“Desafíos fiscales en Latinoamérica y el Caribe: opina experto”
La Habana
(PL) La región de América Latina y el Caribe acrecienta sus ingresos fiscales
frente a décadas precedentes; pero todavía la evasión de pagos registra
elevadas proporciones en detrimento de las finanzas públicas, sustenta el
Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT)
Por
María Julia Mayoral*
En Prensa Latina –public. 6/10/16
En entrevista
concedida a Prensa Latina, el economista y profesor brasileño Marcio Verdi
evalúa el tema, en calidad de Secretario Ejecutivo del CIAT y experimentado
auditor, que durante 28 años ocupó diversos cargos en instituciones y empresas
de su país.
A
juicio del académico, la situación en los países del área 'ha mejorado
muchísimo': la prueba más evidente es que el nivel de recaudación tributaria en
relación con el Producto Interno Bruto (PIB) subió de 14 a 21 por ciento, como
promedio, desde 1960 hasta acá.
Buscando
puntos de referencia internacional, observamos que la media entre los estados
miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos) asciende a 34 puntos porcentuales; pero ello no quiere decir que en
Latinoamérica y el Caribe deban llegar a esa cota.
Cada
nación debe cobrar impuestos según sus necesidades, potencialidades, el modelo
económico adoptado y las políticas de gobierno a fin de proveer servicios a los
ciudadanos, razona el investigador.
Lamentablemente,
opina, América Central y República Dominicana están por debajo del promedio
regional, al ubicarse en orden del 12-13 por ciento de recaudación tributaria
en relación con el PIB, aunque 'la carga impositiva es una decisión soberana de
cada país'.
En
estos momentos, expone, son muy raros los estados que no enfrentan un alto
déficit público, bajo los efectos persistentes de la crisis financiera
internacional de 2008-2009; lo cual subraya la pertinencia de mejorar la
cobranza de los tributos.
Dentro
del contexto latinoamericano y caribeño, se hace evidente que los gobiernos
tienen a su alcance solo 'una fuente pura de financiamiento: la contribución de
cada uno mediante el pago de sus impuestos', asegura Verdi.
La
región, evalúa, sufrió mucho por las crisis de las deudas en décadas
anteriores; por tanto, el endeudamiento no es visto hoy como una fuente
soberana de financiación.
Mientras
los procesos inflacionarios en años recientes aceleraron el empeoramiento de la
desigualdad; esto denota la imposibilidad actual de generar recursos por la vía
de abultar la inflación, juzga el perito.
Tampoco
los abundantes recursos naturales resultan suficientes para garantizar fuentes
perennes de ingresos a los países del área debido a la volatilidad de los
precios internacionales, cuyos efectos negativos vuelven a incidir sobre los
exportadores de productos básicos como el petróleo y el gas.
Para
aumentar las recaudaciones en cualquier estado, sopesa, lo más fácil sería
subir las tasas impositivas, 'pero corres el riesgo de hacer que paguen más los
que ya están pagando, mientras los infractores siguen sin cumplir sus
obligaciones'.
Tanto
en Centroamérica como en el resto de América Latina, lo más preocupante es el
alto nivel de elusión; por ende, 'la lucha contra la evasión tributaria debe
ser nuestra bandera número uno', sugiere.
Según
datos del CIAT, en el caso del IVA (impuesto sobre el valor agregado) el índice
de evasión llega al 30 por ciento del potencial recaudatorio, y ese gravamen
representa del 25 al 30 por ciento del total de impuestos que se recaudan en la
zona.
El
país con más baja evasión del IVA es Chile, y está por el 12-15 por ciento;
mientras en otras partes los registros sobrepasan el 45 por ciento, precisa la
fuente.
En
el caso de los impuestos sobre la renta, la fuga ronda el 30 por ciento como
media regional, alertan las estadísticas.
'Mucha
gente suele decir que no paga porque es muy caro; si esto fuera así, entonces
los países con inferiores tasas impositivas deberían tener menos evasión, pero
ocurre todo lo contrario', subraya.
Como
regla, los estados que poseen las más altas tasas de impuestos -los nórdicos,
por ejemplo-, son los que tienen los menores niveles de evasión, contrasta.
Esto
nos da paso para abordar una segunda falacia: hay quienes dicen: 'yo no pago
porque no recibo beneficios del gobierno'. En teoría puede ser verdad, pero
quienes esgrimen esos argumentos suelen ser 'las clases dominantes de los
países pobres', asegura.
Ellos
olvidan que el principio de la tributación es aportar por la capacidad de cada
uno; entonces, 'el que paga más no puede esperar recibir en la misma
proporción, pues paga más porque gana más', expresa el auditor fiscal.
'En
sociedades desiguales, como las de América Latina, está claro que quien paga
más no recibe en la misma proporción, pues hay un montón de gente pobre que no
tiene con qué pagar y necesitan recibir', insiste.
Si
la tasa promedio de recaudación tributaria en la región equivale al 21 por
ciento del PIB y como media hay un 30 por ciento de elusión frente al potencial
existente, estamos hablando de un seis por ciento del PIB en términos de
evasión, aunque el panorama no resulta similar en todos los territorios,
reflexiona.
ARMONIZAR SIN
COPIAR
Al
decir de Verdi, persiste una desigualdad notable entre las capacidades de las
administraciones tributarias de los distintos países de América Latina y el
Caribe.
La
armonización representa, por tanto, un desafío clave para la región y avala la
necesidad de mejorar la calidad de los recursos humanos, especialmente en la
formación de carreras, los criterios de selección y el entrenamiento de los
empleados del sector, argumenta.
Entre
los inconvenientes también figura el éxodo laboral; muchas personas entran al
sistema tributario como 'hojas en blanco' y luego de varios años de aprendizaje
se van para el sector privado, donde encuentran superior remuneración y
oportunidades de desarrollo, lamenta el directivo.
Las
entidades públicas, considera, no pueden seguir siendo escuelas de formación
para el provecho final de las empresas privadas; 'hay que garantizar la
permanencia', recalca el representante del CIAT.
Otro
aspecto que denota el desequilibrio existente es el uso de las tecnologías de
la información, 'y no es solamente un asunto de plata, de tener presupuesto
para comprar equipamiento, se requiere personal calificado para hacer un buen
uso de la infraestructura', agrega.
Brasil,
ejemplifica, posee una empresa estatal con más de cinco mil funcionarios
trabajando en el área de las tecnologías de la información para responder a los
requerimientos de la administración tributaria, y Argentina tiene un
departamento de informática con 800 empleados.
En
cambio, otras naciones del área carecen de herramientas similares. Además, 'por
la complejidad del trabajo hacen falta tecnologías muy específicas; una cuenta
corriente de un gran contribuyente requiere sistemas especiales de pagos',
recuerda el entrevistado.
Ello
muestra la importancia de transferir conocimientos a los países de menor
desarrollo: 'No se trata de invitarlos a copiar, sino de socializar información
acerca de lo que han hecho otros, qué problemas tuvieron, qué soluciones
encontraron, qué recomiendan', apunta el profesor.
Hace
varias semanas, ilustra, un técnico del fisco brasileño fue enviado por el CIAT
a Kenya, cuya administración tributaria busca implementar la facturación
electrónica. 'El especialista -relata- los escuchó por día y medio y luego les
presentó una gran cantidad de cuestionamientos y preguntas.
'Quizás
les ha planteado más dudas que soluciones, pero eso abre puertas al
conocimiento y puede ayudar a que los kenianos no cometan los mismos errores
que otros a la hora de implementar su sistema', expresa.
CÁLCULOS
RECOMENDABLES
De
acuerdo con el CIAT, hay un alza en el costo promedio de las transacciones
tributarias en Latinoamérica y el Caribe. Como media, equivalen al cuatro por
ciento de los montos recaudados, al sumar los gastos administrativos por cada
dólar de ingreso y los que ejecutan los contribuyentes para cumplir con sus
obligaciones.
Un
acercamiento al tema requiere contemplar las diferencias entre los fiscos. Por
ejemplo, en Perú la institución es responsable de los tributos internos, la
seguridad social y las aduanas, por lo que seguramente debe tener un costo de
operaciones superior a la de Ecuador, donde la entidad no asume la recaudación
aduanera, comenta.
Al
presentar estos datos, 'nos interesa llamar la atención sobre las llamadas
renuncias fiscales', responde el académico.
Es
muy difícil que hoy en día haya un estado que no contemple beneficios
tributarios a fin de atraer inversiones extranjeras, proteger o incentivar
producciones y servicios internos.
Desde
el CIAT, recomendamos que haya conocimiento público sobre las renuncias,
cálculos precisos sobre el monto financiero que representan e información
acerca de quiénes se favorecen directamente, declara el economista.
Las
bonificaciones y exenciones suelen estar plasmadas en los cuerpos de distintas
leyes, y cuando pasan varios años casi nadie podría decir a ciencias ciertas
cuánto se deja de ingresar por ese concepto y qué beneficio generó para la
nación, enjuicia.
En
América Latina y el Caribe, asevera, estamos bastante avanzados en cuanto a la
mensuración del tamaño de los beneficios tributarios, pero 'hace falta un mejor
análisis sobre los resultados que ofrecen a la sociedad, pues las renuncias
pueden tender a multiplicarse si no se pone un control', concluye Verdi.
DINÁMICAS EN UN
UNIVERSO GLOBAL
Cada
vez más, los fiscos nacionales están obligados a tratar con numerosos
contribuyentes que operan a escala mundial: compañías trasnacionales en
condiciones de actuar rápidamente y de forma global para hallar las vías
legales de pagar menos impuestos 'donde quiera que les sea posible, y eso sin
contar los abusos de ilegalidad', advierte.
Mientras
esas grandes empresas actúan de manera integrada; 'nosotros, los fiscos, casi
siempre trabajamos mirando a nuestros pies porque así fuimos preparados',
expone el estudioso, quien incluye en su currículo especializaciones en
economía internacional y métodos cuantitativos avanzados.
'En
el mundo de hoy los fiscos tienen que colaborar entre ellos, intercambiar
conocimientos, prácticas y datos de los contribuyentes', subraya.
Si
en una nación A determinado contribuyente dice que pagó equis suma de dinero
por contratar servicios de asistencia técnica en un país B, deberían existir
vínculos entre A y B para verificar si ese gasto ocurrió efectivamente o es un
falso costo; se trata de un ejemplo muy sencillo, pero real, acota.
A
escala internacional, estima, cobra auge un movimiento de armonización (no de
igualación) de conocimientos y prácticas a fin de combatir el planeamiento
tributario abusivo, bajo el liderazgo del Foro Global de transparencia e
intercambio fiscal.
Esta
iniciativa, añade, promueve la lucha en contra del secreto bancario, pues un
fisco no puede ser efectivo si carece de mecanismos fiables para verificar los
movimientos financieros de los contribuyentes.
Integrado
por administraciones tributarias de diversos estados, el Foro considera
inaceptable la existencia de leyes que continúen impidiendo el acceso de las
autoridades a las bases de datos financieros de los contribuyentes, indica.
Además,
la entidad adoptó un acuerdo mutuo de cooperación, que permitirá el intercambio
automático de informaciones entre sus miembros, distingue el analista.
Otro
programa, reseña, está relacionado con la erosión de las bases fiscales, el
cual contempla 15 medidas, aunque no todas son de necesaria aplicación en cada
uno de los países de América Latina y el Caribe, al menos por el momento.
'Se
trata de una forma de armonizar el combate internacional contra los precios de
transferencia, que son operaciones entre empresas controladas y coligadas',
detalla.
'Vivimos
un movimiento muy interesante en el que los fiscos nacionales están aprendiendo
a convivir como un fisco global; algo muy importante', sintetiza.
*Periodista de la Redacción de Economía de
Prensa Latina
Colectivo Acción Directa Chile
-Equipo Internacional
Octubre 6 de 2016
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