una formación feudal o semi-feudal, en que cabía la concepción de la lucha por
el poder por etapas, en espera de una etapa ‘democrático-burguesa’ para pasar
luego a combatir por el Socialismo.
Hoy: Si bien Chile ha
tenido un crecimiento capitalista relativo, con cierta preeminencia del sector
económico terciario, lo anterior, en términos generales, sigue siendo vigente. Nuestro
capitalismo persiste fuertemente dependiente y entrelazado con el capital
monopólico-financiero transnacional. Sólo cabe la lucha ininterrumpida por la
liberación nacional y el Socialismo, combatiendo las falsas ilusiones sobre una
cierta burguesía ‘progresista’, la colaboración de clases y los supuestos
atajos dentro del enfrentamiento clasista;
11.-
Hace 52 años: las direcciones
burocráticas de los partidos de la izquierda tradicional se negaban a plantear
el derrocamiento de la burguesía, limitándose a políticas de reforma al régimen
capitalista, de colaboración de clase y de engaño a los pueblos y los trabajadores
mediante la ilusión electoralista permanente; inclusive, con la “vía pacífica y
parlamentaria”, la que será resistida por la burguesía mediante la dictadura
totalitaria y la guerra civil.
Hoy: ese cuadro se ha
intensificado, por lo que sólo cabe levantar una política que apunte a
fortalecer todo el poder del pueblo y los trabajadores en su lucha contra los
explotadores y los que les apoyan. Dicha estrategia de los de abajo, debe
considerar la capacidad efectiva y ofensiva capaz de sostener la lucha hasta el
final;
12.-
Hace 52 años: el MIR se fundaba para
unificar, por encima de todo sectarismo, a los revolucionarios dispuestos a
emprender la preparación y organización de la Revolución Socialista Chilena. El
MIR se define como una organización marxista-leninista y se rige por los
principios del centralismo democrático.
Hoy: aquel desafío planteado
por los fundadores del MIR, implica que la entrega por la causa de los
explotados y oprimidos debe volver a ser total o nada de lo planteado hasta
aquí será posible. Las concepciones del marxismo deben ser actualizadas con
todos los aportes de estas cinco décadas y deben servirnos para censar la
realidad de nuestra actual formación, sus contradicciones e interrelaciones, la
composición y el alineamiento clasista,
los sujetos sociales relacionados dialécticamente, su relación con las otras
formaciones capitalistas dependientes de América Latina, etc., a fin de
elaborar la teoría para la praxis revolucionaria para éste y los futuros
tiempos;
13.-
Hace 52 años: el MIR apoyaba al
campo socialista, por graves que fueran los errores en que solían incurrir,
rechazando la idea de una posible neutralidad. El MIR practicaba el
internacionalismo, como forma práctica de solidaridad con las luchas de los
pueblos explotados y oprimidos del mundo, además de insistir en el respeto del
derecho a la autodeterminación de los pueblos y su lucha contra la injerencia
imperialista.
Hoy: el MP y su
vanguardia deben apoyar a todos los movimientos que luchan por su liberación
nacional y social en América y el resto del mundo. Siguen vigentes el
internacionalismo, el respeto por la autodeterminación de los pueblos y la
lucha contra la intervención imperialista;
14.-
Hace 52 años: el MIR proclamaba la
expulsión del imperialismo, nacionalizando sus intereses en Chile, rompiendo
los pactos que ataban al país con él, desconociendo la deuda externa sustraída
por los gobiernos burgueses con él, ampliando las relaciones diplomáticas y
comerciales con todos los países.
Hoy: siguen siendo
válidos todos esos puntos;
15.-
Hace 52 años: el MIR planteaba una
revolución agraria, en que consideraba la expropiación del latifundio y la
entrega de las tierras a los campesinos, individual o colectivamente;
Hoy: se requiere
expropiar el latifundio forestal, el que daña a las comunidades mapuche y
campesina chilena, a las que se debe dar preferencia para la distribución de
los terrenos, sin perjuicio de considerar la necesidad nacional de contar con
tierras suficientes para sostener las necesidades alimentarias, carácter que
nunca debieron abandonar;
16.-
Hace 52 años: junto con la
aplicación de las medidas inscritas en los dos puntos anteriores,
correspondientes a las llamadas “tareas de carácter democrático”, el MIR
planteaba que ellas debían estar ligadas, de manera íntima e ininterrumpida,
con los objetivos de carácter socialista, que eran: Socialización de los sectores vitales para la población y el país:
la banca, los créditos, los seguros, los transportes, la Medicina y la
Seguridad Social, la propiedad urbana y la educación en todos sus niveles; la Expropiación de las empresas de la
burguesía interna y administración de las mismas por los Sindicatos y Consejos
Obreros; Control estatal del
comercio exterior e interior; Planificación
y Administración de la economía por
el gobierno Socialista y con participación de los órganos del Poder Popular.
Dicho
programa debía ser realizado mediante la liquidación del aparato estatal
burgués y reemplazado por la democracia directa proletaria;
Hoy: en perspectiva,
todas estas medidas debieran aplicarse en un proceso hacia el socialismo, con
algunas redefiniciones respecto de las formas más adecuadas para que las
organizaciones de los pueblos y los trabajadores ejerzan efectivamente un poder
desde la base; un poder que los vaya liberando de la explotación, el
sometimiento y la enajenación;
17.-
Hace 52 años y hasta los años “80s:
el MIR no descubrió los métodos de la lucha de clases, tales como la huelga, la
ocupación de tierras y las corridas de cercos, las tomas de fábricas y
terrenos, los grupos de auto-defensa, la propaganda armada, la lucha
guerrillera, urbana y rural, los choques callejeros con la reacción y la
represión, etc., pero los alentaba e impulsaba;
Hoy: las nuevas
generaciones vuelven a ‘descubrir’ esas formas de lucha y ojalá persistan y
sigan profundizando ese proceso, en una especie de movimiento elíptico que gira
sobre sí mismo;
18.-
Siempre: el MIR planteó que la lucha
por las reivindicaciones inmediatas no debe transformarse en una meta final, como
lo plantean los reformistas y los sectores que intentan ‘abuenar’ el sistema
capitalista, sino que debe servir para elevar a un plano político
revolucionario a las masas que se movilizan por tales objetivos concretos;
Hoy: cómo podemos
constatarlo, ello continúa siendo válido.
“La lucha
será larga y difícil.
Recién
comienza. Hemos recibido algunos golpes.
Los hemos
superado. Más golpes vendrán.
Sabemos que
en esta lucha se nos puede ir la Vida,
pero la
continuaremos hasta la Victoria final”
Miguel Enríquez
Coordinadora
x 52 años del MIR – Chile
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