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sábado, 28 de noviembre de 2015

¿ACABA LA OTAN DE ATACAR A RUSIA O FUE CULPA DEL CAMBIO CLIMATICO?


Traducción de “Did NATO Just Attack Russia, Or Was It Climate Change’s Fault?”

En New Eastern Outlook, 25/11/15

He comenzado esta mañana informándome que el próximo rey de Gran Bretaña dice que el cambio climático es parcialmente responsable de la guerra civil en Siria, y que culpa de la crisis de los refugiados y la guerra civil allí a la sequía. En una entrevista exclusiva con Sky News, el príncipe Carlos se mostró profundamente empapado sobre el perdido acuerdo climático de Copenhague, de 2009, y sobre estrategias de gran alcance que probablemente tú nunca hubieras soñado. Luego, llegó la noticia de que un cazabombardero ruso SU24 había sido derribado por Turquía, y el mundo dio un giro. Mientras escribo esto, el torrente de Facebook, Twitter y los medios digitales se inunda con una historia de horror de política exterior. Todo lo que puedo ver es la cara de Vladimir Putin mientras el rey de Jordania hablaba con él, y las imágenes de los “moderados" del Sr. Obama ametrallando un piloto antes que su paracaídas tocase tierra. Me pregunto, ¿será el mal clima la causa de la III Guerra Mundial?

Mientras escuchaba ésta mañana al príncipe de los británicos explayarse sobre el desastre climático, sentado aquí y asombrado de cómo el diálogo en Sky News giraba hacia Siria en aquella entrevista, la impotencia frente al surrealista liderazgo de estos tiempos me produjo un tremendo dolor de cabeza. Las sequías causan migraciones, comencé a pensar, "¿Hubo alguna en la India en la época en que el imperio británico forzó a emigrar a Pakistán a decenas de millones caminando descalzos?". Pero lo más impresionante que resbaló de los labios del príncipe Charles en esta entrevista no era que las cosechas de trigo de Siria se iban a pique, sino que una mención de improviso, totalmente fuera de contexto, acerca del estadounidense "Pentágono”. Me preguntaba al escucharlo: "¿estará Sigmund Freud metido en esto?" No, el desplazamiento del Harmattan y el derretimiento de los casquetes de hielo no han corrido a los sirios fuera de sus hogares. Pero el freudiano lapsus del icono inglés habría de fructificar éste día, en el momento en que Turquía perdió su juicio o simplemente siguió a la OTAN o las órdenes del Pentágono. Dado que el destino del mundo descansa ahora sobre los amplios hombros de Vladimir Putin, en su próxima decisión acerca de Turquía y los "apuñaladores por la espalda", como él mismo dijo, echemos una breve mirada histórica a algunas de las presiones que se han ejercido sobre ésta olla de cocina que es Siria.

Siria ha sido un problema para los británicos, los franceses, los estadounidenses y especialmente para los israelíes, por algún tiempo. Olvidando décadas de fricciones entre Tel Aviv y Damasco por ahora, fue el subsecretario de Estado de Bush, John R. Bolton, uno de los primeros autores en poner el "sello" de aprobación de una guerra contra Siria y Libia con su discurso de "más allá del eje del mal", denominando "trúhanes" a Estados que incluían a Cuba. Por supuesto, se plasmó allí también el aditivo del temor a las armas de destrucción masiva (ADM). Desde los acontecimientos del 9/11, un nuevo motivo operacional ha desplazado cualquier idealismo democrático preexistente en Washington. Con la substitución de Saddam Hussein en Irak, el liderazgo de Estados Unidos entró en una borrachera de coup de état (golpe de Estado –Nota del CAD) que no ha cesado.

Nadie leyendo esto habrá tomado nota que la presión del ex Secretario de Estado de EE.UU. Colin Powell sobre Siria, a fin de cortar los lazos con grupos dentro del país en 2003, plantó algunas de las semillas de la discordia que vemos en los jihadistas que ahora luchan contra él. Una acción en particular, merece una consideración especial. El Presidente Assad aseguró a Powell que las oficinas en Siria de Hamas, de la Jihad Islámica Palestina y la del Comando General del Frente Popular para la Liberación de Palestina serían cerradas, después de meses de advertencias y de que blandiesen el sable George W. Bush y el ex jefe del Estado Mayor Conjunto. La trama dibujada sobre las semillas del descontento en Siria ha tomado muchas formas. La guerra civil que ves emponzoñando las relaciones mundiales hoy en día, se ha venido desarrollando desde antes que la guerra árabe-israelí comenzara. Y mientras el príncipe Carlos realiza un excelente trabajo de actuación según los principios del liderazgo principesco de Nicolás Maquiavelo, la sequía y el calentamiento global sólo desempeñan un papel secundario en la olla a presión que el MI6 y la CIA han puesto en ebullición después del 9/11.

Más tarde, en 2003, a pesar de las seguridades ofrecidas por Assad de que Siria “haría su parte", la administración Bush siguió adelante con acciones de amplio alcance contra el gobierno de Assad. En noviembre, Bush engatusó a la Cámara de Representantes para que siguiera los pasos del Senado:

"la versión modificada del Senado de la rendición de cuentas de Siria y la Ley de Restauración de la soberanía libanesa requieren que el presidente prohíba la exportación de cualquier elemento de doble uso si es que Siria no termina de apoyar a grupos terroristas, no cesa de apoyar actividades terroristas en Irak, no se retira del Líbano, y no renuncia a sus programas de ADM y de misiles".

El proyecto de ley, además, le dio al presidente un cheque en blanco para activar y desactivar sanciones en cualquier momento que considerase necesario. Teniendo en cuenta la delicada economía de Siria y de otros Estados del Medio Oriente, economías basadas fundamentalmente en las exportaciones de petróleo, Estados Unidos y sus aliados se inclinaron por mantener la devastación sobre las poblaciones de todos los países de esta región. Imagínate pobre y viviendo en Siria, y que luego el grifo de la comida y la vida se apaga. En 2004, Bush utilizó la legislación para dejar caer un mazazo económico sobre Assad y el pueblo sirio. Luego, en noviembre de 2005, la ley de Apropiación de Operaciones en el Exterior amplía las prohibiciones sobre la ayuda a Siria, pero también demanda que al menos 6,5 millones de dólares estarán disponibles para programas de apoyo a la democracia en Siria e Irán, así como cantidades indeterminadas de fondos adicionales para programas que apoyen la democracia, la gobernabilidad, los derechos humanos y el Estado de derecho.

Al moverse los aliados de EE.UU. dentro de la actual Guerra Fría, la Unión Europea (UE) empezó a subir el calor en Siria en 2011. Desde entonces, han sido promulgadas y aplicadas sanciones sobre la economía siria, incluyendo el petróleo, la construcción, la banca, los bienes de lujo y bloqueando los derechos de propiedad y del visado de los individuos, lo cual exige cobrar un terrible peaje sobre una sociedad que alguna vez fuera estable. Esto fue parte de lo que se conoció como "Primavera Árabe", lo que Washington, Londres y Bruselas retrataron como una revolución de raíces internacionales hacia la libertad y la democracia. Sólo unos completos idiotas podrían afirmar tamañas tonterías en estos días. Este documento (PDF) enumera una amplia gama de sanciones utilizadas para ayudar a derrocar al Presidente Assad, donde te sorprenderá que el líder sirio se haya mantenido milagrosamente en el poder una vez que leas la lista hasta el final. Las plagas de Moisés en Egipto eran menos estrictas. En este momento, estoy empezando a dudar incluso del Antiguo Testamento de mi propia religión. ¿Fue Moisés el chico malo? Cualquier persona inquisitiva hoy, simplemente tiene que preguntarse ¿cuál es la verdad?

De vuelta a 2006, en los tiempos en que Bush niveló las sanciones contra Siria y Assad, el Ministro de Defensa de Israel, Shaul Mofaz, propuso un eje del terror que estaba operando entre Irán y Siria. Más tarde, ese año, el embajador israelí ante la ONU, Dan Gillerman, consolidó esta idea frente al colectivo de naciones y sugería que un “nuevo eje del terror" se había formado, el que incluía a Irán, Siria y al nuevo gobierno palestino. Luego, en 2008, Rusia, Irán y Venezuela fueron acusados de conformar “un eje del combustible", además de servir de intermediarios para el trato de armas entre países. Avanzamos rápido hasta 2012 y William C. Martel se viene con el "eje autoritario”, del que acusa a China, Rusia, Irán, Corea del Norte, Siria y Venezuela, en un trabajo en The Diplomat.

Como puedes ver en el mapa, el Sr. Bush delineó su "eje del mal" incluyendo a Irán, Irak y Corea del Norte (en rojo). Luego, como "Más allá del eje del mal", los enemigos de Estados Unidos crecieron e incluyeron a Cuba, Libia y Siria (naranja). Posteriormente, la Secretaria de Estado Condoleeza Rice agregó a Bielorrusia, Birmania y Zimbabwe, en verdes. Como puedes ver, Estados Unidos es de un ‘azul verdadero’ (hace referencia a que es muy leal o transparente –nota del CAD).

A continuación, la operación Orchard, en 2007, implicó el bombardeo de un reactor nuclear sirio diseñado por EE.UU. e Israel, y llevado a cabo por comandos y la fuerza aérea israelíes, en lo que no fue sino una instancia de incursión armada dentro de las fronteras de un Estado soberano. Lo más significativo acerca de este evento no es el bombardeo de la planta de energía nuclear de un vecino, sino el total apagón informativo acerca del hecho por parte de los gobiernos de Israel y EEUU, lo que duró 7 meses luego de la arremetida. El tormentoso anti-romance entre Estados Unidos y Siria se hizo más tumultuoso tras los ataques del 9/11. Siria mantuvo una actitud positiva hacia EE.UU. durante toda la campaña en Irak, incluso permitiendo que Estados Unidos torturase a aquellos que realmente necesitaba en virtud de un programa llamado de Interpretación Extraordinaria, esencialmente de tortura por poder. Estás leyendo eso correctamente. Nuestro país subcontrató la tortura ilegal de seres humanos, fuera de cualquier convención humana en nuestro planeta. En ese orden, la administración Bush enviaba regularmente a los así llamados "combatientes ilegales" a Siria y a otros países para recibir el "interrogatorio mejorado." Para enmarcar estas violaciones de todo código de ética como jamás he oído mejor, permítanme citar al ex oficial de la CIA Bob Baer:

"Si usted quiere una interrogación seria, envíe un prisionero a Jordania. Si usted quiere que sean torturados, envíelos a Siria. Si desea que alguien desaparezca –para nunca volver a verlo-, envíelo a Egipto."

El presidente Barack Obama ha continuado con la mayoría de las prácticas que he mencionado, y mejoró también los esfuerzos anti-Assad. El caso de los presuntos ataques con gas sarín por fuerzas de Assad es de lo más condenable. Y ahora escuchamos que el Sr. Putin nos dice que sospecha que Turquía llamó a la OTAN en lugar de llamar a un supuesto aliado contra ISIS (eso es Rusia). Las armas estadounidenses, los moderados armados por hombres como John Kerry, John McCain, Lindsey Graham y por supuesto sus homólogos británicos, árabes y franceses, alimentan el torbellino y todos estamos dispuestos para cosechar en su nombre.

Al mismo tiempo que la administración Obama estaba acusando al régimen de Assad de aplicar apremios ilegítimos a la gente de Siria, él sabía muy bien de las actividades de tortura de la CIA en Siria y en otros de los llamados "sitios negros", donde vicariamente se efectuaban dichas prácticas. Antes que el presidente de Rusia Vladimir Putin escribiera en el New York Times su ahora famoso llamado sobre Siria, la Casa Blanca y el Pentágono sabían que Turquía probablemente era responsable del ataque con gas del tipo bandera falsa destinado a atraer a EE.UU. a Siria. De nuevo, el intento de pasar por alto el informe investigativo de Seymour Hersh, que acusa a Turquía y no a Assad, es la más clara muestra de los ilegales juegos de poder de Washington. Puede que no estés al corriente, pero fue Hersh quien intentó difundir su asombrosa revelación de que Turquía estaba detrás de los atentados que Obama utilizó para apalancar el apoyo para una invasión de Siria, pero la historia fue aplastada y nadie, y me refiero a n-a-d-i-e, la imprimiría. ¡Qué ciudadano no estadounidense bien alentado ha escuchado hablar de ello!

Milagrosamente, los fantasmas del Sr. Putin tienen en sus manos muestras del sarín utilizado supuestamente por fuerzas de Assad para matar a su propia gente. Después de determinar que la marca del gas utilizado no podría haber sido del inventario de Assad, los rusos se volvieron con la información al MI6, el cual, a continuación, advirtió al equipo de Obama que una nueva historia sucia de ADM no cubriría los culos a lo largo del río Potomac (a cuyas orillas se encuentra la capital de EE.UU. –nota del CAD). Por consiguiente, tenemos un plan que se prolongó mucho y lo vemos jugándose hoy por hoy. En tanto, para el hijo de los más grandes propietarios de terrenos sobre la tierra, el renombrado británico príncipe Charles, él sabe perfectamente que para el Pentágono los factores sequía, sanciones, falsas banderas y las torturas fervorosas de la CIA cuentan para sus recetas de planificación. Y lo mismo ocurre con el MI6. La percepción de la opinión pública tiene que basarse sobre unos soberanos castrados que giran con sus túnicas alrededor del cambio climático. La entrevista de Sky TV fue bien ensayada y orientada, como todas las apariciones reales lo son, para reforzar así las actitudes de los plebeyos. Puedes ver a los británicos, por encima de todas las demás nacionalidades, tolerar a su supuestamente incompetente realeza.

Por último, si estás sentado allí preguntándote cuánto control mental se lleva a cabo en Estados Unidos, la prohibida historia del gas sarín de Seymour Hersh es significativa. Incluso, aun cuando sus hallazgos han sido ampliamente validados, literalmente no existe mención de su nombre ligado a cualquier noticia en los EE.UU. fuera de su anterior relación con Osama Bin Laden, ninguna. En toda la prensa dominante no puede encontrarse ni una discusión sobre éste crucial tópico. Excepto por la revista Slate, y unos pocos medios alternativos, el mundo sólo sabe lo que Barack Obama le dice sobre la situación de Siria. El hombre que nos sorprendió con la masacre de My Lai en Vietnam y lo de Abu Ghraib, cayó presa de las fuerzas de los medios, inimaginables en cualquier época anterior. Y así lo hicimos todos.

¿Puede el Sr. Putin hacerlo de nuevo? ¿Se reservó una carta para jugar en el juego de póquer más sucio jugado alguna vez? Le dije a un colega hace unos momentos, tenemos una oportunidad en tres. Si Putin va "suave" y juega al moderado de nuevo, los tiburones olfatearán la sangre y tendremos guerra de seguro. Si él va de "duro"; esto es, demasiado duro, entonces la guerra que muchos temían y que Occidente quería en primer lugar puede convertirse en realidad. Nuestra única oportunidad para la paz ahora, es si Vladimir Putin y sus asesores tienen otro as por ahí. ¿Qué había en esos expedientes que Putin entregó a los dirigentes occidentales en el G20? ¿Qué tiene tan temeroso o desesperado al Nuevo Orden Mundial, sancionarían ellos la guerra final? Estas son preguntas que sólo el Presidente de Rusia puede responder. Sabemos condenadamente bien que el príncipe Charles le echará la culpa a unas plantas rodadoras en el desierto sirio o a una llamarada solar, a las cosechas o a la plaga de langostas.

*Phil Butler es un investigador y analista político, un cientista político y experto sobre Europa del Este. Exclusivo para la revista online “New Eastern Outlook”

Equipo Internacional –CAD CHILE

Noviembre 28 de 2015

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