Germán
Cortés Rodríguez, el recordado ‘Cura Luis’ de la Resistencia Popular y del MIR,
fue asesinado por agentes de la CNI a principios de 1978 y su crimen había sido
disimulado mediante la figura de un falso enfrentamiento
Mientras el Himmler chileno Manuel
Contreras muere en el Hospital militar de Santiago[1],
cargando sentencias que suman 500 años, éste lunes la Corte de Apelaciones de
Santiago resolvió elevar las penas a tres de sus pupilos de la Dirección
Nacional de Inteligencia (DINA) y que prosiguieron su criminal carrera en la
Central Nacional de Informaciones (CNI), por su responsabilidad en el homicidio
calificado del compañero GERMÁN
CORTÉS RODRÍGUEZ, perpetrado el 18 de enero de 1978, en la comuna de La
Florida.
En
fallo unánime, la 6ª Sala del tribunal de alzada -integrada por los ministros
Mario Rojas, Jessica González y Celia Catalán- aumentó de 6 a 10 años y un día
de presidio las penas aplicadas a los esbirros del ejército: Enrique
Sandoval Arancibia, Miguel
Krassnoff Martchenko y Basclay
Zapata Reyes. Estos delincuentes, ejercían actividades represivas y terroristas
desde el mismo día del golpe militar de 1973. Los tres pertenecieron a la DINA
y actuaban en diversos grupos de la brigada ‘Caupolicán’ de ese organismo,
comandada por el cosaco Krassnoff, y en donde Sandoval Arancibia[2], alias
“Pete el Negro”, y Basclay Zapata, alias “El Troglo”, actuaban como encargados de
equipo y brutales represores. Continuaron su accionar delictual en la CNI,
teniendo todos ellos un amplio prontuario como autores y ejecutores de crímenes
de lesa humanidad.
En
la investigación se logró acreditar que el Cura Luis, de 29 años, estudiante de
teología y ex seminarista de los Padres de la Sagrada Familia, miembro de la
Comisión Política del Movimiento de Izquierda revolucionaria (MIR), fue detenido
por la DINA-CNI el 16 de enero de 1978 y, enseguida, llevado al campo de
prisioneros políticos de Villa Grimaldi, donde fue interrogado bajo tortura por
los mismos agentes aprehensores.
Dos
días después, aprovechándose de la noche, “el 18 de enero de l978, alrededor de
las 0.15 horas, Germán de Jesús Cortés Rodríguez, conforme a la actividad
ilícita de los agentes, oficiales y efectivos de la ex DINA que siguieron
actuando de hecho al interior de la recién creada CNI, como lo dan cuenta
documentos secretos oficiales de esa época, sacaron al prisionero del campo de
Villa Grimaldi y lo ejecutaron, simulando los agentes un enfrentamiento en la
morada de la víctima de calle Estados Unidos N° 9.192, comuna de la Florida,
Santiago.”
“Los
agentes alevosamente acabaron con la vida de la víctima Germán de Jesús Cortés
Rodríguez, simulando que la muerte de ésta se debió a un riesgoso
enfrentamiento armado, no obstante que Germán de Jesús Cortés Rodríguez se
encontraba bajo la custodia de dichos agentes, los que eran sus garantes desde
que lo privaron de libertad dos días antes de darle muerte”, señala la
resolución de primera instancia dictada por la corte.
“El
homicidio de Germán de Jesús Cortés Rodríguez constituyó otro episodio de las
acciones sistemáticas organizadas por los agentes de la ex DINA, Dirección
Nacional de Inteligencia, no obstante haberse ésta disuelto, quienes, actuando
en grupo desde el mes de diciembre del año 1977, luego de hacer seguimientos y
vigilancias constantes, dieron muerte a miembros del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria, MIR, lo que fue presentado falsamente como “enfrentamiento con
extremistas” a los medios de comunicación social”, precisa la resolución
judicial.
“Se
descarta que Germán de Jesús Cortés Rodríguez se haya enfrentado a los agentes
que le dan muerte, por cuanto, además de haber sido detenido por éstos dos días
antes y sometido a torturas, los informes de autopsia del Servicio Médico
Legal, determinaron que la causa de su muerte, fueron tres heridas de balas
cervicales con salida de proyectil, cuya trayectoria fue paralela de atrás
adelante, de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha, heridas de carácter
homicidas, efectuadas por la espalda”, agrega el dictamen.
En
el aspecto civil, la sala incrementó de 30 millones de pesos a 100 millones de
pesos, la indemnización que debe pagar el Estado de Chile a la hija de la víctima,
Carolina Cortés Valenzuela.
El
Cura Luis fue un camarada que se jugó entero por la liberación de su pueblo y
que optó desde muy joven por la opción por los más pobres. Su cristianismo
comprometido, no tiene absolutamente nada que ver con la iglesia oficial, esa
que se alinea con el poder de los que nos oprimen y discriminan, que peca por
acción y omisión y que hace rato que no acompaña al pueblo creyente, ese pueblo
al que traiciona con palabras carentes de humanidad.
Al momento de su asesinato, el Cura cumplía una valiosa contribución al despliegue del movimiento de la Resistencia Popular en contra de la dictadura cívico-militar, empeñándose a fondo en la implementación de la estrategia de Guerra Popular levantada por el MIR para el período. Ese año de su caída, 1978, el Pueblo comenzaba a dar sus primeros signos de reanimación, posterior a la época más obscura luego del golpe militar del 11 de septiembre de 1973.
Al momento de su asesinato, el Cura cumplía una valiosa contribución al despliegue del movimiento de la Resistencia Popular en contra de la dictadura cívico-militar, empeñándose a fondo en la implementación de la estrategia de Guerra Popular levantada por el MIR para el período. Ese año de su caída, 1978, el Pueblo comenzaba a dar sus primeros signos de reanimación, posterior a la época más obscura luego del golpe militar del 11 de septiembre de 1973.
¡CURA LUIS, AQUÍ
NADIE MUERE COMPAÑERO, AQUÍ CADA DÍA ES CONTINUAR!
¡NI OLVIDO NI PERDON: VERDAD, JUSTICIA Y
MEMORIA!
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
Colectivo Acción Directa - CHILE
Julio
30 de 2015
[2] Este terrorista de Estado, hasta
2005, fungía como funcionario de seguridad vecinal de Providencia, donde
regía otro criminal de la DINA, Cristián Labbé. Sandoval Arancibia debió dejar
el cargo, pues fue procesado a fines de ese año por el secuestro y homicidio
del menor Carlos Fariña Oyarce (14), quien fue sacado de su hogar en La Pincoya,
el 13 de octubre de 1973. Fue Sandoval quien le dio 4 tiros en la cabeza y
ordenó enterrarlo.
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