Se trata de Bruno Villalobos Krumm, un apadrinado
de Lagos y Bachelet. Además, tuvo un rol importante en el llamado ‘Caso Bombas’,
un montaje en el cual todos l@s inculpad@s terminaron siendo absuelt@s
Hoy asumió la dirección de carabineros el general
Bruno Villalobos Krumm, escogido por Bachelet para suceder a Gustavo González
Jure.
A Villalobos siempre
le han interesado la inteligencia y la seguridad. Como que egresó de la escuela
matriz como subteniente de orden y seguridad. Primeramente se va de oficial
operativo a San Miguel, en la Región Metropolitana, para luego hacerle a las ‘fuerzas
especiales’, al trabajo fronterizo, edecán de Lagos y durante 2006, primer gobierno
de Bachelet, ésta le encarga la jefatura del departamento de seguridad presidencial.
En 2008, se hace
general y pasa a comandar la dirección de inteligencia institucional. Pasa por
diversos cargos de jefatura y en 2014, ya con el cargo de general inspector, se
hace cargo de la recién creada dirección de inteligencia, drogas e
investigación criminal -sección creada luego del atentado con bomba en la
estación Escuela Militar del Metro[1]-.
Hace un mes, el 11 de agosto, se supo que su madrina Bachelet lo había nombrado
heredero del anterior cabecilla González Jure, instancia que asumió en el día
de hoy.
Este mismo Villalobos,
quien resulta tener un hermano que aspiraba en 2012[2]
a que mataran a todos los manifestantes en Aysén, fue quien estuvo a cargo de
la Dipolcar cuando se generó el llamado Caso Bombas, en el cual fueron
detenidas 14 personas por su presunta participación en la colocación de
artefactos explosivos, no obstante el proceso se cerró con la absolución de
todos los imputados.
Además,
el nuevo general director fue cuestionado al saberse de su nominación por su
participación en las escuchas telefónicas a parlamentarios, dirigentes
sindicales, entre otros tal como lo denunció el diputado
independiente Gaspar Rivas, quien emplazó a Bachelet a no escoger a
Villalobos por estos antecedentes: “En 2011 fue uno de los partícipes de
la intervención telefónica de celulares de políticos, parlamentarios, dirigentes
sindicales, periodistas y, también, participó del montaje en el denominado Caso
Bombas”, sostuvo el parlamentario. Sobre este particular, añadamos que, a
mediados de 2011, Villalobos protagonizó una polémica por amenazar al diputado
Sergio Ojeda, luego de que éste diera espacio[3] a
denuncias sobre escuchas telefónicas ilegales realizadas por la Dipolcar a los personajes
mencionados y agregaba a abogados de DD.HH., embajadores y autoridades de
gobierno. Aunque el retirado general Eduardo Gordon desestimó las acusaciones
en su momento, Villalobos admitió en una entrevista con La Segunda que los
aparatos de escucha efectivamente existen y que muchas de las denuncias son
ciertas.
Lo anterior quedó consignado en un expediente de 600 páginas,
resultado de una querella por la Ley de Inteligencia que Villalobos perdió ante
los tribunales y que acusaba de “espionaje” al director de Panoramas News,
Patricio Mery Bell.
También
en agosto, se había hecho patente[4] la
necesidad de saber la opinión del Partido Comunista respecto de Villalobos. Esto,
pues fueron ellos quienes presentaron una querella por el delito de escuchas
telefónicas ilegales sumada a la investigación del Ministerio Público. Pero, durante
la presente jornada, de Teillier y sus boys nada se escuchó.
Ahora
bien, una dirigenta política aseveró correctamente hace un mes[5] que quien
se haga cargo de una institución como carabineros debía cumplir con los valores
y el respeto, en la práctica, del Estado de derecho. “En carabineros y otras
ramas, no puede haber nadie involucrado en seguridad que esté vinculado a casos
de represión, de la dictadura militar o de corrupción”. Pues bien, resulta que
éste Villalobos está metido en líos de espionaje a politicastros y de montajes políticos,
mientras que el oficial que se fue, González Jure, está involucrado en el asesinato
de un niño durante la dictadura cívico-militar.
Sobre
González Jure, ahora ex jefe de la policía uniformada, digamos que habría
dirigido y participado el 30 de agosto de 1988, en plena dictadura del chacal Pinochet,
de una brutal represión dirigida a frenar las protestas contra el dictador. Ese
día, Pinochet era ungido por la Junta Militar como candidato presidencial, lo
que provocó sendas manifestaciones en todo el país. Durante las protestas, en
la comuna de la Granja, un niño de 14 años identificado como SERGIO
ALBORNOZ MATUS fue asesinado por la espalda. El accionar violento lo llevó
a cabo un pelotón dirigido por el entonces capitán Gustavo González Jure[6]. El
capitancito, en una primera instancia, fue acusado por la justicia ordinaria
como autor del delito de homicidio. No obstante, posteriormente el caso pasó a
manos de la justicia militar, cuestionada por instituciones internacionales de justicia
y DDHH, en donde se desarrolló un complejo montaje para cuidar al entonces
capitán y que dos décadas después sería general director, lo que incluyó la quema
de pruebas, expedientes y peritajes. Finalmente se culpó a un subteniente que
hasta el día de hoy, aun habiendo sido condenado, se mantiene bajo la
protección de González Jure y ostenta el grado de Teniente Coronel.
Cuando
sucedió el crimen, a la familia de Sergio Albornoz Matus les dijeron que los
carabineros involucrados en el asesinato serian desvinculados de la
institución, situación que claramente fue una mentira y nunca más hubo ni
verdad ni justicia. Y parece que, con Villalobos, la cosa no irá por mejor
camino.
Colectivo Acción Directa – CHILE
Septiembre 8 de 2015
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