Pero no lograron un candidato propio
Por Hersh Zakheim, en
Kaos
en la Red
Publicado julio 10, 2015
12
años de relato Kirchnerista” progresista”, devolvieron a los Bancos y
Multinacionales la riqueza que se esfumo con el default y consolidaron a la
oligarquía sojera. Eso no sirvió para procrear un candidato propio. Y hubo que
pedirle una mano a Scioli. Pero este solo dispone de la derecha
Estaba cantado como
iba a terminar esta historia, si observamos la realidad económica y política
del país.
La
principal función del Peronismo, en este caso su actual versión: el
Kirchnerismo, ha sido siempre la de distraer y aplacar momentáneamente, sin
resolver, los problemas del sector mayoritario del pueblo argentino, integrado
por trabajadores explotados por el sistema Capitalista, sistema que el
Peronismo defiende con pasión.
Parte
de su accionar, es venderles el cuento del asistencialismo, con limosnas
económicas provisorias, al estilo católico, que no resuelven ninguno de sus
problemas básicos y que son sustentados por los impuestos que paga el mismo
trabajador, y así permanece siempre en la cuerda floja.
Consigue
así, apartarlos de la actividad política consciente, en defensa de su clase,
mientras los ricos oligarcas y las multinacionales extranjeras fugan impuestos
y divisas robadas al país, mientras los bancos privados y los capitalistas
empresarios, amigos del Poder, en este caso del Kirchnerismo, se enriquecen
cada vez más.
El
Peronista común, el mayoritario que vota automáticamente, ya está acostumbrado a
estos sapos que le hacen tragar sus dirigentes.
Pero
Argentina está inserta en el mundo capitalista y la nueva crisis que apareció en
el Capitalismo Internacional, la de la Financiarizacion, la que remplazó al
Capitalismo Productivo, lo hizo con tal intensidad que ya está durando más de
10 años y no tiene visos de finalizar.
El
vacío programático y la falta de soluciones e ideas hacia adelante, que se
produjo en el seno de los intelectuales pensantes del Imperio, obligó a este a
recurrir a su clásico ejército de reserva: la clase media.
Aprovechan
así las clases dominantes el hecho de que la clase media no tiene una ideología
propia, como clase en sí. Siempre dispuesta a batirse en la defensa de su
Icono, el rico, realizado y poderoso propietario, don Dinero.
El
empleo y la funcionalidad de la Clase Media, en defensa del capitalismo, tiene
sus variantes en los distintos países y situaciones en que es utilizada,
especialmente para la restauración del Statu Quo, y para la sanación de las heridas
producidas en el tejido social por la reacción de las víctimas de la
explotación, del trabajador.
En
la actualidad, el caso de la guarimbas Venezolanas, las del Maidan Ucraniano, las
ordenadas protestas de Hong Kong, los intentos en Brasil de volcar las
elecciones hacia la derecha y aun los ataques al gobierno de Correa en Ecuador,
son claros ejemplos de cómo se pueden movilizar a sectores de las clases medias
en defensa de los intereses de la clase dominante.
Pero,
últimamente fracasan, pues no logran convencer a las clases humildes
mayoritarias detrás del Icono Capital, debido a intensidad de los problemas
económicos y sociales, sin soluciones a la vista, que la profunda crisis actual
presenta en el mundo entero.
Años
atrás, el capitalismo ofrecía a las clases medias la ilusión del ascenso
social, la movilidad de clase y obtenía así su adhesión política y su permanente
apoyo, separándola cuidadosamente de la clase trabajadora.
Hoy
en día esa posibilidad ya no existe; ver Europa y su ex Estado de Bienestar.
En
reemplazo de esa posibilidad perdida, la clase media está siendo enrolada por
el Capital en el ejército de los consumidores, pero tampoco allí tiene
asegurado su destino.
En
Argentina, el Kirchnerismo recurrió al mismo método, aplicándolo a las
necesidades y características del país.
Siendo
un típico movimiento de la clase media, agregó una variante en el viejo
peronismo demagógico argentino: la variante seudo intelectual.
La
denominan, “Progresista”. En realidad, se trata de la vieja Social Democracia,
con otro nombre, dado que “Progresismo” no significa nada políticamente
hablando. Nadie definió esta expresión como una corriente política determinada,
con fines concretos.
Y
evidentemente, tanto puede parecer Progresista un defensor de la teoría
evolutiva de Darwin, como un acérrimo defensor de crear cada año nuevos modelos
de automóviles, o teléfonos celulares más compactos, nuevas tecnologías encaminadas
a sumergirnos en la muerte del aire limpio y destrucción de la vida normal en
las ciudades.
Y
por último, Progreso siempre significó avanzar, que no es el caso del Kirchnerismo,
que no pretender cambiar las estructuras del Modelo Capitalista que gestiona.
Consigue
así, el Kirchnerismo, la adhesión de un sector de la clase media (baja y media)
y de un sector más privilegiado de la clase trabajadora, cuyo número no le es
suficiente, para obtener la seguridad de un candidato propio para las
elecciones presidenciales próximas.
Estos
sectores, cuyos integrantes, algunos por pertenecer a las clases medias y otros,
de los trabajadores, por estar influenciados por el peronismo sindical,
concilian con las patronales y el Estado, cierran sus ojos a la realidad
económica, la que muestra un gran sector de trabajadores en negro, que no gana
lo básico, jóvenes desocupados sin porvenir, incremento del narcotráfico y la
pobreza en grandes sectores del país. Existe la proliferación y el crecimiento
de las Villas Miserias, la imposibilidad de los jóvenes trabajadores de acceder
a la casa propia, la caída de la calidad de la atención sanitaria.
Tampoco
la cacareada defensa de los Derechos Humanos tiene efectos en la lisa
eleccionaria, ya que se está tratando de juzgar a los criminales que 40 años
atrás asesinaron a los jóvenes de clase media, que soñaron su revolución,
mientras que los Derechos Humanos de esta época, que deberían proteger a los
trabajadores de la explotación patronal y asegurarles lo que necesitan
básicamente, no parece ser de incumbencia del gobierno Kirchnerista.
Y
frente a la clara predilección del gobierno Kirchnerista por las oligarquías
sojeras, las multinacionales extranjeras, que extraen inmensas ganancias de la
exportación de la producción agrícola-ganadera del país. Por los acuerdos
cipayos, firmados con las compañías mineras extranjeras y las petroleras multinacionales.
Por la política con relación a los Bancos y financieras, que mantienen casi intactos
los decretos de la dictadura del 76, que permitieron y permiten la fuga de
divisas al exterior en los doce años del Kirchnerismo, y ganancias fabulosas de
los Bancos Privados. Mientras, continúa el pago incesante de la deuda externa
fraudulenta a la Banca Internacional, sometida a “misteriosas quitas”, que sólo
logran aumentarla. No es de extrañar, entonces, que en la ciudad de Buenos
Aires, donde se concentra la riqueza de las clases ricas y de la clase media
alta, un 70% permanece fiel a la derecha.
Por
toda esta realidad, que el demagógico relato Kirchnerista no puede disimular, él
sabe que no puede ganar su continuidad[1] sin
recurrir al viejo peronismo de derecha que, como no gobierna desde hace 20
años, ha preservado en la inacción algo de su aureola de peronismo puro,
escalón primario de la ideología fascista del peronismo, no contaminado con el
“relato” de Carta Abierta.
Esto
indica, que grandes sectores de trabajadores y humildes vuelven al “sueño
eterno” del peronismo, ante una realidad del Kirchnerismo que les es adversa.
Y
van a votar a Scioli, el que no habla ni hace, pero no muestra su falsedad con
la evidencia que la verborragia de Cristina exhibe enfrentada a la realidad, la
que golpea a los trabajadores y humildes.
Hablemos
claro: nuevamente y como siempre, en estas elecciones que se avecinan, el
Oficialismo y la Oposición tienen como máximo objetivo político la posesión de
LA CAJA DEL ESTADO, Única Protagonista de los devaneos de los políticos en
ciernes, actuales y futuros burócratas.
Afectuosamente,
Hersh Zakheim
Equipo Internacional –CAD CHILE
Julio 15 de 2015
[1]
La elección presidencial en Argentina, en conjunto con los comicios
legislativos, se llevarán a cabo el 25 de octubre –nota del CAD
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