“La exposición
fotográfica ‘Mirada Nocturna’ o el refugio de mi amigo mientras luchaba contra
la tiranía”
- La muestra del artista visual y luchador
antifascista, Rodrigo Casanova, estará abierta al público hasta el 4 de octubre
en el Zócalo del Museo de Arte Contemporáneo de Santiago.
Por Andrés
Figueroa Cornejo
No se trata de productos informáticos, ni pinturas. No es
evasión, ni arte por el arte, ni fuga posmoderna que no significa y se regocija
en formas vacías, ni el registro de la arquitectura deshumanizada, ni manchas
lunares. La exposición fotográfica ‘Mirada Nocturna’, que se encontrará
instalada hasta el 4 de octubre de 2015 en el Zócalo del Museo de Arte
Contemporáneo de la Facultad de Arte de la Universidad de Chile (Parque
Forestal de Santiago), pertenece
a uno de los principales artistas visuales del país, Rodrigo Casanova, y su
inauguración fue presentada por el legendario
pintor, artista plástico y Director del M.A.C., Francisco Brugnoli.
Cada texto tiene su contexto y
cada obra, su contexto de producción. La exposición fotográfica de Rodrigo
Casanova, luchador de la resistencia antifascista y activista de los Derechos
Humanos, corresponde a una selección realizada entre los 80 y los 90 del siglo
XX, y “surge como una necesidad, como una suerte de terapia, una búsqueda de
otra realidad quizás, debido a que la contingencia de la dictadura era tan
violenta, gris y agresiva. En ese período, yo registré en fotos y videos los
paros nacionales, las protestas, los enfrentamientos. ‘Mirada Nocturna’,
fue mi intento personal de construirme otro Chile, donde no hubiera seres
humanos y yo pudiera armarme una realidad paralela.”
-¿Y por qué la noche?
“En la noche encontré la
tranquilidad, la circulación de espacios sin habitantes, mudo, y dedicarme a un
ejercicio académico. Allí se ubica la influencia decisiva de la Escuela de
Bellas Artes. De esa manera logré crear una fotografía pictórica, atemporal,
distante de la muerte que signó la tiranía. Con el tiempo, ahora me percato de
que las imágenes de esta exposición fueron las que lograron ofrecerme un mundo
propio frente a la realidad cruda y dura a la cual también dedicaba mi vida
concreta.”
-Sin embargo, en las
fotos se observa la presencia humana no explícitamente…
“En efecto. Se trata de paisajes
urbanos y campesinos domesticados por la persona. Las imágenes de Valparaíso,
por ejemplo, permiten obtener una perspectiva satelital, no horizontal. De
hecho, Valparaíso para mí es una película muy estimulante y que se vive en
tiempo real.”
Rodrigo explora con fotografía
análoga y de color a Valparaíso y a la Isla de Chiloé. Mucho después empleó las
máquinas digitales. Tanto la iluminación como el disparo del obturador son
resultado de un momento único. No hay trampa computacional, sólo pulso, control
manual de la luz y del tiempo. Caminatas nocturnas, persecución de un ‘lugar
ameno’ contra el crimen ambiental. Centella y soledad. Equilibrio del yo y
refugio. Casas desenterradas por amarillos, rojos y verdes. Por azules plásticos
y techo estelar. Noche limpia que abraza la ciudad fatigada de Valparaíso y
expresa su naufragio, la rotura de un puerto arrojado a su suerte y mal
maquillado por la arena mientras los pescadores duermen y los pecadores
postergan la amanecida en vino negro y huevos cocidos.
Rodrigo dice que la disciplina de
la noche le posibilitó “cuestionar el paisaje, dotar de protagonismo a un
árbol, a la huellas de un campesino. Son imágenes de introspección y nostalgia,
capaces de rediseñar nuevos lenguajes y nuevas historias”.
-¿Por qué Valparaíso y
la Isla de Chiloé?
“Para un santiaguino, Valparaíso y
Chiloé son los lugares utópicos donde uno quisiera vivir. Para los capitalinos
son los otros Chile, los lugares donde sus habitantes se desenvuelven a escala
humana y en superior convivencia. Son los sitios donde el consumismo no está
desatado ni es el horizonte de sentido de la gente.”
-¿Cuál es la
fotografía que más aprecias de la muestra (imagen adjunta)?
“Aquella donde se ve un árbol
chilote, una patagona o maitén, donde intervine el campo que lo rodea el mismo
día en que fue arado y se cosechó el pasto. Entonces mediante la iluminación
pude marcar el surco que dejó la máquina y las hileras de pasto, que al día
siguiente serían enfardadas y convertidas en insumos para alimento de animales.
Entonces se trata del paso de un día a otro, en el cual el paisaje quedó
dibujado o arado. Esa foto me gusta porque permite registrar el trabajo
agrícola la noche del mismo día en que laboraron los campesinos. Es una especie
de posproducción fotográfica de un trabajo campesino. La imagen se logra
iluminando los distintos planos, asumiéndolos en la misma toma, capturando dos
dimensiones distintas en similar momento.”
-¿Qué es lo que viene
luego de esta exposición, Rodrigo?
“Lo
que no hay aquí. Los seres humanos. En particular, el actual rostro del
territorio mapuche militarizado. También quiero mostrar un conjunto de retratos
de la contingencia política y popular, como al movimiento de los secundarios.
Esto funciona como complemento a la exposición actual. Sólo de esa manera se
manifiestan los dos hemisferios y potencias de la herramienta fotográfica.”
No hay comentarios :
Publicar un comentario