Reinaldo Sapag Chain |
Destacado académico Reinaldo Sapag[1] comunicó ayer su
renuncia[2] a la fundación luego
de la brutal descortesía del presidente de la instancia, el obispo Manuel
Camilo Vial, a quien dirige esta misiva. Con anterioridad, marzo de 2011, Sapag
había cuestionado en privado el rol del cardenal Ezzati como encubridor del
pedófilo Audín Araya, hecho que hizo público en junio pasado
Camilo:
Me
trataste de INFAME en la reunión privada a la que me invitaste el viernes 3 de
julio en tu casa. Me dijiste que la carta abierta que le envié al cardenal
Ezzati días atrás[3],
constituía una infamia y por cierto el que escribe infamias es un INFAME. No
puedo aceptar un trato tan poco cristiano de un sacerdote, razón por la cual he
decidido presentar mi renuncia indeclinable como director de la Fundación
cardenal Raúl Silva Henríquez que tu presides.
Inicialmente
pensé que tendríamos una conversación fraterna y constructiva. Pensé que
podríamos iniciar nuestra reunión entregándote detalles acerca del proyecto ya
iniciado por la Corporación Cardenal del Pueblo, que yo presido, para llevar a
cabo cuatro documentales de gran nivel audiovisual acerca de la vida y acción
pastoral de mi querido y recordado amigo el cardenal Raúl Silva Henríquez.
También pensé, obviamente, que intercambiaríamos opiniones acerca de la carta
abierta que yo le había enviado al cardenal Ezzati, en donde reflexionaba
acerca de algunos hechos de su gestión como pastor, carta escrita con un
corazón herido como consecuencia que
algunas de sus decisiones yo no las
puedo compartir y que las califiqué como equivocadas.
Sin
embargo, tu sólo deseabas manifestarme tu profundo disgusto por mi carta,
acusándome de traicionar al obispo Ezzati y también al cardenal Silva,
expresándome que don Raúl jamás habría aceptado que se le dijera a un obispo
que se equivocaba, de la manera abierta y franca con la que yo manifestaba mi
desacuerdo con él.
Don
Raúl siempre fue franco y directo. A la dictadura militar nunca le aceptó sus
imposiciones autoritarias y sus múltiples equivocaciones que tanto dolor
generaron en los chilenos. Por ello fue que don Raúl se ganó el corazón del
pueblo que no cesaba en gritarle, voz en cuello, “Raúl, amigo, el pueblo está
contigo”. Pienso que al cardenal Ezzati nunca le dirán lo mismo.
No
fuiste capaz, a pesar de mis explicaciones, de entender el profundo sentido
cristiano de mi carta. Yo deseaba y deseo con ansias, una Iglesia y un pastor
cercano a sus ovejas, que las escuche y las ame y que no actúe con
autoritarismo queriendo imponer sus puntos de vista, causando confusión y dolor
en el pueblo católico y en los sacerdotes.
No
quiero eso para mí Iglesia ni para mi Arzobispo.
Te
leí calmadamente mi carta dirigida a monseñor Ezzati en marzo de 2011, cuando
le señalaba, en esa época, a inicios de su gestión como arzobispo de Santiago,
lo que un católico observante y comprometido como lo soy, esperaba de él, en
relación a los escándalos que comprometían a destacados miembros del clero y en
especial al sacerdote salesiano Audín Araya, quien había sido director de
nuestra Fundación, acusado de abusar
sexualmente de niños del colegio salesiano de Concepción, niños que se
iniciaban en su vocación religiosa salesiana y en momentos que monseñor Ezzati
era arzobispo de Concepción y presidente de la Fundación que hoy tu presides y
Audín Araya era rector de ese establecimiento.
Esa
carta la terminaba expresando: “Le ruego que me excuse por transmitirle estas
reflexiones, pero lo menos que deseo es que su imagen y el de la Iglesia se
vean perjudicados por estos hechos”.
Audín
Araya fue finalmente condenado a dos años de presidio[4].
De
nada sirvieron mis explicaciones expuestas con sinceridad y con amor a nuestra
Iglesia. Estabas ofuscado y muy molesto por la carta abierta al cardenal
Ezzati, hasta tal punto que con rabia indisimulada me señalaste que yo había
cometido una INFAMIA, o sea, que había actuado como una persona “muy mala y
vil” según la definición de la Real Academia de la Lengua.
Terminaste
la reunión señalándome que solicitarías al directorio de la Fundación que tú
presides, un pronunciamiento para excluirme como director de ella. No te
molestes en hacerlo, esta carta es mi renuncia. Ahora, todos mis esfuerzos para
mantener viva en la memoria de los chilenos el hermoso testimonio de vida del
cardenal Silva los volcaré en la Corporación “Cardenal del Pueblo”, la
Corporación del Cardenal Raúl Silva Henríquez.
En
todos los evangelios sinópticos, Jesús muchas veces utilizó el término de
hipócritas y hombres de dos caras para referirse a los fariseos y maestros de
la ley, pero nunca trató a sus enemigos con un vocablo tan fuerte y descalificador
como el de infames.
Atentamente,
Reinaldo Sapag
Chain
Santiago, 7 de julio de 2015
[1] Reinaldo
Sapag Chain, Ingeniero Comercial, Economista y Contador Auditor de la
Universidad de Chile; profesor de la
Facultad de Economía de ésta U. Es uno de los principales expertos
latinoamericanos en el campo de la Evaluación de Proyectos. Ha desempeñado
cargos ejecutivos de la mayor importancia en Chile, tales como el de Gerente
General de FINTESA S.A., hoy Banco del Desarrollo, y Director General de la
Vicerrectoría de Asuntos Económicos de la Pontificia Universidad Católica de
Chile. Actualmente es director de SAPAG & SAPAG ASOCIADOS, director de la
empresa Electroandina, director de la Fundación Aldea de Niños Punta de Tralca,
Fundación San Francisco de Sales y Fundación Raúl Silva Henríquez. Ha sido
profesor del curso Interamericano de Preparación y Evaluación de Proyectos
(CIAPEP) de la Universidad Católica de Chile y consultor para las Naciones
Unidas y PNUD en el área de Preparación y Evaluación de Proyectos, Programación
y Control de Proyectos. Es autor, entre otros, de los libros “Mi amigo el
Cardenal” (1996) y “La Iglesia Santa y Pecadora de Todos los Días” (2015).
–Nota del CAD
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