15 DE
AGOSTO DE 1965 –
15 DE AGOSTO DE 2015
Editorial*
PLENO DEL CC
VIGENCIA
DE LA SALIDA POPULAR
¿Cómo enfrentar a
esta tiranía que se apoya en el poder de las armas, que usa todo el peso del Estado
para cumplir sus propósitos no sólo de mantenerse hasta el 89, sino de
proyectarse aún más allá? ¿Cómo salir de esta crisis que va destruyendo este
país e iniciar la construcción de un régimen de auténtica y profunda
democracia?
Unos, buscan desesperadamente la
negociación con las FF.AA., con el imperialismo y con el capital monopólico
financiero: las mismas fuerzas que han sostenido el régimen dictatorial durante
estos 13 años. Quieren lograr un acuerdo que conduzca el 89 a una democracia
restringida que, en lo esencial, mantendría la misma política económica y las
políticas excluyentes y represivas contra quienes luchan por la verdadera
libertad para Chile y su pueblo.
Otros, abandonan "por ahora" las
banderas populares y las reservan para una "época mejor", porque no confían
en la capacidad del pueblo. En los hechos, se subordinan a la línea de negociación
y renuncian a luchar por una solución real a los problemas del pueblo. Pero
también hay quienes estimamos que el pueblo y sus partidos no tienen por qué
conformarse con una salida que no recoja ni represente sus intereses. El pueblo
no está derrotado. Por el contrario, el extendido sentimiento antidictatorial,
los sacrificios y el coraje que han alimentado la lucha durante estos años,
demuestran que una salida democrática y popular a la crisis esté vigente. Sólo
la lucha independiente del pueblo por el derrocamiento de la dictadura y por la
conquista de todos sus derechos -utilizando todas las formas de lucha-,
permitirá alcanzar una verdadera democracia, popular y revolucionaria. Esta convicción
fue recientemente ratificada por el Pleno del Comité Central del MIR, convocado
para analizar la coyuntura que vive el país.
ACUERDOS DEL PLENO
DEL CC
Las resoluciones centrales de este Pleno en
la clandestinidad, aprobadas por mayoría, apuntan a fortalecer la alternativa
democrático-popular como proyecto independiente que rechaza las tendencias
negociadoras y claudicantes que existen en el campo opositor. Al reafirmar su
programa y estrategia revolucionarias, el MIR no sólo sigue sosteniendo que el
objetivo de hoy es el derrocamiento de la dictadura, sino que reitera su
compromiso de lucha por un gobierno democrático, popular y revolucionario que
permita avanzar hacia la construcción del socialismo en Chile. Sólo la lucha
popular y una transformación profunda de la actual estructura económica, social
y política de nuestra sociedad darán una real solución a la crisis que sufre
nuestro país.
Ninguna democracia restringida va a solucionar los agudos
problemas que aquejan al pueblo y al conjunto de la sociedad y, por lo mismo,
no va a contener el avance de la lucha popular y revolucionaria por los
derechos y la plena libertad de nuestro pueblo. Al contrario, la fuerza y la
rica experiencia acumulada en el curso de la lucha antidictatorial serán las
bases para continuar la lucha en condiciones más favorables.
Fortalecer la alternativa democrático-popular,
hoy, es impulsar con fuerza el programa del MDP y el Pliego de Chile, unificar
a la Izquierda y a los sectores consecuentemente antidictatoriales en una lucha
decidida por estos objetivos, y seguir planteando la acción común con el
conjunto de la oposición en una Asamblea de la Civilidad revitalizada para
impulsar la movilización social. El Pleno del CC ratificó la necesidad y, el derecho
del pueblo a desarrollar todas las formas de lucha: la movilización pacífica,
las luchas por las reivindicaciones económicas y sociales, la lucha ofensiva e
insurgentes la lucha armada como elemento indispensable para enfrentar hoy el
poder represivo y militar del régimen y para asegurar mañana el triunfo
popular. Construir fuerza militar propia del pueblo y pasar a acciones armadas
de mayor nivel, que desgasten y desarticulen a las FF.AA., es lo que permitirá que
las luchas sociales y políticas del pueblo puedan desplegarse en toda su
potencialidad. Es la combinación de la movilización social, de la lucha
insurgente y de la lucha armada lo que permitirá ir conformando el po - der
popular. Por esto, el pueblo no puede renunciar a ninguna forma de lucha.
Quienes se niegan a reconocerlo, tienen el único interés de impedir una
victoria popular en Chile y hacen todos los esfuerzos por sembrar la confusión
y el derrotismo en el seno de la oposición y de la propia Izquierda. Es preciso
combatir con claridad las posiciones negociadoras, claudicantes y derrotistas
que hoy se manifiestan en la Izquierda y a cuya influencia tampoco ha podido
escapar nuestro Partido. Es hora de definiciones: así lo entendió el Pleno del
CC al encarar fraternal pero firmemente las posiciones discrepantes al interior
de la dirección del MIR sobre la salida a la crisis nacional. De acuerdo a los
principios del centralismo democrático, llegó a acuerdos de mayoría que
llevaron a reafirmar la línea revolucionaria del Partido. Como consecuencia, se
introdujeron renovaciones en el Secretariado Nacional del MIR para ajustarlo al
impulso de la línea estratégico-táctica del Partido. El Secretario y el
Subsecretario General, compañeros Andrés Pascal Allende y Hernán Aguiló, fueron
reelegidos al frente de la dirección ejecutiva del Partido. El MIR, las fuerzas
populares y el pueblo debemos aprender de los errores y, a partir de la valiosa
experiencia ganada, avanzar con tenacidad y firmeza hacia el triunfo popular y
revolucionario.
¡SOLO LA LUCHA NOS HARA LIBRES!
Columna del CC
MAYORIA Y
MINORIA
El centralismo
democrático es la regla de oro que regula la vida de un partido revolucionario
marxista-leninista.
El MIR se rige por ella desde su fundación
pues con ese mecanismo asegura la fidelidad con sus fuentes ideológicas y con
su objetivo de luchar por una revolución proletaria en Chile, por la conquista del
poder por el pueblo, razón y justificación del surgimiento del MIR.
El centralismo democrático es un método
para decidir qué línea política concreta se debe adoptar, qué quehacer táctico
se debe desarrollar, qué respuesta concreta debe entregarse en cada momento. O
sea, el centralismo democrático es útil para elaborar e implementar la política
del Partido.
La elaboración de la política partidista
ocurre en una fase de amplia democracia y de plena participación de los militantes.
Como es natural, en ésta etapa el debate es interno, hay opiniones diversas,
discrepantes e, incluso, contradictorias. Esta confrontación de ideas es
legítima y necesaria. El MIR alienta la participación y la discusión interna,
pues de allí saldrán las respuestas políticas que necesita el Partido para
actuar en la lucha contra el régimen dictatorial. Un partido que discute democráticamente
sus opiniones es una organización que revitaliza las concepciones ideológicas y
políticas en las que se sustenta.
Luego del debate surge la resolución
adoptada por unanimidad, por consenso o por mayoría, en la dirección del Partido.
Hasta aquí el momento democrático de discusión.
La idea de centralismo tiene relación con
la exigencia ideológica de unidad estratégica y coherencia, coordinación y
unidad política. Quiere decir que una vez finalizada la discusión democrática,
las resoluciones adoptadas son válidas para todos los militantes: es la línea
central del Partido que debe ser impulsada con lealtad por todos.
El centralismo democrático es un rasgo que
distingue a una organización revolucionaria de lo que es un partido pequeño
burgués: en éste prima el caudillismo y el individualismo. El resultado de ello
es la dispersión política e inevitablemente la descomposición ideológica, con
sus secuelas de desviaciones, reformismo, derrotismo, etc. Una época de
dictadura, con coyunturas de gran complejidad como la actual, es caldo de
cultivo para este tipo de situaciones.
Hoy, más que nunca, la lucha contra la
dictadura y por un gobierno popular, democrático y revolucionario, exige a cada
militante ejercer su derecho democrático de participación para aportar ideas,
desarrollar iniciativas, reflexionar sobre la práctica, corregir errores. Y
también respetar el centralismo en la implementación de la línea y de las tareas
que se desprenden de ésta.
Ahora bien, de acuerdo al centralismo
democrático un partido revolucionario no aplasta a la minoría, a aquel sector,
grupo o persona que sostiene una opinión discrepante. Por el contrario,
reconoce a la minoría como una realidad interna, con derecho a expresar, replantear
y defender sus posiciones en el momento y la instancia adecuada, sin trasgredir
ni boicotear la línea central que se ha adoptado.
Es con este respeto y naturalidad como el
Partido enfrenta las discrepancias que se han planteado en el Pleno del CC del
MIR. Las resoluciones allí acordadas, por mayoría, en el marco de la
ratificación de la estrategia de guerra popular, constituyen la línea central
que rige la actividad de todo el Partido. La confrontación de ideas, la
discusión entre la mayoría y la minoría se seguirá desarrollando internamente
de acuerdo a los mecanismos del centralismo democrático y en el contexto del IV
Congreso del Partido que está en desarrollo. Esto, más la franqueza y formas fraternales
de relación, permitirán enriquecer al Partido y fortalecer los instrumentos
útiles para el triunfo popular.
*Publicado en
EL REBELDE, N° 233, noviembre de 1986. Pp. 1-5.
_________________________________________
Editorial**
LA LINEA
POPULAR
Se está produciendo
una articulación de las fuerzas populares, necesaria para impulsar una ofensiva
que logre un cambio político real. Dentro de este proceso, el MIR ha planteado
en Carta Abierta a la Izquierda y a los Sectores Consecuentemente Democráticos,
las características que debería tener esta nueva ofensiva. Llamamos a
desarrollar una discusión en el seno del pueblo para enriquecer el proyecto
popular y democrático, y acordar las medidas concretas para luchar por el
derrocamiento de la tiranía. "El objetivo debe ser levantar en la escena
política la alternativa de un gobierno popular, democrático y revolucionario",
señala nuestro Partido.
En su mensaje a la Izquierda, el MIR
rechaza la farsa de la "transición a la democracia" que protagonizan
el propio régimen y golpistas de ayer que hoy visten ropaje democrático.
También reitera su rechazo a la negociación que intenta llevar adelante la
oposición burguesa, arrastrando a sectores reformistas. Para nosotros, el verdadero
significado de esta maniobra es la capitulación ante la dictadura.
Hay un hecho fundamental que debe estar en
la base de las definiciones de las fuerzas populares: el movimiento popular
mantiene latente su disposición a la lucha y su preocupación se centra en cómo
avanzar en la construcción de su propio poder, de su capacidad independiente
para movilizarse y combatir en todos los planos, resistiendo las oleadas
represivas. Esta realidad nos exige tener muy claros los intereses de clase que
hay detrás de cada proyecto político. Y los intereses que defiende la
negociación con el régimen son los intereses del imperialismo y de los grandes
grupos económicos.
En su intento por hacer viable la
negociación, sus impulsores ocupan todas las tribunas para condenar la
violencia popular. Avalan también, en los hechos, la represión contra quienes
combatimos con las armas por la libertad. Incluso han condenado formas de lucha
que ellos mismos utilizaron como la movilización y la concertación social
amplia. La oposición burguesa trata de ocultar que sólo concede a las clases
dominantes el monopolio del uso de las armas. Por nuestra parte, reivindicamos
junto con el pueblo el derecho a hacer política con las armas, lo que es bien
distinto a "militarizar la política", término acuñado por la
contrapropaganda burguesa y que, lamentablemente, han adoptado sectores de
Izquierda. Nosotros, y amplios sectores populares, utilizamos todas las formas
de lucha, desde la movilización reivindicativa hasta la acción guerrillera,
porque nuestra lucha es contra un régimen contrainsurgente, sustentado en la
fuerza de las armas y en el terrorismo de Estado.
Para lanzar una nueva ofensiva, la
Izquierda debe armar con la verdad al movimiento de masas, alejándolo de
ilusiones como las "elecciones libres" en un país ocupado
militarmente. En cambio, la lucha por el trabajo y salarios justos, salud,
vivienda, educación, por el derecho a la vida y libertad de los presos
políticos, por el rechazo de la "Constitución" del 80, está a la
orden del día.
El impulso de la movilización social y
política tras estos objetivos, así como la no exclusión, son puntos centrales
de acuerdo en el campo de las fuerzas populares. Pero hay que reconocer también
que las posiciones derrotistas y claudicantes han permeado a sectores de la
Izquierda, los cuales expresaron en una reciente reunión su disposición a la
"salida política", o sea a la negociación con las FF.AA., y su
rechazo a la lucha armada del pueblo. Pese a las buenas intenciones, no deja de
ser otra ilusión creer que por la vía de la negociación con las FF.AA.
-principal sostén del actual régimen- se podrá llegar a una democracia donde el
pueblo pueda ejercer plenamente su soberanía, menos aún si de partida se
restringen las formas de lucha para certificar buena conducta.
________________________
SER DEMOCRATICOS DE
VERDAD
El MIR no es parte de las políticas
claudicantes. Su Secretario General, el Secretariado Nacional y el grueso de su
militancia, que ha crecido bajo la dictadura y se ha forjado en la escuela de
la lucha clandestina de masas y armada, en - tienden que el camino para
materializar las aspiraciones del pueblo es el alzamiento popular armado, que exige
articular todas las formas de lucha en un proceso de guerra popular. La salida
de la crisis nacional tiene un necesario carácter político-militar, dada la
naturaleza contrainsurgente del régimen.
En este camino reconocen filas vastos sectores
del movimiento popular y de la Izquierda, cuya práctica de lucha les ha
enseñado a conocer y a odiar al enemigo de clase. Reagrupar a esos sectores
tras la conducción revolucionaria, es indispensable para retomar la ofensiva y
cerrar el paso a la negociación. Es la única manera de ser democráticos de
verdad en este país. En el impulso de la movilización antidictatorial se podrán
establecer concertaciones, pero el movimiento popular, que es la verdadera
columna vertebral de la lucha contra la dictadura, no está disponible para ser
usado como base social de apoyo de los que negocian, de los que esperan el llamado
de los Altos Mandos de las FF.AA. para capitular.
¡SOLO LA LUCHA NOS HARA LIBRES!
**Publicado en
EL REBELDE, N° 235, enero de 1987. Pp. 1-3.
_________________________________________
Columna del CC~
EN EL MIR
NO CABE EL DERROTISMO
_________________________________________________________
DECLARACION PUBLICA
DEL SECRETARIADO NACIONAL DEL MIR DISTRIBUIDA EN EL PASADO MES DE FEBRERO_________________________________________________
"Ante versiones difundidas por
agencias de noticias de que un grupo de militantes del MIR, encabezados por Nelson
Gutiérrez y Pablo Buenaventura (Patricio Rivas –N de R), se ha separado de nuestro
Partido y que hace gestiones en el exterior para que se le reconozca como una
organización que llevaría el nombre de "MIR-R", queremos señalar:
1.-
Es efectivo que ese grupo abandonó las filas del MIR en desacuerdo con la línea
estratégico-táctica que levanta nuestro Partido y luego de fracasar sus
intentos de modificarla a través de métodos reñidos con los principios del
centralismo democrático que rigen nuestra organización.
La marginación de ese grupo es la
culminación de una labor fraccional dirigida por algunos miembros del Comité
Central, entre ellos los mencionados por las agencias de noticias. Esa
actividad fraccional se enfrentó ideológica y políticamente en el seno del
Comité Central y en el conjunto del Partido. Las posiciones que sustenta ese grupo
fueron rechazadas categóricamente.
Nuestro Partido cree posible alcanzar una
salida popular y revolucionaria a la crisis nacional. Para fortalecer la
alternativa independiente del pueblo, el MIR considera que debe intensificar
sus esfuerzos en todos los planos para conformar una sólida vanguardia
político-militar de ancha base clandestina. El MIR tiene plena confianza en la
fuerza y capacidad de las masas para sostener una ardua lucha y desarrollar su
propia alternativa popular y revolucionaria. Se apoya en esa confianza para
impulsar una línea de lucha intransigente por el derrocamiento del régimen
militar y la instauración de un gobierno democrático, popular y revolucionario.
Durante estos trece años nuestro Partido ha cometido errores y ha sufrido
reveses. Pero no ha caído ni caerá en el desaliento. Los errores los ha
corregido y las derrotas parciales las ha superado.
En cambio, el grupo que ha terminado por
separarse del MIR no cree realista ni posible lograr en este período la salida
popular independiente por la cual luchamos. Por lo tanto, formula
planteamientos estratégicos, tácticos y organizativos acordes con su visión
marcada por el derrotismo.
Los planteamientos de ese grupo han sido
rechazados no sólo por la mayoría del Comité Central sino también por los más
amplios sectores del Partido que se han pronunciado al respecto. Es por eso que
antes de sufrir una definitiva derrota en el IV Congreso Nacional que el MIR
inicia en la clandestinidad, el grupo fraccional decidió separarse del Partido.
Ya antes había roto con las normas que permiten tratar y resolver las
discrepancias en el seno del Partido; se había rehusado a subordinarse a la mayoría
y se autonomizó de la Dirección ejecutiva.
2.-
A los partidos aliados les pedimos que no se dejen confundir por las
actividades de ese grupo que se ha separado del MIR para realizar políticas que
jamás tendrán acogida en el Partido que creara Miguel Enríquez, en cuyo ejemplo
heroico se forman nuestros militantes. Aprovechando posiciones partidarias que
disponía antes de alejarse del MIR, ese grupo ha desarrollado actividades en el
plano de las alianzas, asumiendo una representación que no posee y suscribiendo
acuerdos que no comprometen al MIR.
3.-
Al pueblo del que formamos parte y que siempre ha rodeado al MIR de su
fraternal solidaridad, le decimos que esta crisis interna nos permitirá sacar
valiosas lecciones para cumplir mejor nuestras tareas en los ámbitos político,
social y militar de la lucha contra la dictadura. El MIR está cohesionado en
torno a sus principios programáticos y estratégicos e impulsa con decisión y
espíritu unitario sus responsabilidades en la lucha por echar abajo a la
dictadura militar."
~Publicado en
EL REBELDE, N° 237, marzo de 1987. Pp. 3-4.
_________________________________________
¡ADELANTE, CON LAS FUERZAS DE LA HISTORIA!^
“Lograr que la alternativa democrática
revolucionaria cristalice como una alternativa de der frente al poder burgués,
exigirá recorrer el largo, duro y difícil camino de guerra popular“.
Con estas palabras, el Secretario General del
MIR, Andrés Pascal Allende, se dirigió a los militantes al conmemorar el pasado
15 de Agosto el XXII aniversario de nuestro Partido, destacando los desafíos
que los revolucionarlos y el pueblo tenemos frente a los intentos de
perpetuación del régimen. "Cualquier cambio ‘democratizador’ -señaló-, sí
lo hay, será restringido y excluyente, y no dará respuesta a las
reivindicaciones sociales y libertarias de las clases oprimidas. Es por ello
que el MIR rechaza terminantemente legitimar los intereses del régimen con la inscripción
en los registros electorales y hacerse partícipe de una campaña ilusoria por ‘elecciones
libres’ bajo la dictadura que es un engaño para las masas". Agregó el
compañero Andrés Pascal: "La tarea fundamental del movimiento revolucionario
de aquí al 89 es acumular fuerza social, política y militar en el campo popular...,
En Chile el desarrollo de la rebeldía popular, que resurge en otros países del
continente con el deterioro de los procesos de democratización, puede tomar la
forma de un solo e ininterrumpido proceso de lucha revolucionar”. “Acumular
fuerza revolucionaria -precisó nuestro Secretario General- exige una activa
resistencia antidictatorial en la lucha social y democrática de masas, y muy
especialmente en la insurgencia y resistencia armada popular". En la
reactivación de la lucha de masas, destacó la movilización reivindicativa
económica y social en un enfrentamiento ofensivo por la justicia social, como
también la lucha por los derechos humanos y, en particular, la defensa de la
vida de los militantes del MIR y del FPMR amenazados de muerte por la
dictadura. Finalmente, afirmó que la crisis de la izquierda y el resurgimiento
del reformismo imponen un reagrupamiento de los sectores revolucionarios en
torno a una línea democrática independiente y el impulso de la unidad del
movimiento popular alrededor del programa de 12 puntos del MDP y del desarrollo
de la rebeldía antidictatorial. "El MIR -enfatizó- no avalará una falsa
unidad de la Izquierda que se pretende levantar en arreglos de cúpula,
alrededor de un programa y de una estrategia claudicantes que traicionan los
intereses revolucionarios de la clase obrera y del pueblo".
^Publicado en
EL REBELDE, N° 243, septiembre de 1987. P. 5.
_________________________________________
DIRIGENTE
COMISION MILITAR (&)
(Seguramente Hernán Aguiló –N de R)
"TRANSFORMAR LA REBELDIA EN PODER ARMADO Y MILITAR"
Para la Comisión Militar del MIR, en la actual etapa de
acumulación de fuerzas, la tarea central e inaplazable es desarrollar el poder
armado y militar del pueblo. Es lo que uno de sus dirigentes asegura que ya
están tratando de llevar a la práctica, reconstruyendo partido con una nueva y
renovada ligazón con el movimiento de masas. Son las correcciones que se
introducen a la estrategia revolucionaria, luego de un profundo análisis
autocrítico sobre las derrotas sufridas ante la estrategia de contrainsurgencia
del régimen dictatorial. Porque no es el movimiento de masas ni su disposición
de lucha lo que ha fallado, sino que, por el contrario, su potencial
democrático, revolucionarlo y de rebeldía sigue vigente, asegura el dirigente
de la Comisión Militar.
-¿Cómo se explica
el éxito del Gobierno de Pinochet, en contener y superar la intensa movilización
social que se vivió hasta el año 86 y que amenazó seriamente su continuidad, en
subordinar a la oposición a su proceso de institucionalización y en
prácticamente hacer desaparecer del escenario político a la alternativa
democrático popular?
-Valdría, la pena
partir señalando que no debemos confundir que la alternativa democrático
popular está débil, que es algo real, con que las masas hayan perdido su
potencial democrático, revolucionario y de rebeldía. Esto último sigue vigente
y se puede apreciar con claridad con el resurgimiento de las movilizaciones de
los jóvenes en los liceos y universidades, en las poblaciones, en las huelgas
de los trabajadores de Ferrocarriles, de los académicos y funcionarios de
varias universidades, en las movilizaciones y huelgas de obreros agrícolas y
campesinos, por citar las más recientes.
Las derrotas no son
del movimiento de masas, sino de las estrategias de los partidos de izquierda y
de los propios revolucionarios, que no hemos sabido encauzar éste potencial de las
masas, para ir transformándolo en una verdadera alternativa de poder al régimen
que representa los intereses del gran capital nacional y extranjero.
El éxito de Pinochet y el régimen que él encabeza
se sintetiza, entonces, en que la estrategia de contrainsurgencia del gran
capital y las FF.AA. ha tenido la coherencia y la eficacia política y
represiva, para desarticular una y otra vez las diversas estrategias del campo
popular, democrático y revolucionario. Por eso que es necesario, sobre todo en
los partidos revolucionarios, hacer un profundo análisis autocrítico de lo que
ha sido el proceso de acumulación de fuerzas durante el régimen dictatorial,
porque quién ha fallado no es el movimiento de masas y su disposición de lucha,
sino nuestras estrategias para enfrentar con .éxito ai régimen dictatorial...
-¿En qué han
fallado fundamentalmente?
-La estrategia
democrática y revolucionaria no ha sabido comprender, hasta ahora, que una cosa
es la disposición combativa de las masas, el deseo mayoritario de las masas por
cambiar la actual situación, y otra muy distinta es la fuerza real y eficaz que
tiene el campo popular y revolucionario para desgastar, debilitar y desarticular
la estrategia de contención del régimen.
Ud.
mismo en la pregunta explícita una aseveración que no corresponde a la
realidad, al afirmar que la movilización social del 86 "amenazó
seriamente" la continuidad de Pinochet y del régimen que él encabeza.
Justamente en este tipo de apreciaciones y afirmaciones ha estado uno de los
errores más serios de la estrategia popular y revolucionaria y de nuestro
Partido en particular. La movilización social, la disposición de las masas para
luchar, el deseo de las masas para cambiar la situación existente, es el
requisito y el componente que le da sustento y vida a una estrategia popular,
democrática y revolucionaria. Es la energía, el alimento del cambio social,
pero no es fuerza en sí misma, si pensamos que tiene que enfrentarse a un
moderno Estado contrainsurgente. Ahí es donde ha estado la confusión. Para que
sea fuerza efectiva, para que pueda desarticular política y militarmente al
régimen y su estrategia de contención, esta energía, este alimento, tiene que
vaciarse al vehículo de la revolución, que a su vez tiene que fijarse un
recomido con una dirección adecuada. El vehículo que permite ir desarticulando
política y militarmente al régimen es la lucha armada y militar del pueblo,
pero el camino y recorrido que siga, el desarrollo de la lucha armada y militar
del pueblo, tiene que tener en cuenta a cada momento, en cada etapa de la
lucha, la fuerza de la contrainsurgencia y que está haciendo ésta para tratar
de desarticular la fuerza del pueblo. Esto es lo que los revolucionarios no
hemos sabido hacer bien hasta ahora y por eso que hemos sido incapaces de
canalizar la energía de las masas para que ésta se transforme en poder armado y
militar del pueblo,
-La situación que se vive hoy en Chile,
¿posterga indefinidamente una salida popular a la crisis, teniendo el pueblo
que contentarse con el mal menor de un recambio de Pinochet? De no ser así, ¿en
que se basa esa posibilidad?
-Mientras
exista este enorme potencial del movimiento de masas, no estará postergada
indefinidamente una salida popular a la crisis.
Por
otro lado, la crisis estructural del capitalismo chileno, no tendrá solución
mientras sea el gran capital nacional y extranjero el que tenga el papel rector
en el desarrollo de las fuerzas productivas. Y ese papel rector supone y
conlleva la mantención del actual modelo económico social de mercado, el que se
inserta, a su vez, en la división internacional del trabajo bajo la tutela de
los países imperialistas. Todo esto mantendrá la superexplotación de los
trabajadores y mantendrá en la marginalidad a un amplio sector del pueblo. El
gran capital nacional, dependiente y en alianza con el imperialismo, no es
capaz de solucionar la crisis estructural. Por ahora, sólo pueden administrar
la crisis, mientras aplican la estrategia de contención del movimiento de
masas.
La
estrategia de contención del movimiento de masas, el proceso de
institucionalización en marcha, no son otra cosa que una democracia protegida y
restringida donde las FF.AA. seguirán teniendo un rol de gendarmes sobre la
población y mantendrán la represión sobre el campo popular y revolucionario.
Esta es su fuerza, pero también su gran debilidad, porque desde el momento que
los revolucionarios empiecen a desgastar y golpear más sistemáticamente a las
FF.AA., en ese mismo momento empezará a
desmoronarse la estrategia de contención. Por algunos años han logrado reprimir
y contener los estallidos revolucionaros, pero está situación no será eterna.
Más aún si los revolucionarios, como te decía en la respuesta anterior,
aprendemos de nuestros errores y entendemos que somos nosotros los que debemos
corregir el camino y canalizar la rebeldía popular, para que se transforme en
poder armado y militar.
-
Después de haber encabezado la Resistencia antidictatorial y de haber
desarrollado un sostenido accionar armado y militar hata el año 83, el MIR
parece no existir a no ser por una que otra acción antirrepresiva, por algunas
banderas en actos de masas y por las noticias sobre su división. ¿Cuál es la
razón de ello y cuál es exactamente la situación del MIR en los planos
político, orgánico y militar?
-Es
cierto que el MIR ha tenido una disminución en su presencia política y militar.
El MIR, como consecuencia de las derrotas táctico-estratégicas sufridas al
momento del Golpe Militar y posteriormente, entre los años 81-86, entró en una
profunda crisis. Esta crisis tocó fondo en los años 86-87. Un grupo minoritario
de la dirección y del Partido buscó explicarse las derrotas del Partido y del
campo popular por la vía de la revisión de nuestros objetivos programáticos y
estratégicos, y entró a cuestionar el papel de la lucha armada y militar como
factor determinante en la estrategia de poder del pueblo. Este sector se
automarginó a comienzos de 1987…
-¿Es
el grupo que dirige Nelson Gutiérrez que participa en la Izquierda Unida y que
llaman MIR-R, de renovado?
-Exactamente,
pero siguiendo con la situación del Partido… La automarginación de este grupo
minoritario no terminó de resolver la crisis del MIR. Nuestros errores
táctico-estratégicos y su no corrección a tiempo, permitieron a la
contrainsurgencia asestar fuertes golpes represivos al Partido y desarticular
en los últimos 4 años una buena parte de nuestra estructura orgánica. El
instrumento orgánico es el medio con el cual un partido realiza la conducción
revolucionaria de masas y el medio también que le permite constituir la fuerza
armada y militar del pueblo. La desarticulación (…), junto a la crisis que te
señalaba anteriormente, hicieron disminuir mucho nuestra presencia en la escena
política y militar.
Hoy
la situación en el MIR es desigual en términos orgánicos. Además, como
consecuencia de la crisis, en el Congreso en curso han surgido distintas
interpretaciones de las causas de nuestras derrotas y, por lo mismo, distintas
proposiciones táctico-estratégicas para darle solución a la crisis. La
situación es delicada, pero la propia práctica nos irá señalando cuál es el
camino correcto a seguir. Nosotros, como Comisión Militar, hemos propuesto una
vía orgánica, política y militar para ir remontando la situación y estamos
llevando a la práctica lo que para nosotros es la tarea central e inaplazable en
la actual etapa de acumulación de fuerzas EL DESARROLLO DEL PODER ARMADO Y
MILITAR DEL PUEBLO. Como se ha informado, ya hemos realizado varias acciones
durante este año y estamos haciendo un esfuerzo especial en la reconstrucción
de un partido con una nueva y renovada ligazón con el movimiento de masas.
&Publicado
en EL COMBATIENTE N° 2 (periódico oficial de la Comisión Militar), mayo de
1988. Pp. 7-10.
_________________________________________
Comunicado (#)
RESOLUCIONES DEL CONGRESO
En el mes de julio,
la Comisión Militar del MIR realizó en Chile la fase plenaria de su Primer
Congreso Nacional, en el marco del IV Congreso del MIR, con asistencia de
delegados del interior (75%) y del exterior- (25%). A partir de un profundo
análisis autocrítico sobre la crisis del MIR y las dos grandes derrotas
táctico-estratégicas, se precisó una nueva estrategia de acumulación de
fuerzas, cuyo eje es el desarrollo de la lucha armada, ligados a las amplias
masas. La plenaria eligió una nueva dirección, acorde con los lineamientos
táctico-estratégicos, a la que se dio el mandato de preservar la unidad del MIR
y seguir adelante con los esfuerzos de coordinación, cooperación y apoyo con
otros sectores del Partido, a la vez que estrechar relaciones con los
revolucionarios de otros partidos.
1) La plenaria conoció los distintos
balances presentados al IV Congreso sobre el desempeño y la situación del Partido
y luego de una profunda autocrítica concluyó quo la estrategia de acumulación
de fuerzas que el MIR -ha venido aplicando desde hace 18 años, cuya centralidad
es la articulación de la lucha social, política y militar, se encuentra agotada
y derrotada por la estrategia de contrainsurgencia del régimen dictatorial, a
la que no ha sido capaz de enfrentar con éxito. Esta estrategia de acumulación
de fuerzas equivocada ha llevado a nuestro Partido a sucesivas derrotas
táctico-estratégicas, siendo las más grandes las del 73 y 81-86, y ha impedido que nuestro
pueblo desarrolle su propio poder armado y militar, transformándose en real alternativa
de poder a las clases dominantes. Esta estrategia de acumulación de fuerzas ha
sido unilateral (al no tener en cuenta en cada momento, simultáneamente, los
dos aspectos de la contradicción principal pueblo-dictadura) y en su aplicación
se ha incurrido históricamente en graves errores de mecanicismo, gradualismo, falta
de direccionalidad estratégica y coyunturalismo. También, en diversos grados y
momentos, han existido desviaciones ultraizquierdistas, espontaneistas y
revisionistas, así como han estado presentes el ideologismo y el determinismo
político y orgánico, ya que el Partido ha caído en una estrategia de
acumulación de fuerzas determinada por los factores políticos coyunturales (que
son condicionantes, pero no determinantes) y no por las fuerzas dinamizantes o
retardatarias de la contradicción principal (las fuerzas reales: de los
revolucionarios y las fuerzas de la contrainsurgencia).
2) A partir de este balance y de la
debilitada situación del Partido, se concluyó la necesidad de corregir los
errores a través de una revolución interna y externa y de una nueva estrategia
de acumulación de fuerzas, cuyo eje sea desarrollar el poder armado y militar
del pueblo.
El objetivo político militar para esta
etapa es la creación de un nuevo instrumento partidario, capaz de llevar
adelante la tarea central e inaplazable de HACER POLITICA CON LAS ARMAS, que
permita acumular fuerza democrática propia de poder y crear las condiciones
para la lucha guerrillera.
Sólo en torno a la tarea central e inaplazable
será posible ir desarrollando una relación de poder con el movimiento de masas,
reconstruir un Partido adecuado para la guerra y enfrentar y hacer retroceder a
la estrategia de contrainsurgencia. Todas las otras formas de organización y
lucha, la política de alianzas, la relación con el movimiento de masas, deben
ser coherentes con esta tarea de desarrollar la lucha armada y militar.
3) Independientemente que la iniciativa
estratégica esté en manos de las clases dominantes y que consoliden su proceso
de institucionalización, se constató que seguimos viviendo un período de
ascenso de las luchas populares. La crisis estructural tiene en la marginalidad
a más de cinco millones de chilenos, la inmensa mayoría de la población está
por terminar con el sistema actual y existe un enorme potencial revolucionario
en una amplia franja del movimiento de masas, a pesar de las ataduras que la
estrategia de contrainsurgencia le impone. El descontento social se va a
profundizar después de la farsa del plebiscito, gane el SI o gane el NO, pues
las dos posibilidades son un fraude para las aspiraciones de las masas,
independientemente que al no haber hoy una alternativa popular y
revolucionaria, el descontento se canalice hacia el NO. Aunque existan
repliegues momentáneos, en el movimiento de masas las condiciones objetivas
están dadas para el desarrollo de la lucha armada y militar del pueblo. Ligarse
a las amplias masas y canalizar parte de la rebeldía y el descontento social y
transformarlo en poder armado y militar, esa es la línea de masas definida para
la actual etapa.
4) La plenaria acordó modificar las Tesis
Programáticas y Estratégicas y los Estatutos, para lo cual se aprobaron las
bases sobre las que trabajará una Comisión Redactora. Las rectificaciones no se
refieren a los objetivos programáticos y estratégicos, que son correctos, sino
que a la estrategia para alcanzar esos objetivos. Se redactó también un
Reglamento Interno, válido hasta la Conferencia donde deberán aprobarse las
Tesis y Estatutos.
5) Por último, la plenaria acordó hacer
todos los esfuerzos para mantener la unidad del MIR, en base al reconocimiento
de que la existencia de distintas reflexiones autocríticas, distintos balances
y distintas estrategias de acumulación de fuerzas, impone hoy día la independencia
orgánica y política, necesarias para que estas estrategias puedan confrontarse
con la práctica. Sin embargo, la coincidencia en los objetivos programáticos y
estratégicos generales, posibilita la unidad en torno a una coordinación basada
en el respeto y apoyo mutuos, lo que a su vez permitirá sentar las bases para
una unidad superior en el futuro.
¡SOLO LA LUCHA ARMADA NOS HARA LIBRES!
¡CON LAS MASAS ORGANIZADAS PARA EMPUÑAR LAS ARMAS: VENCEREMOS!
#Publicado en
EL COMBATIENTE N° 3 (periódico oficial de la Comisión Militar), julio de 1988.
Pp. 4-5.
_________________________________________
Comunicado del IV Congreso
Nacional del MIR (Político) 1988 (%)
1.- El MIR informa al pueblo chileno, a los
partidos de izquierda y a todas las fuerzas democráticas del país, que ha
culminado exitosamente la realización de su IV Congreso Nacional. Este fue
resultado de un largo proceso democrático en el que participo la totalidad de
los miembros del Partido, culminando en la realización de un plenario nacional.
Allí se aprobaron unánimemente las bases de un balance de 23 años de lucha, los
fundamentos de un programa de la revolución popular chilena, los ejes de una
estrategia político-militar y la táctica para los próximos años de lucha contra
la dictadura. También, se eligió mediante votación secreta, libre e informada,
a los compañeros que integran actualmente el Comité Central de nuestro partido.
La propia realización y culminación exitosa
del Congreso constituye una derrota para la dictadura. A pesar de la brutal
represión que ha ejercido contra los militantes del MIR esta no pudo impedir
que los revolucionarios pudiesen discutir las enseñanzas, los aciertos y los
errores de 23 años de lucha, valorasen la trascendental importancia de las
batallas democráticas que el pueblo librara en los próximos años, y definieran
los aportes que nuestro partido hará como parte integrante del movimiento
popular del país. De esta forma se fortaleció la cohesión y la unidad interna,
se redoblaron nuestras convicciones democráticas y socialistas, aumento nuestra
decisión de luchar por el derrocamiento de la dictadura que asola nuestra
patria.
Gracias a la culminación exitosa de este
Congreso, el MIR, con el ejemplo de Miguel Enríquez y todos nuestros mártires
podrá extender su proceso de construcción como partido popular revolucionario.
Para la inmensa mayoría de su militancia este evento constituyo una experiencia
nueva, que fortaleció un pensamiento democrático acerca del Partido. Ya no se
repetirán situaciones que permitieron a una tendencia voluntarista mantenerse
en la dirección superior, mediante procedimientos antidemocráticos, a pesar de
los evidentes errores cometidos entre 1981 y 1984. El Congreso fue también una
gran escuela para viejos y nuevos militantes , que permitió generalizar el
conocimiento colectivo de una rica experiencia que se mantenía fragmentada por
efectos de la clandestinidad, la represión y las graves insuficiencias que
existían en los mecanismos democráticos de discusión interna.
El MIR entra en una nueva etapa de su vida
como organización revolucionaria que comienza a superar una crisis que tuvo
grandes consecuencias políticas y sociales, pero que también permitió liberarse
de lastres que impedían su desarrollo como partido revolucionario, con un
aporte creativo para el movimiento popular chileno.
2.- Durante la realización del IV Congreso
se desarrolló un exhaustivo análisis de las tendencias históricas que cruzan la
sociedad chilena. Es sabido que desde 1973 se realizaron profundas
transformaciones en las clases sociales del país. La característica
predominante ha sido la creciente dolarización social: por un lado, riqueza y
poder se concentraron en dos decenas de grupos económicos, en una minoría de
civiles y militares y los grupos transnacionales; por el otro lado, pobreza y
exclusión se generalizan en millones de chilenos, extendiéndose a vastos
sectores de las capas medias. El empobrecimiento de millones de chilenos, ha
sido acompañado por una creciente heterogeneidad de situaciones que viven las
clases populares, las que han sido capaces de organizarse en diversos
movimientos sociales que emergen con fuerza en la lucha democrática.
En millones de chilenos se extiende una
demanda democrática que persigue expulsar al tirano, terminar con la
Constitución del 80 y proceder a importantes transformaciones sociales,
políticas y económicas. Nadie puede pretender poner límites a lo que piden las
grandes mayorías. Su demanda democrática no solo consiste en recuperar los
derechos de la ciudadanía, sino que también el que se cumplan grandes
aspiraciones económico-sociales que hoy son impostergables.
La demanda democrática se expresa a través de
la movilización política y social, con todas las formas de lucha que ella
conlleva, que abarca a todas las clases populares oprimidas y explotadas, que
cruza a todos los partidos de oposición, conformando el gran torrente
democrático que existe en la sociedad chilena.
Vivimos un periodo ascendente de la lucha de
clases en Chile. Se agudizan las contradicciones en el seno de la clase
dominante y se extiende el movimiento popular con todas sus expresiones y
formas de lucha. La resolución de este periodo no es de corta duración. La
correlación es aun estratégicamente favorable a las fuerzas reaccionarias. Aún
no está resuelta la hegemonía entre la oposición burguesa y la oposición
democrático popular. Aún existen insuficiencias y divisionismos al interior de
la izquierda. Segmentos fundamentales del Movimiento Popular no han logrado aún
generar una dinámica permanente de luchas sociales. Los tiempos históricos
tenderán a acelerarse entre 1988 y 1989, haciendo mayor el desafío del pueblo
por superar sus debilidades y para conquistar una democracia verdadera.
Nos proponemos impulsar el protagonismo
popular como eje decisivo para cualquier salida democrática, impulsando la
unidad política y social del pueblo. Asimismo impulsaremos, en el marco de la
unidad de las fuerzas populares, el proceso de generación de la dirección
revolucionaria que se necesita, buscando la confluencia en torno a un programa
y estrategia de victoria.
3.- En este contexto de dolarización social
y de aceleración de la lucha de clases existen tres grandes proyectos
políticos: primero el proyecto autoritario del bloque en el poder, que con
apoyo del imperialismo norteamericano, pretende continuar desarrollando los
propósitos que motivaron el golpe militar de 1973. El principal instrumento es
la imposición a toda costa de la Constitución de 1980, para legalizar y
proyectar el Estado antidemocrático del gran capital bajo tutela militar, con o
sin el tirano. De esta forma se evidencia que la clase dominante chilena no se
ha hecho más democrática, sino todo lo contrario.
El pueblo chileno no puede hacerse ilusiones
acerca de los propósitos de los de arriba. Mediante el recurso de la represión
y la división, intentan una segunda derrota de las fuerzas democráticas del
país, en particular de la izquierda. Asimismo, pretende arrinconar y desmembrar
a grandes movimientos sociales que han resurgido en los últimos anos. El
impulso de la modernización capitalista dependiente, pretende completar la
sumisión de millones de trabajadores a la acumulación capitalista salvaje y
depredadora.
El segundo proyecto es de una vergonzosa
cohabitación con el autoritarismo, que la oposición burguesa al régimen
pretende legitimar e imponer al conjunto del pueblo chileno. En el contexto de
la lucha plebiscitaria, este proyecto no se muestra aún con toda su claridad,
pero la dirigencia democratacristiana ha dado numerosas evidencias de sus
reales intenciones políticas evidente que pretende utilizar un eventual triunfo
del NO en el plebiscito próximo, para obtener una concesión de los generales:
abrir un proceso de negociaciones para concretar un pacto conservador, que
inevitablemente traicionará las aspiraciones democráticas del pueblo chileno.
En efecto, este pacto no permitirá que se
haga justicia en relación a los crímenes perpetrados por la dictadura,
mantendrá la exclusión política de la izquierda, mantendrá el poderío de los
grupos económicos, impedirá que millones de pobres puedan agruparse en
organizaciones sociales para defender sus derechos e intereses. En definitiva,
este pacto busca mantener incólume a la gran propiedad monopólica y el papel de
gendarmes internos de las FFAA. Es por eso que consideramos que el proyecto de
pacto de cohabitación Militares -DC no consiste en un "mal menor",
sino que mantendrá el Estado autoritario del gran capital.
Las fuerzas que propician el pacto
conservador, se ven hoy obligadas a confrontarse con el pinochetismo en el
terreno plebiscitario, radicalizando el contenido democrático y antiautoritario
de su discurso. A pesar de que intentan frenar la movilización social y dividen
a la oposición en cuanta elección gremial existe, la necesidad les obliga a
enfrentarse al pinochetismo. La dolarización de la lucha política y social le
da poco espacio a la concreción de su proyecto negociador. Por eso es que el
éxito de este proyecto está lejos de concretarse. Además las fuerzas político-militares
del pinochetismo son enormes para vencerlas con una estrategia pasiva y
negociadora.
Es lamentable que sectores de la izquierda
y del progresismo DC cierren los ojos frente a esta realidad, y que incluso se
hagan ilusiones respecto a su participación en aquellas eventuales
negociaciones. En vez de privilegiar la autonomía democrática del pueblo
chileno, en vez de impulsar la movilización social, se subordinan a la
hegemonía política de la directiva derechista de la DC. Motivados por la
ambición política y afanes hegemonistas, están siendo utilizados para un
proyecto de pacto ínter burgués, conservador y antipopular. La historia los
colocara inevitablemente ante claras disyuntivas: o apoyan el pacto
conservador, convirtiéndose axial en organizaciones que definitivamente rompen
con sus orígenes populares y democráticos, o rompen con la tendencia pactista y
retoman un camino de lucha intransigente contra toda forma de dominación
dictatorial. El tercer proyecto, de carácter democrático-popular, y de clara
orientación socialista, lucha intransigentemente por los derechos democráticos
y sociales de las grandes mayorías. Su propósito es claro: terminar con el
tirano, la dictadura y su Constitución de 1980, establecer un Gobierno
provisional, democratizar las FFAA y demás poderes del Estado, y convocar a
elecciones de una Asamblea Constituyente libre y soberana. Como es obvio, este
es un proyecto hijo de la lucha democrática y no de una transacción.
Es la izquierda chilena la portadora
principal de esta alternativa. Quince años de confrontación con la dictadura,
han acerado la voluntad de lucha y las referencias populares de las fuerzas que
impulsan este proyecto. La fuerza demostrada a lo largo de todo el país,
constituye un acervo inapreciable que garantiza la potencialidad revolucionaria
que pueden tener los futuros acontecimientos políticos en Chile.
Sin embargo, durante los dos últimos años,
las fuerzas de izquierda, no han logrado mantener el ímpetu que evidenciaron
entre 1983 y 1986. Esto ha debilitado su iniciativa política, demostrándose a
la vez un estado de confusión y vacilaciones políticas, que han dañado la causa
democrática popular. Es indispensable que esta situación sea superada a la
brevedad posible.
El MIR se siente plenamente interpretado
por el proyecto que tanto el MDP y la IU han impulsado. Dentro de él
reafirmamos el perfil estratégico que siempre ha definido nuestra identidad
política. Opinamos que la aspiración democrática de democracia plena solo será
viable mediante una salida revolucionaria a la crisis histórica que vive la
sociedad chilena. Esto exige de una estrategia revolucionaria con clara
voluntad de poder. Solo con el protagonismo de millones de chilenos, la unidad
de todas las fuerzas opositoras y un pueblo en armas, es que será posible
imponer esta salida democrática a quienes detentan el poder.
4.-
En los próximos meses, el pueblo chileno se verá confrontado a la eventualidad
de un plebiscito impuesto, que el pinochetismo pretende convertir en un hito
que asentara la legitimidad del régimen y la continuidad en el poder del tirano
hasta fines de siglo.
Tal evento es parte del itinerario
dispuesto por la Constitución del 80, antidemocrática en su origen y contenido,
con el fin de subordinar a los chilenos para consolidar una institucionalidad
ajena a los grandes intereses nacionales.
El plebiscito no es ajeno al historial
fraudulento de este gobierno, como ya sucedió con la consulta de 1978 y el
plebiscito de 1980. Tampoco es ajeno al hecho de que existe un Estado
comprometido en términos absolutos con la alianza de clases en el poder, que se
expresa en el gigantesco aparato que el gobierno despliega en la campana por el
SI.
Este plebiscito no se realiza en
condiciones democráticas. Por el contrario, la dictadura ha reforzado el uso de
la represión en forma indiscriminada, la intimidación con un nuevo golpe de
Estado, el uso descarado de los fondos públicos, el monopolio de los medios
masivos de comunicación, el terror, la demagogia y el cohecho, la incorporación
desembozada de las FFAA a la campana por el SI. Son elecciones bajo una
dictadura que solo pretende disfrazar su naturaleza represiva y de clase.
Por ello el MIR rechaza el plebiscito como
mecanismo valido para que se exprese la voluntad popular, como también rechaza
la pretensión de defraudar la decisión soberana de los chilenos mediante la
imposición de tan cuestionada institucionalidad.
El éxito de la táctica del pinochetismo no está
asegurado. Se confronta a millones de chilenos que están hartos de la dictadura
y a contradicciones internas que dificultan su capacidad de maniobra, lo que
complica y hace más costosa la realización del fraude electoral.
Por otra parte, la movilización de masas se
ha extendido y si bien no encuentra niveles superiores de articulación,
básicamente por problemas de conducción, ha ido en ascenso. Se multiplican los
conflictos laborales y estudiantiles, se camina a la pre-constitución de la CUT
y a las concertaciones sociales.
Por más que la dictadura y las clases
dominantes en general pretendan convertir al plebiscito en una simple
confrontación entre dos alternativas burguesas, el actor popular está presente
a través de sus movilizaciones y la disposición creciente de no aceptar la
perpetuación de Pinochet y a derrotar el plan dictatorial. La lucha popular
tendera a condensar en el momento plebiscitario, la exigencia y movilización
por la conquista de la democracia.
Aquellos que ilusionan al pueblo con que la
sola derrota electoral de Pinochet abrirá paso a la democracia, pretenden
desarmar y dividir al pueblo, para que luego acepte en nombre de una pretendida
"salida democrática", nuevos sacrificios a favor de mantener los
privilegios de empresarios y militares.
Rechazamos este engaño electoralista. Los
poderosos no se Irán por su propia voluntad y el pueblo no abandonara su tarea
histórica de luchar hasta vencer.
El plebiscito y lo que de ello resulte,
será mucho más que una mera confrontación electoral. En el contexto del intento
institucionalizador del Régimen, el plebiscito es una batalla que solo puede
ser ganada, si las fuerzas democráticas potencian la movilización popular tras
sus legítimos intereses, desarrollan decididamente la lucha activa contra la
dictadura y la autodefensa popular. Por esto las fuerzas del pueblo deben
concordar en un claro plan de lucha para imponer la salida del tirano y la
Junta Militar, recurriendo a la más amplia movilización popular rupturista, a
la desobediencia civil, a la rebeldía y la ingobernabilidad que posibiliten una
huelga general política y de masas que paralice al país tras la consigna de:
¡FUERA PINOCHET! ¡DEMOCRACIA AHORA!
Para el MIR, lo esencial de esta etapa será
el protagonismo popular y la autonomía de sus demandas democráticas. En este
sentido, enarbolamos como plataforma de lucha los siguientes puntos
fundamentales: primero, conquistar un Gobierno Provisional que derogue la
Constitución del 80, cuyo papel sea restablecer las libertades civiles y la
democracia política bajo las normas de la Constitución vigente hasta 1973;
segundo, este gobierno provisorio es de corta duración, debe convocar
inmediatamente a elecciones libres para elegir una Asamblea Constituyente, que
elaborara la nueva carta fundamental que regirá los destinos del país; tercero,
se inicie un proceso de democratización del país, especialmente el Poder
Judicial y las FFAA; cuarto, se establezca un plan económico de emergencia en
beneficio del pueblo, que luchara contra la cesantía, los bajos salarios y las
deudas que atenazan a nuestro pueblo; quinto, como una de sus prioridades
fundamentales este nuevo Gobierno deberá disolver la CNI, terminar con el
exilio, liberar a todos los Presos Políticos y hacer verdad y justicia sobre
las violaciones a los Derechos Humanos y a los responsables.
En este contexto, convocamos al pueblo
chileno a luchar contra el fraude que el Régimen desarrolla, a luchar contra la
represión destinada a acallar a la prensa libertaria, por terminar con los
estados de excepción y la represión, por acabar con el monopolio oficialista de
la información, por terminar con las exclusiones políticas infames que impone
el artículo Octavo de la Constitución. A luchar por las demandas del pueblo,
por las diferentes reivindicaciones populares: por salarios dignos, por
estabilidad laboral, por pan y por techo, por una educación democrática y para
todos los sectores sociales.
Llamamos a aunar voluntades en torno al
plebiscito para enfrentar en todos los terrenos a la dictadura y propinarle una
severa derrota. Convocamos a quienes desde el pueblo ya se han pronunciado por
la conducta electoral frente al plebiscito, llamando a votar NO para repudiar a
la dictadura, a impulsar también todas las formas necesarias para derrotar la
institucionalidad dictatorial y no dejar que el plebiscito sea hegemonizado por
fuerzas de la oposición que están dispuestas a traicionar aspiraciones
democráticas del pueblo, negociándolas con los mismos que hoy siguen en el
poder.
El MIR, como lo ha hecho a lo largo de
estos quince años, aportará con todas sus energías para fortalecer la unidad
del pueblo y la izquierda y derrotar la institucionalidad de la tiranía.
%Publicado en la
página del Centro de Estudios Miguel Enríquez – Archivo Chile (http://www.archivo-chile.com), sin
fecha y origen. Aproximadamente julio de 1988.
_________________________________________
COMITÉ DE INICIATIVA 50 AÑOS DE LA FUNDACIÓN
DEL MIR
¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
¡PUEBLO, CONCIENCIA, FUSIL!
¡TRABAJADORES AL PODER!
No hay comentarios :
Publicar un comentario