10 DE
DICIEMBRE DE 2015
POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA
MANIFIESTO
POR LA DIGNIDAD Y LOS DERECHOS HUMANOS DE TODOS LOS PUEBLOS QUE HABITAN CHILE
Al Estado de Chile,
al Gobierno, a la comunidad nacional e internacional:
El
10 de diciembre de 2015 se conmemoran sesenta y siete años de la proclamación
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En aquel manifiesto se
estableció que la VIDA no tiene precio y que no existen razones que justifiquen
violarla.
No
se puede desconocer los avances en la protección de los derechos humanos; no
obstante los consideramos absolutamente insuficientes porque aún no son
principios rectores de los Estados y sus gobiernos, permitiendo que se violente
a millones de seres humanos.
Nuevas
amenazas a la vida se suman a las ya conocidas: conflictos armados, las mafias
y los carteles de narcotráfico, los capitales del sistema financiero y las
corporaciones transnacionales que depredan nuestra tierra y sus recursos. Toda
esta violencia deja como secuela la muerte, la tortura, la desaparición forzada
de personas y desastres naturales en todo el planeta.
La
legitimidad de una sociedad democrática se basa en la justicia y ésta no es
relativa o en la medida de lo posible; no obstante en nuestro país los
gobiernos pos dictatoriales han desconocido el valor ético y moral de la lucha
por la defensa de los derechos humanos.
Al
reclamo permanente por Verdad y Justicia y a la exigencia de un «nunca más», la
respuesta han sido decisiones políticas que consagran la impunidad y el
silencio, pretextando una manida y quimérica reconciliación. Los chilenos hemos
presenciado la connivencia y complicidad entre los gestores civiles y los
autores materiales e intelectuales de los crímenes de la dictadura
cívico-militar.
También
hemos visto a sus herederos políticos y al empresariado utilizando y
perfeccionado la institucionalidad dictatorial con el fin de ocultar el origen
de la injusticia social y la desigualdad.
El
Estado chileno ha sido concebido para promover la amnesia en la sociedad y
estimular la concentración de la riqueza sumiendo en la pobreza e inseguridad
social a millones de chilenos. Por ello
promueve el olvido del genocidio cometido por las FF.AA. y no reivindica los
logros dignificantes de los gobiernos democráticos previos a la intromisión de
la dictadura militar.
Por
lo dicho es necesario que el Estado chileno y sus gobiernos asuman que la
justicia no puede ser simbólica. Los
juicios y las condenas, así como la reclusión de los criminales y de los que se
han enriquecido deben ser un correlato de sus delitos. Tal es el sentido de la
proclamación de la Declaración Universal que hoy conmemoramos.
Una
cultura cimentada en los derechos humanos es multidimensional: la dimensión
histórica, que relata y analiza los hechos que constituyen la base del
presente; la dimensión jurídica, que identifica la acción criminal y enjuicia a
los responsables; la dimensión política, que analiza el pasado en función de
los intereses presentes y futuros, la dimensión
y acción social, que es la fuerza que transforma la sociedad y que desde su
autonomía e independencia amplía los marcos establecidos y hace evolucionar a
los Estados.
La memoria hace
posible que los pueblos se identifiquen con su historia y, por consiguiente,
sean capaces de construir su futuro. No se puede vivir en democracia si los
criminales y sus cómplices justifican sus crímenes y promueven pactos de
silencio obstruyendo la verdad y la justicia.
El
neoliberalismo impuesto por la dictadura y consagrado en la Constitución y las
leyes de impunidad han sido asumidos por los gobiernos civiles. Este sistema es opresor, injusto y excluyente
de quienes no les son rentables. El modelo económico es fuente perpetua de
pobreza. A los jóvenes los endeuda de por vida, a los trabajadores los hace
vivir la incertidumbre de la cesantía, a los profesionales los aliena
trabajando para pagar deudas y a los jubilados
los hunde en la miseria después de haberlos expoliados por años. La
defensa de la propiedad privada está por encima del interés social, hecho que
contradice nuestra propia historia.
Somos
un pueblo que resiste y conserva su dignidad. Toda la verdad, toda la justicia, toda la memoria y la escasa
reparación han sido fruto exclusivamente de la organización y la lucha
mancomunada. Lucha que iniciamos el día mismo del golpe de Estado.
Distinto
ha sido para los responsables civiles y militares, que con el abrigo del Estado
gozan de la impunidad y un bienestar que no se compadecen con los atropellos a
los DD.HH. de ayer y de hoy.
Ejemplo
de dignidad y resistencia es la conducta
de miles de jóvenes chilenos que enfrentan la represión, la manipulación
política, los cercos comunicacionales, la criminalización de sus organizaciones
y sus luchas. Dignidad y resistencia es su actitud de transformar la injusticia
y la opresión en libertad abriendo las «grandes alamedas». Ejemplo de dignidad
y resistencia es el camino de los pueblos originarios que día a día luchan por
recuperar sus tierras enfrentando sin aspavientos la ocupación policial y las
martingalas de los gobiernos de turno. Ejemplo de dignidad y resistencia es el
talante de pobladores y pobladoras que enfrentan las paupérrimas condiciones de
habitación y trabajo a que están sometidos.
Dignidad y resistencia es el temple de los
temporeros y temporeras que soportan los tóxicos agrícolas, que matan nuestros
suelos y aumentan las ganancias empresariales. Ejemplo de Dignidad y resistencia
es la lucha de las mujeres contra todas las violencias que sobre ellas se
ejercen. Dignidad y resistencia es la lucha de los pescadores artesanales, que
salen a las calles de los puertos denunciando las leyes que permiten la
depredación de nuestro mar.
Numerosas
son las comunidades que se alzan dignas y resistentes luchando contra los
grandes propietarios de la tierra y empresas mineras que engañan con su
hipócrita filantropía mientras se roban el agua, contaminan y destruyen la
biodiversidad.
Dignos
y resistentes son los trabajadores y trabajadoras que día a día padecen el
hacinamiento en el sistema de transporte, se fastidian con la adulteración
genética de los alimentos, se hastían con las colusiones empresariales.
Por todo lo anterior decimos que:
§ Confiamos sólo en la organización
social, en la reflexión colectiva y en la más amplia articulación de chilenas y
chilenos para luchar y construir un camino donde el propio pueblo sea el
protagonista en la concreción de sus derechos;
§ Creemos ineludible detener la
maquinaria de muerte y atropello permanente a los derechos humanos del pueblo y
sus organizaciones;
§ Llamamos a la comunidad internacional a
solidarizar con las luchas de los pueblos expoliados por un sistema que no
respeta la VIDA, que quebranta la JUSTICIA y atenta contra la PAZ;
§ Apelamos a promover la solidaridad y la
integración entre los pueblos de nuestra América;
§ La defensa y promoción de los derechos
humanos significa vida plena y digna, soberanía de los pueblos que habitan
Chile, acatamiento de todos los tratados y convenios internacionales, impulsar
una Asamblea Constituyente ampliamente participativa cuyo primer acto soberano
sea derogar la Constitución pinochetista y todas las leyes anti-democráticas,
iniciando de este modo un proceso que termine con la instauración de un nuevo
Estado;
§ Es perentorio dar estatus de
inmigrantes a las personas que hayan permanecido más de un año en nuestro país
y se encuentran en situación de «extranjeros transeúntes»; asimismo entregar
inmediatamente el derecho a la nacionalidad a todas las niñas y niños declarados
apátridas; combatir sin tregua la trata de personas con fines de explotación
sexual y laboral; instituir hoy la defensoría del pueblo; promover la igualdad
de géneros, garantizando los derechos sexuales y reproductivos;
§ No habrá convivencia democrática si no
hay verdad, justicia, memoria y reparación integral; igualmente no habrá una
sociedad digna si no se enjuicia y castiga a los violadores de derechos humanos
y a los responsables de violencia política sexual del pasado y del presente; si
no se degrada a los agentes del Estado condenados por sus crímenes;
§ Si no se reconoce a todos los sitios de
memoria su valor patrimonial y dándoles sentido histórico, se corre el riesgo
de repetir los infaustos días de la dictadura cívico- militar.
Convocamos el día
10 de Diciembre de 2015, a las 13 horas, a concentrarnos en la Plaza de la
Constitución para ratificar nuestro compromiso de luchar por todos los Derechos
Humanos de los Pueblos y los Trabajadores.
Organizaciones
que Adhieren a este Manifiesto y Convocatoria (organizaciones y no organizados
que desean adherir como Convocantes, comunicarlo a: asamblea10diciembre2015@gmail.com):
Coordinadora Nacional de Ex PP “Salvador Allende”
Coordinadora de Santiago de Ex PP
Colectivo Acción Directa CAD
Asociación Mutual Ex PP MIR y de la Resistencia
Sitio de Memoria Villa Grimaldi
Prais Zona Norte
Asamblea Territorial Conchalí
Familiares y compañeros/as de presos políticos de la
Nueva Mayoría
Renca de Pie
Ex PP de Tres y Cuatro Álamos
Sitio de Memoria 17 de octubre
ASAMBLEA 10 DE DICIEMBRE 2015
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