43191D

miércoles, 4 de noviembre de 2015

ELMO CATALAN Y LOS CHILENOS DEL ELN BOLIVIANO

Elmo Catalán Avilés

LUEGO DE ASUMIR LA PRESIDENCIA, EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1970, ALLENDE OTORGÓ ASILO POLÍTICO A LOS 9 SOBREVIVIENTES DE LA GUERRILLA DEL ELN, INCLUIDOS TRES CHILENOS Y EL JEFE DEL GRUPO, OSVALDO PEREDO. ANTES, EN UN CASO POCO ACLARADO, HABÍA SIDO ASESINADO ELMO CATALÁN

Elmo Catalán Avilés o Ricardo, como se le conoció en el Ejército de Liberación Nacional (ELN), era uno de esos Socialistas de antes. El compañero tuvo un rol dirigente entre el contingente que se preparó para hacer la guerrilla en Teoponte, Bolivia, en 1970, a tres años de la caída del Che Guevara en la campaña guerrillera de Ñancahuazú de 1967. La nueva fuerza incluía a unos veinte jóvenes chilenos, marxistas y cristianos, varios más que llegaron desde Argentina, Perú, y Brasil, además de algunos provenientes de otros países de la región.

Unas 80 personas habían recibido entrenamiento militar en Cuba desde 1967, pero ese grupo redujo a menos de la mitad por diferencias políticas. Cuando comenzaron las acciones, quedaban muy pocos con entrenamiento militar. Por lo demás, Cuba desistió de apoyar a la nueva guerrilla, quizás porque en ese momento gobernaba Bolivia un militar nacionalista, el general Alfredo Ovando Candia, que nacionalizó la Gulf Oil y tuvo como ministro de Economía a Marcelo Quiroga Santa Cruz, fundador del partido Socialista e indiscutible mártir del socialismo boliviano, asesinado en 1980 por la narco-dictadura militar de Luis García Meza y Luis Arce Gómez.

La mayoría de los participantes de Teoponte apenas se “entrenó” físicamente, caminando con peso sobre la espalda por las empinadas calles de La Paz. La expedición, que duró poco más de dos meses, desde el 19 de julio al 1 de noviembre de 1970, fue diezmada por el hambre, las enfermedades raras contraídas en la selva por aquellos jóvenes citadinos, las delaciones campesinas y las naturales deserciones en una empresa aislada del pueblo y del campesinado boliviano, sin ninguna perspectiva de éxito y sin discusión interna por la verticalidad del mando. Claro, el ELN había sido ideado y desplegado como un “ejército”; por tanto, no era una organización política armada de masas.

El ejército boliviano asesinó implacablemente a todos los que iban quedando rezagados por el hambre y la enfermedad y a los desertores, sin ganar ninguna gloria en esta guerra desigual. Más de mil efectivos, apoyados por Estados Unidos con helicópteros, bombas napalm y aviones, enfrentaron a 67 combatientes jóvenes, inexpertos y casi desarmados.


Al concluir octubre de 1970, un “golpe de suerte” salvó la vida de los últimos 9 sobrevivientes, entre ellos 3 de los 8 chilenos que integraron la columna que Catalán contribuyó a formar, pero sin que éste alcanzara a participar por morir antes. El gobierno de Salvador Allende, cuando asumió la presidencia el 4 de noviembre de 1970, otorgó asilo político a los 9 sobrevivientes de Teoponte, incluidos los tres chilenos y el jefe guerrillero, el médico Osvaldo Peredo, quien hoy vive en Santa Cruz.

El “golpe de suerte” que salvo la vida de los 9 sobrevivientes fue más bien un golpe de Estado. Asumió el gobierno el general progresista Juan José Torres, asesinado después por la Operación Cóndor en Buenos Aires en junio de 1976, por órdenes del dictador Hugo Banzer. Torres ordenó respetar la vida de los guerrilleros, contrariando a la alta oficialidad reaccionaria que aplicó la doctrina de no conservar prisioneros, sino torturarlos, asesinarlos y enterrar sus cadáveres en lugares deficientemente registrados. Entre las víctimas bolivianas se encontraba Néstor Paz Zamora, Francisco, joven cristiano cuyo hermano Jaime llegó a ser un controvertido presidente de Bolivia, aliado de Banzer. Cuando Paz Zamora fue jefe de Estado, se buscaron y hallaron los restos de su hermano.

Pero el Estado boliviano jamás buscó los cuerpos de 14 extranjeros y decenas de indígenas bolivianos de extracción campesina, obrera y estudiantil que formaron parte de la columna. El presidente Evo Morales invitó en 2006 al historiador Rodríguez Ostria para informarse dónde podrían estar esos cadáveres, puesto que éste realizó una extensa investigación sobre los hechos de la guerrilla y publicó un libro en base a sus pesquisas: “Teoponte, la otra guerrilla guevarista en Bolivia”. Entonces, designó a la ministra de Justicia, Casmira Rodríguez Romero, para cumplir esta tarea a través de una comisión.

Pero en el gobierno de La Paz existen muchas otras prioridades y poco se ha avanzado en saber sobre los restos de los bolivianos e internacionalistas caídos. No obstante, se ha logrado llegar a saber más sobre algunos de los luctuosos casos.

Elmo Catalán

Por ejemplo, que el periodista chileno Elmo Catalán Avilés, uno de los jefes de la guerrilla de Teoponte, fue asesinado el 8 de junio de 1970 por uno de sus propios compañeros del ELN en Cochabamba, cuando se disponía a partir al norte del país, para sumarse a la columna que entró en actividad en la zona de Teoponte, 300 km al norte de La Paz, el 19 de julio de 1970.

En el oscuro episodio también murió la pareja de Catalán, Genny Köller Echalar, militante juvenil demócrata cristiana boliviana y estudiante de arquitectura que se sumó al ELN, como numerosos otros jóvenes cristianos bolivianos y chilenos. El autor del doble homicidio, Aníbal Crespo Ross, nunca fue sancionado por la justicia boliviana ni por su organización política. Actualmente publica libros de poesía en su país.

Nacido en Arica en 1932, Elmo Catalán se distinguió como un excelente periodista de ideas socialistas y autor de libros. Se graduó en 1956, en el primer curso de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile con la tesis de grado La Propaganda, Instrumento de Presión Política, un alegato precoz contra los monopolios de la prensa publicado en Chile en 1970, después de su muerte.

En su dilatada trayectoria profesional trabajó en radios Minería y Balmaceda, la agencia Prensa Latina, el semanario Vistazo, el diario El Siglo y el vespertino Noticias de Última Hora, entre otros medios. Con el economista Mario Vera escribió “El Fierro: despreciada viga maestra de Chile” y “La encrucijada del cobre”. Se desempeñó como jefe de prensa de la segunda postulación presidencial de Salvador Allende en 1964.

Su popularidad como periodista comenzó cuando logró establecer una comunicación permanente para socorrer a los damnificados del terremoto-maremoto de Valdivia en 1960. En 1961, y trabajando en radio Minería, fue el primer periodista en llegar a los restos del avión en que pereció todo el equipo de fútbol Green Cross, en la alta cordillera de Linares.

Cuando se conoció en Chile la noticia de su muerte, el 16 de julio de 1970, hubo estupor entre sus colegas: muy pocos conocían sus actividades secretas. Probablemente, partió a Bolivia en julio de 1968. Sus restos permanecen sepultados en Cochabamba. La autopsia no halló balas, tampoco presentaba heridas de arma blanca. Quizás él y su pareja fueron envenenados. Ese día Crespo y su pareja estaban a cargo de la cocina. Catalán, su jefe, lo tenía sancionado.

Los Guerrilleros Chilenos del ELN

De los tres chilenos que salieron con vida, solamente uno sobrevive hasta hoy: Calixto Pacheco González, Rogelio, quien vive en el norte de Chile. De los otros dos, José Manuel Arturo Celis González, Alberto, obrero de la construcción, desapareció, habiendo sido visto por última vez en agosto de 1972, un año antes del golpe. Su familia nunca hizo denuncia.

Guillermo Segundo Véliz González, Gastón, ingeniero químico y tercer sobreviviente, también desapareció. Su nombre aparece como “detenido desaparecido sin convicción” en el Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación, o Informe Rettig.

Los otros cinco chilenos que murieron en la selva de Teoponte fueron: Hilario Ampuero Ferrada, Poropopó, joven socialista; Carlos Brain Pizarro, Peruchín, trabajador bancario, muerto por Peredo por comerse media lata de sardinas; Tirson Montiel Martínez, Pablo, ex oficial de Carabineros, empleado; Julio Olivares Romero, Cristián, estudiante y Julio Zambrano Acuña, Pepechá, estudiante. Otro chileno murió en un oscuro episodio de Cochabamba, antes que la columna entrara en acción en Teoponte: fue Raúl Rigoberto Zamora Sazo, Dago, socialista santiaguino nacido en Illapel en 1941, “suicidado” en agosto de 1969.

¡NI OLVIDO NI PERDON: VERDAD, JUSTICIA Y MEMORIA!
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!

Colectivo Acción Directa - CHILE

Noviembre 4 de 2015

No hay comentarios :

Publicar un comentario