“Los indígenas y sus derechos de papel”
“Lo mínimo contempla el derecho a la identidad, a la
lengua, a la salud, a la educación y a la autodeterminación, además del deber
de los Estados de consultar y de cooperar con los pueblos indígenas para
obtener el consentimiento previo, libre e informado antes de adoptar e
implementar medidas que puedan afectarlos”.
- Comunicado
conjunto del Foro Permanente de la ONU para las Cuestiones Indígenas, el
Mecanismo de Expertos de la ONU sobre Derechos de los Pueblos Indígenas y la
relatora especial de la ONU para los derechos de los pueblos indígenas, 8-8-2017
Ha pasado un poco
más de una década desde que la Organización de Naciones Unidas –ONU- declaró
sobre los derechos de los pueblos, y a casi tres décadas de la aprobación del
Convenio 169 de la OIT sobre el tema, por lo que decretaran el 9 de
agosto como el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
A
través de los días, con tristeza vemos que los estados limitan a un papel lo
derechos de nuestros pueblos originarios, ya que cada día los indígenas en
Latinoamérica son despojados de sus territorios, marginados y de ser necesario
masacrados para ser exiliados de lo que por derecho ancestral les pertenece.
El despojo colonial persiste
La
territorialidad y autonomía indígena, han sido referenciadas ampliamente y son
herramientas de reivindicación de derechos colectivos de los pueblos
indígenas, en especial sus territorios y recursos. Pese a los avances
logrados en el reconocimiento de sus derechos territoriales y culturales; la
cultura, la sabiduría ancestral, los territorios y los recursos de nuestros
indígenas están en la mira de los grandes capitalistas nacionales y
transnacionales; que se expresan por medio de las políticas ambientales y
económicas, de los Estados que obedecen a intereses, ni siquiera propios, sino
del capital extranjero; que ven en la soberanía indígena, un obstáculo, para
apropiarse de los bienes comunes.
En
particular, con las políticas ambientales tanto globales como nacionales,
dichos territorios se introducen en escenarios de transnacionalización
de la naturaleza, a través de su incorporación en los “mercados verdes” y
de servicios ambientales; de igual forma la mercantilización de la naturaleza,
a través de la minería a cielo abierto, la patente de especies endémicas de
nuestras selvas, entre otras, producen amenazas y reconfiguraciones
territoriales nacionales y locales, dado que no incluyen las perspectivas
culturales de los pueblos indígenas, ni garantizan el reconocimiento de sus
derechos colectivos ni individuales.
Políticas transnacionales
En
general, los territorios ancestrales han cobrado importancia ecológica y
económica, por ser éstos en muchos casos ecosistemas únicos y de gran
biodiversidad; esta situación ha generado una serie de reconocimientos ambientales,
con la consecuente intervención de programas y políticas nacionales e
internacionales. Los bosques y los saberes ancestrales asociados al patrimonio
material e inmaterial se han convertido en fronteras ambientales, en las cuales
se sobreponen territorialidades surgidas de prioridades ambientales y
climáticas globales, que día a día las multinacionales se apropian, con la
complicidad de los Estados.
En
medio de un cambio climático real, que afecta a todo el continente y que
líderes imperialistas como Trump, se niegan a reconocer; la protección
de nuestros bosques, paramos y selvas, representa una opción frente al cambio
climático, y la protección de las comunidades ancestrales y sus
territorios, se convierte en espacios intangibles al constituirse en patrimonio
ambiental. En ese escenario de confrontación de múltiples territorialidades, se
implementan políticas y programas ambientales que entran en interacción
con las dinámicas territoriales indígenas.
Tanto
la soberanía alimentaria como el control local de los recursos
naturales son ejes básicos de las demandas de los pueblos indígenas en
áreas de superposición debido a la gran presión territorial y de imposición de
modelos de relación con la naturaleza, que deben convertirse en estandarte de
la lucha social; de igual forma, deben ser un referente y una base, para la
construcción de una nueva juridicidad, que más allá de proteger los pueblos
ancestrales y los bienes comunes, sienten los pilares rectores, de la construcción
de una sociedad que base su desarrollo en torno a lo social y no al interés
particular; solo así, podremos alcanzar una paz con justicia y equidad social.
________________________
Colectivo
Acción Directa Chile -Equipo Internacional
Agosto 19 de 2017
No hay comentarios :
Publicar un comentario