“Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana, y que será completada en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social” –Artículo 23 de la Declaración Universal de los DDHH
Este jueves 29 de octubre, la Mesa del Sector Público
(MSP) y la CUT dieron a conocer su “Propuesta
de Reajuste y Mejoramiento de las Condiciones Laborales y Negociación Colectiva
del Sector Público, Centralizado y Descentralizado”, la que acudieron a
entregar al ministerio de hacienda, el cual, como se sabe, tiene más poder
de decisión que las autoridades del ámbito político del gobierno.
El sempiterno funcionario
de la CUT a cargo de las negociaciones, Carlos Insunza, señaló en la
oportunidad: “Hicimos entrega del pliego de negociación sectorial colectiva de
todos los trabajadores del sector público por la demanda del reajuste para el
2016, así como las demandas sociales y laborales de los trabajadores del
Estado. La Mesa del sector definió hacer una demanda en el reajuste de un 8% nominal de reajuste para todos los
trabajadores y trabajadoras del Estado, además de incrementos que están en la
misma línea respecto de todos los beneficios económicos que contiene el pliego”.
Con este paso, la
CUT y los ágiles dirigentes de los 15 gremios que componen la MSP esperan que
se dé inicio rápido al proceso de negociación 2015-2016, un poco preocupados
porque no les pase lo que con los funcionarios en paro del Servicio de Registro
Civil (SRC), a quienes el gobierno de la “socialista” Bachelet los ha castigado
con la indiferencia, cuando no con las amenazas de aplicación de la
antidemocrática ley de seguridad interior del Estado, con despidos, sumarios y
descuentos.
MITOS
Siendo sinceros,
los líderes de la MSP y de la misma CUT se notan más motivados por dar un pronto
cierre a las tratativas y no por ver satisfechas las demandas de un verdadero ‘mejoramiento’
en los ingresos y condiciones laborales de los cerca de 380 mil trabajadores
del sector público[1].
Y es que, claro, la abrumadora mayoría de ellos milita en los partidos de la
coalición gobernante de la Nueva Mayoría (NM), por lo que no están muy en la
línea de abrirle conflictos a una administración que ya se encuentra muy deteriorada
política, moral y socialmente.
El gobierno,
luego de un sesgado análisis de la realidad económica nacional e internacional,
hace rato que pregona una crisis económica catastrófica, la que impediría gastar
más de lo ya se hace. Ello le llevó a lanzar su famoso lema para el segundo
tiempo de administración del sistema, el de “realismo sin renuncia”, con el que
restringieron aún más sus mezquinas reformas, el presupuesto 2016 y todas las
promesas efectuadas durante la pasada campaña presidencial.
En esta ocasión,
la MSP-CUT se mostró más osada que el año pasado, cuando
hizo una pedida menor que la actual, de sólo un 7%. Entonces, esperaba una
inflación anual para 2015 de un 4,9% y que la proyección de crecimiento del
período será de 3,6%. Sólo estos dos factores daban un 8,5%, siendo éste el
piso sobre el cual se debiera haber negociado cualquier AUMENTO REAL de remuneraciones.
Sin embargo, contrario sensu, solicitaron un incremento de sólo 7% para los
ingresos líquidos menores a $801 mil y de apenas 5% para los que excedían tal cifra,
creando de paso una diferenciación que sólo vino a complicar las cosas.
En un plano más
amplio, los mitos más difundidos por el gobierno y las derechas económica y
política dicen relación con una contracción económica que parece que se produce
en Chile no más y a causa de las reformitas de la NM. Pero tal historia no es
tan así. Primero digamos que existe una ralentización económica del sistema
capitalista mundial (SCM), con ocasión de la meseta alcanzada por China, un
amplio retiro de utilidades hacia las casas matrices de las corporaciones
transnacionales, la baja de algunas materias primas industriales (petróleo,
algunos metales); sobre todo una baja de
la inversión productiva por parte del capital, así como de la productividad.
Pero dichas situaciones, sobre todo las primeras, son transitorias, siendo
todas manejables por los dueños del capital.
Una de las
premisas de las políticas monetarias de los gobiernos administradores del
modelo heredado de la dictadura, ya fueran los de la Concertación o el actual
de Nueva Mayoría, era la aplicación de medidas anti-cíclicas, tales como
fortalecer el gasto social. La verdad es que si atendemos al incremento de este
último en el presupuesto 2016, aquella premisa ha sido desconocida, mismo
predicamento que piensa utilizar el gobierno en su ofrecimiento de reajuste a
los servidores públicos.
REALIDADES
Pese al clima de
terror económico-social levantado por la derecha, el empresariado y la misma
NM, durante 2014 y lo que va de 2015, el gran empresariado ha obtenido
excelentes utilidades: la
banca, el
comercio exterior, los
servicios, el
retail, la minería, la
industria, las
forestales. Sin embargo, nuestra burguesía monopólico-financiera es como
aquellos mercaderes de la envilecida Babilonia, que, al verla caer, se quejan
por los tesoros que perderán, pero nunca se acuerdan de la forma vil en que los
obtuvieron y como se refocilaron en ellos toda la vida y por varias
generaciones. Si bien es cierto que en Chile, así como en gran parte del SCM,
las ganancias sobre el capital se estancan en el período, ello es pasajero y no
ha llegado a significar una crisis financiera.
De hecho, el Banco Central apunta que una de las causas de la
inflación superior a lo prevista este año se debe a la depreciación del peso,
lo cual tiene un límite marcado por la relación dólar-yuan que tiende a
estabilizarse. Lo mismo ocurrirá con el precio del petróleo, que a un precio
muy bajo, y paradojalmente, genera problemas, pero ya en 2016 subirá a 50 de
los verdes por barril y dando así un relajo a la industria petrolera.
Con todo, 2016 se
prevé con buenos augurios para el gran capital. Así, se viene una importante mejora
de los términos de intercambio, del PIB nacional y el de nuestros socios
comerciales, del mismo producto mundial, de la demanda interna, de la inversión
productiva (de capital fijo), de las exportaciones e importaciones.
Para que hubiese
un anti-cíclico y REAL AUMENTO de los ingresos en 2016, con lo cual los
trabajadores públicos efectivamente obtendrían una parte del excedente
económico nacional del que por ahora sólo usufructúa un puñado de ricos, habría
que tomar la inflación esperada para 2015, de 4,4%, y sumarle el incremento
esperado de la economía durante ese período, de 3,5%; ello da una mejora basal de 7,9%. Mas a esto habría que agregar la
diferencia entre el IPC efectivo de 2015, que según el INE-BCC
será de 4,6% y el que se esperaba en 2014 para este año y que se inscribió en
el aumento solicitado entonces por la MSP-CUT, de 3,6%, lo que da un diferencial perdido por inflación de un 1%; y también
se le debe adicionar al basal el alza de la productividad 2016, calculada
en un 1%.
En consecuencia, para
que existiera un AUMENTO REAL DE LOS INGRESOS, con una orientación
contra-cíclica y que cumpla con equilibrar la harto desigual mesa del ingreso
nacional, la
demanda de incremento salarial debiera ascender para 2016 a un 9,9% para todos
los/as trabajadores/as públicos y no menos (7,9 + 1 + 1 = 9,9%).
Lamentamos haber informado antes
que el mejoramiento no podía ser menor a un 8,8-9%; seguramente nos
contagiamos con tanta alharaca derechista, gubernamental y del sindicalismo
domesticado, que hace rato pregonan la crisis total de la formación económica.
Recordemos,
también, que el mero incremento de los salarios según el IPC anual, que es lo
que más o menos ha venido pasando con el reajuste que entregan los gobiernos de
turno (en acuerdo con los congresales), no sirve a la mejora de los ingresos
del grueso de la clase trabajadora, pues al ser el IPC un parámetro teórico y limitado
no refleja la real pérdida de poder adquisitivo de los diversos grupos
poblacionales. Un ejemplo de lo anterior lo podemos constatar con lo acaecido durante
2012, en que mientras el IPC promedio fue de un 3%, el
de los alimentos se alzó en más de 10%, demostrando que los reajustes
salariales impuestos a los trabajadores públicos y privados por los gobiernos
que administran el modelo capitalista monopólico y las representaciones
políticas del bloque político de Estado no han hecho sino agravar la histórica
pérdida de poder adquisitivo de las mayorías.
PERSPECTIVAS
Junto con luchar
por la mejora de las remuneraciones, a un nivel que se condiga con una efectiva
intención de resolver la inequitativa distribución del ingreso en nuestro país,
nos parece correcto que el pliego de la MSP-CUT aspire a la cobertura universal
y directa a todos los trabajadores de los servicios públicos, de los reajustes
y beneficios resultantes de la negociación. Esta lucha debe incluir a todos/as
aquellos/as miles y miles que laboran de manera inestable en los organismos
estatales bajo la figura de contratos a honorarios, parciales, etc.
Acerca de lo
expuesto en el capítulo V, “Un Estado empleador que garantice trabajo decente”, por
cierto que nos parece de justicia exigir que los trabajadores a honorarios y
con otras figuras contractuales inestables pasen a contrata y que, si obtienen
buenas calificaciones, los trabajadores a contrata pasen a planta en base al
mérito y la probidad. En la administración pública, no pueden usarse criterios
políticos partidistas respecto de la provisión de los cargos y para la
mantención en ellos de los funcionarios. Además, como una forma de evitar el
trabajo precario y flexibilizado, simplemente se debe hacer respetar lo
indicado en el Estatuto Administrativo, el cual contempla que en la
administración pública no puede haber más de un 20% de la dotación horaria contratada
temporalmente y/o a honorarios. Hoy en día, de los 380 mil trabajadores que
dependen del Estado, se
calcula que un 58% son a contrata (plazo fijo) y a honorarios.
En el capítulo VI,
sobre los Derechos Sociales, si bien se explicita el rechazo de la mesa al proyecto de la NM de AFP estatal, creemos que se
hace necesario poner hincapié en la derogación del DL 3500 y que se cree un
sistema público previsional de reparto, solidario, universal e integral y de
financiamiento tripartito, donde los trabajadores tengamos participación en la
administración de los fondos y poder de decisión sobre la inversión de ellos,
los cuales, en todo caso, serán plena y consistentemente utilizados para
impulsar una economía nacional que dé cuenta de las necesidades de los pueblos
y los trabajadores de Chile.
Los trabajadores
públicos no deben perder de vista que los frutos de su negociación ‘colectiva’ sirven
de orientación para las negociaciones colectivas de todos los trabajadores. Es
una referencia para la patronal. Además, la unidad de financiamiento escolar
(Asignación de Subvención Escolar) por alumno se reajusta en el mismo
porcentaje que el reajuste de los públicos; es decir, tiene un fuerte impacto
en la educación pública
En 2014, el
triunfo en el gallito de la negociación fue para el gobierno de la NM y con el
apoyo entusiasta del empresariado y la derecha, quienes siempre presionan,
interesadamente, por un reajuste cagón de parte del patrón estatal, pues
perciben su efecto hacia el conjunto de los trabajadores. El 6% de reajuste que
se acordó entonces, era inferior al 7% de incremento que pedían los públicos, pero
4,3 puntos más bajo que lo debiera haber sido.
En esta ocasión y
con vistas a 2016, los trabajadores públicos deben movilizarse con todo por un
aumento salarial real y porque mejoren sus condiciones laborales, a tono con el
proceso general de recuperación de sus derechos que el pueblo trabajador está
llevando adelante. Sobre el particular, tenemos un valiente ejemplo en lo
obrado por las bases del Colegio de Profesores, por la gente de Gendarmería y
la activa paralización nacional de los funcionarios del Registro Civil.
¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
¡NINGÚN ACUERDO O REFORMA A ESPALDAS
DE LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES!
Equipo Sindical CAD –Chile
Noviembre
2 de 2015
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