“Pero
este puerto amarra como el hambre”
Osvaldo ‘Gitano’ Rodríguez
Por Andrés Figueroa Cornejo
¿Por qué nostalgiamos lo que nunca vivimos? ¿De los restos de la
ciudad de Valparaíso, hoy sinónimo de pobreza, desempleo, incendios, abandono?
A mediados de los 90 del siglo que pasó, el periodista que escribe la presente
reseña realizó su primer año de la carrera de periodismo en la Universidad
Católica de Valparaíso. Vivió en el Cerro Alegre, en la Avenida Alemania, en el
piso inferior de un palacete donde jamás llegó la luz del sol, y entre la casa
de Pablo Neruda, La Sebastiana, y una carnicería cuyo piso estaba hecho de
baldosas que mal disimulaban suásticas. Una arquitectura barrial simbólica,
inolvidable y contradictoria, con fondo de un invierno especialmente crudo y descensos
vertiginosos para comprar el último paquete de fideos bajo lluvias de fin de
mundo.
Isis Maldonado Astudillo es la
Directora de la Compañía de marionetas Teatrino de la Memoria, como de su
último montaje ‘Historias de Callejón’. Isis realizó el texto, la dramaturgia y
construyó la estética y el diseño. “El trabajo, que nos tomó tres años, está
formulado desde los bordes sociales. No hacemos ningún juicio de valor. Ello le
corresponde al espectador.”
-¿Por qué hacer teatro
de marionetas sobre la memoria y no sobre la actualidad?
“Valparaíso tiene un pasado
riquísimo que las presentes generaciones desconocen. La obra está ambientada en
una época dorada del puerto, entre los años 40 y 60 del siglo XX, en un
Valparaíso bullente, cosmopolita y símbolo de la bohemia. No se trata ya de su
tiempo de glorias mercantiles ni del trazado fresco y arquitectónico del
comercio inglés, que había ocurrido y decaído mucho antes. Más tiene que ver
con que después de la Segunda Guerra Mundial llegó a Valparaíso mucha gente
interesante que se instaló a vivir en los cerros.”
-¿Cómo entronca ese
Valparaíso con la obra de teatro?
“Aparecen imágenes como las de
una estriptisera, cuyo padre, que era un marino mercante, se murió
varias veces cuando su hija que estudiaba Leyes comenzó su carrera artística.
En la representación está una vieja muy especial que existió en muchas viejas
reales de Valparaíso. Se trata de mujeres de origen extranjero que terminaron
en la calle, trastornadas. En mi infancia existió una mujer suiza que se vestía
de harapos limpios, que lavaba sus trapos donde encontraba agua y que iba de un
lado a otro cargada de bultos. Era encantadora. Yo conocí a mujeres similares
que acabaron en la miseria como vagabundas. Se hablaba de ellas como de
personas que tuvieron un buen pasar, pero que en algún momento sus propiedades
fueron liquidadas.
Por ejemplo, las hermanas Labarca. Una de ellas padecía una locura como uno de los personajes cinematográficos de Bette Davis que interpretó en el clásico Baby Jane. Usaba el pelo desordenado y era muy estrafalaria, pálida, cultísima y no hablaba con nadie.”
Por ejemplo, las hermanas Labarca. Una de ellas padecía una locura como uno de los personajes cinematográficos de Bette Davis que interpretó en el clásico Baby Jane. Usaba el pelo desordenado y era muy estrafalaria, pálida, cultísima y no hablaba con nadie.”
Los ángeles de las
putas y los más pobres
-La obra está atada a
tu infancia porteña como signos incandescentes…
“Por supuesto. Yo sentí siempre
una fuerte atracción por las personas que sufrían esquizofrenia, alcoholismo,
por los más dolientes. Ellos son los ángeles de las putas y de los más pobres.
El protagonista de la obra es Violeto, pianista y cabrón, que existió
realmente. Él fue el dueño de prostíbulos en calles clave del plano del puerto,
en medio de los conventillos, la ‘chicha de pajarito’, los borrachos que se
desplomaban a los pies de tu puerta, y gente fabulosa. Violeto, gay, en su
infancia se llamó Roberto. Su madre, obviamente sin éxito, le buscó una mujer
para casarse.
Por otra parte, están los marinos
gringos que usaban a Valparaíso para putear. Mi madre llamaba a las
trabajadoras sexuales, ‘mujeres de la vida’. Yo, niña, no entendía el
significado. Mi familia vivía en el centro de Valparaíso, a un costado de la
casa central de la Universidad Católica. Cerca estaba el mercado, rodeado de hoteles
minúsculos y mujeres dedicadas al trabajo sexual. ¡Pero hasta la prostitución
de entonces era diferente a la actual! Ellas tenían casas donde trabajar.
Ahora patinan en la calle, son agredidos/as y hasta
asesinados/as.”
-En el tráiler de la
obra pude distinguir algunos inter-textos con otras producciones culturales
imborrables. Con el escritor Alfonso Reyes Messa, con el Gran Circo Teatro, con
el dramaturgo Luis Alberto Heiremans (‘El Abanderado’), con Alejandro
Sieveking, con la novela El Tambor de Hojalata del alemán Günter Grass, con
la ‘Ópera de Malandro’ del genio brasileño Chico Buarque…
“Una de las asistentes técnicas
que trabajó en la Escuela de Teatro donde hago clases, nos relató historias
extraordinarias del mundo del trabajo sexual y sus relaciones con los límites
de la legalidad y sus personajes, como ‘El Cabro Carrera’, y delincuentes
internacionales. Nos contó que de ellos provenían los mejores regalos y que
jamás sufrió algún abuso. Luego terminó por alejarse de ese mundo debido al
propio cambio de los tiempos. ‘La gente del ambiente era buena, nos protegía’,
nos dijo. Ella también nos contó que sus padres debieron construir verdaderos
escondites para realizar su trabajo, porque temían que cualquier día volvieran
a ocurrir las atrocidades del primer gobierno de Adolfo Ibáñez del Campo
(militar creador del cuerpo de Carabineros de Chile, represor de miembros del
Partido Comunista, de homosexuales, entre otras formas de la expresión criolla
del corporativismo fascistoide, oligarca y castigador implacable de toda
disidencia según el conservadurismo de los años 20’ y 30’ del siglo pasado en
Chile).
¿Cómo puedo olvidar el puerto de
cerros de calles empedradas, los caballos cargando las carrozas de la muerte,
el té fabricado de hongos?
Entonces lo que está en la obra es
la suma de las nostalgias de las personas que vivieron esa época.”
-¿Por qué una
producción de marionetas?
“Por la magia. Y por la brutalidad
económica para la cultura en el país. Montar una obra de esta naturaleza con
una compañía dramática convencional, resulta imposible. Mira, en la actualidad
los montajes que priman son minimalistas, están asociados a la contingencia y
al humor político, o son extensiones de las teleseries. ¿Quién hoy se da el
trabajo de realizar montajes teatrales de crítica social con la estatura
estética que ellos demandan? Nadie se aventura a la épica. Con las marionetas
sí considero que podemos lograrlo.”
-Has llegado a la
situación concreta de la vida de los actores y las actrices…
“Para sobrevivir hoy, la gente de
teatro se compromete a tres o cuatro montajes a la vez. Como los recursos no
alcanzan, cada obra ni siquiera termina una sola temporada. Nosotros, al igual
que Andrés
Pérez Araya o Juan Edmundo González, para producir ‘Historias de callejón’
debimos encerrarnos tres meses en una sala muy precaria, sin un peso,
únicamente armados de la convicción profunda de sacar la obra adelante.”
-¿Y la memoria y
Valparaíso?
“La memoria hoy sufre un sabotaje
feroz. ¿Sabrán los jóvenes del Valparaíso actual cómo fue el comportamiento de
la gente durante el terremoto que sacudió al puerto en 1906? ¿Cómo los porteños
resolvieron colectivamente el desastre, a diferencia del último sismo donde,
verticalmente, se llenó de militares la localidad? Nuestra obra representa a un
joven homosexual de hace casi 70 años, cuya madre le busca una mujer para que
no lo maten. ¿Cuántos jóvenes se suicidan en la actualidad por razones
asociadas a las mismas causas? La memoria también sirve para enfrentar el
espanto presente.”
-Como actriz
profesional, de excelencia y experiencia, ¿cuándo se jodió Chile?
“Chile se fue la cresta (se jodió)
desde el golpe de Estado de 1973. La verdad se ha vuelto planificadamente
frágil. El buen arte popular, por sus materiales sensibles, en una forma de
resistencia contra la banalidad imperante.”
Ficha Técnica:
Compañía de marionetas Teatrino de
la Memoria
Obra teatral para Adultos (mayores
de 14 años).
Duración: 55 minutos.
15 marionetas en escena.
Actores manipuladores:
George Casanova
Verónica Márquez
Isis Maldonado
Carlos Cortés
Y un músico en vivo:
Víctor Barahona
Resumen:
Violeto, un travesti adulto mayor
cuenta parte de su vida que transcurre en la bohemia de Valparaíso de los años
50 donde se hace dueño de un cabaret. Los personajes que protagonizan la
historia es el propio Violeto niño, luego joven, sus padres, un marino
norteamericano, un contrabandista, un carabinero, un animador de cabaret, el
personaje mágico de una anciana vagabunda, un noruego, una enanita, una
cantante de tango, una bailarina y otros.
El lenguaje propio del puerto ha
sido abordado de forma poética.
El escenario es un Teatrino de 2
metros 30 de ancho aprox.
Iluminación propia (Led).
Se necesita un equipo de
amplificación para el músico.
Valparaíso, Año 2015
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