La minera, en manos
del capital transnacional, anunció hoy el despido de la mitad del personal
causado ‘por la reducción en el precio del cobre’, pero no tiene problemas en
ampliar yacimientos cupríferos en otros países
El presidente del sindicato San Lorenzo de la Mina El
Abra, ubicado en la Región de Antofagasta, Oscar Arnés, había calificado[1]
de injustificado los despidos y agregó que no existe un criterio adecuado y
claro por parte de la empresa, ni tampoco una respuesta oportuna del Estado a
fin de enfrentar la crítica situación de los 650 trabajadores despedidos y de
los otros 850 que continúan laborando.
El segundo mayor
productor de cobre del mundo, ‘Freeport McMoRan[2]’,
hizo práctica su decisión de reducir a la mitad la planta laboral[3]
debido “a la baja del precio del cobre”, el que cerró a 2,3 dólares la libra en
la bolsa de Londres durante la jornada de este martes 1º. Dicha caída en el
precio del metal rojo y el costo de la mina El Abra, se supone, hacen
“inevitable” la decisión de despedir a los trabajadores, esto justificado en la
baja de la producción en 150 millones de libras para el período 2016-2017 que
predijo la compañía de capitales estadounidenses. En suma, la pérdida de los
puestos de trabajo, sin decir agua va, efectivamente pudiera llegar hasta la
mitad de los trabajadores contratados por la empresa y según se reveló, como
una forma de evitar el cierre de la mina El Abra.
No obstante los
lloriqueos de los dueños de la minera, en abril pasado la misma había ampliado
sus proyectos mineros en Perú en US$ 4.600 millones, en la mina de Cerro Verde,
y también en Estados Unidos, con lo que busca disputar el primer lugar a
Codelco como máxima productora mundial.
Pese a las
contrariedades en torno a la productividad del metal, Raimundo Espinoza, presidente
de la Federación de los Trabajadores del Cobre (FTC) de Codelco, indicó que se
enteró por la prensa sobre esta situación, ante lo que la federación hizo ver
su rechazo sólo por medio de un comunicado de prensa. Se nota que los mineros
de la estatal minera no son capaces de movilizarse ni por ellos mismos.
Para la
presidenta del Sindicato de Trabajadores de la SCM El Abra, Juana Mejías
Ceballos[4],
la situación es compleja y es una verdadera “masacre” la que han realizado con
el despido de 50% del personal, alrededor de 700 personas. “A partir de hoy la
empresa enviará la carta certificada anunciando los despidos y se niegan a
cualquier tipo de negociación.”
Mejías recordó que gran parte de estos
trabajadores son de las Regiones de Antofagasta y Coquimbo. “El 50% de los
trabajadores son la segunda región y le sigue la Cuarta Región con una cifra
que va entre 30% a 40%. Por lo que entendemos que los despidos también van a
repercutir fuertemente en estas zonas”.
La dirigente, una
de las primeras mujeres líderes sindicales de minería, considerando que Codelco
cuenta con el 49% de las acciones de El Abra, estima que la estatal debiera asumir
un rol político más preponderante y de verdadera responsabilidad social frente
a las desvinculaciones. “En Codelco se lavaron las manos y dijeron es la
decisión de Freeport-McMoRan cuando se les dijo sobre los despidos. Incluso
estábamos Ad portas de una negociación. Nos vamos a reunir con la ministra de
Minería durante la semana y con la del Sernam porque somos muchas las mujeres
que trabajamos en este yacimiento” manifestó Mejías.
Resulta más que
claro que las pérdidas de estos empleos directos en el sector minero, con
efectos negativos también en los trabajadores indirectos, provocarán perjuicios
en su entorno familiar y social. Si hasta el mismo intendente de la Región de
Coquimbo, Claudio Ibáñez, ante la gran cantidad de trabajadores de la minera
residentes en la zona, manifestó que se deben tomar todas las medidas para
mitigar el impacto de una situación adversa como esta. “El precio del cobre ha
bajado, es cierto, pero es un tema cíclico. El tomar este tipo de medidas de
las empresas mineras me parecería apresurada, porque las compañías tienen las
ganancias que les permite subsistir un tiempo y saben que son inversiones de
largo plazo”. Ibáñez agregó que, hasta ahora, las mineras de la región han
tomado medidas preventivas y dado señales de estabilidad. Concluyó que, “La
actividad económica e inversión se ven afectadas con estas drásticas medidas,
sobre todo si es que es un gran número de personas de la región.”
Volviendo al
nefasto caso de la transnacional minera Freeport-MacMoRan, de capitales basados
en EE.UU., al 31 de diciembre de 2014 ella obtuvo[5]
ingresos mundiales por nada menos que US$ 21.438 millones y sus activos
ascendían a casi US$ 60 mil millones. Además, piensa obtener un flujo de
efectivo este año de US$ 29.504 millones.
La minera El Abra
ya tenía experiencia de despedir gente de manera masiva. Fue en agosto de 2011[6],
cuando construía la planta de Sulfolix, que finiquitó las tareas de la
contratista Montegrande, dejando a 935 trabajadores sin pega.
Nos parece que el
despido hoy de 650 mineros de El Abra es un ejemplo más de las funestas
consecuencias de entregar al capital transnacional nuestro patrimonio minero, cuestión
que acaece en otras esferas productivas. Sus intereses son divergentes con los
de una economía nacional puesta al servicio de las grandes mayorías, en una
problemática que nos afecta desde el mismo 11 de septiembre de 1973 y que se ha
profundizado en estos 25 años de democracia gorila. Nos referimos a la
concentración y centralización del capital en manos de grupos monopólico-financieros
internos asociados dependientemente al capital financiero transnacional. O,
como en el caso en discusión, actuando el Estado como el monopolio interno. En
los dos casos, los intereses que priman, en última instancia, son los de esas
grandes corporaciones transnacionales.
Freeport-MacMoRan
se puede dar el lujo de despedir cientos de trabajadores o de cerrar una mina
cuando se le ocurra, pues cuenta con inversiones en tres continentes que le dan
sustento para hacerlo. Es capaz, entonces, de realizar acciones en su beneficio
que pueden afectar el desarrollo nacional y que, dentro del vital campo de la
producción minera, nos puede llevar al precipicio, sin que en Phoenix, Arizona
(su casa central) o en Wall Street (donde se juega sus acciones) sientan remordimiento
alguno si ello ocurriera.
¡A LUCHAR POR NUESTROS DERECHOS Y NUESTRA
DIGNIDAD!
¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
Equipo Sindical CAD –Chile
Septiembre 3 de 2015
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