José Vidal Molina carecía de militancia |
Los secuestrados
y asesinados eran 9 vecinos que habitaban la Población Nueva Matucana, de Renca,
deleznable hecho ocurrido sólo dos semanas después del fatídico Golpe militar
de septiembre de 1973. Los condenados en primera instancia son 2 “valientes” ex
oficiales de ejército
El ministro en visita para causas relacionadas
con atropellos a los DD.HH., Mario Carroza, condenó a dos ex oficiales del ejército
por su responsabilidad en los homicidios y la desaparición forzada (secuestro
calificado) de 9 vecinos de la Población Nueva Matucana, comuna de Renca.
El
magistrado condenó a Donato López Almarza a la pena de 15 años y un día de presidio por su
responsabilidad como autor de los homicidios calificados consumados de ÁLVARO ACUÑA TORRES, MIGUEL MORENO CAVIEDES, GUILLERMO ARRIAGADA SALDÍAS, SERGIO AGUILAR NÚÑEZ, CARLOS LEÓN MORALES, JOSÉ MACHUCA ESPINOZA y DOMINGO GUTIÉRREZ ARAVENA; el
homicidio calificado frustrado de OSVALDO
CANCINO MUÑOZ, y la desaparición de JOSÉ ALFREDO VIDAL MOLINA, ocurridos el 23 de septiembre de 1973, en la
ciudad de Santiago.
Bien
vale recordar que a éste milico le gustaba matar sin consideración de edad,
puesto que con anterioridad había sido condenado a firme por el crimen del niño
de 13 años CARLOS PATRICIO FARIÑA OYARCE, entre otros muchos crímenes.
Asimismo,
se sentenció a José Turres Mery a la pena de 5 años y un día de presidio por su
participación como cómplice de los mismos delitos.
La
investigación del magistrado logró determinar que:
“1.-
Que con posterioridad al 11 de septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas y de
Orden efectuaron constantes allanamientos en Poblaciones del sector Norte de la
ciudad de Santiago, sin orden judicial ni administrativa, y cuyo procedimiento
consistía en retirar desde sus domicilios a todos los varones y llevarlos a un
sitio cercano, donde les ordenaban formarse para que Carabineros o
Investigaciones procedieran a examinar sus antecedentes personales y en el caso
de haber reparos, se resolvía su detención y se los trasladaba a un centro de
reclusión, pero en ocasiones se les ejecutó sin juicio previo;
El chacal Donato López |
“3.-
Que como resultado del operativo, los agentes detuvieron a varios pobladores y
los trasladaron en camiones tolva hasta dependencias del Internado Nacional
Barros Arana (INBA), donde se mantenía apostado el personal del Regimiento
Yungay desde el 11 de septiembre de 1973;
“4.-
Que en dicho lugar, se les mantuvo encerrado sin derecho ni orden judicial, a
los pobladores Miguel Moreno Caviedes, Guillermo Arriagada Saldías, Álvaro
Acuña Torres, Sergio Aguilar Núñez, Carlos León Morales, José Machuca Espinoza,
Domingo Gutiérrez Aravena, José Alfredo Vidal Molina y Osvaldo Cancino Muñoz,
quienes en horas de la noche son retirados del lugar en un camión tolva y
llevados por personal militar hasta las inmediaciones del Puente Bulnes, y en
esa oportunidad dirigidos por el Capitán Mario Caraves Silva (actualmente
fallecido), Comandante de la Compañía Andina, quien era acompañado como
observador por el Capitán de la Compañía Mortero, Jorge Turres Mery. Una vez en
el lugar, actualmente ubicado en la ribera del Río Mapocho, se les ordena bajar
y colocarse en fila para ser ejecutados, acto seguido los soldados proceden a
dispararles por órdenes de sus superiores, provocándoles a raíz de ello a
Miguel Moreno Caviedes, Guillermo Arriagada Saldías, Álvaro Acuña Torres, Sergio
Aguilar Núñez, Carlos León Morales, José Machuca Espinoza, Domingo Gutiérrez
Aravena, heridas de consideración que finalmente les causaron la muerte, según
se desprende de los informes de autopsia, y también la desaparición del cuerpo
de José Alfredo Vidal Molina, poblador de quién nunca más se tuvo noticias y
hasta el momento se desconoce su paradero;
“5.-
Que el caso de Osvaldo Cancino Muñoz tuvo un desenlace distinto, éste al
recibir los disparos cae al Río Mapocho y queda con vida, luego por sus propios
medios logra llegar hasta su domicilio de la Población Nueva Matucana y relata
todo lo acontecido.”
Pero,
¿bastará tan sólo con unos pocos años de cárcel para que éste par de alimañas pague
por todo el daño que infligieron a nuestro pueblo?
La
Sra. Margarita Magna Castillo, esposa
de José Vidal Molina, el obrero que
esos sujetos hicieron desaparecer, falleció años más tarde, víctima de una
penosa enfermedad y para la cual no tuvo los recursos suficientes para un
adecuado tratamiento. Le sobrevivieron dos hijos, uno de ellos con serios
problemas de salud.
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¡Ni Olvido Ni Perdón: Verdad, Justicia y
Memoria!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
Colectivo
Acción Directa CAD –Chile
Agosto 25 de 2017
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