Muerte de Inmigrantes:
Vergüenza Para la Humanidad
“Hombres y mujeres, generalmente jóvenes,
muchos menores de edad, con rostros que demuestran el drama y el sufrimiento
soportado tras semanas de periplo tratando de llegar, ya sea al sueño europeo,
estadounidense o cualquier otro que brinde esperanzas de un mejor vivir”
Por Pablo Jofré Leal*
En HispanTV
Septiembre 4 de 2015
Los vemos
atiborrando los pasos fronterizos, durmiendo a la intemperie, encaramados en
las rejas y vallas que impiden su paso, los visualizamos tendidos en las arenas
de un Mediterráneo que termina convertido en su tumba, los hemos divisado
tratando de dejar la miseria o el horror de las persecuciones o la guerra que
devasta sus países, ahorrando durante largos años para pagar pasajes, sobornos
y pases en sus recorridos.
Los
avistamos tratando de abrir puertas, atascadas con cerraduras, cadenas, guardias,
leyes y decisiones de no dejar pasar al ser humano, aunque ello signifique la
segura muerte de los aspirantes a vivir en países, que en algún momento
emitieron sus cantos de sirena y hoy enmudecen, hacen oídos sordos y se ciegan
frente al drama de cientos de miles de personas, extranjeros, indeseables,
inmigrantes, convertidos en zombies a vista y paciencia de una humanidad que
tiende día a día a perder el asombro. Resulta paradójico, que en el marco de la
globalización, que suponía ampliaría las relaciones entre los países, abrir las
fronteras, permitir el libre flujo de seres humanos, lo único que tiene esa
libertad en este tercer lustro del siglo XXI sean los capitales financieros.
Ellos se mueven sin restricciones. Viajan de país en país sin pedir permiso,
sin mostrar pasaportes y sin que se considere que color de piel, que raza, que
ideología o que religión poseen.
CAPITAL SÍ, ¡SERES
HUMANOS NO!
En
la realidad, en la cotidiana lucha por la sobrevivencia para 60 millones de
desplazados en el mundo, las guerras, hambrunas, dificultades económicas,
persecución religiosa, inestabilidad política, invasión de sus países por parte
del terrorismo, son algunas de las razones que impulsan a decenas de millones
de personas a buscar nuevos horizontes a miles de kilómetros de sus países de
origen y encontrar la muerte frente a la indiferencia de las grandes potencias.
Estas, principalmente Estados Unidos y potencias europeas, suelen defender la
libertad de mercado y la total apertura de fronteras cuando se trata de capital
financiero, pero cierran esas puertas cuando son seres humanos necesitados de
protección quienes golpean las puertas.
Seres
humanos, principalmente magrebíes, ciudadanos de países subsaharianos,
eritreos, somalíes, nigerianos, iraquíes, afganos, sirios – que representan el
mayor número de solicitantes de asilo - hombres y mujeres, entre ellos miles de
niños, que suelen morir ahogados en la fosa común en que se ha convertido el
Mar Mediterráneo o el Mar de Andamán, muertos por asfixia en barcos atestados
por centenares de desesperados; mutilados o baleados en las vallas de Ceuta y
Melilla o aquellos 71 refugiados de origen sirio encontrados en estado de
descomposición, abandonados como mercancía sin valor en un camión, al costado
de una Autopista Austriaca, justo en momentos en el cual la capital de este
país miembro de la Unión Europea era sede de una Conferencia Internacional
sobre Inmigrantes, la denominada “Conferencia de los Balcanes”.
Para
Salil Shetty, Secretario General de Amnistía Internacional señala que “Estamos
presenciando la peor crisis de refugiados de nuestra era, en la que millones de
mujeres, hombres y niños luchan por sobrevivir en medio de guerras brutales,
redes de traficantes de seres humanos y gobiernos que persiguen intereses
políticos egoístas en lugar de mostrar una compasión humana básica. La crisis
de los refugiados es uno de los retos que definen el siglo XXI, pero la
respuesta de la comunidad internacional es un vergonzoso fracaso. Necesitamos
una reforma radical de la política y la práctica para crear una estrategia
global coherente e integral”.
Sólo
en lo que va del año 2015, las Naciones Unidas ha informado que 300 mil
personas han intentado cruzar el otrora Mare Nostrum muriendo 3 mil de ellos en
el intento, en cifras oficiales a las que habría que sumar aquellos otros miles
cuya suerte ni siquiera tiene una mención en una nota necrológica en algún
diario o agencia noticiosa. A esa cifra hay que sumar los miles de inmigrantes,
principalmente de sirios, somalíes, paquistaníes y afganos y iraquíes que se
encuentran en los Balcanes, que tratan de cruzar hacia Macedonia y Serbia,
sorteando la frontera griega, para entrar a la Europa comunitaria y encontrar
mejores perspectivas de vida. El gobierno macedonio ante esta situación decretó
el Estado de Emergencia informando que “Debido a la creciente presión en la
frontera sur nuestro gobierno implantará controles más amplios y más eficientes
en la zona fronteriza donde han sido detectadas entradas masivas de personas
procedentes de Grecia".
El
Gobierno de Macedonia criticó al gobierno griego por no proteger su frontera –
considerado el límite sur de la Unión Europea – permitiendo esta entrada masiva
de refugiados, que complican a uno de los países más pobres de Europa Oriental.
Al mismo tiempo, autoridades búlgaras desplegaron tropas blindadas en la frontera con Macedonia
para impedir la irrupción de inmigrantes que se desplazan por los Balcanes
camino al centro europeo. Recordemos que Bulgaria a principios del año 2015
estableció una serie de campos de confinamiento de inmigrantes en los cuales
actualmente se encuentran confinados 15 mil solicitantes de asilo.
En
el caso del gobierno conservador de Hungría – uno de los últimos incorporados a
la Unión Europea – concluyó la instalación de 200 kilómetros de una valla – una
alambrada de púas - a lo largo de su frontera con Serbia de un
metro y medio de altura, destinada a contener la llegada de inmigrantes que
atraviesan este país del este europeo, camino al centro del continente. Recién
concluida la instalación de este freno al desplazamiento de miles de personas
comenzó la construcción de un segundo engendro, que se espera esté concluida en
un par de meses con un altura de cuatro metros. Croacia, por su parte, ha dado
a conocer a las autoridades de Bruselas su temor respecto a que la instalación
en Hungría desvíe el flujo de inmigrantes a su país.
Hasta
ahora, lo que se confirma, es la puesta
en práctica de la estrategia de contención de inmigrantes trazado por la Unión
Europea para su frontera sur, que delega
esa labor en Grecia, Italia y España, principalmente. Estos, como alumnos
aventajados, han cumplido eficientemente, forzando con ello a que los inmigrantes busquen alternativas de entrada a
la UE, en países que también deberán mostrar buena conducta ante las
autoridades de Bruselas, para seguir recibiendo las prebendas que les permitan
mantenerse en la UE o aspirar a mejores condiciones. Tal comportamiento ha sido
duramente criticado por el Presidente del Parlamento Europeo, el Alemán Martin
Schulz quien afirma “Los gobiernos de algunos estados miembros deben,
finalmente, eliminar el bloqueo y poner fin a este juego indigno. Se trata de
un fracaso total de esos países, que se abstienen de asumir sus
responsabilidades al respecto e impiden una solución europea para la crisis
migratoria. Así, el Mediterráneo se convierte en una fosa común, escenas
horripilantes se producen en las fronteras y los más necesitados que están
buscando nuestra protección, se quedan sin ayuda" concluyó el político
europeo.
Por
su parte, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, se mostró “horrorizado”
por la muerte de cientos inmigrantes y refugiados “Esta es una tragedia humana
que requiere una decidida respuesta política colectiva. Es una crisis de
solidaridad, no una crisis de cifras. Estas tragedias subrayan la crueldad de
los contrabandistas y traficantes de personas cuyas actividades criminales se
extienden desde el mar de Andaman hasta el Mediterráneo y las autopistas de
Europa. También demuestran la desesperación de la gente que busca protección o
una nueva vida. La mayoría de estas personas son refugiados que arriesgan su vida
procedente de Siria, Afganistán e Iraq. No podemos hacer distinciones entre los
solicitantes de asilo en base a su religión o identidad ni obligarles a
regresar a sus países de origen El elevado número de refugiados e inmigrantes
son síntoma de problemas más hondos, incluidos conflictos que no cesan,
violaciones de derechos humanos o represión. Los países occidentales deben
asumir sus obligaciones y mostrar más
determinación en resolver las causas que obligan a la gente a huir”.
A
pesar de la parafernalia mediática representada por los reclamos de países
europeos, alarmados ante la “avalancha de refugiados” tal temor dista mucho de
la realidad pues cuando hablamos de refugiados, la carga mayor no se la llevan
los países más desarrollados, sino que justamente aquellos más carenciados o
donde ya existen dificultades. Un 86% de los refugiados en el mundo también
calificados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas Para los Refugiados
- ACNUR – como personas en situación de desplazamiento forzado tanto interna
como externa – calculados en 60 millones – viven en países no desarrollados.
Esta cifra representa un 30% mayor que hace una década atrás. Países como Irán,
Turquía, El Líbano son hoy por hoy las naciones que más refugiados acogen en su
territorio.
De
las 60 millones de personas desplazadas forzadamente hasta el 31 de diciembre
de 2014, 20 millones eran refugiados y 40 millones de desplazados internos y
1,8 millones de solicitantes de asilo. Además, se calcula que la apatridia
afecta al menos a 10 millones de personas en 2014. Siria es el país que a nivel
mundial ha generado el mayor número tanto de desplazados internos - 7.6 millones - como de refugiados 4
millones en la actualidad localizados, fundamentalmente en: Turquía con 1.8
millones, El Líbano con 1.2 millones, Jordania con 650 mil refugiados, Irak 250
mil y Egipto con 140 mil refugiados. Sigue en la lista de países que generan
mayor número de refugiados Afganistán con 2.6 millones de refugiados y Somalia
con 1.2 millones.
Resulta
vergonzoso e inmoral el silencio de las potencias occidentales y de Estados
Unidos, principales responsables del descalabro económico, político y social de
aquellas naciones de donde provienen la mayor parte de los inmigrantes. No en
balde, países como Libia, que poseía los
mejores indicadores de desarrollo humano antes de la intervención occidental
con el derrocamiento y ejecución de Muamar Gadafi es uno de los sitios de
salida de decenas de miles de inmigrantes subsaharianos y de la propia Libia
que prefieren cruzar las honduras del Mediterráneo, que seguir viviendo en
países donde campea el terrorismo y la consideración de estados fallidos. Antes
de la agresión a Libia y la ejecución de Muamar Gadafi el número de aquellos
que intentaban el peligroso cruce mediterráneo estaba en sus mínimos históricos
pues el país magrebí ofrecía oportunidades de empleo a muchos migrantes del
propio Magreb y del Sahel. Como también existía el hecho que en acuerdo con las
autoridades europeas, Gadafi limitaba
los movimientos migratorios hacia Europa vía Lampedusa, Chipre o Malta. Hoy,
con una Libia fragmentada y deshecha esos flujos migratorios y la consolidación
de mafias destinadas a explotar a los inmigrantes se han instalado en suelo
libio.
O
la propia Siria, agredida por una Coalición internacional bajo la excusa de
atacar a Daesh, grupo terrorista que se desarrolló a la par del apoyo de
Estados Unidos y sus aliados mediorientales y europeos, generando la mayor
crisis de refugiados desde la segunda guerra mundial: 8 millones de desplazados
internos y 4 millones de refugiados en países vecinos y otras decenas de miles
abriéndose paso camino a Europa. La responsabilidad de Europa y Estados Unidos
en esta tragedia es innegable y sin embargo, indolentes, desvergonzados y con
una moral inexistente asignan la responsabilidad de la muerte de los
inmigrantes a las mafias y no a su política exterior destinada a consolidar
poderes hegemónicos.
UN NUEVO TRATO
La
política occidental frente a países el Magreb, de Oriente Medio y Asia Central,
principalmente ha sido el invadir, saquear, destruir y reconstruir en beneficio
de las grandes transnacionales inmobiliarias y petroleras. Dejando de exportar
productos de primera necesidad, para dedicarse de lleno al lucrativo negocio de
las armas. Se fortalecen las fronteras, los sistemas de vigilancia, se
construyen muros y vallas más altas y
con tecnología de punta, se endurecen las leyes migratorias y se debilitan los
gobiernos para instalar la subversión y
el terrorismo. Mal negocio para los paladines de la democracia pues cada día serán más, miles y miles los que
golpearán las puertas y fronteras de los responsables del descalabro de sus
países. No sólo para que abran sus fronteras en un nuevo trato, sino que
también asuman sus responsabilidades. No se puede seguir ocultando un drama que
afecta a millones de seres humanos para seguir protegiendo un estilo de vida
construido a partir del saqueo de decena de países.
Incluso
políticos como el ex canciller alemán Gerhard Schroeder, en un artículo
publicado en el medio germano “Welt am Sonntag, ha hecho un llamado a Europa, a
sus líderes y sociedad para que evite construir nuevos muros de hierro,
proponiendo para el año 2020 un nuevo concepto de política migratoria bajo la
denominación “La Legalización de la inmigración” Según Schroeder el
procedimiento de asilo a inmigrantes debe ser reformado, ya que el que
actualmente está en uso no sólo es insostenible, sino que resulta irreal y no
ofrece perspectivas a los inmigrantes. "Con la legalización de la
inmigración, sostiene el veterano político alemán, existirá la posibilidad de integrarlos en la
sociedad, de crear nuevas perspectivas con sus países de origen y mantenerlos
bajo control. Si queremos ser un país social y económicamente fuerte en el futuro,
entonces necesitamos la inmigración. Nuestra población está sufriendo un
proceso de envejecimiento, lo que hace "necesaria" la inmigración
para el sistema social alemán, ya que sin ella no podremos pagar jubilaciones
en el futuro".
El
desarrollo social, económico, el fortalecimiento de las estructuras
democráticas pero también el respeto a la historia, costumbres y decisiones de los países de
origen de los inmigrantes debe ser una tarea compartida, tejiendo alianzas que
permitan potenciar las capacidades de cada uno de esos países, invertir en
desarrollo y no en caridad. Sustentar un comercio justo, pagando precios reales
por los productos que los países más desarrollados importan. No seguir en el
abuso crónico de nuestras naciones, en un neocolonialismo donde se niega el
acceso a tecnologías, a patentes farmacéuticas, a inversiones que potencien la
industria local, que protejan a los pequeños agricultores, que globalice los
intereses de los ciudadanos y no sólo el capital financiero. Medidas complejas,
difíciles y de escasa recepción porque el modelo de desarrollo de nuestro
planeta está basado, precisamente, en la explotación de otros seres humanos,
por parte de aquellos que suelen proteger sus torres de marfil.
Resulta
sintomático comprobar, que en los muros donde se frena el avance de seres
humanos deseosos de llegar a otras tierras, el tránsito de drogas, el comercio
ilegal, el contrabando y el tráfico de seres humanos para ser explotados y
prostituidos, se intensifica día a día. En quince de los veintes muros más
conocidos del mundo el narcotráfico, campea a su anchas. La heroína, el hachís,
la cocaína son algunos de los productos que suelen atravesar sin grandes
dificultades las rejas impuestas por los gobiernos, generando con ello
altísimos niveles de corrupción entre la burocracia, las fuerzas militares y
los funcionarios y traficantes de ambos lados de las fronteras.
África,
por ejemplo, continente rico en materias primas, en historia y cultura las
cifras que explican la búsqueda de mejores horizontes, para millones de
subsaharianos, son elocuentes. Sobre todo cuando la referencia es el área subsahariana donde el azote del hambre, las
enfermedades como el SIDA y las guerras convertidas en fértil mercado en la
compra de armas extreman las condiciones misérrimas de millones de seres
humanos. Según datos de la FAO y del Banco Mundial de 1000 millones de personas
subalimentadas en el mundo, 300 millones de ellas viven en el subsahara, el 50%
de su población vive con menos de 2 dólares al día y 20 de los 25 países más
pobres del mundo se inscriben en esta zona.
Cifras,
que se convierten en manos de burócratas y entidades internacionales en simples
números, que no permiten acabar con la sobreexplotación de los recursos
naturales africanos, destinados a la industria del primer mundo: Coltán,
cultivos para agrocombustibles, caladeros donde las flotas pesqueras de la
Unión Europea hunden sus redes expoliando recursos, que los pescadores
artesanales no podrán utilizar para paliar el hambre que consume a millones de
seres humanos. Campos agrícolas fértiles explotados por corporaciones
internacionales para el cultivo del café, del cacao u otros productos
destinados al consumo extrafricano, destruyendo modelos de autocultivo y
abastecimiento tradicional, generando migraciones campo ciudad y con ello
aumentado los índices de miseria y futuros candidatos al transtierro.
Para
el analista español Antonio Fernández Vicente “comprender el drama de la
inmigración exige mucho más que la información sesgada y descontextualizada que
ofrecen, por lo general, los medios hegemónicos. Hay que preguntar por las
causas que inducen a seres humanos a cruzar, a veces a pie, miles de kilómetros
y a abandonar sus hogares -si los tienen. Sobre todo, ¿cuál es la
responsabilidad del primer mundo en estas diásporas de la vergüenza? Los medios
desinforman cuando presentan las noticias sin contexto, sin aclarar la
responsabilidad de nuestros gobiernos, los grandes grupos de inversión y las
multinacionales….sencillamente, no se habla de personas. El otro extranjero es
un número. Sin derechos ni tan siquiera rostro que le singularice. Cosas a las
que se dispara con balas de goma y de quienes se nos protege con cuchillas
afiladas. Y es la estrategia de reificación de los medios la que apuntala la
falta de empatía y sensibilidad hacia los desplazados de la miseria. Reducirlo
todo a números y cifras”.
El
Papa Francisco ha calificado la muerte de inmigrantes de los últimos días como
“crímenes que ofenden a toda la familia humana”. Por su parte, la coordinadora
de la red euroafricana Migreurop, Brigitte Espuche considera "condenable e
ineficaz" el empleo de medidas militares para impedir la llegada de
inmigrantes, acusando a la Unión Europea de tratar el asunto con un
"cinismo terrible". Peio Aierbe miembro del Comité de Administración
de Migreurop señaló a medios internacionales que “en países como Siria, Irak y
Eritrea, de donde proceden muchos inmigrantes inciden de manera muy directa los
intereses económicos de las grandes potencias e influyen unas razones
endogámicas de falta de libertades y, finalmente, una incapacidad de la
comunidad internacional de poder encauzar los conflictos en una vía de solución
pacífica y democrática".
Efectivamente,
la complicidad ante el crimen de miles de inmigrantes, la inmoralidad con que
es tratado este gravísimo problema ofende nuestra condición de seres humanos y
obliga a tomar medidas radicales, urgentes y donde prime el concepto de
justicia. Y una de esas medidas implica que la comunidad internacional exija a
las grandes potencias dejar de intervenir, invadir, saquear, desestabilizar y
destruir países que luego devienen en generadores de millones de refugiados.
Así ha sido con Libia, Siria, Afganistán, Somalia, Eritrea, países
subsaharianos saqueados por décadas, donde se alientan guerras para esquilmar
sus riquezas naturales. Mientras esta realidad no cambie seguiremos observando
a las naciones poderosas con su conducta hipócrita de aparecer ciegos, ordos y
mudos ante aquellos que golpean sus puertas, exigiendo que respondan frente a
la destrucción de sus países de origen.
*Pablo Jofré Leal es un periodista y escritor chileno.
Analista internacional, Master en Relaciones internacionales de la Universidad
Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamericanos,
Oriente Medio y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias
internacionales. Creador de página web de análisis internacional ANÁLISIS
GLOCAL www.analisisglocal.cl
Equipo Internacional –CAD CHILE
Septiembre 8 de 2015
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