La retoma del Palacio de Justicia, en
Bogotá, efectuada por las FFAA y policía el 7 de noviembre de 1985, edificio
que había sido tomado el día antes por un comando del M-19, fue un hecho de
extrema violencia perpetrado por el Estado colombiano, empapado en la doctrina
de la seguridad nacional impuesta por EE.UU. A 35 años de acaecidos los hechos,
aún existen detenidos desaparecidos a causa de la represión y sólo tres
uniformados han sido encontrados culpables. La siguiente es la visión del
holocausto entregada por un dirigente del M-19, publicada en 2013
EX DIRIGENTE DEL M-19 DA SU VERSIÓN DE LA
TOMA AL PALACIO DE JUSTICIA
Rafael Vergara hace un relato sobre cómo
sucedió y qué pasó en la guerrilla los días del holocausto.
Por: RAFAEL VERGARA*
¡Viva Colombia!, comandante Jaime
Bateman ¡cumpliremos!
Ese 6 de noviembre de 1985 a las 11 a.m. el M-19 se tomó a tiros el Palacio de
Justicia. (Vea
la galería de imágenes de la toma del Palacio de Justicia).
El
magistrado Manuel Gaona presentaba ponencia sobre el Tratado de Extradición con
EE. UU. y en otra de las salas procesaban por violadores de los derechos
humanos a generales, encabezados por Miguel Vega Uribe, ministro de Defensa.
La
barbarie de la retoma militar se justificó difundiendo que el M-19 había ido a
quemar los expedientes del narcotráfico. Obviamente, nada dijeron del juicio
contra los generales. La Corte inmolada
como consecuencia de la toma rechazaba el modelo de Seguridad Nacional, el
abuso del estado de sitio y su estatuto de seguridad, declarado por ellos
parcialmente inconstitucional.
Bolivariano,
nacionalista y democrático, el M-19 se hizo oír con golpes como la toma de la
embajada de la República Dominicana, que desnudó ante el mundo la represión del
gobierno de Turbay Ayala y del general Camacho Leyva.
Frustrada
la exigencia de libertad de los presos políticos y el fin del contubernio
cívico militar, esa toma incruenta, con embajador de EE. UU. incluido, estimuló la acción de amplios
sectores democráticos que confluían en la lucha contra las torturas, el fin
del estado de sitio, la demanda de una amnistía incondicional y el Diálogo
Nacional.
El
primer Belisario Betancur (1982) no solo prometió "ni una sola gota más de
sangre colombiana" sino que, en medio del ruido de sables, escuchó al
pueblo y concedió la amnistía, abrió las cárceles, derogó el régimen de
excepción, pactó treguas con la insurgencia y suscribió acuerdos de paz por
separado con la Farc, el M-19 y el Epl. Presos por el robo de 5.000 armas al Ejército,
los dirigentes del 'eme' quedaron libres.
En
el acuerdo, la insurgencia legitimó al Gobierno, y este reconoció al
"movimiento popular alzado en armas", con la oposición desatada de
expresidentes y militares que enfrentaron el reconocimiento de dos ejércitos.
Dos
cartas estaban sobre la mesa: civilizar la política o politizar la guerra.
El
Diálogo Nacional buscaba democracia, desactivar los factores objetivos y
subjetivos de la guerra, pero Betancur no asistió a la instalación. En
diciembre del 84, el campamento del M-19 en Yarumales fue atacado. Tras los
combates se recuperó la tregua.
En
todo el país, nutridas manifestaciones asustaban y agudizaban las
contradicciones. La confianza se rompió, y el cierre de la apertura y la
'inteligencia' desató las muertes y desaparecidos de la UP y el M-19.
La
eliminación de los "nervios que conducen las ideas entre la cabeza de la
culebra y el cuerpo social", de que habló el embajador de EE. UU. Lewis
Tambs, funcionó (Tambs escribió con Fred Aker, US marine, el manual Destruyendo
el síndrome de victoria). ¡Nadie lo hizo!, son "los asesinados sin
asesino", que denunció Antonio Caballero.
Esa
carta marcada politizó la guerra y aún no logramos del todo civilizar la
política. El incumplimiento de la palabra fue la causa de la toma del Palacio. Negarlo es alimentar la mentira, la
antípoda de la Justicia.
En
Palacio se quebró la legitimidad de todos: murieron soldados, seres inocentes,
mis maestros, juristas y compañeros, que tocan a mi puerta. Conversar con las
voces que me habitan es riesgoso, lo sé.
La
utópica toma y su retoma dejó al descubierto los excesos a los que conduce la
guerra, la barbarie de los odios acumulados. Por su independencia o su defensa, la tercera rama del poder público
fue arrollada. No hay justificación y solo existe el castigo o el perdón.
La condena de los que allí estuvieron fue la muerte; a los demás nos acusaron
de autores intelectuales.
Dejadas
las armas, en 1990 fuimos indultados y se propuso incluir a los militares: el
rechazo fue tajante. La justicia quedó activada y de allí los señalamientos de
las comisiones de la verdad y el fallo del Tribunal de Cundinamarca con cargos,
incluso, al expresidente Betancur.
Donde
hay rehenes no hay negociación
¿Hubo
un golpe de Estado? ¿Quién determinó la solución de meter tanques y
"acabar con todo", antes de que llegara la Cruz Roja? ¿Por qué solo
se sopesó la solución militar?
A
las 12 del día Betancur llamó a consejo de ministros; el de Defensa no llegó.
"No negociaremos ni transigiremos ante tan aleve atentado", expresó
el comunicado de la Presidencia.
A
las 12:25 aparecieron los tanques y se difundieron las peticiones del M-19: se
exige, entre otras, publicar la demanda armada y convocar al pueblo al juicio
contra el Presidente por la violación de los acuerdos de paz.
"Avancen
con los tanques y helicóptero", ordenó Vega Uribe, a la 1:55 p.m. Luego se
escuchó al presidente de la Corte, Alfonso Reyes Echandía: "¡Que el
Presidente de la República dé finalmente la orden de cese del fuego!".
¿Ser
rehén eliminó la orden y por eso Betancur no le pasó al teléfono? Hitler quemó
el parlamento vacío, era imposible pensar que en la retoma se descargara todo
el poder de fuego. Vencer supeditó salvar a los magistrados y rehenes.
Paladín
6, "(...) estamos con toda la libertad de acción y jugando contra el
tiempo. Por favor apurar, apurar a consolidar, y acabar con todo".
¿Por
qué no hubo un respiro?
Ni
reflexión ni mediación
Sorprendido
por la toma, como asilado en México busqué la mediación del Gobierno; la
respuesta fue contundente: "Imposible, la decisión es militar, no habrá
negociación".
Con
la victoria de Ronald Reagan, la teoría de la reversión puso fin a la de
contención, y se impuso la doctrina de los 'conflictos de baja intensidad'. Nosotros ejemplarizamos una de sus
sentencias: ¡si hay rehenes, no hay negociación!
La
inflexibilidad deflagró la hecatombe, y la impunidad ofrecida chocó con el
Estado de Derecho, que sobrevivió.
El
coronel Plazas Vega fue claro: "No sé, yo no sé quién esté adentro, o
quién esté afuera; yo sé que salieron varios magistrados, no sé si tal vez esté
adentro de ellos".
Previo
a la toma, en su informe al Congreso el 20 de julio de 1985, el otro Betancur
expresó: "Firmé los acuerdos de paz con la insurgencia para lograr su
desarme en todos los sentidos de la palabra; su desarme político, su desarme
moral, su desarme material". El acuerdo fue una trampa para eliminar al
contrario.
Valga
recordar que el decreto 1573 de 1974 creó un Poder Nacional, que
"legalizó" un autogolpe cívico militar del que la Justicia estaba
excluida. Ese poder se expresó con contundencia cobrando cuentas.
Desenterrar
las pruebas ocultas
En
1986, Alessandro Barata, padre de la Criminología Crítica, de paso para un
congreso en La Habana, donde presentó un video sobre el Palacio, me ratificó
que en la decisión de arrollarlo y quemarlo pesó la doctrina.
Con
el palacio humeante, el coronel (retirado) Charles Gillespie, embajador de EE.
UU. en Colombia (un diplomático clave en la invasión de su país a Grenada, y
quien además fue el último embajador estadounidense de la era Pinochet), afirmó
para la TV de su país: "¡Triunfamos sobre las pretensiones de los
rebeldes!".
Reagan
fue el primero en felicitar a Betancur. Es tiempo de cerrar heridas.
Solicitemos con sentido de patria los archivos ya desclasificados del
departamento de Estado para comprobar si el poder que se vació en la Casa de
Nariño fue o no ejercido desde un territorio donde ondeaba otra bandera.
*RAFAEL VERGARA, ES ECOLOGISTA. ABOGADO,
EX MIEMBRO DE LA DIRECCIÓN NACIONAL DEL M-19. AMNISTIADO E INDULTADO
Equipo Internacional – CAD CHILE
Noviembre 25 de 2015
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