Los griegos han hablado. Con el 95% del
escrutinio, el No se impone en el referéndum de hoy con un 61,3% de los votos,
frente al 38,7% del sí. Estos resultados dan una amplia victoria a la propuesta
encabezada por el primer ministro Alexis Tsipras, con un 23% de ventaja. Hubo un
62% de participación y sólo un 5,8% de votos nulos y blancos
Ante los resultados, Alexis Tsipras ha
celebrado la victoria del No. Aunque quiso calmar a los que tachan este
resultado de ruptura con la eurozona: "Mi mandato no es de ruptura, sino
para reforzar nuestro poder negociador. Desde mañana nos sentaremos a negociar
con la prioridad de poner en marcha nuestro sistema bancario y restituir la
estabilidad económica del país".
El
primer ministro griego considera que el resultado supone escribir "una
página brillante de la historia, donde no hay ni vencedores ni vencidos".
También declaró que estos resultados demuestran que la democracia "no
puede ser chantajeada". En realidad, es al pueblo griego al que no se
puede chantajear con hambrearlo aún más por una deuda que no contrajo.
Tsipras
ha comenzado ya a contactar con dirigentes europeos, entre ellos el presidente
francés, François Hollande, según informa la televisión griega. También podría
haber habido contactos con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario
Draghi, fundamental para otorgar liquidez a los bancos privados griegos.
El
ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, afirmó que a partir de mañana, con el
rotundo "No" que ha expresado el pueblo, el gobierno nacional podrá
"extender una mano de cooperación" a los socios europeos" e
intentar buscar con ellos un "lugar común".
"A
partir de mañana vamos a colaborar con el Banco Central Europeo que mantuvo una
posición neutra la semana pasada y tendremos una actitud positiva hacia la
Comisión Europea", dijo Varufakis en una declaración pública tras la
victoria del "no" en el referéndum de hoy.
"El
'no' es un gran 'sí' a la Europa democrática", afirmó el ministro, para
recalcar que el resultado de hoy es "una gran herramienta de colaboración
con los socios". Pese al tono conciliador, Varufakis reafirmó sus críticas
a los acreedores al recalcar que "durante cinco meses rechazaron todo
debate sobre la austeridad y la deuda".
"El
25 de enero (día de las elecciones generales) el pueblo dijo 'basta ya' a cinco
años de hipocresía, a cinco años de nuevos préstamos para encubrir la quiebra
del Estado. Durante cinco meses intentamos negociar para explicar esto: no más
préstamos sino reestructuración de los antiguos", afirmó.
Varufakis
fue más lejos al asegurar que "desde el primer momento los acreedores
intentaron cerrar los bancos" y "obligarnos a pedir perdón por
nuestra crítica a los programas fracasados".
El
ministro del Interior, Nikos Vutsis, afirmó que el Gobierno está satisfecho con
el transcurso de la jornada del referéndum. Vutsis destacó que la votación
transcurrió sin incidentes y "no hubo problemas gracias a los esfuerzos de
los mecanismos del ministerio", pese a la mayúscula tarea de haberlo
organizado "en tan solo seis días".
Casi
once millones de griegos estaban llamados a votar hoy en el referéndum sobre la
aceptación o el rechazo de las medidas propuestas por los acreedores a cambio
del desembolso del rescate.
El
líder de Griegos Independientes (ANEL) y ministro de Defensa de Grecia, Panos
Kamenos, ha reivindicado la victoria de la democracia con el 'no' que
pronostican las encuestas sobre el referéndum de este domingo. "El pueblo
griego ha demostrado que no puede ser chantajeado, aterrorizado ni amenazado.
La democracia ha ganado", ha afirmado Kamenos a través de su cuenta en
Twitter.
En
lo más de fondo, digamos que la situación del gobierno griego, negociando unas
condiciones de pago de la deuda pública frente al BCE, FMI, Bancos Centrales
Europeos y Gobiernos nacionales lo menos indignas posibles, generaron un
movimiento defensivo por parte de Grecia, por lo que se convocó a éste
referéndum. A su vez, los acreedores institucionales aparecieron tirándose la
pelota de la crisis uno a otros, crisis en la que tuvieron directa relación.
Resulta
increíble, y a la vez decepcionante, que después de ocho años de crisis
económica sistémica y del afloramiento de las razones reales de dicha crisis,
gobiernos como el de España o el FMI, junto a sus áulicos de los medios de
comunicación de masas, mantengan el mismo discurso que en 2008 y culpen o bien
a los ciudadanos de vivir por encima de sus posibilidades o como es el caso de
Grecia, culpar al gasto público o a la mala gestión de los políticos griegos
(apoyados por los gobiernos europeos) de la deuda impagable que acumulan los
estados europeos del sur, expuestos al escarnio público y los del norte, oculto
bajo el manto del Banco Central Europeo, la Unión Europea y el FMI.
En
esta especie de embudo en que se encuentran las negociaciones entre Grecia y “las
instituciones que han avalado” los rescates (el FMI no ha aportado capitales,
sólo ‘avales’), estas últimas llegan al absurdo en sus exigencias, buscando con
esto el impago con el único objetivo de obligar al actual gobierno griego a
convocar a elecciones anticipadas para que un partido sumiso vuelva al poder,
permitiendo (de momento) mantener la
ficción de la deuda y evitar por todos los medios que la opinión pública
conozca en profundidad el fracaso del modelo económico monetarista, orgullo de
los devotos del capital financiero transnacional.
Los
ciudadanos griegos y en general los europeos, no tienen ninguna culpa del
estallido de la crisis económica. Los verdaderos culpables son la banca y los
fondos de inversión con el beneplácito de los Bancos Centrales y la connivencia
de los políticos pro-capital.
Otro
elemento central en la crisis griega y de los países del sur de Europa es
Alemania, el supuesto gran perjudicado por el futuro posible impago de Grecia. En verdad, Alemania es la gran
beneficiada de la crisis griega y de la estructura ad hoc de la Unión Europea.
En
primer lugar, Alemania está financiando su deuda con intereses negativos ya que
ha conseguido, merced al modelo económico del Euro, que los inversores internacionales
la consideren un valor refugio. Así, cada crisis del sur de Europa hace que la
deuda alemana cada vez tenga que pagar menos intereses.
En
segundo lugar, el modelo de crecimiento impuesto por Alemania a la UE mediante
la reducción de valor de los ingresos laborales y una apuesta única por las
exportaciones ha supuesto la
desindustrialización del sur europeo, evitando una competencia interna y
directa sobre productos con alto valor añadido y, como consecuencia de ello, ha
debilitado sus economías, basadas entonces en sectores de bajo valor añadido y
por lo tanto excesivamente expuestas a los vaivenes de los mercados.
El
caso de Grecia es evidente y se refleja en el aumento de la deuda pública desde
2005, cuando representaba un 100% del PIB, hasta la actualidad, en que ronda un
178% sobre el producto. Mientras tanto, el desempeño del PIB ha sido
inversamente proporcional, reduciéndose en un 26%.
Si
tomamos como referencia el año 2005, hasta el cierre de 2014 se puede constatar
que mientras Alemania había aumentado su PIB en 600 MM de euros, el de Grecia, en
cambio y desde su punto máximo, había perdido 60.000 millones de dicha moneda.
Un
dato curioso y que puede darnos pistas sobre el desarrollo comparado de las
economías griega y alemana es que, en ese mismo 2005, la deuda pública per
cápita en Alemania alcanzaba a los 18.637 euros, mientras que en Grecia era de 18.000
euros. Cada ciudadano alemán debía 637 euros más que los ciudadanos griegos. En
2014, la deuda per cápita alemana fue de 26.294 euros y la griega de 28.867
euros, los griegos deben 2573 euros más por habitante que los alemanes, tan
sólo un 10% más que resulta asombroso cuando se supone que la potencia de la
economía alemana es muy superior a la de la griega.
En
tercer lugar, ¿quién está rescatando a quién? Lo que nos transmiten los medios
de comunicación es que la política económica alemana es la correcta y que los
griegos son los “malos”, pero a veces, las cosas no son como parecen, ni las
oportunidades se reparten de la misma manera.
El
gobierno griego, durante 2014, adquirió compromisos para respaldar a la banca de
su país por valor de 39.809 millones de euros y se le ha obligado a garantizar
estos compromisos por un valor de 51.110 millones de euros, superior al valor
de respaldo a los bancos y esto sin contar los avales e instrumentos
financieros de respaldo al sistema financiero del gobierno y que sumaron en
2014 la friolera de 17.381 millones de euros.
Ahora
comparemos los mismos conceptos en el caso de la “supuesta víctima” y excelente
gestora de su economía, Alemania. Los compromisos de respaldo del gobierno
alemán a su banca fueron en 2014 de 238.471 millones de euros, mientras que las
garantías exigidas fueron de 22.574 millones de euros. Con respaldo seis veces
superior a la banca alemana con respecto a Grecia por parte del gobierno
alemán, los depósitos exigidos como garantía son menores en un 50% de los
exigidos a Grecia, ¿qué tal?
La
pregunta sería, si Alemania, que ha rescatado a toda su banca sin control
alguno y que gracias a que ha destruido el tejido productivo de los países del
sur de Europa y a un bajo costo de financiación de los inversores por ser considerado
una inversión refugio, sufriera como consecuencia de la rebelión griega un
desequilibrio económico, ¿quién la rescataría?
Alemania
es un gigante con los pies de barro y que en 2014 necesitó apoyar con avales e
instrumentos financieros a su banca por un monto de 208.303 millones de euros,
que sumado al resto de ayudas supone un 25% de su PIB, lo que debiera llevarnos
a pensar que realmente los que vivieron por encima de sus posibilidades no
fueron los griegos, sino Alemania.
Por
último y no menos importante, los rescates a Grecia han sido gestionados por un
seudoparaguas llamado la Troika (FMI-Banco Central Europeo-Comisión Europea),
que no sólo carece de entidad jurídica alguna y falta de legitimidad, sino que
ha incumplido la legislación europea de forma sistemática, por lo que la
mayoría de sus actos podrían ser considerados como ilegales dentro del marco
jurídico de la Unión Europea y por lo tanto inválidos y sin efecto.
Equipo Internacional –CAD CHILE
Julio 5 de 2015
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