Elmo Catalán Avilés |
LUEGO DE ASUMIR LA PRESIDENCIA, EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1970, ALLENDE OTORGÓ ASILO POLÍTICO A LOS 9 SOBREVIVIENTES DE LA GUERRILLA DEL ELN, INCLUIDOS TRES CHILENOS Y EL JEFE DEL GRUPO, OSVALDO PEREDO. ANTES, EN UN CASO POCO ACLARADO, HABÍA SIDO ASESINADO ELMO CATALÁN
Elmo Catalán Avilés
o Ricardo, como se le conoció en el Ejército de Liberación Nacional (ELN), era uno
de esos Socialistas de antes. El compañero tuvo un rol dirigente entre el
contingente que se preparó para hacer la guerrilla en Teoponte, Bolivia, en
1970, a tres años de la caída del Che Guevara en la campaña guerrillera de
Ñancahuazú de 1967. La nueva fuerza incluía a unos veinte jóvenes chilenos,
marxistas y cristianos, varios más que llegaron desde Argentina, Perú, y Brasil,
además de algunos provenientes de otros países de la región.
Unas 80 personas habían recibido entrenamiento
militar en Cuba desde 1967, pero ese grupo redujo a menos de la mitad por
diferencias políticas. Cuando comenzaron las acciones, quedaban muy pocos con
entrenamiento militar. Por lo demás, Cuba desistió de apoyar a la nueva guerrilla,
quizás porque en ese momento gobernaba Bolivia un militar nacionalista, el
general Alfredo Ovando Candia, que nacionalizó la Gulf Oil y tuvo como ministro
de Economía a Marcelo Quiroga Santa Cruz, fundador del partido Socialista e
indiscutible mártir del socialismo boliviano, asesinado en 1980 por la
narco-dictadura militar de Luis García Meza y Luis Arce Gómez.
La mayoría de los participantes de Teoponte
apenas se “entrenó” físicamente, caminando con peso sobre la espalda por las empinadas calles de La Paz. La expedición, que duró poco más de dos
meses, desde el 19 de julio al 1 de noviembre de 1970, fue diezmada por el
hambre, las enfermedades raras contraídas en la selva por aquellos jóvenes
citadinos, las delaciones campesinas y las naturales deserciones en una empresa
aislada del pueblo y del campesinado boliviano, sin ninguna perspectiva de
éxito y sin discusión interna por la verticalidad del mando. Claro, el ELN había
sido ideado y desplegado como un “ejército”; por tanto, no era una organización
política armada de masas.
El ejército boliviano asesinó implacablemente
a todos los que iban quedando rezagados por el hambre y la enfermedad y a los
desertores, sin ganar ninguna gloria en esta guerra desigual. Más de mil
efectivos, apoyados por Estados Unidos con helicópteros, bombas napalm y
aviones, enfrentaron a 67 combatientes jóvenes, inexpertos y casi desarmados.
Al concluir octubre de 1970, un “golpe de
suerte” salvó la vida de los últimos 9 sobrevivientes, entre ellos 3 de los 8
chilenos que integraron la columna que Catalán contribuyó a formar, pero sin que
éste alcanzara a participar por morir antes. El gobierno de Salvador Allende, cuando asumió la presidencia el 4 de
noviembre de 1970, otorgó asilo político a los 9 sobrevivientes de
Teoponte, incluidos los tres chilenos y el jefe guerrillero, el médico Osvaldo
Peredo, quien hoy vive en Santa Cruz.
El “golpe de suerte” que salvo la vida de
los 9 sobrevivientes fue más bien un golpe de Estado. Asumió el gobierno el
general progresista Juan José Torres, asesinado después por la Operación Cóndor
en Buenos Aires en junio de 1976, por órdenes del dictador Hugo Banzer. Torres
ordenó respetar la vida de los guerrilleros, contrariando a la alta oficialidad
reaccionaria que aplicó la doctrina de no conservar prisioneros, sino
torturarlos, asesinarlos y enterrar sus cadáveres en lugares deficientemente
registrados. Entre las víctimas bolivianas se encontraba Néstor Paz Zamora,
Francisco, joven cristiano cuyo hermano Jaime llegó a ser un controvertido
presidente de Bolivia, aliado de Banzer. Cuando Paz Zamora fue jefe de Estado,
se buscaron y hallaron los restos de su hermano.
Pero el Estado boliviano jamás buscó los
cuerpos de 14 extranjeros y decenas de indígenas bolivianos de extracción
campesina, obrera y estudiantil que formaron parte de la columna. El
presidente Evo Morales invitó en 2006 al historiador Rodríguez Ostria para
informarse dónde podrían estar esos cadáveres, puesto que éste realizó una
extensa investigación sobre los hechos de la guerrilla y publicó un libro en
base a sus pesquisas: “Teoponte, la otra guerrilla guevarista en
Bolivia”. Entonces, designó a la ministra de Justicia, Casmira
Rodríguez Romero, para cumplir esta tarea a través de una comisión.
Pero en el gobierno de La Paz existen
muchas otras prioridades y poco se ha avanzado en saber sobre los restos de los
bolivianos e internacionalistas caídos. No obstante, se ha logrado llegar a
saber más sobre algunos de los luctuosos casos.
Elmo
Catalán
Por ejemplo, que el periodista chileno Elmo
Catalán Avilés, uno de los jefes de la guerrilla de Teoponte, fue asesinado el
8 de junio de 1970 por uno de sus propios compañeros del ELN en Cochabamba,
cuando se disponía a partir al norte del país, para sumarse a la columna que
entró en actividad en la zona de Teoponte, 300 km al norte de La Paz, el 19 de
julio de 1970.
En el oscuro episodio también murió la
pareja de Catalán, Genny Köller Echalar, militante juvenil demócrata cristiana
boliviana y estudiante de arquitectura que se sumó al ELN, como numerosos otros
jóvenes cristianos bolivianos y chilenos. El autor del doble homicidio, Aníbal
Crespo Ross, nunca fue sancionado por la justicia boliviana ni por su
organización política. Actualmente publica libros de poesía en su país.
Nacido en Arica en 1932, Elmo Catalán se
distinguió como un excelente periodista de ideas socialistas y autor de libros.
Se graduó en 1956, en el primer curso de la Escuela de Periodismo de la
Universidad de Chile con la tesis de grado La Propaganda, Instrumento de
Presión Política, un alegato precoz contra los monopolios de la prensa publicado
en Chile en 1970, después de su muerte.
En su dilatada trayectoria profesional
trabajó en radios Minería y Balmaceda, la agencia Prensa Latina, el semanario
Vistazo, el diario El Siglo y el vespertino Noticias de Última Hora, entre
otros medios. Con el economista Mario Vera escribió “El Fierro: despreciada
viga maestra de Chile” y “La encrucijada del cobre”. Se desempeñó como jefe de
prensa de la segunda postulación presidencial de Salvador Allende en 1964.
Su popularidad como periodista comenzó cuando
logró establecer una comunicación permanente para socorrer a los damnificados
del terremoto-maremoto de Valdivia en 1960. En 1961, y trabajando en radio
Minería, fue el primer periodista en llegar a los restos del avión en que
pereció todo el equipo de fútbol Green Cross, en la alta cordillera de Linares.
Cuando se conoció en Chile la noticia de su
muerte, el 16 de julio de 1970, hubo estupor entre sus colegas: muy pocos
conocían sus actividades secretas. Probablemente, partió a Bolivia en julio de
1968. Sus restos permanecen sepultados en Cochabamba. La autopsia no halló
balas, tampoco presentaba heridas de arma blanca. Quizás él y su pareja fueron
envenenados. Ese día Crespo y su pareja estaban a cargo de la cocina. Catalán,
su jefe, lo tenía sancionado.
Los
Guerrilleros Chilenos del ELN
De los tres chilenos que salieron con vida,
solamente uno sobrevive hasta hoy: Calixto Pacheco González, Rogelio, quien
vive en el norte de Chile. De los otros dos, José Manuel Arturo Celis González,
Alberto, obrero de la construcción, desapareció, habiendo sido visto por última
vez en agosto de 1972, un año antes del golpe. Su familia nunca hizo denuncia.
Guillermo Segundo Véliz González, Gastón,
ingeniero químico y tercer sobreviviente, también desapareció. Su nombre
aparece como “detenido desaparecido sin convicción” en el Informe de la
Comisión de Verdad y Reconciliación, o Informe Rettig.
Los otros cinco chilenos que murieron en la
selva de Teoponte fueron: Hilario Ampuero Ferrada, Poropopó, joven socialista;
Carlos Brain Pizarro, Peruchín, trabajador bancario, muerto por Peredo por
comerse media lata de sardinas; Tirson Montiel Martínez, Pablo, ex oficial de
Carabineros, empleado; Julio Olivares Romero, Cristián, estudiante y Julio
Zambrano Acuña, Pepechá, estudiante. Otro chileno murió en un oscuro episodio
de Cochabamba, antes que la columna entrara en acción en Teoponte: fue Raúl
Rigoberto Zamora Sazo, Dago, socialista santiaguino nacido en Illapel en 1941,
“suicidado” en agosto de 1969.
¡NI OLVIDO NI PERDON: VERDAD, JUSTICIA Y
MEMORIA!
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
Colectivo Acción Directa - CHILE
Noviembre 4 de 2015
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