Pedro Yáñez Palacios - Jorge |
En exhumaciones realizadas
en Valdivia tras los restos de él y de
Juan Ojeda Aguayo, ambos integrantes del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro
del MIR. A cargo del aparato militar contrainsurgente se encontraba el entonces
capitán Rosauro Martínez, acusado y encausado por las ejecuciones
extrajudiciales y desaparecimiento de 9 combatientes
Luego de 4 días de excavaciones en el Cementerio Municipal de Valdivia, en la mañana de éste sábado 26 fueron encontrados restos óseos y un chaquetón, todos los cuales pudieran pertenecer al compañero PEDRO YÁÑEZ PALACIOS, Jorge.
En
estas pesquisas, ordenadas y dirigidas por la ministra Emma Díaz, de la Corte
de Valdivia, también se desea rescatar de la nada al compañero JUAN
OJEDA AGUAYO, Gabriel o Pequeco, quien fuera el postrer integrante del destacamento
guerrillero en ser atrapado y asesinado –noviembre de 1981- por las hordas
uniformadas dirigidas por Martínez (‘machete’ le llamaban a la operación), entonces
comandante de ejército al mando de la compañía Nº 8 del Batallón Llancahue, con
base en Valdivia, y hoy un desaforado diputado del derechista Renovación Nacional.
Juan Ojeda Aguayo - Pequeco |
De
hecho, estas diligencias son las últimas en la causa que mantiene procesado al asesino,
devenido politicastro, Martínez. La ministra Díaz confirmó que la búsqueda es
compleja porque, tras cotejos históricos, se determinó que las víctimas podrían
estar bajo los restos de otras tumbas en el patio 17 del cementerio valdiviano.
La
noticia sobre el posible hallazgo de Jorge fue dada a conocer por la abogada
del programa de DDHH del ministerio del interior, Catalina Ross, quien confirmó
que los restos, osamentas correspondientes a piernas y pies, y una chaqueta,
podrían pertenecerle: “se encontró un cuerpo que tiene cierto grado de
compatibilidad con el cuerpo de la víctima. (…) fue trasladado al Servicio
Médico Legal de Valdivia, donde está en custodia, y con posterioridad va a ser
trasladado a Santiago, al Servicio Médico Legal de allá, para su respectivo
estudio, principalmente de ADN, para saber si corresponde al cuerpo de la
víctima”.
Rosa
Yáñez, hermana del compañero del MIR cuyos restos podrían haber sido hallados,
valoró la labor de búsqueda y llamó a quienes estén en conocimiento de los
hechos a aportar antecedentes: “por lo menos se encontraron partes de sus
restos y cómo uno va a descansar si uno no encuentra a su familia, yo insisto
en eso, por ejemplo, la misma gente que pasó en Neltume en esa época, por qué
no hablan de una manera o de otra”, señaló.
El
hallazgo de las osamentas se hizo entre las tumbas 7 y 8 del Patio 17 de la mencionada
necrópolis, misma zona en que se busca a Pequeco, compañero de quien, hasta
ahora, no existe indicio alguno.
La
búsqueda de los compañeros caídos en una verdadera cacería humana, sin ningún
respeto por las leyes de la guerra, lo que se demuestra por la asimetría de las
condiciones de los combates, el asesinato de todos los caídos en las garras de
la cáfila militar y el desaparecimiento de la mayoría de ellos, se enmarca en
el llamado “Caso Neltume”, causa investigada por la justicia y que se relaciona
con la masacre de 11 militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)
que entre 1980-1981 intentaron, infructuosamente, crear un foco guerrillero en
la cordillerana zona de Panguipulli, provincia de Valdivia.
La
Guerrilla
de Neltume formó parte del ‘Plan 78’ del MIR, que la prensa ha llamado Operación
Retorno y que consistió en el regreso clandestino a Chile de decenas de sus militantes
y dirigentes, quienes se reincorporaron valiente y consecuentemente a la lucha
de Resistencia Popular. La mayoría de los que participaron en esa guerrilla rural
habían estado presos después del golpe del “73; obligados a salir al exilio,
reingresaron clandestinamente a Chile convencidos que su deber era seguir
combatiendo contra la dictadura cívico-militar. Casi todos eran originarios del
sur del país. Cinco lo eran de Neltume y Panguipulli, donde el MIR tuvo una importante
presencia entre los obreros madereros.
Jorge fue muerto en
combate el 17 de septiembre del 81. Era obrero electricista; originario de
Constitución; soltero. Tenía a la sazón 31 años de edad. Cuentan sus compañeros
que era un tipo alegre y despreocupado. Su gran limitación era su tartamudez
que lo invadía cuando se ponía nervioso, pero la compensaba con sus tallas y
cuentos. Este compañero había vuelto desde Francia. Pensaba llegar algún día a
su pueblo natal, luego del triunfo, a aplicar la reforma agraria como debiera
ser.
Jorge
se había separado del maltrecho grupo guerrillero debido a que se encontraba en
muy malas condiciones físicas, ya que, dadas las adversidades climáticas que
debían soportar, se le había congelado y gangrenado un pie, el cual sus
compañeros debieron amputarle. Este hecho le permitió a la Comisión Rettig llegar
a la convicción de que es altamente improbable de que haya opuesto resistencia.
En
tanto, Pequeco fue asesinado el 28 de
Noviembre del 81. Era obrero maderero; originario de Neltume; soltero. Tena 27
años de edad al momento de su caída. Amaba la montaña como el que más. Era un
explorador nato pero basaba su instinto en una especial relación con la
naturaleza. Según él los montes hablaban, reían, lloraban. El seguramente le
conversaba secretamente al monte. Sus camaradas opinan que era un tipo buena
gente el Pequeco. Le gustaba también la música, claro que más la tropical, y
hacía gala de dotes de baterista. Pequeco era muy preocupado de su forma
física, por lo que era uno de los que más tiempo dedicaba y más exigía a la
preparación física. Asimismo, era uno de los más preocupados por su aspecto, siempre
tratando de andar bien vestido, bien presentado. Durante su exilio en Holanda, se
dedicó a aprender enfermería, sin prever que después sería su rol dentro de la
fuerza: el sanitario del destacamento.
Luego
de la diáspora y cacería del destacamento guerrillero, Pequeco se refugió en
los alrededores de Neltume, de donde era originario. Allí obtuvo ayuda de parientes
y amigos. “A mediados de noviembre (de 1981), uno de estos familiares o conocidos
-dice el libro Guerrilla en Neltume-,
movido por el alcohol, comete una infidencia en una fiesta pública al hacer un
comentario que aludía a la presencia de ‘Pequeco’ en la zona”. El 28 de noviembre
de 1981, cuando bajaba del monte, cayó en una emboscada y fue acribillado a balazos.
¡NI OLVIDO NI PERDON: VERDAD, JUSTICIA Y
MEMORIA!
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
Colectivo Acción Directa-CHILE
Septiembre 27 de 2015
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